Partida Rol por web

Retorno

Capítulo 5. Veritaserum

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15/09/2014, 23:42
Narrador

Este era el primer año que no te hacía verdadera ilusión la llegad de la Navidad. Cuando eras una niña esperabas ansiosa que pasaran los días para decorar la casa, comer dulces a todas horas y recibir los regalos. Cuando llegaste a Hogwarts, se convirtió en una fecha en la que podías volver a casa, ver a tu familia y desconectar. Pero en esta ocasión, hacía casi dos meses que habías visto a tus padres día tras día, solamente saliendo de casa para acudir a la academia improvisada que habían preparado para vuestro nivel. Estaba empezando a ser algo desquiciante.

- ¡Arianna! ¿Puedes venir a echarme una mano? - tu madre parecía bastante apurada. Quedaban todavía muchas cosas que preparar para la comida de Navidad y el resto de vuestra familia estaba a punto de llegar. Tu padre incluido. Había estado tan ocupado que ni siquiera te acordabas de la última vez que habías podido sentarte con él para hablar de algo. Y cuando podías sacar un hueco, él no quería ni oír hablar de tus cuestiones relacionadas con la situación política actual. "En casa también no, por favor", solía decir.

- Ayudame con esto, tenemos que llevarlo a... - una serie de chasquidos hicieron que casi se le cayeran al suelo las galletas que estaba sacando del horno. Tu madre era muggle y, a pesar de tener una maga casi graduada en casa, no permitía que nadie metiera magia en su cocina.

- ¡¡¡Ya estamos aquí!!! - Era la voz de tu padre. Hacía tiempo que no le escuchabas de tan buen humor. Era el efecto que la Navidad tenía en él. - Corre, marcha a recibirles, yo acabaré de preparar todo - siguiendo las instrucciones de tu madre fuiste hacia el salón. Clarissa y sus padres también habían llegado. No os veíais desde que os fuisteis de Hogwarts.
 

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15/09/2014, 23:52
Narrador

Este mes y medio que habías pasado en casa había pasado como un sueño. Las relaciones en casa se habían reducido al mínimo y tu te habías limitado a asistir a tus clases y estudiar. El resto del tiempo lo pasabas en la cama durmiendo o poniendo todos los esfuerzos en intentarlo. Pero no todo había sido oscuridad. Durante este tiempo habías recibido dos visitas de Isaac. Las dos por sorpresa y las dos tan molestas como rejuvenecedoras. Se había limitado a colarse en tu habitación, contarte las cosas que había estado haciendo ese tiempo y hacerte reír... si lo conseguía. La Vinny que un día conoció ya no estaba allí, pero a él no parecía importarle.

Poco a poco fuiste estando mejor. Quizá estuviese relacionado con que Andelin acabase marchando de casa, tu padre hiciera el esfuerzo de volver antes de trabajar y tu madre comenzara a interactuar con quien estuviera en la misma habitación. Todos os ibais recuperando del shock que os había producido la marcha de alguien que nunca desaparecería de vuestros corazones.

Por todo esto, encontrarte con la casa decorada de arriba abajo te supuso un shock. Por un momento creías que te ibas a echar a llorar, pero acabaste arremetiendo contra los decorados, arrancándolos de las paredes y rompiéndolos a pedazos. Fue Andelin el que te acabó sujetando por la espalda y obligándote a parar. No habíais vuelto a hablar desde ese día en el Gran Comedor pero, de alguna manera, su presencia allí te resultó reconfortante. Quizá pudieseis ser una familia medio normal por una vez.

La siguiente hora la habías pasado tumbada en el sofá acurrucada en una manta. Había sido un brote puntual. Hacía ya un tiempo que habías dejado atrás tu estado depresivo. En su lugar habías comenzado a tener algunos brotes de rabia e ira cuando algo te recordaba demasiado a tu hermana. Para la tranquilidad del mundo, eran muy esporádicos.

Podías escuchar como tus padres hablaban en la cocina. Con los ojos cerrados y mezclado con el olor que salía de allí, parecía otro año normal. La única diferencia era que vosotros nunca estabais en casa por Navidad. Siempre asistíais a la gran fiesta organizada por la familia Jackson, algo que nunca había sido de tu agrado. En esta ocasión la familia habia visto más oportuno quedarse en la privacidad del hogar.

- ¿Estás mejor?

La voz profunda fue acompañada de un acolchado ruido. No habías abierto los ojos pero ya sabías que tu hermano se había sentado en el sofá que estaba frente a ti. Te estaría mirando en silencio, con el rostro impertérritro y unos ojos como témpanos.

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16/09/2014, 00:06
Narrador

Nunca llegaste a volver a casa. Conseguiste convencer a tus padres de que era mejor que te quedaras en casa de algún amigo mago para acudir a las clases. Tenían chimenea y estarías en un momento utilizando la red flu. No pareció importarles en absoluto. Eran tan independientes como tú.

Te habías quedado en casa de Janeth. Era un beneficio mutuo. Tu estabas protegida y ella suplantaba el hueco que había dejado Jay.

- ¡¡Despierta dormilona!! - mientras te gritaba te pegaba con la almohada en la cabeza. - ¿Cómo puede ser que una persona duerma tanto? No me lo explico.

Estabas desorientada pero no te pasó desapercibido el increíble olor que procedía del piso de abajo. Solo necesitabas unos segundos para darte cuenta de lo que estaba pasando: era el día de Navidad. Ni con esas podías abrir los ojos. - ¿No quieres abrir los regalos o qué, June?

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16/09/2014, 00:11
Narrador

Volver a casa nunca había sido tan reconfortante. Al principio tenías cierto miedo. No habían pasado ni 24 horas que habían intentado asesinarte. ¿Qué te podía asegurar que ibas a estar tranquila con tus padres? Pero solo necesitaste llegar para darte cuenta de que las cosas allí eran muy diferentes. Parecía que no existían los peligros. En realidad, casi parecía que no existía Hogwarts. Solo habías recibido noticias de Lucas, que te había mandado una horrible tarjeta recordatorio de uno de los viajes que había decidido hacer. Parecía que el gryffindor no se estaba tomando muy enserio las clases. Luego estaba Jason. Prácticamente no lo habías visto en todo este tiempo. Los únicos momentos en los que estábais juntos era cuando ibais hacia el centro que os habían asignado, trayecto en el que no decía ni una sola palabra. Ni siquiera tenía los arranques de ira que eran tan familiares en él cuando estaba enfadado o dolido. Era como si hubiera muerto por dentro.

Por suerte, parecía que ese día había decidido daros una tregua. A primera hora de la mañana había ido a tu cuarto a despertarte. Era una tradición familiar. Él te despertaba a ti, y vosotros juntos a vuestros padres. Entonces era el momento de abrir los regalos. La única diferencia era que, este año, parecía habérseos pegado las mantas a todos. Ya eran las 12 de la mañana y aun estábais bajando al salón a descubrir las sorpresas que os habían traido ese año.

Notas de juego

(Te dejo libertad para que tú describas cómo está todo decorado :p)

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16/09/2014, 00:19
Narrador

Habías intentado convencer a tus padres por activa y por pasiva de que no te hicieran ir a la comida navideña. Te habían dado media docena de razones y, al ver que ninguna funcionaba, te dieron un argumento irrevocable: harías lo que le dijeran mientras fueses un mantenido. Así que ahí estabas, en la entrada de la casa de Sarah esperando a vivir una tensa comida con las familias Redmoon y Clarks.

No deberíais estar allí. Desde que tienes uso de razón habías asistido a la fiesta de la familia Jackson, al igual que la familia de Sarah y Lucas. Pero este año las cosas en el ministerio se habían complicado y había algunas familias que habían decidido mostrar su desacuerdo ausentándose del evento. Tú no estabas de acuerdo. ¿Cómo ibais a enteraros de lo que ocurría si no estábais allí?

Por la cara que tenía Lucas cuando entrasteis, parecía pensar lo mismo. Por supuesto, no te lo dijo... y tampoco Sarah. En els salón la mesa ya estaba puesta. Ibais a comenzar a comper en cualquier momento. Los adultos charlaban mientras bebían sus copas a lo largo de la sala, mientras tus compañeros estaban algo más apartados en los sofás.

- ¿Quieres un poco de vino, Liam? - No podía ser otro que Robert. Siempre era el que os facilitaba algo de alcohol en las fiestas, incluso en vuestros inicios de adolescencia. - Ponte cómodo. Estamos a punto de empezar a comer.

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16/09/2014, 00:43
Narrador

Llevabas cerca de dos horas jugando con tu hermanita y parecía que habían pasado cinco minutos. Ya habíais abierto los regalos y habíais probado prácticamente todos. No habíais recibido nada de tu tío, pero no hacía falta. Entre tus abuelos, tios y primos habíais hecho que la pequeña no sintiera la falta de nada. Todo el mundo quería a Vivian aunque nadie se atrevía a contradecir a tu padre. Ya habían hecho más de lo esperado esas Navidades.

Tú habías recibido un kit nuevo de Quidditch, pelotas, escoba y todos los complementos habidos y por haber. Estabas tan entretenido que, por primera vez en un mes y medio, todavía no habías pensado en Kate. La separación había sido más dolorosa de lo que habías esperado. Sobretodo, porque te habías obligado a no ponerte en contacto con ella en todo este tiempo. Al menos hasta que aclararas tus ideas.

La únicas personas de Hogwarts con las que habías mantenido el contacto eran Lucas y Scott, aunque no habíais compartido grandes cosas.

- ¿Has vuelto a tu niñez o qué, Matthew? - fue la voz de tu primo la que te sacó de tu ensimismamiento. También el hecho de que Vivian saliera corriendo para tirarse a sus brazos. - Venga, moved ese culo los dos. Es hora de comer y ya están todos esperándoos.

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16/09/2014, 01:04
Narrador

Llevabas cerca de quince minutos observando a los presentes. Un año más tu casa había sido colonizada por las familias más poderosas del mundo mágico. Era tradición que tu familia fuera la anfitriona de la comida navideña, y eso solo cambiaría el día en el que vuestro estatus cayera en picado. Merlin no lo quisiera.

No te pasó desapercibido las novedades de este año, materializadas en ausencias. Las familias Nathiel, Clarks y Redmoon no habían acudido, tras una serie de malentendidos en la cúpula del Ministerio. Tampoco lo había hecho la familia Oswald, aunque eso sí que te parecía algo más lógico. No te sorprendió ver a la familia Black, aunque debiste ser el único. Con la llegada de Cassandra y Ayrton, junto a la pequeña Katherine, el silencio y los murmullos invadieron la sala. El ambiente no tardó en recobrar la normalidad cuando tus padres les recibieron de la forma más amistosa, invitándote a unirte a ellos.

- Ryan, un placer verte de nuevo. - el señor Black te estrechó la mano con entereza, mientras Cassandra se inclinaba hacia ti para darte un beso en la mejilla. - Tan apuesto como siempre. Está claro que ha salido a los Jackson - agregó la mujer, lanzando una mirada cómplice hacia tus padres.

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16/09/2014, 01:27
Liam Nathiel

Navidad.

Llevaba tiempo esperando que llegara aquel momento, aquella oportunidad de volver a ver a Ryan, quizás tambien a Ari. Desde hace años, asi habia sido al menos.

Desde que Hogwarts cerró, no había hecho prácticamente nada. No habia sucedido prácticamente nada. Había enviado a Ari una lechuza semanal, asegurándome de que estaba bien, hablando con ella de cosas "triviales", que me sirvieran para constatar que no habia sucedido nada malo. Lo mismo habia sucedido con Ryan. Tras abandonar Hogwarts, habiamos llegado a la conclusion de que lo más prudente seria postponer algo nuestro encuentro. Si habia alguien siguiéndonos la pista, le resultaria mucho más dificil dar con nosotros, eso estaba claro. Y Navidad, por lo tanto, era la primera y mejor oportunidad que se presentaba para nosotros.

Sin embargo, entonces habian llegado mis padres, jodiéndolo todo. Por alguna razón, habian pensado que lo mejor que podiamos hacer despues de que hubieran tenido que cerrar el colegio por haber asesinado a varios crios y por haber atacado a hijos de muggles, lo mejor que podiamos hacer era hacerle un feo a los Jackson y posicionarnos claramente en su contra. Como estrategia politica no tendria precio, pero habia que ser gilipollas para intentar proteger asi a tu familia, eso estaba claro.

Me habia opuesto, me habia quejado, habia pataleado... hasta que mi padre se cuadró, recordandome que aun me estaban manteniendo y que, como siempre, habia que hacer lo que le saliera de los cojones. Hasta aquel momento no me habia importado hacerlo, pero en aquel ultimo mes y pico, tenia mejores cosas que hacer y, a decir verdad, por alguna razon estaba comenzando a ver las ocurrencias de mi padre como autenticas gilipolleces.

Lo de Hogwarts me habia afectado. No solo las muertes. La angustia, el juramento, la desconfianza, la traicion. Y como colofon final, lo de Kate. No, definitivamente no era el mismo. Me habia vuelto más esquivo, más arisco. No habia vuelto a hablar con nadie de Hogwarts, a excepcion de ellos dos, y tampoco es que me apeteciera mucho hacerlo.

Sin embargo, la divina providencia, que parecia estar ahi para joderme la vida, hizo que, finalmente tuviera que verme alli, sentado, con Lucas y Sarah, despues de casi dos meses sin vernos, y sin hablarnos. Y, por si fuera poco, me moria por un cigarro.

Froté los dedos, nervioso, repiqueteando sobre la mesa. Alli estaban Lucas y Sarah, sin siquiera acercarse a mi. Toda una declaracion de intenciones, estaba claro. Y lo peor es que, a aquellas alturas, casi habia empezado a dejar de importarme. O, al menos, me dolia lo suficiente como para suponer que asi era.

Por suerte, Robert se acercó, con algo de vino. Parecia mentira que fuera el padre de Lucas, del mismo Lucas que estaba intentando evitarme. De puta madre, tio, tu si que sabes. Le tendi mi copa, asintiendo, con una media sonrisa- Gracias, Robert. Te portas. - le dije, intentando sonar amable, dedicándole una media sonrisa- No te preocupes... ya me siento... ¿Todo bien, por cierto? - pregunte, por cortesia, mientras acababa por lllevarme aquella copa a los labios.

Tenia mas preguntas para el, pero dudaba que fuera a darme alguna respuesta.

Seria mejor tantear primero el terreno.

 

 

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16/09/2014, 08:56
Berenice Blair

Decir que su vida había sufrido un cambio era un gran eufemismo. Vinny se había mentalizado para asistir al funeral de su hermana, para guardar las cosas que había recogido Kate e incluso para ver a sus padres por primera vez tras darles la noticia. Todo aquello había sido devastador pero de algún modo lo había logrado. Lo peor había venido después, cuando la vida había seguido adelante como si aquello fuera una obra de teatro y primase el pasar de los actos. Las clases, estudiar... todo aquello la mantenía ocupada pero la invadía la desazón por hacer algo tan banal. Llegar a casa y encerrarse en la habitación sabiendo que Faye no se pasaría por ahí era aún peor.

Pero tras dos semanas se dio cuenta de que podía empezar a pensar. Su mente no la dirigía una y otra vez hacia cualquier detalle nimio relacionado con Faye. Durante unos días había tratado de aferrarse desesperadamente a los pensamientos sobre su hermana, sintiendo una profunda culpabilidad como si seguir adelante estuviera mal aunque finalmente se impuso la razón.

A partir de ahí los días habían pasado a ser monótonos de un modo agradable, casi se diría que sencillos. Aburridos. Su estado de ánimo había caído en una especie de vacío. Se sentía capaz de reír y bromear pero ya no era tan natural como antes y, desde luego, no tan frecuente.

Isaac la había ido a visitar un par de veces. El único de sus amigos. Aquel rechazo no la había hecho sentir mejor y aquel era un motivo extra por esforzarse cuando él venía. Lo cierto era que Isaac lo hacía natural y había logrado que en algunos momentos fuera casi la Vinny de hacía unos meses. Casi. En aquellos momentos era prácticamente lo que le daba más miedo: que Isaac se cansara de ella; sin embargo era dolorosamente obvio que no estaba bien.

Obvio para todos. Incluso la relación con sus padres había mejorado de algún modo. Vinny no les había perdonado pero no siempre podía quedarse aislada en su habitación esperando que Faye apareciera. En cuanto a Andelin, se había marchado, posiblemente por varios motivos: por no compartir tanto tiempo su espacio vital con ella, por no tener que convivir con el dolor de sus padres, por no ver el sufrimiento de Vinny como recordatorio constante y sobre todo por la asfixiante y notoria ausencia de Faye. Su desaparición no había contribuido en la felicidad de Vinny como hubiera sucedido en otros tiempos pero al menos había podido moverse por la casa, deambulando, sin encontrarlo.

Iba a clase, estudiaba, atendía sus necesidades básicas y dormía, mucho. De algún modo parecía que se hubiera centrado en sus estudios pero era más una forma de ocupar el tiempo puesto que aquel futuro que con tanta ansia había perseguido ahora le parecía algo sin importancia. Seguiría en aquella dirección pero era más por costumbre que por un verdadero deseo.

Estaba claro que no estaba en su mejor momento por mucho que aparentara constantemente y aquello se había traslucido cuando, a principios de Diciembre, su madre había colocado una foto de Faye saludando y riendo junto a Vinny en un delicado marco de plata en la sala de estar. Vinny lo había mirado durante lo que le pareció una infinidad, tambaleándose ante un enorme abismo negro mientras un ardor la llenaba por dentro. Lo demás apenas lo recordaba, sabía que había cogido la foto y había increpado a su madre a voz en grito por haberla puesto ahí como si nada hubiera pasado, incluso le parecía que en algún momento la había acusado cruelmente de no haber estado ahí para contemplar el cadáver de su hermana. La foto había acabado estampada contra el suelo, con el cristal hecho añicos y su padre sujetándola.

Aquella había sido la primera vez pero no la única, le había sucedido un par de veces más, lo mismo que ahora al entrar y ver todos aquellos insultantes adornos navideños que acostumbraba a colocar Faye. Casi la había visto ahí, de pie, cantando para sí mientras decoraba la sala. Y aquellas lágrimas que hacía semanas que no dejaba escapar habían vuelto a amenazar con acabar con ella hasta que, en su lugar, había terminado por arrancar todo lo que había podido hasta que los brazos de su hermano la habían sujetado.

Ni siquiera sabía cómo había acabado estirada en el sofá bajo aquella manta, controlando su respiración para calmarse durante aproximadamente una hora. Escuchaba las voces de sus padres como un arrullo lejano y aunque sospechaba que querían llevarla a San Mungo a que la viera un especialista, no le importaba. Tal vez tuvieran razón. Quizás se había roto por dentro y ni siquiera el tiempo curaría sus heridas.

La voz de su hermano disipó aquellos pensamientos, dándole a entender que era hora de volver otra vez al cruel mundo de los vivos. Vinny no reaccionó. Era extraño cómo había cambiado la relación con Andelin. El odio que antes la había inundado, la burla hacia sí misma y el miedo, habían desaparecido. No le perdonaba, no quería empezar una entrañable relación fraternal con él. Simplemente era como si todo aquello no tuviera sentido a la luz de los nuevos acontecimientos, como si aquellos sentimientos antagónicos hubieran perdido intensidad y ahora fueran una especie de indiferencia desganada.

- Sí - terminó por responder con un suspiro, abriendo los ojos e incorporándose, permitiendo que la manta se deslizara hasta su regazo. No pidió perdón por su arranque. Llevaba el cabello suelto, como siempre últimamente, con la sensación de control que le había dado tener su imagen perfecta desaparecida -. Feliz Navidad - dijo con cierta ironía, sin levantarse del sofá, aplazando el momento de ir a cambiarse y prepararse para aquella hipocresía de comida que a ninguno le apetecía.

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16/09/2014, 11:17
Mathew Trial

No había estado tan mal como esperaba. La familia se había portado con Vivian y conmigo. Probablemente no se hablaría sobre ello en la comida, sobre todo de los regalos de la hermana de Mathew, pero daba igual. Se habían atrevido a regalarle cosas, ya era más de lo que podía pedir.

Echaba de menos a mi hermana. Le encantó la idea de verme antes de lo previsto, se emocionó muchísimo, y Mathew también. Cuando la tenía cerca lo demás pasaba a un segundo plano y se centraba solo en ella y en hacerla feliz. No era muy complicado, ya que no era para nada caprichosa. En realidad, le bastaba con que estuviese con ella.

Agradeció profundamente los regalos recibidos. Tenía equipamiento completo! Le parecía increíble. Tal vez por fin conseguiría un puesto en algún equipo nacional. ¿Porqué no? No era nada malo. Se podía permitir soñar y fantasear. Intentaría hacer algunas pruebas de acceso para ver que tal le iba y se pensaba llevar a Vivian. Su tío no podría negárselo. O sí, pero daría igual, porque él ya era mayor de edad.

Sonrió cuando su primo entró y Vivian se lanzó a sus brazos. Parece que a alguien le han gustado sus regalos. Comentó, divertido, mientras se levantaba del suelo. Luego miró a su primo con sorna en la mirada. Tal vez tú también deberías, Ian. Vamos Vivian, no les hagamos esperar. Sobre todo a mi tío... A él no había que hacerle esperar.

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16/09/2014, 11:26
Kate Starks
Sólo para el director

Aquella mañana Kate se sentía feliz y relajada. Lo cierto es que no sabía que se iba a alegrar tanto de alejarse de Hogwarts y sus peligros. Además, Jason parecía haber recuperado algo de entusiasmo y nada la hacía más feliz que ver cómo su hermano se recuperaba de un gran trauma.

Katherine bajaba las escaleras con toda la familia. Todos hablaban tranquilamente, reían y se preguntaban unos a otros qué regalos tendrían. La chica llevaba en brazos a su hermanito que había cumplido el año hacía poco. ¡Cómo había crecido en todo aquel tiempo! ¡Y qué guapo era! Tan rubio como todos en la familia y los ojos verdes como los de Kate y su padre.

- ¡Qué tarde es! Démonos prisa o los regalos podrían haber desaparecido.

Al bajar al salón Katherine no pudo evitar sonreír. La salita de estar era tan grande como la sala común de Hufflpuff pero decorada de manera mucho más moderna. Paredes blancas con fotos familiares en la pared de enfrente, sobre la chimena en esos momentos apagada, de un blanco pulcro - de alguien había sacado Kate esa obsesión por la pulcritud- suelos de mármol y la mesa comedor de cristal con patas metalizadas. En esos momentos un gran árbol de navidad presidía la sala, al lado de la gran ventana que daba a la calle. A su alrededor muchísimos regalos envueltos se agolpaban. El olor a caramelo recién hecho inhundaba la estancia y Kate se sintió realmente feliz. ¿Le llegaría a Lucas la postal de Navidad que le había enviado? ¿Y a Mathew? ¿Y Clarissa? No estaba segura. Lo cierto es que desde que estaba en Manchester se había apartado bastante del mundo mágico a excepsión de las clases.

- ¡Vamos! ¡A abrir los regalos!

La mesa que la noche anterior sostenía un vaso de leche y un plato con galletas estaba vacío. ¿Quién se había levantado para comérselas? Miró entonces a su padre que tenía en esos momentos la boca llena. Por suerte ninguno de los pequeños se había dado cuenta.

La chica sonrió. Estaba feliz.

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16/09/2014, 12:49
Ryan Jackson

Habían pasado dos meses. Sin hermanos, ni amigos, había quedado solo en una enorme casa que resonaba con cada paso que daba por ella. La soledad no era algo que me preocupara, nunca lo había sido, y durante aquellos meses, fue algo que agradecí. Un pequeño remanso de paz en medio de aquella tormenta perfecta.

Un remanso que me permitió pensar en mi mismo, en lo sucedido, hacia donde dirigir mis esfuerzos. Un listado de objetivos a conseguir que siempre estaba iniciada y coronada por la misma pregunta. ¿Dónde está Rebecca? Las confesiones de la estúpida sangre sucia no me aclararon prácticamente nada, no me sirvieron de nada más que para saber que de alguna forma, sabía donde estábamos, que hacíamos y como lo hacíamos.

Durante las vacaciones tomé varias precauciones. La primera fue guardar el colgante con forma de serpiente en una caja y meterla en el desván. La segunda, investigar sobre el trazador. La tercera, una lista de posibles nombres por los cuales Rebecca podría haberse hecho pasar en el colegio. Pero ninguna era lo suficiente cercana a nosotros como para saber todo lo que sabía de nosotros. Ningún nombre excepto uno que seguía pensando que era por simple animadversión. Isaac Fisher.

En todo aquel tiempo no había recibido una lechuza de Vinny. Un ejemplo de que mi última petición había caído en saco roto, y solo el último acto de aquella obra de teatro. Se había acabado, y debía comenzar a plantearme que se había acabado... para siempre.

Solo, las heridas cerraron como aquel carácter orgulloso y frio volvió. Vinny se convirtió en una de tantas cosas en el montón de cosas por hacer, el mismo montón que cada dos o tres años uno debía tirar a la basura y olvidarse de él. En cambio, otras prioridades resurgieron haciéndome plantearme que camino debía seguir a partir de ahora.

Mi equipaje desde Hogwarts fue bastante ligero. Prácticamente nada. Las cosas de Vinny las tiré, las cosas de Regina las tiré, y la mayoría de tonterías que pudiera necesitar en aquel colegio de mierda, también las tiré. Ahora estaba en mi casa. A decir verdad, de las pocas cosas con valor que pude traerme fue una foto de Isabella, que estaba normalmente sobre el escritorio.

Además de los libros de estudios, que habían recibido nuevo hogar sobre mi escritorio, comenzaron a tener nuevos vecinos. Libros sobre Ley Mágica. Procedimientos del Wizengamot y en particular, el caso de Isabella. Y precisamente, aquella mañana había estado leyendo sobre el primer libro hasta que se acercó la hora de recibir a los invitados. Cerré el libro con un gesto cuasi mecánico, poniéndome en pie lentamente y marchando a la ducha.

Fue una ducha corta, donde me arreglé hasta que el único termino para describirme fuera perfecto. Y tras eso, seguí a mis padres en los habituales protocolos de la alta sociedad, saludando a cuantos allí llegaban atrechándoles la mano con decisión y fuerza. La casa se llenó rápidamente, y yo pasé a un segundo plano, observando a cuantos allí estaban.

No lamenté que ninguno tuviera hijos de mi edad. Así podía centrarme en lo realmente importante, que era ni nada más, ni nada menos que meter las manos en el Ministerio. Quizás el problema de Hogwarts fuera muy reciente, pero para mí no era el único problema y era una persona que gustaba de... pensar en el futuro. Ambicionar el futuro.

Los Nathiel no aparecieron. Ni me extrañó ni me sorprendió, ni me disgustó. Odiaba tener que abrir la puerta de mi casa al padre del paleto, su madre muggle y su hijo sangre sucia. De quien no había tenido noticia alguna tampoco, cosa que me molestaba potencialmente pero no podía echárselo en cara. Quien era un inútil, lo era siempre pasara lo que pasara... sin contar que posiblemente, estuviera dándole más importancia a mariposear con la fácil de su ex novia para ver si volvía con él. Patético.

La falta de los Clark y los Redmoon fue para mí el ejemplo claro del problema interno que sufría el Ministerio. Y de cómo Sarah y Lucas estaban involucrados de alguna forma en toda esta mierda. Porque si las familias de poder habían manejado a sus hijos en este juego de poder dentro del colegio, Lucas y Sarah debían ser dos peones más en el tablero.

Un tablero que todavía no sabía hasta donde llegaba, ni su forma, ni su composición, ni cuantos jugadores tenía. Y que esperaba poder sacar en claro durante aquella comida.

La que si lamenté fue la falta de la familia Oswald. Y no por la loca de su hija, precisamente, si no porque el Viceministro siempre era un referente de poder y que no asistiera era una forma de demostrar también que no quería implicarse o posicionarse. Entonces fue cuando comprendí que la cobardía innata y el miedo al que dirán de Regina estaba impreso por el carácter de su padre, que prefería esconderse bajo el ala del Ministro y asentir con la cabeza con tal de mantener el poder.

Cuanto habían cambiado las cosas en pocos meses. Siempre consideré a Oswald un hombre fuerte y de objetivos claros. Ver aquello me decepcionaba y me obligaba a replantearme si el valor que le di a Regina como hija del Viceministro no estaba... exagerado.

Aun así, yo aun seguía echando en falta a una familia cuando los demás comenzaron a abandonar el recibidor como si no esperaran a nadie más. Los Black. Para mí fue una mezcla de sentimientos, ya que por un lado, esperaba su llegada. Mi relación con ellos no solo era excelente, además para mi, eran como parte de la familia. Por otra, ver aparecer solo a tres de sus cuatro miembros hizo que sintiera cierta astilla clavada entre las costillas.

El primero en ser saludado fue el Señor Black. Estreché su mano con fuerza y entereza, la misma que él mientras lo miraba fijamente, sin acobardarme o mostrar sentimiento alguno. - Un placer tenerlo en casa, Ayrton. - Después, me dirigí hacia Cassandra a quien saludé devolviéndole el beso. - Me halaga en exceso, Cassandra. Pero si viene de usted siempre es bien recibido. - Por último, miré a la pequeña Katherine, a quien me incliné para dejarle un beso en la frente. - Me alegra volver a verte, Katherine. - Y tras eso, me incorporé, orgulloso y elegante, mientras arreglaba los puños de la camisa que llevaba.

Una de esas pocas ocasiones en las que me dejaba ver con traje.

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16/09/2014, 17:43
Robert Redmoon

La palmada que Robert te pegó en la espalda casi hace que parte del vino caiga sobre la moqueta. Fue en el momento en el que tus ojos se posaron sobre la copa cuando viste a Lucas y Sarah mirando hacia ti. No entendías su comportamiento pero no te importaba. Tenías delante tuyo a Robert Redmoon, una fuente de información mucho más potente que lo que nunca había sido su hijo.

- Todo bien, por supuesto... si tenemos en cuenta lo bien que se puede estar en estos momentos - se echó a reír con cierta amargura. No habían sido buenos meses para el mundo mágico, y eso siempre acaba reflejado en una excesiva presión sobre la prensa. Miró a su alrededor, comprobando en qué estaba la gente centrada. Los adultos continuaban inmersos en su conversación. - ¿Por qué no me acompañas fuera? Nos vendrá bien un poco de aire. - Sabía que no estabais bien con Lucas y, por algún motivo, no le importaba. O precisamente por eso quería sacarte a hablar. Fuera lo que fuese, pronto lo descubrirías.

- El mundo está cambiando Liam... y a los seres humanos no nos gustan los cambios - su mirada estaba fija en el horizonte. Tus ojos fueron directos hacia su rostro, en un intento de comprender mejor sus palabras. Tardaste en darte cuenta de que su mano estaba estirada hacia ti, mostrándote un paquete de tabaco abierto.

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16/09/2014, 18:02
Narrador

Andelin se mantuvo en la misma posición mientras te incorporabas. Sin mover ni un músculo, ni un milímetro de su rostro. No podías entender como dos personas tan diferentes como él y Faye habían podido ser hermanos... y haberse llevado tan bien.

- Bien - Su voz fue como la ruptura del ensueño. Se puso en pie con la tranquilidad, el aplomo y la cierta pizca de peligro que le caracterizaba. No volvió a mirarte. Echó a andar en dirección a la cocina, hasta que volviste a hablar. Una sonrisa divertidoirónica se dibujó en su rostro. - Feliz Navidad, Berenice.

No te preocupaste en absoluto por el tiempo que te había costado estar a punto. Tampoco sabías cómo lo habías conseguido. Si te mirabas al espejo te encontrabas con una Vinny idéntica a la de antes de la tragedia. Era increíble lo que podía hacer un poco de maquillaje, un bonito peinado y la ropa adecuada.

Por fin empezaste a bajar las escaleras. Te tomabas tu tiempo en cada escalón, como si eso fuese a permitirte llegar tarde a la comida familiar.

- Dicen que ayer volvieron a haber detenciones... - era la voz de tu madre. Siempre se había interesado por la política y la actualidad del mundo, tanto mágico como muggle; un rol que no siempre era esperado en una ama de casa y que chocaba por completo con su estado habitual de distracción. Solía guardarse las opiniones para sí, excepto en los círculos de mayor confianza. Pero ahora parecía todavía mas obsesionada de lo normal. Por alguna extraña razón, veían la muerte de Faye como una consecuencia del mundo que os rodeaba. ¿Cómo podía ser que lo hubiese aceptado de esa forma sin mover cielo y tierra para encontrar al culpable? - ...que el ministro de Magia ha pedido la cabeza de quien está liderando las manifestaciones.

- ¿Qué esperabas, querida? - Las discusiones políticas entre tu madre y tu abuela estaban a la orden del día. Quizá fuese por eso por lo que Romy había llegado a coger cariño a su nuera. - Lo que menos necesitamos ahora es un nuevo conflicto en el mundo mágico.

- Hace años que quedó atrás la Segunda Gran Guerra, abuela - Andelin no tenía tanta paciencia con ella. - ¿Y eso debería significar algo? - añadió Romy, de forma despectiva.

- Tengamos la fiesta en paz. - Y allí llegaba tu padre, mediando. El que más se callaba las opiniones serias y el que más tenía por aportar.

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16/09/2014, 18:44
Ian Muller

Ian dobló las rodillas en posición de 'sentadilla' para amortiguar el impacto de Vivian. Era pequeña pero ya empezaba a pesar. - Eso parece - te contestó, echándose a reír.

Parecía algo más relajado que las últimas veces que los últimos días en los que había tenido que duplicar su jornada para hacer frente a todos los problemas que habían surgido en el mundo mágico. La mayoría manifestaciones, quejas y conflictos derivados del acercamiento muggle. Tras los problemas sucedidos en Hogwarts parecía que la gente había empezado a posicionarse. Por desgracia, estabas seguro de que su estado de humor cambiaría en el momento en el que compartiera habitación con su padre.

Hacía mucho tiempo que no os reuníais tanta gente en estas fechas. Entre adultos y niños alcanzabais las quince personas. Vuestros sitios os esperaban. Había uno a la izquierda de tu tío Jason y los otros dos se mantenían justo en la otra punta junto a la tía Helen. Nada más cruzar la puerta Ian echó a andar hacia el sitio solitario.

- Todo esto tiene una pinta estupenda - declaró tu primo nada más dar un bocado a su plato. - No lo estará tanto si nos habéis hecho esperar a todos. - Tu tío había comenzado, y esta vez ni siquiera había dado a su hijo un minuto de tregua. - ¿Tanto trabajo os están dando en el Ministerio las revueltas?

Sabía perfectamente que sí. Era el subdirector de El Profeta y él también había sufrido las presiones que las revueltas habían generado en el mundo mágico. Pero tenía que comportarse como un capullo. Si no, no sería él.

- Lo están, sí - contestó Ian haciendo caso omiso a los dardos envenenados de las palabras de su padre. - Parece que los sucesos de Hogwarts fueron la gota que colmó el vaso.

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16/09/2014, 19:07
Narrador

La sonrisa y mirada que te dedicó Katherine solo podía ser la de una niña que emulaba convertirse en su hermana mayor. Daba igual lo que hubiese pasado, los Black siempre estarían orgullosos de Isabella, igual que tú.

Los invitados fueron colocándose en sus posiciones. Saludándose unos a otros, pronto pudiste leer intenciones políticas en sus movimientos. Eran pocos los que se acercaban a los Black. Mencia y Ethan Vaionalli, Amycus Macnair y los Malfoy componían la escueta lista. A duras penas pudiste mantener la mirada a Warlow Malfoy. Por suerte, parecía tener cosas mejores que hacer en el otro lado del salón.

Su llegada te sorprendió. No tanto que hicieran acto de presencia, pues ya era más que tradicional, sino que Ayrton y Cassandra fueran su segunda parada. Junto a los Fisher estaba Isaac. Parecía que al final sí que habría alguien de tu edad en la fiesta.

- Me alegra verte aquí Cassandra - la sonrisa de Nicholas parecía sincera. - Perdonad nuestra tardanza. Hemos tenido un contratiempo de última hora. - se excusó, señalando a su mujer y su hijo.

- ¿Altercados de nuevo? - La señora Black siempre se había caracterizado por no hacer ascos a la hora de hablar de temas candentes en cualquier lugar. Por suerte, estabais lo suficientemente alejados para que quedara entre vosotros.

- Por desgracia - contestó Fisher al instante. - Esta vez han sido bastantes más los detenidos. Parece que los ánimos se caldean por momentos.

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16/09/2014, 19:41
Berenice Blair

En el fondo, Andelin y Vinny tenían puntos en los que se parecían mucho y uno de ellos posiblemente era aquel sentido del humor sarcástico tras el que se escudaban algunas veces y con el que atacaban las restantes. Ni siquiera se dio cuenta de que el tono de su respuesta, tan idéntico al de ella, le había arrancado una sonrisa mientras ambos salían de la sala de estar por puertas distintas.

En algún momento llegó a la habitación, tan concentrada en no recordar otras Navidades que ni siquiera se había dado cuenta del recorrido. Sin embargo sí puso más cuidado en su vestuario. Por extraño que pareciera, era la primera vez desde el incidente que le apetecía arreglarse, como si aquello fuera a conseguir que el nerviosismo que bullía en su interior se evaporara. Rehuyó los colores vivos que ocasionalmente había vestido para coger un vestido negro, sencillo y con transparencias del pecho hacia arriba, como si fuera un palabra de honor con un añadido. Lo mismo sucedió con el maquillaje. Fue una acción natural y sin premeditación pero que la hizo detenerse unos segundos a pensar por qué aquel simple hecho le sorprendía tanto. Fuera bueno o malo, cuando acabó estuvo ciertamente satisfecha con el resultado, sin haberse dado cuenta hasta aquel instante de la palidez de su piel ni de las tenues ojeras que la acompañaban desde hacía semanas. Extrañamente, se sentía mejor y además le había permitido ganar tiempo para...ganarlo. Para evitar aquella reunión un rato más.

Con un sentimiento de inevitabilidad, se dirigió hacia la cocina, lugar en el que sabía que la estarían esperando todos, posiblemente observándola con cautela como si fuera a tener otro ataque. Buscó el tacto liso de su varita, escondida en la chaqueta que llevaba en las manos, infundiéndose calma.

Sus ojos estaban evitando deliberadamente los adornos cuando las voces empezaron a llegar hasta ella, primero atenuadas por la distancia y después con más nitidez conforme sus pasos, lentos, la llevaban hasta la cocina, irrumpiendo en el marco de la puerta justo cuando su padre ponía freno a la conversación. Se apoyó en el marco de la puerta, cruzando los brazos y fingiendo no ver ninguna de las miradas que le dirigían. De forma inesperada, la indiferencia de Andelin resultaba casi un alivio. Distraídamente se preguntó si debería preocuparse por encontrar las acciones de su hermano reconfortantes.

- ¿Qué manifestaciones?

 

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16/09/2014, 22:23
Mathew Trial

Mathew se sentó en los dos sitios que había libres. Dejó a su hermana el sitio más alejado de su tío Jason y fue él el que se sentó al lado de su tía Helen. Siento la espera. Dijo con educación antes de sentarse en la mesa. Esperó a que su tío empezase a comer para tomar la libertad de comer él mismo.

Torció el gesto ante el comentario de su tío a Ian. Suficiente había tenido su primo con lo que había pasado en Hogwarts como para encima tener que aguantar aquello. Sin embargo no dijo nada, principalmente porque aquello no habría hecho más que empeorar las cosas. En un intento de relajar la tensión decidí intervenir para desviar la conversación, aunque me interesaba mucho aquello. No era el momento de causar una pelea familiar, intentaría abordar a mi primo o incluso a mi tío en solitario. ¿Qué tal le van las cosas en el negocio tía Helen? ¿Consiguió firmar el contrato con los Alemanes al final?

Había sido a ella a quien le había pedido que diseñase el vestido para Kate y lo había hecho encantada, aunque había tenido que responder a todo un cuestionario por su parte.

Notas de juego

He supuesto que mi tía es vendedora de trajes. Si me he pasado avísame y edito el post XD

Mathew le ha regalado un vestido a kate. Uno de gala verde. Muy muy bonito XD

Y un libro sobre magos jóvenes, que fijo que hay. Con una dedicatoria: Siempre a tu lado, Mathew.

Que moñas XDDD

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16/09/2014, 23:18
Arianna Weasley

Estaba a punto de robar un cachito de galleta, cuando suena el timbre. Sin esperar la sugerencia de su madre, va hasta la puerta y recibe con un fuerte abrazo a su padre. Aunque este año las Navidades no eran tan importantes para ella, le gusta verle feliz. Seguidamente le planta un beso en la mejilla a cada uno de sus tíos y abraza a su prima. 

Bienvenidos a mi humilde hogar- dice, abriéndoles el paso a la casa con un movimiento en barrido del brazo. - ¿Qué tal todo?- le pregunta a los tíos y la prima.- Voy a ayudar a mi madre en la cocina pero enseguida estoy con vosotros para que me pongáis al día.- añade, y le lanza un guiño cómplice a su tío Thomas. 

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16/09/2014, 23:51
June Flatter

June despertó por los gritos de Janeth, realmente había sido un alivio que hubiera aceptado acogerla bajo su techo. Juen era consciente de que el peligro se seguía cerniendo sobre ella, peor al menos no estaría totalmente indefensa. Janeth estaba tratando de cubrir el hueco dejado por su hermano, pero lo cierto es que era de elogio la aptitud mostrada tanto por ella como por el resto de su familia.

La señorita Flatter finalmente no pudo dejar de emocionarse cuando recordó en que fecha se encontraba y terminó por salir de la cama de un salto.

- ¿Regalos? ¿De verdad tengo regalos?- se vistió a toda prisa y siguió a Janeth escaleras abajo como cuando era una niña