Partida Rol por web

Te costaba hacerte hueco por las calles de Hogsmeade. Después de tanto tiempo en casa de tus padres habías olvidado lo que era tener que sortear a una manada de magos obsesionados con llegar a su destino. Era normal que las calles de la ciudad mágica estuvieran repletas de transeuntes, pero lo de ese día era demasiado. Por mucho que aún fuera seis de enero.

No te fue difícil encontrarle entre todos los demás. Tenía la pierna doblada y, tanto su suela como su espalda, permanecían apoyadas en la pared del edificio. Mantenía las manos dentro de sus bolsillos, observando con tranquilidad lo que ocurría a su alrededor. Sabías que no estaba pasando el tiempo. Sus ojos registraban y analizaban todo lo que pasaba ante ellos.

Después de lo ocurrido en Navidad habíais seguido hablando varias veces al día. Lucas no tardó mucho en aprender el funcionamiento del walkie-talkie, lo que fue todo un alivio para tus oídos. Era él el que te había incitado para acudir a Hogsmeade ese día. Decía que algo importante estaba a punto de ocurrir.

- Creía que ibas a dejarme tirado - No te había reconocido hasta casi tenerte encima. Pero cuando su cerebro asimiló que se trataba de ti, su expresión absorta cambio por una amplia sonrisa. - ¿Has venido sola? - continuó, mirando a tu alrededor, con un brillo pícaro en los ojos. - ¿No tienes miedo de que te secuestre para siempre? 

- Berenice Blair, haz el favor de no comportarte como una niña pequeña.

Te rechinaba que Isaac te llamara así. Solo lo hacían tus padres, y cuando estaban realmente molestos con tu actitud. Pero en él quedaba tan fuera de lugar que solo podía sacarte una sonrisa, acompañada de un ceño fruncido. No pudiste hacerlo durante mucho tiempo. La cantidad de gente que había en las calles de Hogsmeade te impedían poder estar concentrada en algo más a parte de tu siguiente paso.

Todavía podías recordar su respuesta a tu nota. Te había llegado a la mañana siguiente cuando desayunabas e intentabas asimilar todo lo que había pasado el día anterior.

No te preocupes por mi, sé cuidarme. Nos vemos el seis de enero. Te pasaré a buscar a las 15pm. Ponte guapa, es un día de celebración. Y tranquila, ya me cobraré mi regalo.

Isaac.

Ahora lo tenías agarrado de tu mano y estirando de ti para hacerte avanzar más rápido. Te resultaba algo embarazosa la situación, sobre todo porque visto desde fuera parecíais una pareja de enamorados.

Por fin, el gran día. Habían pasado dos meses y cinco días desde que completasteis vuestro juramento. Y ahora, había llegado el momento de trazar vuestros siguientes pasos.

Estabais en la Cabeza de Puerco. Hubieseis preferido con diferencia que la reunión fuera en un callejón. Por desgracia, la inexplicable cantidad de gente que recorrían las calles de Hogsmeade hacía imposible encontrar un lugar tranquilo donde hablar.

Te sentías extraño estando en Hogsmeade sabiendo que ese año no irías a Hogwarts tras acabar las vacaciones de verano. Fue precisamente eso lo que hizo que aceptaras con tantas ganas la propuesta de Scott para pasar el día en el pueblo mágico. ¿POr que no? Te vendría bien desconectar de la excesiva dosis que habías tenido de tu tío en los últimos meses.

- Esto está imposible - murmuró Scott molesto. Llevabais un rato intentando avanzar por las calles de Hogsmeade sin mucho éxito. Nunca habías visto tanta gente reunida allí. ¿Qué podía estar pasando?

- Venga, vámonos - decidió finalmente tu compañero, desesperado. Sabías a donde iba: directo a las Tres Escobas. 'Pero si estará igual de lleno o más que el exterior', quisiste decir. Pero tus palabras nunca surgieron de tu boca porque, cuando entrasteis, os encontrasteis con un local prácticamente vacío. ¿Qué podía haber fuera tan interesante para congregar tanta gente y separarla de las deliciosas cervezas de mantequilla?

- Dos cervezas de mantequilla - indicó Scott, sentándose en la barra. Justo en ese momento June Flatter y Janeth Smith entraron en el local. Os saludaron con un gesto de cabeza pero se marcharon hacia una de las mesas más alejadas del otro extremo de la habitación. 

- Bueno cuéntame - continuó, esta vez mirándote a ti. - ¿Qué novedades tienes? Te veo bien para haber estado con 'él'.

Te sentías extraña estando en Hogsmeade sabiendo que ese año no irías a Hogwarts tras acabar las vacaciones de verano. Fue precisamente eso lo que hizo que aceptaras con tantas ganas la propuesta de Janeth para pasar el día en el pueblo mágico.

- Esto está imposible - murmuró Janeth molesta. Llevabais un rato intentando avanzar por las calles de Hogsmeade sin mucho éxito. Nunca habías visto tanta gente reunida allí. ¿Qué podía estar pasando?

- Venga, vámonos - decidió finalmente tu compañera, desesperada. Sabías a donde iba: directa a las Tres Escobas. 'Pero si estará igual de lleno o más que el exterior', quisiste decir. Pero tus palabras nunca surgieron de tu boca porque, cuando entrasteis, os encontrasteis con un local prácticamente vacío. ¿Qué podía haber fuera tan interesante para congregar tanta gente y separarla de las deliciosas cervezas de mantequilla? Os llamó la atención que dos de los clientes fueran Scott Seen y Matthew Trial. Les saludasteis con un gesto de cabeza y fuisteis directas al otro extremo del local.

- Dos cervezas de mantequilla - indicó Janeth, dirigiéndose a una de las mesas más alejadas. - ¿Qué crees que está pasando? - preguntó mirando hacia el exterior.

Podía decirse sin lugar a dudas que aquellas eran las peores fiestas que había pasado en su vida y sin embargo no estaba realmente triste, no del mismo modo al menos. La tristeza la acompañaba como su sombra, a la que ya se había acostumbrado, pero el hecho de haber empezado a mostrar interés por lo que sucedía a su alrededor la mantenía ocupada e interesada por el mundo en el que vivía, cosa que era una novedad.

Sabía, sin necesidad de ponerlo en palabras en sus pensamientos, que lo peor ya había pasado, al menos en lo que respectaba al fallecimiento de Faye. Ahora estaba la obsesión que la mantenía mirando por la ventana a la espera de que llegaran las dos respuestas que tanto ansiaba, deseando tener un indicio para empezar a buscar al culpable, la obsesión que la mantenía despierta por las noches. También había otro motivo para ansiar recibir aquellas dos cartas, por supuesto, y era el de demostrarle a su hermano que merecía la pena enseñarle legeremancia y confiar en ella. Aquello era importante, tuvieran la relación que tuvieran como familia, ya que su puesto en el Ministerio le proporcionaba una fuente inagotable de información de la que ella carecía. Necesitaba ganarse su confianza.

Isaac encajaba en todo aquello de un modo extraño. Permanecer en su casa le seguía produciendo la sensación de estar encerrada, lo que la mantenía jugueteando durante horas con el anillo que le había regalado, tentada a llamar al único amigo que sentía que le quedaba. Pero, ¿podía fiarse de él? La nota que le había enviado al día siguiente la había reconfortado y sabía que Isaac estaba para los malos momentos, sin duda, pero la necesidad de confianza en aquel momento iba mucho más allá de eso.

No obstante nada de eso había evitado que el día seis por la mañana se despertara con impaciencia, deseando escapar de su encierro. Cierto que podría haber salido sola pero era un quiero y no puedo, una mezcla de ansia y tedio que la habían mantenido en su habitación, esperando casi tanto como temiendo la llegada del fatídico día de su cumpleaños.

Acababa de cumplir los dieciocho ese mismo día y por desgracia las pocas líneas de Isaac le hacían pensar que lo había recordado. No era que estuviera desanimada era simplemente que no le apetecía celebrarlo. Celebrar cosas se había convertido en una especie de evidencia de la ausencia de Faye y casi un insulto a la misma. Y aún así había acabado cediendo al deseo de Isaac y se había puesto la ropa muggle que le había comprado su hermana para su último cumpleaños: unos tupidos leggins negros (se había apuntado el nombre para no olvidarlo), unas botas de ante color chocolate y un vestido corto o una blusa larga - suficiente para taparle el culo por lo menos - según se viera, de manga corta y del mismo color que las botas. Tampoco es que se viera demasiado pues llevaba una gruesa chaqueta negra le llegaba justo por encima de las rodillas. Todo aquello iba rematado por su flamante cabellera rubia que le caía hasta media espalda y por la cadena con el anillo de Isaac, aunque no había ni rastro del que le regaló Ryan, que seguía guardado en el mismo cajón que ambos libros, que al final no había sido capaz de leer. Dentro de un bolso cruzado que le golpeaba rítmicamente a la altura de la cadera llevaba su monedero, su varita y, oculto en un compartimento secreto que ella misma había fabricado, un frasco de veritaserum. ¿Sería aquel el día?

Había estado a punto de marcharse de su casa sin decir nada, como de costumbre, pero teniendo en cuenta los acontecimientos recientes en los que se hallaba sumido el mundo mágico le había comentado con incomodidad a su madre con quién iba a salir y a dónde, de modo que si algo le sucediera a ella al menos ellos sí que pudieran empezar a investigar. Había sido un momento raro que por suerte había interrumpido Isaac con su llegada.

Y casi antes de darse cuenta se había visto arrastrada a Hogsmeade, arrasada por una oleada de turistas, siendo remolcada por la mano de Isaac que evitaba que se separaran entre la muchedumbre, lo cuál era bastante embarazoso pero no malo del todo, pues era casi el primer contacto afectuoso desde hacía meses.

- Al menos podrías decirme a dónde vamos y así podrías dejar de tirar de mí como si fuera tu hermanita pequeña - le replicó ante aquel comentario tan de padre que el exravenclaw había utilizado para chincharla, lo cual parecía ser su deporte favorito. O, siendo sinceros, para verla sonreír. Sabía que últimamente se había mostrado tan taciturna y en ocasiones inaccesible que Isaac se las veía y se las deseaba para sacarle una risa.

- Si te dijera a donde vamos hacía tiempo que hubieses escapado de ti - contestó Isaac con toda la naturalidad del mundo. Sus palabras te revolvieron el estómago. ¿Qué estaba planeando? Hiciste un rápido repaso de todas las cosas que podía haber y se podían hacer en Hogsmeade, intentando encontrar la más alocada, embarazosa o desquiciada del lugar. No necesitaste ni medio minuto para encontrar dos o tres situaciones en las que esperabas no verte envuelta. Por suerte o por desgracia, lo que ocurrió ni siquiera estaba contemplado en tus opciones.

Al principio no pudiste reaccionar. Estabas plantada frente a Madame Pudipié, el salón de té donde las parejas de enamorados se reunían para darse arrumacos y carantoñas de una forma que, solo de pensarlo, te provocaba ganas de vomitar.

- Por favor Vinny, no pongas esa cara - Isaac te miraba con una ceja levantada y una expresión que te dejaba claros los esfuerzos que estaba haciendo por no echarse a reír. - Sé que querrías un cumpleaños tranquilo, y este es el único sitio que reserva salas individuales - la sonrisa pícara que surgió en sus labios te dejó claro para qué podían quererse esas habitaciones - Teniendo en cuenta la cantidad de gente que hay hoy aqui - continuó, señalando con la cabeza a los transeúntes - Creo que ha sido la mejor opción.

Su argumento era irrefutable. Pero seguías sintiéndote increíblemente incómoda.

- Venga mujer, que tengo una sorpresa para ti.

Volvió a cogerte de la mano para tirar de ti. El calor y la sobrecarga de olores del interior de la tetería os golpearon nada más entrar. Agradeciste por encima de todo que solo una pareja estuviese en ese momento en el lugar. Dos personas que, dada sus circunstancias, no tenían ningún interés en quien eran los recién llegados.

- Querido, como me alegro de que hayáis llegado - salio a recibiros una mujer pequeñita y delgada, con un tipazo increíble. Una pena que su rostro no acompañara. - Subir las escaleras. Es la primera sala a la izquierda. Disfrutar de la estancia - Que te guiñara un ojo antes de marcharse volvió a romperte los esquemas. Pero no tuviste tiempo a compartir tu impresión. Antes de darte cuenta ya habíais llegado a vuestro destino.

Era una habitación pequeña, con una mesa en el centro, el sueño lleno de mullidas alfombras y un par de sofás enormes en los laterales. Por suerte para ti, el olor de la planta inferior casi no se percibía allí. Junto a la mesa había una camarera con la comida y bebida que habían preparado para vosotros. No había velas ni flores. Nada que pudiese dar a entender que estabais en una cita. En esos momentos agradeciste no haberte llevado nada a la boca antes de salir.

- Feliz cumpleaños, Vinny - Isaac te dio un beso en la mejilla y, con un gesto de cabeza, te invitó a sentarte con él.

Y la había llevado al sitio más azucarado de Hogsmeade para celebrar un cumpleaños que no quería festejar. No pudo evitar esbozar una mueca de asco que provocó la risa de Isaac mientras la arrastraba al interior. En otros tiempos hubiera simulado una sonrisa pero en aquel momento sólo le lanzó una fría mirada a la mujer que pretendía hacer insinuaciones que ni le iban ni le venían, como la entrometida que demostraba ser regentando ese tipo de local.

Al menos el reservado no estaba tan mal, era una sorpresa agradable que no hubiera una de esas estúpidas camas con forma de corazón y con mullidos edredones rosas o rojos. El local era cutre pero por lo visto no tanto. Esperó a que la camarera se marchara para empezar a hablar.

- En serio, tienes unas ideas... - le reprendió, sin parecer seriamente molesta. En realidad debía reconocer que después de tanto tiempo de retiro en su casa el salir de la muchedumbre había resultado un gran alivio, pero no pensaba admitirlo en voz alta -. La próxima vez no ayudes a este tipo de negocios, aunque seguro que ya te tienen por un cliente vip de todas las chicas que debes haber traído - acabó por bromear, pues sabía que tenía que aprovechar la oportunidad y que a partir de ahora todo se volvería mucho más serio. Porque sabía que ahí podía perder al único amigo que le quedaba. Pero necesitaba hacer aquello -. Isaac... - ahogó un suspiro antes de clavar su mirada azul y sincera en él con seriedad -. Necesito que hagas algo por mí - se llevó la mano al bolso con gesto totalmente serio antes de sacar el pequeño frasco lleno hasta arriba de un líquido transparente -. Veritaserum - aclaró, por si había dudas -. Quiero saber qué y quién está detrás de la muerte de mi hermana, atrapar al asesino y... - se calló el "acabar con él" que estuvo apunto de soltarle, así que en su lugar negó con la cabeza suavemente -...y necesito ayuda para ello. Y confiar en ti plenamente porque ahora siento que no puedo confiar en nadie - confesó aquello con absoluta calma. Quería que Isaac lo entendiera pero no le iba a suplicar por su comprensión -. Por supuesto, entiendo que tiene que haber reciprocidad y yo también tomaré y podrás preguntarme lo que quieras.

Tus palabras obtuvieron la reacción que esperabas. Isaac se quedó callado, con los ojos abiertos y ni un solo parpadeo. Su expresión no te daba ninguna pista de lo que podía estar pasando por su cabeza en esos momentos. Llegaste a pensar que se había quedado congelado. Entonces reaccionó.

- Muy bien - concluyó. - Si es lo que necesitas para que finalmente confíes en mi, lo haremos. - Se levantó del sitio, algo que te sorprendió.

- Deja que de indicaciones a la señora Pudipié - continuó, echando a andar hacia el exterior y haciendo un gesto de tranquilidad con la mano. Parecía que le diera miedo que pensabas que, si cruzaba la puerta, echaría a correr. - No sería la primera vez que interrumpe una velada - ¡Lo habías acertado! Ese lugar ya era una tradición para Isaac. Darte cuenta de ello provocó un incómodo pinchado en tu estómago. - Si voy a estar tan vulnerable no quiero que nadie se acerque a la habitación.

Sabías que estaba incómodo. Isaac era el típico chico que siempre escondía sus sentimentos tras su toque bromista y juguetón. Y estaba a punto de abrirse como un libro abierto ante ti. Aunque tu también ibas a serlo, ¿no?

- Le he dejado bien claro que queremos intimidad, y que lo que vamos a hacer nos va a llevar tiempo - esta vez no hubo indirecta en sus palabras. - Debería darnos tiempo... o eso espero. - continuó, visiblemente inseguro. Aun así, estiró el brazo y cogió el frasco. Jugó con el un poco, mientras lo miraba en silencio. Entonces te miró a ti. - Aquí solo tienes una dosis, Vinny. - declaró al final. - Si de verdad tienes tantos problemas en confiar en mi, no deberías arriesgarte a que la poción no hiciera pleno efecto.  - Su mirada se enfocó de nuevo en el líquido. - No sé de donde lo has sacado, pero espero que esté bien hecho - era la primera vez que se echaba a reír desde tu petición. - Nunca he sabido cuanto duran los efectos de esto. No dejes que diga ninguna tontería cuando salgamos de aquí... por favor.

Y lo hizo. Se lo bebíó de un trago. Cerró los ojos y una mueca se dibujó en su rostro.

- Joder, se supone que algo así debería saber bien, ¿no?

Habia pasado la noche anterior sin pegar ojo. Llevaba días nervioso, mas de lo normal. En concreto desde aquel dia en que habian encontrado a Regina muerta. Desde entonces, tenia la sensacion perpetua de estar tan cerca de la solucion, y tan lejos al mismo tiempo que habia pasado la mayor parte de aquellos diez dias intentando encontrar algo más. Habia buscado en todos mis libros cualquier cosa que pudiera resultar util. Habia leido las noticias, en busca de algo mas. Incluso habia iniciado un acercamiento con mi padre, despues de lo de la cena de Navidad, esperando que llegado el momento confiara en mi lo necesario. Habia hecho todo lo que habia estado en mi mano, con tal de intentar estar más preparado, con tal de intentar evitar proteger a aquellos que me importaban, si se daba el caso.

Y ahora estaba alli, en la puerta del Cabeza de Puerco, con un cigarrillo en la mano, un objeto pequeño al que daba vueltas en mi otra mano  y dos auriculares blancos en mis orejas. Estaba apoyado en la puerta, mientras tarareaba por lo bajo la cancion que estaba escuchando en aquel momento. Estaba impaciente por reunirme con Ari y con Ryan, aunque estaba claro que aquel lugar no era el mejor del mundo, ni el mas ideal. Aun asi, era lo que habia y al menos el Cabeza de Puerco solia estar mucho menos concurrido que el resto de locales de Hogsmeade.

Aquel dia, todo era demasiado diferente a la ultima vez que habia estado en Hogsmeade con Victor, Sarah y Lucas. Ahora, el primero estaba muerto y los otros dos no querian saber nada de mi. Era extraño como la vida de uno podia cambiar tanto en tan poco tiempo.

Di una nueva calada, mirando a mi alrededor. Habia llegado demasiado pronto. Mire el objeto en mi mano, deslizandolo en el interior de mi bolsillo. No habia vuelto a separarme de el desde el dia en que mi padre me lo regalo.

Venga, dame un empujoncito. Solo dime hacia donde.

Pense, metiendo mi mano en el bolsillo, cerrandola en torno a el, mientras exhalaba el humo de aquel cigarro, aun a la espera.

Y pulse el botón del mp3, pasando de canción, esbozando una media sonrisa al escuchar el comienzo de la siguiente melodia.

Curioso, sin duda. Muy curioso.

Sus cejas se contrajeron en una leve muestra de preocupación ante la inicial falta de respuesta de Isaac aunque su posterior aceptación la hizo sentir aliviada y culpable a partes iguales. Sin embargo, no podía cometer el error de confiar ciegamente en él por el simple hecho de que era lo que quería y necesitaba hacer así que se limitó a observar cómo se ponía en pie anunciando que iba a avisar a la horrible mujer que regentaba aquello.

Sintió un leve pinchazo de ¿celos? al advertir que había tenido razón al suponer que Isaac había frecuentado el local con sus múltiples parejas pero lo apartó de su mente, desdeñosa, pues lo que se traían entre manos era mucho más importante que ese tipo de tonterías.

- Esperaba que nos bebiéramos la mitad cada uno de modo que el efecto durara bastante menos, idiota - le soltó con una mueca al ver como no había tardado en ingerir todo el contenido -. Y no debería tener sabor a nada pero lo preparé yo, no me pidas milagros. Quiero que sepas que esto no es personal - le dijo mientras se ponía en pie y arrastraba la silla hasta su lado, de manera que la mesa no se interpusiera entre ellos. De nuevo tomó asiento y clavó la mirada en él -. Ahora mismo eres la persona en la que más confío, el único que no me ha dado la espalda, y necesito saber que no me estoy volviendo a equivocar, más cuando hay evidencias de que quien estuvo detrás de los ataques de Hogwarts fue un chico. En fin, puede que te sientas locuaz, si ves que empiezas a hablar de algo que crees que es inmiscuirme en tu intimidad le pondré freno. Bien, vamos allá - alzó la mano para dirigirla hacia el anillo que le había regalado, lo cual se había convertido en una manera de matar el nerviosismo en los últimos tiempos, pero no llegó a completar el gesto y simplemente la dejó caer sobre su regazo, inclinándose ligeramente hacia adelante -. ¿Qué recuerdas de la noche de Halloween? Quiero que me cuentes si viste algo raro, qué te dijeron exactamente los chicos que hallaron el cadáver de Faye, si viste algo cuando la encontrarse, qué te dijo mi hermano...todo. Obviamente está implícito el saber si tienes algo que ver con el ataque, no lo creo pero tengo que descartarlo.

Sentía un burbujeo nervioso recorriendo todo su cuerpo y tenía varios motivos para ello. Estaba interrogando sin pelos en la lengua a su mejor amigo, el único que no la había dejado de lado, lo cual podía acabar más mal que bien. También estaba el hecho de que podía contarle algo que no le gustara o algo que la llevara un paso adelante. Y finalmente era simplemente que le estaba pidiendo que reviviera la muerte de su hermana para ella. No iba a ser agradable.

- ¿Lo has preparado tú? ¿Estos meses? No te ofendas Vinny - te miraba más fijamente de lo habitual - pero no estoy seguro de que haya sido el mejor momento de hacer una poción así - suspiró resignado - Pero bueno, lo hecho hecho está. Si me muero dile a mis padres que lo hice por una buena causa - concluyó, echandose a reir.

Había llegado el momento de poneros serios.

- Yo también confío en ti, Vinny - te respondió. - Sé que he estado muy enicma tuyo, quizá demasiado. Pero... desde la muerte de Sam... - notaste como sus ojos se emocionaban - No eres como las demás chicas. Contigo puedo hablar y... - su expresión cambió de repente, como si su cerebro estuviera reajustándose para obtener toda la información que le habías requerido.

- Había quedado en ir al baile con Janeth. Me había dicho que tardaría y que le esperara frente a las puertas del Gran Comedor. En el camino me entretuve con un grupito de 5º - si, Isaac era demasiado popular entre el sector femenino  - Debió pasar demasiado tiempo porque, como sabría después, Janeth ya estaba dentro cuando yo llegué - Se encogió de hombros. - Visto con perspectiva no fue ninguna pérdida de tiempo. Fui rescatado por una de las las gryffindors y nos fuimos a pasar un buen rato - la sonrisa de sus labios contrarrestaba con la preocupación de su mirada. Sabía que esa información no debía darla.

- Bueno, todo esto fue después de encontrarme con Nathiel y Jackson en el pasillo. Es increíble lo hipócritas que son, de verdad. Años de enemigos para verse a escondidas de todos los demás. Porque no es la primera vez que me los encuentro - puso una mueca de desagrado - De verdad Vinny, no sé qué pudiste ver en ellos dos.

Apartó la mirada un momento de ti. Seguía recordando.

- Decidí llevar a la Gryffindor a la parte baja de la tore del reloj - esa información te provocó un escalofrío. - La mayoría de la gente va directamente al piso de arriba, pero pocos saben que puerta que hay a la izquierda de las escaleras está abierta y da acceso a un pequeño cuarto. Escuché a alguien subir corriendo. No le di importancia. Podía ser cualquier persona... alguien que llegase tarde a una cita o que simplemente estuviese animado por la celebración.

El pecho te ardía. Sabías que era tu hermana Faye.

- Pocos segundos después volví a escuchar otros pasos. Más fuertes y pausados. Me imaginé que se trataba de la persona con la que había quedado, que había llegado más tarde de lo que había pensado - se encogió de hombros - Después de eso perdí la noción de lo que ocurría a nuestro alrededor. Tampoco hubo ningún ruido o sonido que llamara nuestra atención. Hasta que escuché los gritos de esos chicos.

No paraba. No se tomaba ni un descanso de segundo. Y la información se clavaba en tu cerebro como dagas afiladas recubiertas de fuego.

- Conseguí interceptarlos a tiempo para que me contarán lo que habían encontrado. Obligué a la chica a buscar a un profesor. En aquel momento todavía no sabía que se trataba de tu hermana. Fue irónico que fuese precisamente tu hermano a quien recurrió la Gryffindor. - Tragó saliva - Nunca pensé que tu hermano fuese capaz de mostrar sentimientos por alguna persona. Cuando vio lo que pasó no dijo nada... pero tenías que haber visto su rostro. El dolor de sus ojos. Ni siquiera elevó la voz. Se limitó a mandarnos a buscar a Vaionalli y se quedó junto a ella. Fue la chica quien lo hizo. Yo fui directo a buscarte a ti.

Tenía que reconocer que tenía razón al poner en tela de juicio su fiabilidad en los últimos meses, pero se limitó a encoger levemente un hombro con indiferencia. Era lo que había. Tuvo que hacer un esfuerzo para no decir nada mientras hablaba, primero a modo de extraño halago para ella y luego contando uno de sus escarceos amorosos, entre lo cual aprovechó para colar una crítica a Liam y Ryan que no intentó desmentir, pues estaba bastante de acuerdo con él.

No le estaba entusiasmando demasiado escuchar lo bien que iba su noche con la chica gryffindor en cuestión y estaba a punto de frenarle cuando escuchó hablar de quien sabía que sería su hermana en sus últimos momentos. Y por un momento tuvo que luchar con la tentación de llevarse las manos a las orejas para evitar escuchar aquello pero se contuvo. Necesitaba saber. Aunque sí se permitió cerrar los ojos un momento con expresión de dolor antes de abrirlos de nuevo y prestar toda su atención a las palabras de Isaac.

Había estado tan sumamente cerca que quizás podría haberlo evitado. O no, o quizás hubiera muerto también, pero aquello le provocaba un ardor en la garganta que estuvo a punto de culminar en forma de acusación. Finalmente negó con la cabeza. Lo que estaba claro era que su hermana había ido ahí con un propósito, pero no sabía si era en busca de algo o porque había quedado con alguien. Necesitaba conocer la versión de Jason.

- Gracias por contarme tu versión - acabó por decir con la voz algo apagada -. Ya sabes que puedes preguntarme lo que quieras a tu vez y te responderé. Parece ser que Faye no encaja en el patrón que se está siguiendo, en el que matan a hijos de familias poderosas para que se posicionen en contra del acercamiento porque si fuera así la que tendría que estar muerta sería yo. Pero por lo que cuentas parece difícil pensar que su muerte fuera alguna clase de error o confusión - sabía que debería sentirse aliviada pero seguía sin saber por qué estaba muerta ni quién la había matado -. ¿Sabes algo más de los ataques? ¿o de la situación general que estamos viviendo? Parece que están acusando a un licántropo.

- De nada - contestó al instante. Era como fueran automáticas - Si esto va a hacer que por fin bajes ese muro que has tenido siempre conmigo, bienvenido sea.

El ruido de unos pasos en el exterior llamó tu atención. Tu corazón se aceleró al instante mientras rogabas que no fueran en dirección hacia vosotros. No tardaron en alejarse. Por el momento no ibais a tener interrupciones.

- Sé que los ataques no son hechos por ningún chico de nuestro curso - te sorprendió que estuviera tan seguro. - Piénsalo, Vinny, ¿cómo iba a ser así? Son demasiado calculados. Además, dudo que alguno de nosotros tuviese la capacidad de llevarse tanta gente por delante sin ser delatado. - Suspiró - Lo que no entiendo es por qué están tan obsesionados con ello.

Tu último comentario hizo que sus cejas se elevaran con cierta sorpresa.

- ¿Un licántropo? - dudó durante un instante. - A Sam le mordió un licántropo este verano. - continuó. - No me lo dijo ella pero le escuché hablarlo Derek Malfoy a principio de curso. Alguien debía estar ayudándole a controlarlo. Quizá su tio o tu hermano. Esa podría ser la razón por la que Andelin fue asignado al colegio, para no quitarle ojo de encima.   - Sin mucho éxito, pareció pensar.

- Creo que no puedo serte de más ayuda. Si quieres saber más deberías hablar con Nathiel, Weasley o Jackson. Por lo que me contaron, la escenita que montaron el último día en Hogwarts debía tener algún motivo especial - sonrió, como si eso fuese algo extraño. Sabías que Isaac estaba convencido de que, al menos Liam, era un adicto a ser el centro de atención. A decir verdad, este año se había asegurado muy mucho de dar esa imagen al resto del colegio. -

Por algún motivo que no entiendo, sospechan de que todo esto está relacionado de alguna manera con Rebecca McLaggen. - En cualquier otra situación la cara de incomprensión que puso hubiese sido cómica - Pero ya me dirás tú como han podido encontrar una conexión entre las muertes y esa rarita, siendo que desapareció del mapa hace ya un par de años. 

"Si esto va a hacer que por fin bajes ese muro que has tenido siempre conmigo, bienvenido sea". Fue su turno de mostrar sorpresa ante esa sincera afirmación por parte de Isaac. ¿Quería decir eso que siempre estaba a la defensiva con él? En cierto modo tenía razón aunque no por el motivo que él parecía pensar. Era el hecho de que siempre estuviera flirteando con chicas y que ella fuera una de sus presas lo que le hacía mostrarse a la defensiva con él. Cabía la posibilidad de que sintiera algo más por ella, eso debía admitirlo, pero por el momento lo único que estaba claro era que Isaac era un ligón.

Seguramente se lo hubiera explicado sino fuera porque prosiguió negando la posibilidad de que el atacante fuera un chico y luego contándole el hecho de que desde el verano Sam se había convertido en licántropo. Una vez más no sabía si archivar aquello como información importante o como una anécdota irrelevante.

Siguió escuchando sus explicaciones hasta que terminó de hablar, sin interrumpirle una sola vez.

- Puede que no sea un chico pero hay gente convencida de que así es, lo cual sugiere que quizás alguien utilizaba poción multijugos, aunque posiblemente fuera más de una persona. Lo que dices sobre Rebecca... - esbozó una mueca de frustración que le afeó las facciones por un instante -. No sé a qué juegan esos idiotas, ¿sabes? - soltó de forma explosiva, con enfado, el mismo que había estado reprimiendo durante los últimos dos meses porque había estado demasiado centrada en otras cosas -. Ryan me dejó porque según él tenía que hacer cosas que la magnífica - entrecomilló la última palabra con los dedos mientras pronunciaba la palabra con todo el desdén y sarcasmo de los que fue capaz - persona en que se convertía estando a mi lado no le permitían hacer. Liam aún estoy esperando a que me diga una sola palabra desde que murió mi hermana pero por mí puede pudrirse en el infierno. No tengo nada contra Arianna porque apenas si nos hemos relacionado. Pero no me gustaría pensar que ellos dos saben algo sobre el asesinato de mi hermana y que no me lo han contado, Isaac, porque si es así... - su mirada se endureció. No era la clásica mirada que había empleado en el colegio y que prometía gritos por su parte, esta vez era algo más frío y oscuro. No concluyó la frase en ninguna amenaza, pero sus puños se apretaron en su regazo con ira contenida, cada vez más incapaz de encontrar en su persona perdón para dos individuos que habían sido tan importantes en su vida y que tanto le habían fallado en sus peores momentos, sobre todo Liam. Si a ello le sumaba la posibilidad de que le estuvieran ocultando información vital sobre la muerte de Faye... Sacudió la cabeza con expresión sombría que tardó varios segundos en atenuarse hasta devolverle la expresión seria de hacía un rato. No iba a pagar su ira con Isaac, quien no tenía culpa alguna-. Supongo que eso es todo. Puedo confiar en ti, ¿verdad?

Al fin había llegado el momento. Había estado nerviosa desde que Lucas le dijo de quedar. ¿Qué podía ser tan importante? Le costaba pasar entre las personas. Aunque no era una persona de estatura pequeña, Kate tampoco se podía denominar alta y por ello los magos y brujas no caían en que quiás la estaba apretujando demasiado.

Agradecía el hecho de que, aunque bien vestida y arreglada como siempre, Katherine había decidido llevar botas bajas, lo que facilitaba los movimientos. No tenía sentido ir con calzado más incómodo, pues estaba claro que no iba allí como cita, sino porque algo podía requerir de su velocidad y libertad de movimientos.

Al final le vio. Apoyado en la pared, atento a todos los movimientos que era posible. Concentrado. Tan guapo como siempre. Algo se removió en el interior de Kate. Las mismas cosquillas que siempre Lucas le provocaba. Hacía poc que había decidido decirle a Matt que le prefería como amigo. Katherine no necesitaba pareja pero sí un fiel amigo y no quería perder a Matt como había perdido a Liam por una simple estupidez de salir juntos. Además, se había dado cuenta de que si sobreprotegía y había sobreprotegido tanto a su mejor amigo era por eso, porque era su mejor amigo. Otro pájaro cantaba con Lucas pero tenía asumido que él ya debía de haber rehecho su vida y que era injusto para él que ella se lo pudiera arruinar.

Se acercó a él, sonriéndole. Estaba realmente guapo y aquellos meses le habían venido fenomenal.

- ¿Desde cuándo yo podría dejarte tirado?- comentó extrañada. Lo cierto es que tras la carta de Vinny en la que le pedía ayuda y la propuesta de Lucas, Kate volvía a sentirse útil para alguien. De confianza. Le dio un beso en la mejilla y después contestó con total seriedad.- ¿Con quién voy a venir? No creo necesitar guardaespaldas.- ¿Acaso desconfiaba de ella? Y entonces le solto la broma. Típico de él. No pudo evitar sonreir y mirarle con picardía, como hacían siempre.- No creo que se le pudiera llamar secuestro. "Secuestro" solo es cuando la persona a la que supuestamente "secuestras" no querría que la secuestraras. Y no es mi caso.- siempre directa. No podía evitarlo. Camuflaba el hecho de que Lucas siempre la derretía con bromas como si se la siguiera sin más. Aunque hablaba bastante en serio.- Bueno, al grano. ¿Qué ocurre?

Se centró nuevamente, mirando a cada persona que pasaba a su alrededor. No sabía qué buscaba, pero quería ser útil.

Sonreí a Scott. Siempre tan espabilado. La verdad es que cada vez queda menos para perderle de vista. Es una de las razones. Tomé la jarra de cerveza y le di un buen trago. Aaaaah... Le cerveza fresca entraba bien a esas horas. Además, he podido estar con Emilie todo este tiempo. Le ha venido bien. Y a mí también.

Miré a los ojos a mi mejor amigo. Y estar lejos de Kate tampoco me ha venido nada mal.  Me he mentalizado. Antes de separarnos hablamos y quedamos en que este tiempo separados lo usaríamos en meditar las cosas y dejar las claras de una vez por todas. Estoy preparado para el sí y para el no, pero esta vez ya será definitivo. No solía hablar de Kate tan suelo, pero tenía que hacerlo y no se me ocurría mejor forma.

Le di un golpe en el hombro. ¿Y tú que? Muy callado te lo tenías. Sonreí, divertido. A ver si me contaba algo más sobre él y Sarah, que no sabía absolutamente nada.

- Tienes razón - te contestó rápidamente, poniendo una cómica cara de disculpa - nunca me dejas tirado. Solo me haces esperar con ansia tu aparición - se echó a reír, dándote un pequeño golpecito en la nariz para hacerte ver que estraba de broma. Entonces, sin previo aviso, se inclinó hacia ti y te acogió en un cálido abrazo. Seguía siendo Lucas, pero no pudiste evitar darte centa de que en esos meses se había puesto más fuerte. Más hombre.

- Me alegro de verte, no es lo mismo cuando hablamos a través del 'wikitiki' ese - al separarse aprovechó para darte un beso en la mejilla. - ¿Entonces aceptarías irte muy lejos de aquí conmigo? - No te dio tiempo a saber si hablaba enserio. Al ver la cara de urgencia que tenías se echó a reír. - Tranquila mujer, que no estamos en el apocalipsis - notaste como su mano te cogía del brazo y te apartaba justo a tiempo de ser arrollada por un grupo con visible prisa - Todavía no ha empezado.

¿No había empezado? ¿El qué? Por algún motivo tu mente comenzó a funcionar de forma paralela a lo que pasaba a tu alrededor, y pronto se concentró en otro chico. Jason. No sabías que era, si estar rodeada de magos o saber que algo importante estaba a punto de pasar. Pero recordaste tu última conversación con él el día de Navidad. Tras la carta de Vinny habías querido saber por qué había dejado a la pequeña Faye sola. Lo primero que recibiste fue su mirada de odio. ¿Estabas echándole la culpa de la muerte de su novia? No era necesario, ya lo hacía él diariamente.

- Recibió una nota de lo que parecía un admirador. No le hizo caso. Pero enoces recibió otra. - su mandíbula se tensionó - Era exactamente la misma nota. Ocurrió dos veces más. La citaban en la Torre del Reloj. Yo quería enterarme de quien se trataba, estaba empezando a mosquearme su obsesión. Pero Faye me hizo prometer que no me metería. Que podía encargarse ella. Vería quien era y le diría que le dejara en paz, que no le interesaba - una lágrima cayó por su mejilla. - Faye era mucho más fuerte de lo que todos pensaban. Dejé que lo hiciera. ¿Qué podía pasar? - una risa amarga salió de su garganta. - Que ahora está muerta.

- Kate. ¿Kate?... ¡¡¡Kate!!! - notar las manos de Lucas alrededor de tus hombros te sobresaltó. - ¿¿¿Me estás escuchando??? Te estoy diciendo si hay algún sitio en concreto al que quieras ir. - Podías notar la mezcla de preocupación y curiosidad que había en los ojos del Gryffindor. ¿Cuánto tiempo llevabas metida en tus pensamientos?

Lo que le faltaba. Estaba más fuerte que antes y seguía tan guapo como siempre. La abrazó y su olor le hizo recordar momentos del pasado. Momentos felices y divertidos.

- Sin dudarlo.- le respondió ante la pregunta de si aceptaría irse con él. Seguía hablando en serio y un rayito de esperanza apareció en su interior ante la pregunta que le había hecho. Probablemente estaba bromeando. ¿Pero y si él estaba jugando al mismo juego que ella? Le había sorprendido lo rápido que había podido olvidar a Liam. A veces pensaba en él pero no de la misma manera. Estaba segura de que no volvería con él. Y sin embargo a Lucas aún le recordaba. Quizás porque le había dejado hace tanto tiempo aún amándole.- Y se dice "Walkie-talkie".- respondió más sonriente.

Entonces recordó a Jason. Seguía reflexionando. ¿Un admirador? ¿Qué clase de admirador? Querría hablar con Lucas sobre ello, pero creía que sería mejor primero que Vinny fuera la primera en saberlo. Cuando volvió en sí, parpadeó algo confundida, antes de volver a centrarse.

- ¡Oh! Cualquier sitio está bien.- comentó, regresando a Hogsmead.- Tú me propusiste la cita- le sonrió de nuevo. ¡Claro que no era una cita! Dijo que algo importante iba a pasar. No tenía nada de cita para él y ella lo sabía. A lo mejor por eso estaba más relajada de lo que se había podido imaginar.- Tú eliges.

- Está bien - contestó, mostrándote una encantadora sonrisa. - Creo que tengo el sitio perfecto.

De tratarse de cualquier otro chico, sabías cual iba a ser vuestro destino. Si era lo suficiente tímido o considerado, las Tres Escobas. Si sus intenciones fueran más que claras, Madame Pudipié. Pero tratándose de Lucas, algo te decía que no iba a ser ninguna de las dos opciones.

Os costó más de lo que esperabas cruzar el pueblo. Era como si todavía hubiera más gente que cuando habías llegado. ¿Qué estaba pasando allí? La cosa mejoró cuando salisteis de la zona principal. Te sorprendía que Lucas conociera tan bien ese pueblo. Hasta donde tenías constancia, él nunca había vivido allí.

- Hace un día estupendo para estas fechas. Creo que podremos permitirnos estar al aire libre.

Os movíais tan rápido que no te dio tiempo a asimilar hacia donde ibais hasta que estuviste justo delante. Era el parque más bonito que habías visto nunca. La vegetación y las flores brillaban como si tuvieran luz propia. A apenas unos metros de vosotros comenzaba un camino que te invitaba a seguirle sin importarte el destino.

- Venga, vamos. Te va a encantar.

Lo recorristeis durante unos minutos. Conforme más avanzabas más claro tenías que ese lugar estaba lleno de magia. ¿Pero a caso importaba?

- Tenemos mucho de lo que ponernos al día, ¿no crees? - Te cogió de la mano y estiró de ti hacia uno de los bancos situados en el centro del lugar. Estábais solos. - ¿Has sabido algo de los de Hogwarts desde que nos marchamos?