Partida Rol por web

Se abren las puertas de emergencia de golpe, y entráis en formación de combate en la zona pública del centro comercial. Salís a un amplio pasillo, muy bien iluminado, de baldosas claras, como el resto del edificio, con tiendas por doquier, todas ellas con las persianas de seguridad bajadas.
Lo primero que notáis es el chapoteo de vuestros pies por el suelo. Parece ser que el sistema antiincendios se activó y los rociadores han llenado el suelo de agua. Después ois la músiquilla del hilo musical del centro, que resuena antinaturalmente al tratarse del único sonido aparte de vuestros pasos sobre los charcos. Luego están los cuerpos. Por todas partes. Algunos solos, otros en grupos, todos desperdigados por el área, por lo que tenéis que moveros rodeándolos. Tratáis de evitar mirarlos directamente a sus ojos abiertos, intentando no pensar que hace tan sólo unas horas eran hombres, mujeres, niños, familias enteras inocentes que pensaban que este día iba a ser uno más de tantos.

Pero lo peor es el hedor. El hedor de la muerte, la sangre, los vómitos, la mierda y los meados de toda esta gente, que murieron entre convulsiones y un dolor atroz. La máscara quizá os proteja de los agentes biopeligrosos, pero no hace nada para detener el hedor que llena vuestras fosas nasales e incluso vuestra mente.

Ya has visto con anterioridad cadáveres, pero esto... esto es otra cosa muy diferente. Al pasar no puedes evitar cruzar tu mirada con la de los muertos, que parecen devolvértela. Y el hedor es insoportable, llena todo tu ser, y te hace empezar a tener sudores fríos.

Casi tropiezas y pierdes el ritmo del resto del grupo. Después viene un ligero mareo, seguido de una naúsea que se acrecenta cada vez más. Las piernas te tiemblan y te ves obligado a detenerte y apoyarte en una pared.

Cuando te llegan las primeras arcadas, te quitas sin pensar la máscara del equipo anticontaminación para vomitar al suelo.

Ya has visto con anterioridad cadáveres, pero esto... esto es otra cosa muy diferente. Al pasar no puedes evitar cruzar tu mirada con la de los muertos, que parecen devolvértela. Y el hedor es insoportable, llena todo tu ser, y te hace empezar a tener sudores. Te maldices por tu debilidad, tú, que siempre has estado tan orgulloso de tu preparación y resistencia.

Poco a poco, detienes tu trote y sin darte cuenta, te separas del grupo. Oleadas de calor recorren tu cuerpo, impidiéndote respirar. La casualidad hace que te hayas quedado enfrente de un carrito de niño. Al ver su interior, apartas la mirada con horror. El calor no te deja respirar y, sin siquiera pensar en ello, te arrancas la máscara del equipo anticontaminación para empezar a dar bocanadas de aire.

De pronto os dais cuenta que vuestra formación se ha roto. Nohman da el alto mientras os volvéis para ver como Hale se apoya en una pared mientras su cuerpo se convulsiona por arcadas y Crawford se ha quedado quieto en mitad del pasillo, pasándose la mano enguantada por su rostro cubierto de sudor.

No podéis evitar daros cuenta que ambos se han quitado las máscaras de los trajes anticontaminación...

entramos en el centro comercial, rifles en mano. a nuestros pies el paisaje es desolador y el olor que flota en el aire no ayuda a dominar la situación... me doy la vuelta, hale y crawford parece que no lo llevan del todo bién.

Veis como me apoyo en la pared y apoyo una rodilla en el suelo, sin decir nada me quito la mascara sin pensarlo y vomito, no puedo moverme o al menos esa es la sensación que doy, mis ojos estan vacios, parece que la mirada de todos estos cadaveres me ha hecho ver aquello que ellos están viendo, mis manos tiemblan y casi no puedo sostener mi arma.

bajo mi arma y me dirijo a hale, que está casi en el suelo y acaba de vomitar. eh tío. digo con voz tranquila y media sonrisa en la cara, le apoyo una mano en el hombro intentando acaparar su atención. hale, mírame. no pienses, actúa. hemos hecho esto muchas veces, y lo volveremos a hacer. fija tu mirada lejos de esto, tenemos un objetivo y tiempo que nos corre detrás. ahora ellos ya no son lo importante. digo señalando todos los cadáveres a mi espalda.

C.L entra con fusil en mano mirando el kaos que hay en la sala todo el mundo muerto, saca un pañuelo de su bolsillo y se lo ata a la nariz para librarse un poco del hedor de los cadaveres y viendo que a hale lo tiene controlado collins se acerca a crawford.
-Hey Crawford tio, que coño te pasa, vamos hombre mas se perdió en la guerra, no olvides que estamos en medio de un operativo muy importante y te necesitamos tio, tu eres el mas sensato de todos asi que dejate de gilipolleces y mueve el culo!!!!!

Todavia aturdido y ante la insistencia de los demas miembros del equipo Crawford se recompone lo suficiente como para, sin hacer muchos alardes, continuar con la mision.

Nohman, que parece no estar afectado en lo más mínimo, comenta al ver que Hale y Crawford se han quitado la máscara:

Al menos ya sabemos que la neurotoxina ya no está activa. Si no fuera así, estos dos ya estarían muertos...

Crawford iba tomando buena nota de todo lo que iba a incluir en su informe una vez terminada la mision.

Una vez superado el mal trago, comenzo a inspeccionar visualmente el lugar sin separarse del grupo.

Bueno al fin parece que todo a vuelto a la normalidad, bueno eso si no contamos con el cementerio que han montado en este supermercado. Recordarme que no venga a comprar aqui. Bueno y ahora que jefe les pegamos un tiro a todos o eso solo te gusta hacerlo a ti???? jajajajja bueno dejemosnos de tonterias y vamos al grano.

Mueves alrededor tuyo el sensor del scanner viral y esperas a que el dispositivo procese los resultados. Lo hace al cabo de un momento y el análisis es concluyente: No hay rastro de agentes biopeligrosos en el ambiente. No queda rastro ya de la neurotoxina que ha causado esta masacre, y por lo tanto es seguro quitarse las máscaras del traje anticontaminación.

Vuelves a intentar rastrear la posición de los dos directores. En la pantalla se cargan los mapas tridimensionales del centro comercial y, ¡bingo! En primer lugar, puedes veros a vosotros, como iconos de color azul brillante, situados en mitad de la tercera planta. Pero un segundo despues aparecen los iconos que representan a los objetivos, en color rojo-anaranjado.
En primer lugar la doctora Luisa Sánchez, cuyo icono aparece en la zona privada de la primera planta, en una habitación que identificas como el lugar de entrada a la Colmena desde este centro comercial. Parece que la doctora no se ha movido mucho.
En cuanto al doctor Carl Smith, lo situas en alguna parte del segundo sótano (zona de aparcamientos), pero no puedes fijar la señal. Tendrás que volver a intentarlo cuando estés más próximo a él.

Sin embargo hay algo desconcertante. Las constantes vitales de ambos. Las de la doctora Sánchez son muy débiles, como si se encontrase en coma, pero las del doctor Smith están totalmente descontroladas, como si estuviera sometido a un intenso estrés o ejercicio, o más bien, como si estuviera con sobredosis de anfetaminas.

Si, creo que va siendo hora de colocar el artefacto. Ya tengo ganas de salir de aqui. Este sitio no es precisamente el jardin del eden.

el scanner muestra sus resultados, aunque quizás hale y crawford se han adelantado. chicos, nos podemos quitar las máscaras. digo, tomándo la iniciativa.