Partida Rol por web

Después de acabar con algunos problemas en el último pueblo, el grupo decidió que ya era hora de cruzar la frontera. Curiosamente, en el suelo había una linea dibujada para indicar donde empezaba un país y acababa el otro. Y en el momento en que lo cruzaron, un escalofrío les recorrió el cuerpo a todos. Aunque era muy posible que fuera debido a un aprendiz de brujo que estaba por allí cerca practicando con un tocón un hechizo de hielo. Lo hacía allí por si algo salía mal y tenía que huir rápidamente al otro país. Pero la historia de Rundell "patacongelada" será para otro día. Lo que importa es que sintieron el escalofrío.

No les costó mucho tiempo llegar al primer pueblo de aquel nuevo país y, extrañamente, encontraron prácticamente todo desierto, a excepción de unas cuantas personas por la calle y un grupo de unas 10 personas haciendo cola en en la entrada de un edificio.

Tras dejar el último pueblo donde conseguimos esas compresas... XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXL, seguimos avanzando hacia la frontera. Por algún motivo la frontera estaba dibujada en el suelo, y en cuanto la cruzamos...

- ¡¡HOSTIAS, QUÉ FRÍO!! - exclamo tiritando y cruzándome de brazos para tratar de entrar en calor.

A pesar del frío logramos entrar en el país, y al llegar a la primera ciudad nos encontramos con muy poca gente en la calle, la mayoría haciendo cola en un edificio. Aunque apenas le presto atención, lo que más me interesa es ver si hay alguna casa abandonada con cosas de valor sin dueño...

Fué una alegre caminata, un buen trecho entre pueblo y pueblo, leguas de paisajes y tal... sin un jodido truñadero civilizado, así que salteamos discretos lugares más allá de las cunetas, con los mojoncillos que señalaron nuestro paso por el lugar.
Finalmente, llegamos a la raya, la frontera, ... y realmente fué curioso; cuando la cruzamos la primera vez... no pensé que Barret hablase en serio, el caso es que le seguí, y de inmediato, entrome un frescor salvage del Caribe por el cogote, que me hizo soltar un grito, tras lo cual, dí un salto atrás, al otro lado de la raya (o sea, al territorio del que veníamos); luego otro paso adelante: de nuevo la sensación incómoda como si un troll de hielo te escupiese en la nuca (cosa que no he probado, conste, pero debería ser algo de ese estilo)... Tras probar un pasito palante, un pasito patrás, y ver que eso daba para letra de una cancioncilla pegadiza, dejé de hacer el gilipollas, y me uní al grupo, a la busca de lo que íbamos.

En estas que llegamos al pueblo más cercano; nadie por las calles... ni tampoco cadáveres por doquier, que... lo confieso, casi es lo que estaba esperando encontrar, por eso de que la gente tenía la sana costumbre de palmarla de cualquier modo. Llamó la atención el ver una cola de gente ante un edificio, así que, siendo pragmático, pensé "Ostras, lo mismo dan algo gratis...", y mientras veía como Barret iba a echar un ojo a ver si "reasignaba" algo por ahí -tipo práctico, reconozcámoslo-, me acerqué al último de la cola...

-Disculpe usted, acabamos de llegar... Esta cola, ¿para que es, si se puede saber?

Al atravesar la frontera lo supieron de inmediato. Y no solo porque había una línea pintada en el suelo, sino porque un escalofrío les recorrió la espalda. Como cuando la muerte te sopla en el cogote advirtiéndote de que eras el siguiente.

Brrrr... mal presentimiento me da esto. Seguro que asistimos a algún funeral. En fin...- Tony se encoge de hombros y prosigue sin darle mayor importancia.

Al llegar al pueblo y ver la cola de gente, pregunta en voz alta:

¿Regalan dinero?

¿Regalan dinero?

En cuanto escucho eso me giro interesado, rebuscando por todos lados.

- ¿Dónde? ¿Dónde regalan dinero? - miro fija e intensamente a Tony, resoplando fuertemente por la nariz - Dime dónde lo regalan...

Estaba harta de andar, por si no lo sabían yo tenía las patitas más cortas y seguir su paso implicaba mucho más esfuerzo así que tan pronto como vi la línea corrí adelantándome y la crucé con un salto, un escalofrío me recorrió desde la punta de los dedos de los pies hasta la de los pelos -achís- estornudé al instante sacando un pañuelo y sonanándome los mocos. Miré a mis compañeros quienes al parecer habían sentido algo parecido -en este territorio hace más frío...- dije abrigándome con los brazos notando como los compañeros posaban su atención en una cola de gente espera ¡estaban vivos! ¡y nosotros también! ¿quizá tanto nosotros como ellos eramos inmunes a lo que sea que causaba las muertes? ¡eso sería genial! -chicos...- dije haciendo un gesto con la mano para que se acercasen antes de pronunciar algo en voz baja para ellos -oye si hay tanta gente haciendo cola y "regalan" cosas esto ¿no será por la muerte de sus familiares? quizá deberíais empezar por un "lamento la pérdida" o "mi mas gran sentido del pésame" o también "le acompaño en el sentimiento"- dije cambiando cada vez a una pose de dolor más exagerada mientras pronunciaba las distintas posibilidades antes de cambiar a una expresión pensativa -bueno... mejor la última no, que tampoco conocías al difunto...- aclaré de pronto antes de mirar mal a Barret y llevarme un dedo a la boca en señal de que guardase silencio por respeto cuando pareció haberse vuelto loco.

El hombrecillo se sobresaltó ante la reacción de Hector/Barret.

Allí, hombre. En la cola. ¿Si no por que iban a hacer cola? Si no es porque regalen algo de valor, no tendría sentido esperar de pie y con este ambiente de mala baba que se respira.

A pesar de los intentos de Barret de buscar cosas valiosas, lo único que pudo ver fueron muebles y pelusas por las casas. No parecían ser muy ricos por allí. Y mientras los demás conversaban, Arnolfus preguntó al último señor de la cola el motivo de ésta.

-¿Para qué va a ser? Para el carpintero. Estamos esperando para que nos hagan nuestros ataúdes. Que si no, luego palmamos y los demás cabrones no son capaces de rascarse los cuartos en pagarte un ataúd y te entierran tal cual. Aunque desde esta mañana la cola no ha avanzado nada. O el carpintero se ha ido a buscar materiales o la ha palmado. Si es lo segundo estamos listos...

Ignoro la mala mirada de Kromi. Yo estoy aquí para agenciarme algo de valor, pero parece que en este pueblo no tiene casi nada. Escucho atento sobre la cola hasta que compruebo que es para pagar el ataúd, y para colmo puede que el carpintero haya palmado también.

Empieza a darme mal rollo todo esto, si no hay nada de valor no ha merecido la pena venir hasta aquí.

Aun a pesar de todo, tengo algo de interés.

- ¿Y por qué tanta prisa por pagar los ataúdes?

Ahí, recolectando información de forma disimulada. Mis compañeros han venido a averiguar qué pasa aquí y tratar de arreglarlo... aunque lo más probable es que acabemos empeorándolo. Pero bueno, al menos ayudo en algo y si por un casual los salvamos lo mismo nos dan una recompensa económica.

-¡¡No me joda, buen hombre!!!

No puedo evitar soltar esa exclamación, pues tal resignación a la muerte, es algo que no esperaba encontrarme... vale que siempre eres consciente de que la muerte ronda, que en cualquier momento la palmas: bien sea por que estés plantando un pino y que te caiga un pedrolo desde una nube en que haya un castillo de Gigantes de las Nubes haciendo sus movidas (si, esas cosas, pasan a veces), bien porque llegues a los 150años y te toque ya de una jodida vez, con la ayuda de los desesperados herederos que quieren pillar cacho,... o bien porque Tony decida golpearte la espalda ante un ataque de inofensiva tos por atragantarte al beber tintorro.

Bien es cierto que el negocio de mi familia trata con la Parca, pero esto ya...

-Le daría a usted la tarjeta, que creo que tengo alguna, de un tío mío que tiene un negocio de mausoleos, pero lo mismo no viene al caso, y además, pilla lejos de aquí... Permítame una pregunta... Y si tienen tan clara la inminencia de palmarla... ¿como es que no se van a otro sitio???... es como si te viene un toro con cara de mala leche, a meterte una cornada de tres trayectorias al bies... si lo ves, sales corriendo y que no te pille, pero ustedes se quedan aquí, a verlas venir..  (-"¿O es que alguien h asoltado un "no hay güevos a quedarse" y todos participan???")

-Bueno, déjelo estar, buen hombre, voy a echar un ojo a ver si el carpintero ha fallecido.

Me dirijo a mis compañeros..., en un tono discreto

- Bueno... algo es algo... tenemos un sospechoso: ya sabemos de alguien que se está forrando con tanta muerte... ¡el carpintero!!... si sigue vivo, claro... Voy a acercarme por la trasera de su local.

Y echo a andar hacia la carpintería, con objeto de rodearla y colarme por detrás, o al menos, a echar un ojo....

-Ya veo, lo cierto es que estamos tratando de encontrar y acabar con el origen de las muertes, quizá podrías darnos algunos detalles sobre en que formas se está presentando la muerte, accidente, muerte natural...- expliqué intentando hacer que me aparecieran unas gafas junto a un pequeño block de notas y un artilugio de tinta muy sofisticado llamado bolígrafo, también conocido por su nombre científico como Bic Azul para tomar algunas notas, mirando de reojo a nuestro nigromante para ir tras él tan pronto como acabase de sacar información.

Mientras Arnolfus se iba a la parte trasera, el resto del grupo se quedó interrogando al hombre de la cola. Kromi, sorprendentemente logró hacer el hechizo correcto y se puso a tomar nota.

-Pues la verdad, toda la gente parece haber sufrido algún tipo de ataque al corazón. Pero de natural no tiene nada. Esto le ha pasado desde a ancianos hasta niños de 10 años. Y encima la sheriff...- De pronto el hombre se detuvo y escupió al suelo.- ... no hace nada de nada. Se pasa el día en su oficina y dice que tiene demasiado papeleo. ¡Como para no pagarse los ataúdes con este panorama!

Separándote del resto del grupo, fuiste a la parte trasera y te asomaste por una ventana. Y por fin algo bueno. Allí estaba el carpintero. Sentado en la mesa parecía estar comiendo unos cereales en un bol... con la cabeza metida en el bol... sin moverse.

Escucho con interés la teoría de Arnolfus, y mi conclusión es que si fuese cierto el carpintero sería un maldito genio. Pero mientras no lo confirmemos... cosa que va a hacer él investigando por su cuenta.

Habría ido con él, por supuesto que sí, porque seguro que el carpintero tiene algo de valor (o mucho mejor, dinero), pero en vez de eso me encojo un poco de forma instintiva tras ver a Kromi prepararse para lanzar un conjuro y me quedo unos segundos inmóvil esperando los efectos y mirando a mi alrededor en una postura de escorzo, con una pierna levantada. Pero no, lo único que ocurre es que le aparece un boli y empieza a tomar nota.

Entonces se escuchan las quejas del tipo de la cola, quejándose amargamente de la sheriff. Tengo en mente la teoría de Arnolfus y el posible pelotazo que supondría esto.

- Ya ves, los agentes de la justicia solo están para cuando cometes una ilegalidad, que les den nuestro bienestar. Por cierto, si os urgen los ataúdes y el carpintero no está o la ha palmado, podría encargarme del asunto por un módico precio.

No es que sea un maestro carpintero ni mucho menos, pero dudo que algunos cadáveres echen de menos sus propios ataúdes, los cuales pienso vender a los que siguen vivos... ¡Mi plan para hacerme rico es infalible! O eso pienso mientras ignore todos los agujeros, riesgos y problemas que tiene ese plan.

Joder.... bueno... podría haber sido peor.... podría haberle pillado plantando un pino, vivo o muerto; o peor aún, podría haberle pillado dándole "el último adiós" a una cadáver... Sip, eso habría sido peor, sin duda alguna...

Poco consternado por lo que había visto, pues... a otra cosa no, pero a ver muertos, a eso estaba sobradamente acostumbrado, suspiró con resignación...
-A tomar por ..., el primer sospechoso que se me ocurre, y pasa de sospechoso a víctima.

Por un momento valora la opción de colarse por la ventana a examinar al cadáver, y a, de paso, aplicarle cierto conjuro válido solo para fiambres recientitos..., pero, pensó, ... mejor no, no sea que entrasen los clientes que hacían fila, le tomasen por un chorizo que se habría cargado al carpintero, o peor, que le pusiesen a él a hacer féretros, aprovechando que tenía cara de aprendiz pardillo

Nada, nada, vuelve por donde ha ido, a contarle el tema a los compañeros...

Arnolfus vuelve por donde se había ido, con cara de... no cariacontecido, sino de... bueno, su cara, la de pardillo, para qué irnos por las ramas. Cuando llega a la altura del grupo, intenta reunirles para contarles lo que ha visto...

-El carpintero ya no va a poder seguir su trabajo; está fiambre perdido: ha muerto mientras estaba almorzando. Parece que el menú era de cereales o algo por el estilo...

Y ya lo siguiente, es contarle el plan a los demás...

-Voy a decírselo a la gente, abrir la puerta, y que se dispersen y vayan a comprar un saco de patatas para que les entierren en él; si veo que no se puede entrar, me colaré, o mejor dicho, alguien experto en ello, se colará, con un vecino que desde fuera confirme que es porque el muerto está muerto, y no somos nosotros los que nos lo hemos cargado.

... ya, soy un poco paranoias

-El caso es que quiero tener unas palabras con el carpintero...

Tony escucha lo que dicen de la sherif y añade

Habrá que ir a hablar con ella.

Pero vuelve el aspirante a nigromante y tras escuchar sus palabras suelta

¡Pero si está muerto! ¿Como vas a hablar con él?

En cuanto a lo de dispersar a la gente es fácil- Se coloca más a menos a la mitad de la cola y dice en voz alta- ¡Señores! He de comunicarles que el carpitero ha muerto... y no tenía ni un ataud para él mismo. Le habéis exigido tanto en su trabajo que no le dio tiempo de hacerse uno. Idos a vuestras casas y pensad lo que habéis provocado. Y ya de paso... ¿Podéis indicarnos donde esta la sheriff?

La elocuencia de Tony, es posible que sea el mejor camino... salvo que una turba se quiera poner manos a la obra para recuperar los adelantos por lo que se supone habrían contratado... pero en fín, ponemos a Tony delante, y que se arriesguen., Yo, personalmente, no lo haría.

A todo esto..

-¿Sheriff? ¿Que le pasa? ¿también ha muerto? ... porque ni os imágináis cuanto pueden largar a veces los cadáveres...

De todos modos, no quiero dejar flecos ni flequillos a mis espaldas cual abueletes colganderos, de modo que, como se disperse la peña, allá que voy a ver lo que puedo averigüar en la carpintería...

-Arnolfus tiene el poder de difuminar la barrera entre esta y la otra vida, quizá sí pueda hablar con él- expliqué a Toni moviendo ligeramente el bolígrafo en el aire porque sentía que me daba un aire más interesante antes de acercarle la libreta al nigromante para que pudiese leer mis notas, en ellas aparecían las palabras textuales de aquel con quien habíamos hablado y debajo un par de notas que mostraban las propias conclusiones que había sacado de ello:

*Muertes por ataques de corazón sospechoso
*A la sherif le importa una (dibujito de una caca con moscas rondando)

Valoro unos instantes la nota que, mágica y diligentemente, ha tomado Kromi

-Buf.... si fuese curandero, diría que la sheriff tiene un subidón de "melasudanina", una cosa que provoca indiferencia ante todo tipo de eventos..., pero no soy quien para juzgar.... Ataques al corazón... vamos, muerte fulminante... Veamos que se cuece en la carpintería... o que se ha cocido; quizá lo que estaba comiendo el carpintero tenga interés...

Viendo que las palabras de Tony habían tenido como consecuencia que la gente de la cola desorganizase la misma, pero se quedase remoloneando por los alrededores, no fuese que se tratase de un farol por parte del grupo de forasteros para que se largasen, y saltarse así la fila alegremente, que hay mucho espabilao de la vida por ahí, echó a andar con paso decidido, bizarro, hacia la puerta del local.

-A ver, ¡Necesito un testigo! Voy a entrar para reconocer al cadáver; alguien tiene que dar fé de que está muerto en el momento que entremos.

Como si supiese lo que hacía... que hay que tener imaginación... fué a la puerta, y sin llamar ni nada -si llega a responder alguien , sí que sería interesante el tema- la abrió, para mostrar al interior. Se quedó por unos instantes sin entrar, y agarró por el pescuezo al primer cotillo -que siempre hay cotillas para estas cosas-, que se acercó a husmear, y le hizo asomar el cabezón al interior, señalándole al muerto.

El carpintero estaba sentado a la mesa, con la cabeza metida, literalmente, en el tazón de cereales que estaba comiendo, llenándolo por consiguiente de pelos que lo hacían incomestible para gentes de decente yantar. Tras esperar unos segundos, y ver que la escena no cambiaba, soltó al testigo, que no había ni chistado, pues como buen marujo, había devorado cuanto veía con un afán tremendo.

-Vale: El carpintero está muerto; lo estaba cuando hemos abierto, y aún ni hemos entrado. Que conste que así es. Hale, testigo, circule, que no hay nada interesante que ver por aquí.

Hizo una seña al resto del grupo

-Entremos e investiguemos. Yo quiero mirar especialmente al difunto carpintero.., no obstante, según entra, con la vista ya acostumbrada a la oscuridad, no pierde ocasión de ojear cuanto a su vista se le ofrece...