Partida Rol por web

- No me gustan demasiado los gnomos... - Dijo la enana mirando con desgana a aquel ser. - Son cabezones y... - No tenía muchos más argumentos. - ¡No me gustan!

No obstante se acercó hasta la mesa donde se encontraba aquel chatarrero. Se trataba de una comadreja carroñera, pero si tenía información valiosa Dwama haría un esfuerzo.

- Buenos día señor... Gnomo. - Saludó fingiendo una sonrisa. - Soy Dwama Pillin. Aventura... - Se presentó. - Busco información sobre la barbacana o el antiguo templo. Me ha dicho la semielfa... - Señaló en dirección a Maridosen. - Que usted ha estado husmeando por ahí... - Expuso. - ¿Puede aportarme algo de interés?

-Aventurera? barbacana? Templo?... La cara del gnomo era un batiburrilo de expresiones que no acababas e de entender. A mi que puñetas me cuentas maldita rata de túnel! Vete y déjame desayunar tranquilo! Váyase usted a la mierda! A LA MIERDA! ... venirme a mi con sus problemas y a contarme su vida! Largo y vete a buscar las castañas fuera como hacemos todo el mundo! husmeando... husmeando! husmeando! husmea a tu padre! 

Sin duda aquel Gnomo no era especialmente colaborador, todo lo contrario, o a lo mejor no había tenido tan buen dormir como Godofredo, fuera como fuese dejó claro que no tenía intención de ayudarte ni de hablar contigo.

Aquel ser era como el resto de escombros de aquella raza de encabronados cabezotas, un malhumorado y malhablado payaso de un circo de pulgas. No obstante, su mal humor solo consiguió sacarle una sonrisa a la enana.

- Recuerdeme si alguna vez le encuentro en apuros, que no trate de ayudarle para nada... - Sonrió y acto seguido busco a Vesta con la mirada. - ¡Ponle algo de beber a este buen amigo! - Le dijo y deposito cinco piezas de plata sobre la barra.

-Marchando! y se dirigió al Gnomo con una cerveza de 3 galones. Dejandosela en frente con una sonrisa de oreja a oreja. Cortesía de la señora del Ugrosh enorme!

-Pero que cojones? yo no he pedido esto y no quiero nada de enanos! dijo malhumorado.

Cuando la camarera iba a retirarsela hizo un gesto. No! no te la lleves! si es mía es mía! y le dio un gran sorbo.

Al oiros hablar con la guardia de seguridad y la discusión con el Gnomo malhumorado, el humano con armadura de piel que estaba  desayunando en una mesa de la posada se acerca a vosotros.

-Hola chicos! mi nombre es Chatri! aventurero de profesión y muy bueno por cierto! JAJAJA. He escuchado que vais de aventuras por la zona? si necesitáis ayuda competente, yo siempre estoy dispuesto por una parte justa del botín!

-Estuve hace una semana en la barbacana y está mas vacía que la botella de ron de un marinero tras una semana de viaje! En cambio el viejo Templo está llenito de grandes trasgos que se dedican al latrocinio y seguro que tienen un tesoro importante, que os parece? A mi ni me verán llegar!

-Soy de fiar! preguntadle a cualquiera! A que si Maridosen? Dijo guiñandole un ojo a lo ligón.

-Yo solo me fío de mi misma, de este tipo lo único que os puedo decir es que nunca se emborracha y que paga sus deudas.

-Mi familia, los Unosh, siempre pagamos nuestras deudas! Ja JA JA y a lo de no emborracharme es fácil! si te emborrachas puedes despertarte sin todo el oro ganado dignamente! 

-Que me decís? conozco la zona y soy un aventurero capaz!

El tipo rezuma confianza en sí mismo, veis su material y no es barato, por lo que debe tener una experiencia como mínimo igual a la vuestra, quizás mas.

-Chitón, plebeyo... Aquesta no es una decisión que pueda tomarse a la ligera...Más no nos corresponde a nosotros tomar tal decisión si no a los mismísimos dioses.

El conde se pinzó el mentón en pose pensativa. Muchas cosas pasaban por su cabeza y no quería dejar pasar ninguna que de verdad mereciese ser sopesada.

-Existe otro camino... Quizás el Rey de aquestos feudos pueda hablarnos de nuestra misión, pues él mismo formó parte de una Santa Cruzada como la nuestra en su tiempo.

- Yo propongo tomar la barbacana del foso e instalarnos allí. - Dijo Dwama de forma sorpresiva. - Quizás podríamos contratar a algunos guerreros para que lo guarden. Puede incluso que haya tierras fértiles y podamos atraer campesinos para que las cultiven y nos paguen tributos a cambio de protección y derecho a cultivar nuestras tierras. Con el tiempo podríamos reunir un pequeño ejército y combatir mejor así a los cultistas... - La enana soñaba con aquello, aunque sabía que sería una tarea ardua complicada. - ¿Lo veis posible?

-Tomar la barbacana? pero que decís? la barbacana está derruida! y que tierras cultivables va a haber en un cenagal rodeado de bestias inmundas y salvajes? 

-El Templo es lo único mínimamente habitable, por eso es donde se han establecido los grandes trasgos! Sino obviamente se hubieran ido a la antigua fortaleza, no a una Iglesia derruida.

- Vaya... - Musitó la enana decepcionada.

Ya se veía levantando una aldea alrededor de aquella antigua fortaleza, siendo su gobernadora y protectora y reuniendo un ejército suficiente como para plantearle cara a los... ¡A quienes hiciera falta! No obstante, las aclaraciones de aquel rufián le bajaron de nuevo los pies a la tierra.

Sin duda, de convertirse en la gobernadora de la barbacana, su abuelo estaría orgulloso. Gralburgo se llamaría la población, en honor a su abuelo. Sonaba un poco raro, la verdad, pero podría perfeccionar el nombre. Eso hubiera sido lo de menos.

Dwama suspiró fastidiada. Abandonaría aquella idea por el momento, aunque no de forma definitiva. Al fin y al cabo, si tenían que salvar el mundo, no podrían hacerlo solos. ¿O sí? Si la amenaza era grande, necesitarían un ejército. Eso lo tenía claro.

- Bueno... - Gruñó. - En ese caso, podemos empezar matando algunos grandes trasgos en las ruinas de templo. Con suerte encontraremos allí a Naz. ¿Naz se llamaba aquel tipo? - Les preguntó a Timmy y a Jack. - ¿Te suena ese nombre, Chatri? Es un humano, un arcano...

-Vale, pues cuando queráis marchar yo me apunto, estaré por aquí si necesitáis algo compañeros! Dijo el tipo de buena armadura mientras continuaba su desayuno.

En ese momento Dwama se percató de algo. ¿Dónde estaba el pequeño Timmy? Había dado por hecho que estaba con ellos, no se separaba nunca del conde, pero ahora... No estaba.

- Godofredo... - Llamó la atención del Conde. - ¿Dónde está el chiquillo?

Mientras el grupo habla con los otros tipos me acerco al tabernero:

-Muy buenas noble tabernero, desearía hacerle una pregunta, por casualidad en esta villa hay alguna mujer llamada María, necesito hablar con ella.

-No debéis preocuparos pizca por el infante. Ahora se encuentra en el hospicio de Sant Cuthberto a buen recaudo hasta que todo aqueste feo asunto termine.-respondió sin darle demasiada importancia.

— ¡Pero cómo! — Exclamó entonces la enana tras escuchar las palabras del conde. — ¿Quién le ha otorgado a usted plenos poderes para hacer y deshacer en lo que respecta a Thimmoty? ¿No cree que debería haber consultado qué hacer con él con el resto antes de llevarlo a un orfanato? — Dwama trataba de controlar su ira, pero no era fácil aquella mañana. — Sé cómo son esos orfanatos. Espero que al que le ha llevado sea diferente, porqué sino Timmy pasará hambre y calamidades y con suerte, su carrera de explorador se verá truncada por la de un bribón cortabolsas...  — Tomó aire. — ¡Pues es lo mejor que le puede pasar en ese lugar! — Gruñó enfadada.

El tabernero te mira extrañado y muy amablemente te indica que seguro que hay docenas de María en ese pueblo, pero que él no es de ahí.

Sorprendido ante el arrebato de la enana, Godofredo torció el gesto.

-Sosiega tus modales, mujer. No he dicho Orfanato sino hospicio. Desconozco domo serán los hospicios enanos, pero aquesto me hace ver que deben ser harto diferentes. Timmothy se encontrará a buen recaudo hasta que terminemos aquesta misión bajo protección de la canonesa, más no es mi intención la de abandonarlo en este pueblo.

Escuchas a Jack hablando con el posadero preguntando por una tal María, de la cual tú nunca habías oído hablar; Godofredo y Dwama están enzarzados en su discusión por el huerfano y no lo escuchan.