Partida Rol por web

Cuando waylander vuelve a la sala todas las runas están brillando con una calida luz amarillenta

Waylander sonrió con e premio en las manos, retiró la varita y tras guardarla en la mochila se dirigió a la salida de la torre con paso seguro.
Tras otear a ambos lados y comprobar que nada ni nadie le aguardaba a la salida emprendió el camino por el puente hacia las encrucijadas, hasta donde estaba el obelisco de hierro oxidado, para comprobar que nadi ni nada había llegado allí o dejado un nuevo mensaje para él. De nuevo sus pies no tocaron el puente.

Cuando Waylander estaba saliendo se fijo en que justo donde el había dejado la marca grabada en había un robusto e imponente enano, de casi metro cuarenta, embotado en una reluciente armadura de acero blasonada con un murciélago blanco.
De su yelmo, con forma de murciélago, brota una característica barba blanca y grisácea. Lleva en su espalda un imponente mandoble de acero, con empuñadura en forma de murciélago también. A su espalda se extiende una lustrosa capa, elaborada con el pelo de algún animal de un blanco intenso. Justo al lado del enano una desconcertante bestia, cruce entre la estatua de un enorme perro de presa y un gigantesco murciélago, cuya cruz se alza hasta los hombros de un hombre adulto. El ser lleva su dura piel color mármol claro cubierta por una barda defensiva de acero a bandas, en las zonas más vulnerables.
La figura parece haberse dado cuenta de su presencia ya que estaba mirando hacia aqui cuando waylander ha salido

El enano alzó su asta hacia el extraño, mientras conminaba a su montura a recular, cogiendo impulso para un salto, manteniendo una razonable distancia de poco más de 20 metros entre ambos:

-¿Quién o qué eres y qué haces aquí?- preguntó desconfiado a quien tenía delante -Contesta antes de acercarte más o lo lamentarás.- amenaza el enano al desconocido.

Waylander se detuvo, no quería provocar ningún enfrentamiento aún, y aquél enano podía tener la información que necesitaba.

Eso mismo te podría preguntar yo a ti. Y por cierto ... no suele ser muy inteligente empezar una conversación con un extraño amenazandolo, mi buen enano.

Waylander, no podía permitirse fiarse de nadie aquí. Aunque quizá erta otro juguete para Acerak...

¿El nombre de Acerak te suena de algo?

-¿No debería de sonarme? Está escrito en ese mismo muro de ahí atrás.- dice señalando al cruce de puentes a su espalda y al obelisco en él -Mi nombre es Rogan Anvilson; caballero del Murciélago Blanco y servidor del Señor del Yunque y el Martillo.- se presenta altivo, levantando el símbolo de su escudo visiblemente -En esta tumba hemos hallado tan solo muerte y desolación. Si estás en este lugar, o eres alguien que la dá, o eres alguien que la busca. Aunque, si eres de los que la dan, prepárate a recibirla en esta ocasión.- declara el enano.

Waylander se mantuvo cruzado de brazos y mirando al enano, y una fría sonrisa apareció en sus labios.
De nuevo te equivocas, me llaman Waylander y aqui ni busco la muerte ni la doy por ahora mi buen enano... pero sigo creyendo que tantas amenazas en un sitio como este resultan algo vagas. Waylander extendió los brazos señalando la inmensidad que se extendía más alla del puente y el obelisco en el que se encontraban.
Has dicho "hemos", entonces... has venido con alguien más? Iba contigo un niña de unos... quince años tendrá ahora...

Vaya imbecil... si estos son los jugadores de Acerak la partida va a ser muy corta...

-¿Una niña? No; había mujeres con nosotros, pero ninguna tan joven.- respondió el enano tras meditarlo un instante -¿Es por eso por lo que estás aquí? ¿Buscas a una adolescente en este lugar de pesadilla?- interroga el enano -Yo también busco a algunos compañeros extraviados. ¿Te has cruzado con alguien más en este lugar?- añade Rogan a la cadena de preguntas.

Acto seguido se gira hacia el enorme perro de piedra que monta y articula:

-Sssskh-orra Abyss; rrrkhh.- con extraños sonidos oclusivos y rascantes.

Como si hubiera comprendido algo, el perro mira en derredor, golpea el suelo un instante, y luego tensa los músculos que parece tener bajo su piel de roca.

No busco a esa niña, ella me ha llamado...

Al ver la acción del enano y como aquella bestia reaccionaba, Waylander tensó los musculos y se preparo por si iba a recibir algún ataque, ya era molesto estar perdiendo el tiempo allí clavado en medio de la encrucijada como para tener que enfrentarse a todo pretendido paladin jugando al juego de ese Acerak.

No, tu y tu mascota sois lo único vivo que he encontrado en esatas torres desiertas. Dime... has decidido ya cumplir tus amenazas?

-No, solo aviso a Abyss de que esté atento. Este lugar no es de fiar.- explica el enano -¿Y dices que esa niña te ha llamado y acudiste a su llamada en este lugar? ¿De dónde vienes, Waylander? Nosotros de Aguasprofundas, sirva como indicativo.- comienza el paladín.

Waylander quedó en silencio durante unos segundos, pensando como contestar al enano de forma coherente sin que pareciera una locura.

Vengo de bastante lejos, de ningún lugar en concreto, soy un vagabundo y antiguos lazos me atan a esa niña, ella me lamó y yo he acudido a ella, aunque parece que ese Acerak nos a traído aqui para ese juego suyo. Supongo que si ella está aqui entre estas torres llamadas Moil la encontraré. Aunque si eso se trata de un juego quizá haya separado tambien a tus compañeros. Se supone que los que participais en este juego debeis encontrar tres llaves, bien, en la torre que hay a mi espalda no hay nada, ni llaves ni compañeros.

Creo que ya hemos hablado demasiado y es hora de que continue mi camino, no se en que lío de habrá metido la gitanilla pero no puede retrasarme... ¿Por cierto, de que tumba me hablabas? Yo... no he pisado ninguna tumba para llegar hasra aqui, así que parece que juegas con ventaja Rogan Anvilson caballero del Murciélago Blanco y servidor del Señor del Yunque y el Martillo. Para que has venido?

Tras escuchar la peculiar explicación de su interlocutor, Rogan sopesa unos instantes la situación antes de aclarar la situación:

-Encabezo una comitiva de más de una decena de héroes, que han decidido combatir un terrible mal que se cierne sobre Faerun. Un abominable ente otrora caturado por los dioses está rompiendo sus grilletes mientras hablamos, Waylander el Vagabundo.- comienza a explicar el siervo de Moradin -Seguimos la pista hasta una ciudad en medio de una ciénaga lejana y corrupta y nos adentramos en las mazmorras de su edificio emblemático: la efigie de la muerte, en piedra trabajada. La mazmorra resultó un lugar de terribles consecuencias, y algunos de esos héroes ya no se encuentran entre nosotros;- admite con unos silenciosos segundos de pesar evidente - aunque hemos rescatado a otros de las entrañas de la tierra que se han unido a nuestra comitiva. En un momento de esta misión las traicioneras trampas del lugar nos separaron en dos grupos. Tras poner a los supervivientes del mío a salvo, me he adentrado en busca del segundo grupo. Creo que he cruzado alguna clase de portal que me ha traido a este lugar, a decir por tu historia, el escrito en el obelisco y mis propias vivencias. Aunque no soy consciente del hecho.- concluye su historia el enano.

Entonces parece sopesar algo durante unos instantes, y deja su alargada asta en su fijación sobre la silla, para extender una mano hacia adelante:

-No te deseo ningún mal, Waylander. Confío en que tampoco me lo desees a mí.- dice mientras su montura comienza a avanzar hacia el extraño a pasos lentos y cautelosos.

Waylander puede observar cómo sus patas se hunden levemente en las irregularidades del suelo, como si estas no existieran, de modo que el ser preternatural camina constantemente por terreno llano. Nada más comenzar a avanzar, Rogn se dirige de nuevo al bicho con una rápido sucesión de cloqueos, algo más pronunciada que la anterior. Luego parece cerrar los ojos y concentrarse mientras el enorme can avanza.

Rogan se concentro en su Señor del Yelmo y el yunque y agarrando su medallón, y tras pronunciar las palabras que debían mostrarle la verdadera esencia de las cosas
Ibsin munia vade etsEn su emnte se hizo el vacío mientras se concentraba y dejaba que los ojos de su Dios fueran los suyos entonces se hizo evidente la presencia de mal. Rogan siguió concentrado dejando que esa sensación se hiciera mas evidente, a medida que dejaba que su Dios le mostrase el camino de la verdad, localizó una sola esencia maligna y la tenía justo delante, la mano libe de Rogan se agarró a su montura el aura que tenía delante era abrumadora.

Waylander observó como Rogan Anvilson caballero del Murciélago Blanco y servidor del Señor del Yunque y el Martillo pronunciaba unas palabras

Ibsin munia vade ets Mientras su mano derecha agarraba con fuerza el medallaón de su deidad. Pudo presenciar como Rogan permanecía en esa misma postura durante varios segundos.

Todo sucedió en un instante, Waylander observó como la montura de Rogan cuyos pasos parecían caminar sobre barro, cuando lo hacían sobre la superficie del puente, ya que la misma estructura que había justo debajo de sus pies,parecía que no era lo solida que tenía que ser cuando su montura la pisaba.
La montura de este intentó introducirse en la roca del puente, Waylander contemplo admrado como la misma parecía fundirse en este cuando de repente la superficie pareció escupirle de nuevo.
Rogan observo como Waylander empezo sumirse en una capa de sombras que poco a poco pareció envolver toda su figura, una vez la sombras habían envuelto su figura, la misma fue desapareciendo como engullida por su propia sombra, hasta que esta misma también desapareci´ó