Partida Rol por web

- A mí me gustaría estar allí y ayudarla a resolver el caso. Ya sabe que nos interesa también resolver el caso - afirmo aparentemente convencido - En fin, supongo que tendremos que tendremos que buscar alojamiento.

Empiezo a caminar para buscar un alojamiento cuando tropiezo con una mujer que hay cerca de nosotros con una sartén en la mano.

- ¡Ops! Perdona, estaba despistado - me disculpo antes de alejarme de ella regresando con mi grupo.

Me llama la atención esa mujer y, sobre todo, su bulto y esa cosa que brilla. ¡Reluciente!

Tras comentar que vamos a buscar alojamiento voy hacia ella para chocar y tratar de quitarle el bulto.

Se encogió de hombros... para eso estaban aquí... para resolver este tipo de problemas...

-Vale, mañana... cuente con nosotros.

Hizo una pausa... pensando...

-Eeeemmm... como dice aquí el compañero... tenemos que buscar donde pasar la noche... ¿nos podría recomendar algún sitio?... no muy caro, pero limpio y medianamente decente... -Que ya tenía experiencia en dormir en sitios de mierda....

-¡¿Mas joven?!- exclamé sorprendida comenzando a mirar mis manos para asegurarme de que no me hubiesen salido manchas o arrugas mientras el resto seguían la conversación -¡Ah!-  grité de golpe, no porque hubiese encontrado nada raro, sino porque acababa de pensar en algo -¡Sheriff!¿Conoce a la recepcionista del ayuntamiento? ¿que edad tiene?- pregunté, quizá se trataba de una víctima, o solo de una anciana bastante sorda.

Entonces escuché la descripción de Arnolfus sobre donde pasar la noche y vino una posibilidad a mi mente ¡una que no me gustaba demasiado! así que le dí un codazo antes de mirarle de forma intensa, como si con ello pudiese decirle mentalmente "¿Que quieres?¿que nos meta entre rejas?"

¿Pero qué edad crees que tengo?- dijo el hombrecillo barbudo. - ¿Como va a ser más joven? Y si fuera así, ¿Cómo podría ser el dueño de la propiedad de menta? Tendrá unos padres o abuelos.

Al ver como Barret se acercaba a una mujer con sartén en mano, Tony se puso en blanco. ​​​​​​ Ay no. Pensó. Otra vez a correr no.

Podemos ir a una posada - dijo con rapidez antes de que se juntaran más locas de rodillos y otras armas de cocina en mano .- Una baratita, que algunos somos pobres, ya que no se nos quiere dar adelantos -añadio con un murmullo- Como si es un establo. Pero rápido- tras un silencio corto, pero lo suficientemente largo como para notar su nerviosismo, o incluso su terror termino por aclarar de manera abrupta -​​​​​​-Estoy cansado.

Antes de que Kromi pudiera hacerle la pregunta a la sheriff, ésta ya se había metido en el interior del ayuntamiento, por lo que pareció que Kromi estuviera hablando sola. De la misma forma que la pregunta de Arnolfus se quedó sin respuesta. Pero de pronto, el grito de la mujer girándose para mirar a Barret con cara de enfado dirigió la atención de todo el grupo.

-¡¿Me has tocado el culo?!

Efectivamente. El grupo reconocía a la mujer... Y a un grupo de mujeres que aparecieron junto a ella, extrañamente cachas y con cara algo masculina.

-Sí, nena. Yo lo he visto. Te ha tocado el culo.

-¡Será pervertido!

De pronto todas ellas, con sartenes y rodillos en sus manos, comenzaron a caminar hacia el grupo.

Notaste que efectivamente habías conseguido coger lo que fuera que la mujer llevaba en su bolsillo pero... parecía que no era tiempo de comprobar lo que era...

He conseguido la chuchería pero no he estado muy hábil, y ni siquiera tengo tiempo de contemplar mi botín. Tras "chocar" con esa señora ésta me acusa de haberle manoseado el culo (como si quisiera tocar ese culo deforme, en todo caso ella debería disculparse). Le iba a replicar pero con ella va una jauría de mujeres poco femeninas y armadas con sartenes y rodillos que nos miran con cara de pocos amigos. Trago saliva al ver el panorama y en la cara se me dibuja una sonrisa de cabronazo por los nervios.

- Esto... lo siento mucho eeeh... señora... le juro que fue sin querer... euuuh... - señalo hacia un lado de la calle, fingiendo sorpresa - ¡MIRAD! ¡UN MONO CON 3 CABEZAS!

Caigan o no en mi trola me giro para huir a toda velocidad. Ni siquiera doy aviso a mis compañeros, deberían saber leer la situación a estas alturas si no quieren morir.

Nada más oir la pregunta retórica de la mujer, Tony echó a correr dirección a cualquier parte, pero lejos de las mujeres rompebolos.

Corred! Otra vez ellas!- Tony sí que avisó a los otros dos, conociendo a Kromi se quedaría mirando en babia a algún pajarito antes de reaccionar.

No tenía especiales ganas de morir tan joven... había taaaantas cosas que probar, que disfrutar, etc.., antes de pasar a otro plano de inexistencia, en que la carne se iba a la mierda -literalmente-, que no se lo pensó ni medio; ya le habían matado una vez, y no le apetecía repetir la experiencias...

¿Que se le pasó lanzar algún tipo de conjuro para entorpecer a las hembras ansiosas de sesión de femdom extremo? pues sí, pero se le fué rápido; el miedo a fallar superaba al miedo natural a morir...

-Cagando leches!!!

Y corrió en pos de Tony, que a su vez lo hacía de Barret, que a su vez... iba por libre

-¿Se puede saber que os pasa? os ha dicho que ha sido sin querer- expliqué al ver como aquellas mujeres se nos acercaban amenazantes tratando de hacerlas entrar en razón, sin embargo antes de que apenas pudiese plantearles aquello mis compañeros ya habían comenzado a escapar -¿¡Será posible?!- me quejé al darme cuenta antes de mirar a las damas esbozando una sonrisa mientras me encogía de hombros para seguidamente salir corriendo yo también.

A lo tonto, a lo tonto, fuisteis perseguidos por aquellas señoras enfadadas durante un buen rato y, a excepción de Barret, todos cobrasteis por segunda vez. Barret por primera. Y cuando os quisiteis dar cuenta, ya se había hecho de noche. Por suerte para vosotros, solo un edificio en todo el pueblo parecía tener las luces encendidas todavía y se escuchaba algo de jolgorio: la taberna y posada. Por lo que al menos no tendríais que preguntar a nadie.

Cuando finalmente tras todos esos palos pudiste observar que es lo que robaste, te diste cuenta de que se trataba de un pequeño espejo. Al parecer el reflejo fue el propio sol reflejado en él. Lamentablemente no era muy valioso...

Se sentía como si le hubiesesn apaleado... ah!, no... que realmente sí que le habían apaleado... Dolorido en el lomo levantó la mano, que parecía que estaba medianamente sana, señalando el lugar

-Bueno... pues debe ser allí, no hay otra... Vayamos y durmamos, a ver si para mañana somos un cardenal andante

Y echò a andar hacia el lugar; necesitaba una cama urgentemente, una de verdad, hacerse una bola, y dormir como un ceporro... aunque para eso se agradeceria cierto silencio y paz... y precisamente, al irse acercando, reparó en que el lugar, además de posada... era taberna; y en las tabernas, especialmente a partir de cierta hora... lo que era paz y silencio, más bien poco...

Se resigno... y echó la mano al bolsillo, por un cierto detalle sin importancia...

-Emmm ¿Como estamos de fondos? el de mi bolsillo está intacto... o sea... sin nada dentro, creo.

- ¿Otra vez ellas? ¿Es que vais molestando a todo el mundo allá donde vais? - reacciono tras escuchar a Tony, sin dejar de correr como un desgraciado.

Voy escuchando cómo uno tras uno van capturando a mis compañeros. Primero a la pobre Kromi (la más tardía en escapar, aparte de ser paticorta), luego no sé si fue a Tony o Arnolfus y luego a otro de ellos.

Creí que me iba a librar gracias a traicionar a al sacrificio de mis compañeros, cuando la mujer más grande, musculosa y varonil me agarra del cuello y me alza a pulso. Puedo ver cómo las hordas de señoras con sartenes se acercan a mí mientras veo la masacre que están sufriendo mis compañeros.

Sudores fríos bajan por mi sien y, con una sonrisa tímida alzo un dedo.

- Eeeh... ¿parlamento?

Y me llevé una de las mayores palizas de mi vida. Esas malditas marujonas no dejaron parte de mi cuerpo sin golpear con sus malditas sartenes. Qué dolor...

Pero bueno, lo importante es que no tocaron mi reluciente botín. Con disimulo lo saco para comprobarlo y... mi cara de extrema decepción dice poco aunque puedo verme en este maldito espejo barato que he mangado a esa maldita señora. Que le he tocado el culo, dice... ¿Para qué querría tocar ese culo deforme?

Suspiro decepcionado dejando en el suelo el espejo y miro hacia donde viene el jaleo y el jolgorio. Bien, parece que hemos encontrado la posada.

Arnolfus hace una pregunta muy interesante. ¿Hay dinero para pagar el alojamiento? Espera, ¿alguien tiene guita? Me giro hacia mi buen compañero nigromante y me vacío los bolsillos.

- A mí no me miréis. Estoy pelado... - espera... acabo de rrecordar nun detalle muy importante y me llevo las manos a la cabeza - ¡MIERDAAAAAAA! ¡La pasta la tenía el puto paladín!

Encima de fuertes, eran rápidas. Esas mujeres del infierno estaban potenciadas por los mismisimos demonios. Cuando acabaron con ellos, Tony solo quería un lecho donde poder tirarse a terminar de morir.

Pero al oir a sus compañeros ya fue el colmo

¿Que no tienes monedas? ¿Pero qué clase de adquisidor de objetos estás hecho? Bah, es igual. Estoy demasiado molido como para discutir. Vamos al establo o fuera de la ciudad, allí siempre hay sitio.

Me giro instantáneamente hacia Tony.

- Oh, perdona por no dedicarme a "adquirir objetos" todo el tiempo. Ah, espera, es que aquí no hay nada de va... - me callo de momento al recordar ese "jarrón valiosísimo" que me había agenciado - Igual todavía podremos dormir en una posada, aunque no me hace gracia tener que deshacerme de esto.

Saco henchido de orgullo lo que parece un jarrón normal y moliente de los baratos, mostrándolo como si fuera un jarrón Ming.

- Con esto voy a conseguir que durmamos aquí una semana entera, con desayunos, comidas y cenas incluidas. Vamos a vivir como reyes gracias a mí.

No estaba demasiado convencido pero...

-Bueno... nunca se sabe... por probar, solo perdemos la verguenza... y tener de eso ahora es un lujo supérfluo... Venga, vayamos, y a ver que pasa... lo mismo tienes razón y todo...

.. si no, ya se veía haciendo trucos baratos de magia para sacarse unas monedillas..., o trabajando por dinero... puaj... que bajo se podía caer...

Tony abrió los ojos como platos

¡Cogiste el jarrón al final! Va a resultar que no eres tan inútil como parece. Vamos, vamos. Eso nos asegurará camas de lino varios días

Completamente engañado por... Su propia falta de criterio en lo que a jarrones se refiere, Tony guió a Barret al interior de la posada, cogiéndole del hombro como si fueran amigos de toda la vida.

¡Posadero! Queremos las mejores habitaciones- dijo nada más entrar. Sin dar tiempo a que Barret la cagara con alguna de sus frases de embaucador experto.

Movía ligeramente mis extremidades solo para asegurarme de que efectivamente me dolían tras la paliza mientras mis compañeros comenzaban a discutir sobre donde pasar la noche -yo solo quiero descansar- expliqué con tono agotado al escuchar las distintas propuestas que Tony daba antes de que Barret tuviese una idea, entonces afilé la mirada tratando de fijarme en aquel jarrón ¿tenía monedas dentro o que? yo desde luego lo veía de lo más normal, sin embargo Tony parecía conocer aquel objeto y muy convencido de su valor ¿era mágico o que pasaba? Entonces comenzaron todos a caminar dirección a la posada -¡Eh!- les llamé la atención antes de que entrasen -me gustaría no tener que salir corriendo de nuevo, ni ser amenazada con que nos encierren, ni recibir otra paliza, así que... por favor, no molestéis a más chicas hoy ¿si? cada vez que habláis con una son problemas...- rogué mientras negaba con la cabeza, totalmente derrotada.