Partida Rol por web

Después de analizar los planos técnicos y descartar un ataque frontal, optasteis por entrar con el máximo sigilo. La fortaleza prisión estaba afincada en una montaña, a trescientos kilómetros de vuestra actual posición. Por suerte Goban Suur tenía todos esos planos y datos sacados de sus saqueos a las oficinas imperiales. 

El plan consistía en acercarse a una de las puertas de servicio que se encontraban a gran altitud, defendida por solamente dos torretas con cañónes láser y dos soldados imperiales. Pero la puerta de servicio no era el objetivo. En un lateral de la puerta se encontraba una escotilla de ventilación, la cual, debido al grado de temperatura que tiene (30º C) no se han colocado defensas pues ningún animal se introduciría en él. La escotilla es lo suficientemente estrecha para que un ser humano pase arrastrándose por ella, y llegue a la sala de mantenimiento y calderas. Desde allí, tan solo hay que caminar unos pocos metros hasta un puesto de control, entrar en su sistema informático y averiguar cuál de las dos coincidencias es el prisionero que buscáis.

-Fácil-. Dijo Goban Suur finalizando la explicación. -Tan solo tenéis que despistar a los guardias, o acercaros descendiendo en silencio por un barranco de 50 metros hasta el lateral de la puerta de servicio y abrir la rejilla.

Kemlo se había distraído pensando en volar las torretas y hacer saltar por los aires los guardias. Miro de nuevo a Pittien, era su rescate y tenia que ser su plan. Si por él fuera, no iban a ser sigilosos mas de un par de segundos, los que tuviera para empezar a lanzar granadas.

Dejo que el resto fuera hablando, y el reviso los planos, para ver cuales eran los puntos de fractura más importantes de aquel lugar. Quizás hacerlo colapsar, y obligar a que tanto guardias como reclusos tuvieran que salir terminaría siendo una opción viable.

Por suerte, el "despiste" de la emoción le duró hasta que se pusieron con los planos. Aquel era más su ambiente, y además, el material con el que él trabajaba... bueno, si, antes. Hasta se desentendió de todos los no humanos que había por ahí, y terminó explicando alguno de los puntos de los planos más complejos de entender, mientras Goban Suur daba las pinceladas de su idea. Mientras la iba dando, examinaba a fondo el mapa y los posibles lugares de entrada, salida, tropas... así que cuando concluyó la idea de su plan, no tuvo más que decir que:  

- Bueno, al final, si, parece que este será el lugar de acceso más cómodo. Sin embargo, necesitaremos una distracción para los guardias. - Miró a Kemlo, y luego a Petch. Aunque fueran un bith y un ropdiano, creía entenderlos lo suficiente ya, así que sabía que la distracción para uno era alejar a los guardias explotando cosas, y para otro era... distraer a los guardias a disparos rápidos. Cualquiera de los dos planes era bueno, aunque quizás, el más adecuado fuera... - ¿Qué tal una explosión en algún punto relativamente cercano que simule un desprendimiento, que haga que los guardias tengan que retirarse de su puesto por posibles desprendimientos? Así podremos bajar, y entrar. Cubiertos, claro, por Petch. Si vuelven, que desaparezcan. 

- Crear desprendimientos no creo que sea un problema real. Y no hace faltar simularlos. Puedo causar un desprendimiento controlado sobre la puerta de entrada.-

Dijo él mercenario muy seguro de lo que estaba diciendo. Evidentemente aquello le saldría caro, porque no era fácil encontrar los componentes específicos para hacerlo. Pero llevaba tanto tiempo sin que nada saltara por los aires que merecería la pena.

— La generación de un desprendimiento es buena estrategia para crear una distracción pero haciendo el engaño del origen en causas naturales. De lo contrario, atacar directamente a los guardias podría causar que estos dieran la alarma de intrusos atacando. Pero generar un desprendimiento anularía la posibilidad de un acercamiento discreto descendiendo por el barranco. — Intervino entonces el B-1 que había estado observando atentamente. — Temperaturas superiores a los 100 grados centigrados pueden causar problemas en los condensadores y circuitos de mi cerebro, pero tan solo 30 grados son totalmente despreciables para mi. Estrategia propuesta: Los señores Kemlo y Petch realizarían un aparentemente impulsivo y agresivo ataque directo, junto con la ayuda que pueda brindar el señor Goban. Ese ataque sería la distracción. Al mismo tiempo, el señor Pittien y yo descenderíamos por el barranco y nos introduciríamos por la escotilla de ventilación. Ustedes deberían mantener el ataque, llamando la atención tanto como sea posible, el señor Kemlo probablemente pueda ayudar mucho con eso, mientras yo accedo a los datos requeridos. Una vez obtenidos el señor Pittien y yo continuamos la misión de rescate dentro del edificio. El ataque podría cesar en ese momento, pero de ser posible continuarlo seguiría siendo buena distracción mientras el edificio entero concentra su atención en ese ataque en lugar de la vigilancia interna.

-Me gusta la idea de distraerlos a base de tiros, pero si lo hacemos sonará la alarma y estarán pendientes de esa zona mandando refuerzos y el rescate se complicará mucho más-. Añadió el rodiano que había permanecido callado hasta ahora. -Además, no podremos cubriros dentro si os encontrarais con patrullas, cosa bastante posible entrando en una cárcel militar-. 

- Hmmm -  Pittien movió la cabeza, pensativo. Varias de las distracciones que estaban intentando llevar a cabo tenían la posibilidad de que los detectaran. Miró los planos, miró a sus compañeros y a su anfitrión, y dijo - ¿Y atacar con algún tipo de rayos paralizantes? ¿O intentar engañarlos? Juraría que todavía dispongo, en mi macuto, del traje de oficial, si es que no se fue con nuestra traidora "amiga". -Bajó con el dedo hasta la posición de la puerta de servicio. - Pero habría que llegar en la nave, y habríamos sido detectados antes. ¿Granadas que puedan neutralizarles? ¿Hay algo así, Kemlo?

Kemlo miro a Pittien con cada evidentemente desaprobadora. Ya se había ilusionado con poder hacer saltar por los aires a unos enemigos, y le querían cambiar el plan.

- Claro que hay granadas para aturdir, humano. Pero si no he entendido mal hay torretas, y a menos que tengas magia para hacerlas desconectarse, habrá que destruirlas.-

No se lo iba a poner tan fácil a eso no hacer explotar cosas. No señor.

— Señor Goban... — Empezó el droide dirigiendose al nombrado. — ¿Las torretas pueden considerarse algún tipo o grado de droide? Si es así, podrían usarse granadas de iones para neutralizarles. Pero calculo que es considerablemente improbable que baste con una sola granada para neutralizar ya sea organicos o droides, a no ser que sean granadas bastante potentes, y si no caen enseguida es altamente probable que puedan dar la alarma. — El B-1 modificado se voltea entonces hacia el rodiano. — ¿Y cual es el plan que propone entonces? Si no nos separamos... ¿Acaso propone un ataque frontal? Entrar por la puerta y atacar a todo lo que se mueva mientras nos abrimos paso. ¿Los organicos consideran eso un plan? — Entonces se dirige hacia Kemlo y Pittien. — Si estan de acuerdo, los señores Kemlo y Petch pueden ejecutar el intento de neutralizar las torretas y los organicos, si lo consiguen antes de que den la alarma será para el mayor beneficio de la operación. El señor Pittien y yo seremos el plan de respaldo, infiltrandonos, eludiendo enemigos, mientras los señores Kemlo y Petch, junto con el apoyo del señor Goban, siguen manteniendo un ataque como modo de llamar la atención hacia ustedes. — Entonces se dirige a Pittien. — Si lo prefiere, señor Pittien, el infiltrado puede ser usted en solitario, mientras yo me limito a desempeñar labores puramente belicas apoyando al resto; pero creo que con el apoyo del señor Goban sería más inteligente que yo lo acompañase a usted en la infiltración para apoyarlo belicamente y en lo referente a habilidades de pirateo informatico, a no ser que el señor Kemlo posea suficientes conocimientos en esa área en cuyo caso él podría acompañarlo a usted... aunque no estoy seguro de que él prefiera desempeñar una labor sigilosa en esta operación. — El droide entonces da unos cuantos pasos hacia atrás, alejandose del resto. — He dado ya la contribución a la estrategia que soy capaz de dar. A partir de ahora estaré a la espera de las ordenes que decidan.

El Iktotchi se rascó un cuerno pensativo antes de responder. -Las torretas quedarían desactivadas si se pudiera utilizar una carga con suficiente energía, pero solo durante un rato, ya que al estar conectadas a un suministro de energía de la base, pueden ser rearmadas desde allí-.

Petch miró inexpresivamente al droide. -Mi trabajo es cazar criminales, bandidos y.. droides-. Dijo sin emoción alguna. -He aprendido a evaluar las situaciones en las que puedo y no puedo salir perdiendo. Un ataque frontal o de distracción tendría el mismo efecto, sería alertar a toda la base de que estamos allí.- El rodiano parecía mucho más centrado y hablador que de costumbre.

-Yo optaría por un ataque desde arriba mientras descendemos con granadas de iones, ya que no solamente dejaríamos fuera de combate a las torretas, sino también los equipos de comunicaciones de los soldados y no podrían informar. Una vez usadas las granadas dispararíamos a los soldados, eliminando la amenaza para siempre. Tendremos un tiempo limitado hasta la próxima ronda de guardia, pero para ese entonces creo que podríamos haber conseguido nuestro objetivo y escapar con el...- Petch se detuvo mirando a Pittien. -Con Anbej-. Terminó el rodiano.

El droide se mantuvo en silencio unos instantes, observando como el rodiano le mantenía la mirada, entonces vocalizó.

— Esa estrategia... parece acertada. — Respondió el droide en aprovación. Y ya no dijo más.

Kemlo miro al rodiano cabeceo y dijo.

- Sea.-

Afirmando que ese plan le parecía conveniente. Se encargaría de desactivar las comunicaciones. Y una vez abatidos los solados, bien podría aprovechar para preparar una “fiesta” a los refuerzos que pudieran llegar.

Si, no era lo que más le apetecía, pero sin duda no le disgustaba. Y prueba de ello es que empezó a caminar lentamente hacia la salida, como si no hiciera falta decir nada más.

Y desde su posición así era.

Las aportaciones del droide y del Goban Suur eran interesantes. De hecho, tenían información muy interesante, a nivel estratégico y práctico. En realidad, cuando lo oyó, Pittien simplemente comenzó a analizar de nuevo los planos y las posiciones, y asentir. En ese momento, Petch abrió la boca. Ese rodiano. Estaba siempre callado, excepto cuando hablaban sus pistolas, pero cuando abría la boca, aportaba algo. Y casi diría que les dio el plan. Era más sencillo de lo que él se estaba imaginando. A veces, quizás su cabeza cuadriculada le impedía ser tan ágil mentalmente como aquel pistolero. 

- Si, creo que puede funcionar, y que podremos salir con el objetivo, Anbej. Creo que ese puede ser el modo. - Lo miró atentamente, en respuesta a su mirada. Hizo un gesto de aprobación a las palabras de sus compañeros, y concluyó. - Creo que ya estaría, Goban Suur. Espero que tus planes puedan salir bien como los nuestros. 

- Pues venga - sonreí ante la respuesta afirmativa a mi plan de ataque.

Una vez en el aire y con el plan en marcha podríamos poner nuestras armas a funcionar, era algo que me hacía cierta ilusión.

- Vamos a rescatar a alguien - dije, aunque en realidad desease más acabar con aquellos soldados.

Cuando llegasteis allí, el frío casi había congelado los viejos circuitos del deslizador. La prisión estaba situada en una montaña, excavada para albergar el complejo de celdas, cámaras y pasillos que, de haber una fuga, no podrían salir a menos que fuera por las puertas de entrada y salida del complejo, sin poder saltar muros o cavar un túnel hacia su libertad.

Goban Suur tenía asuntos que tratar, pero os dejó un viejo deslizador, ropa de abrigo y el equipo de descenso necesario para llevar a cabo vuestro audaz plan.

Os asomasteis por el risco mirando hacia abajo, donde se encontraba la entrada de servicio. Efectivamente como había mencionado el Iktotchi, había dos torretas con turboblasters apostadas a ambos lados de la entrada, metida en la roca para ofrecer algo de protección contra el clima, y sin duda los dos soldados de guardia que debieran estar ahí, estarían haciendo uso de esa protección. Mal porque no podíais verlos, pero era un punto a favor ya ellos tampoco os verían descender.

Kemlo había estado revisando sus “pertenencias” durante el viaje. De ellas dependía buena parte de la misión. Misión con la que contaba que algo saliera mal, y poder hacer caer la montaña sobre sí misma. Aunque sabía que de entrada no tenia esa potencia de destrucción quizás hubiera un generador geotérmico y… .

Pethc le toco el hombro para indicarle que debían realizar el descenso y se coloco el equipo en silencio. Poco a poco fue bajando hasta quedar en la posición en la que empezaba el siguiente punto del plan.
 

Hacía un frío de narices, si hubiéramos tenido que apañárnoslas para descender nosotros la cosa hubiera estado complicada, pero por suerte teníamos mecanismos que nos solucionarían la papeleta de forma bastante eficaz.

Así fue. Al comenzar a descender, el mecanismo era sencillo de accionar, un gatillo permitía reanudar o detener el descenso sobre la cuerda.

Descendí con Kemlo hasta el punto en el que la fiesta comenzaría, preparé mi arma para responder con fuego al fuego que nos pudiera llegar.

Una vez todo dispuesto para realizar el descenso, el B-1 modificado mira con gesto dubitativo los arneses del equipo.

— No he sido programado para esto... — Dice, expresando un tono de preocupación con el modulador de su vocabulizador.