Partida Rol por web

Ya me estrañaba a mi que todo cambiara para bien tan repentinamente. Supongo que tendré que ir hasta allá.

Mientras divisaba el escenario con miedo de lo que me podría encontrar empiezo a remar a un ritmo pausado. No se que hago aquí pero que no me puedo quedar quito eso si que lo se.

El aspirante a caballero logró alcanzar su objetivo a duras penas. Mientras que muchos de sus compañeros, como Gekki, eran fuerza desmesurada, Ichi, por contra,sabía que lo suyo era la maña y la velocidad. Cuando la corriente comenzó a dificultarle las cosas, fue sólo gracias a su pericia que  consiguió mantener el rumbo correcto, aún tardando mucho en arribar.

Por fin, tras un par de horas de remar, logró llegar hasta la plataforma. De repente, cobró noción de la poca luz que rodeaba el lugar, cuando un potente haz proviniente de un foco gigante imapctó contraa su rostro, iluminándo todo su bote.

¡Ah del bote! ¡Identifícate! gritó una ruda voz en un tosco inglés, que Ichi apenas comprendió.

Visto que la orilla está cerca intento devolver su pregunta en el inglés que penosamente me suena.

Hello, my name is ichi. MR Mitsumasa Kido tell me go to here to do much strong.

La voz murmuró algo inaudible para Ichi, y fue respondido por alguien más.  El muchacho volvió a escuchar la voz del primer hombre  ¿Mitsumasa? Ok,ok. Tú subir  dijo en algo parecido al íngelés de antes, mientras hacían descender sobre el bote una escalerilla de metal que bajaba directamente de la estructura de acero.

Mientras guardo el equilibrio del incesante meneo del mar agarro la escalerrilla y me dispongo a subir bueno no parece ser un personal muy desagradable.

I go up I go up

Cuando por fin hubo ascendido hasta el final de la escalerilla metálica, Ichi contempló lo que iba a ser su nuevo hogar los siguientes meses. La estación era mucho más grande de lo que él había supuesto en un principio, y mucho más imponente. Gigantescas patas metálicas soportaban el peso combinado de la construcción, y casi se podía oir como el acero gemía de dolor.

Sobre las enormes grúas que antaño debieron estar destinadas a levantar toneladas de maquinaria y combustible, se apostaban ahora varios guardias con largos rifles de francotirador, y cara de muy pocos amigos. Una mano sujetó la de Ichi para que éste lograra acabar el ascenso.

Ante él se erguía un tipo corpulento, pura fibra y músculos, que no parecía notar el frío ártico en absoluto.

Bienvenido al infierno, pimpollo.

Mama mía, creia que tanto músculo sólo salía en las películas, fijo que entrenando con él, podré llegar a tener esa fuerza incluso más.

Buenos días señor, he venido aquí con la esclusividad de hacerme el hombre más fuerte sobre la tierra. ¿Me podría ayudar? digo mientras levanto la mano como saludo.

Hah! rió el hombretón Me parece que ni el Patriarca podría ayudarte a eso. Lo siento, pero cada uno es como es, y cada uno tiene sus habilidades. De todos modos no soy yo quien debe juzgarte. Vamos, te llevaré hasta el maestro.

El fornido hombre de pelo rapado se encaminó hacia una zona interior de la plataforma, creada a base de enormes y pesadas planchas metálicas, un estilo de construcción que Ichi no había visto jamás.

Este hombre parece fuerte, pero por lo que ha dicho hay gente que lo es mucho más... cuando me convierta en el más fuerte vendre para demostrarle que si que podía.

Vamos, me muero de ganas de ver a esa persona.

Pues si que es peculiar este sitio...

Una vez dentro de la estancia metálica, la luz de la luna fue remplazada bruscamente por la tan preicosa luz elétrica. A lo lejos, muchos iniveles hacia a abajo, se podía escuchar un extraño zumbido ininterrumpido.

Cuando los dos jóvenes llegaron a su destino, Ichi contempló una nueva sorpresa. Habían llegado a una especie de estadio, un graderío que rodeaba un cuadrilátero. El joven huérfano había visto recintos similares cuando era joven, y sabía que se usaban como zonas de combate en peleas callejeras. Quizá no había tantas diferencias, al fin y al cabo.

En el centro del cuadrilátero, un extraño individuo se enfrentaba a tres contrincantes. Con una velocidad pasmosa, el hom,bre, ya mayor por su apariencia, logró zafarse de la presa que un rival intentaba hacerle, al tiempo que dirigía una patada al segundo y un rápido manotazo al tercero. Asombrados, los dos ombres golpeados cayeron al suelo con los ojos en blanco...

Junto a Ichi, el hombretón de pelo rapado sonreía.

Como será capaz de tumbar con tanta velocidad, es impresionante. Tendré que entrenarme duro para llegar a superarlo.

Quiero empezar a prepararme ya. ¿Con quién tengo que hablar? le dije al rapado fornido de mi lado.

El fornido joven sonrió, mientras señalaba al hombre del cuadrilátero. Con él. exclamó El será nuestro maestro. Y ni por un segundo sueñes que me vencerás. La armadura de Hydra ya tiene dueño,chico.

El hombre del cuadrilátero ascendía mientras Haakoon hablaba, y aún en la distancia,pareció hacer una mueca al escuchar al joven.

¿Fanfarroneando de nuevo, Haakoon? preguntó cuando llegó hasta su posición. Ya te he dicho que seré yo quién juzgue quién merece la armadura.

Después, se giró hacia Ichi. Tú debes ser el joven japonés, Ichi, ¿no? Bienvenido a la estación. Soy Hans, caballero de plata de la anguila.

OHHH dije todo nervioso al ver que incluso compitiendo contra esta masa de músculos, mi futuro maestro vio algo que yo todavia no conocía en mi.

Gracias Hans, aprenderé todo lo que me enseñe y llegaré a ser el guerrero más fuerte gracias a usted.

dije mientras saludaba al estilo japones.