Partida Rol por web

Durante los años que siguieron bajo la tutela de Lumen, Samath desarrollo las habilidades del cosmos al igual que el resto de sus compañeros. Los primeros meses fueron realmente agotadores para él y por momentos pensó que no lograría completar su entrenamiento. Pero fue acostumbrándose al ritmo, ganó mucha resistencia física y mas fuerza de la que podía imaginar. Las habilidades del cosmo fueron apareciendo de a poco y se adaptaban mucho a su personalidad y estilo de combate. Pronto notó que las vueltas al campo de entrenamiento las hacía más rápido, que necesitaba menos repeticiones para que su cerebro adoptara una nueva rutina o que podía pasar su actividad física a un segundo plano de modo que podría correr 10 Kilómetros acompañado de sus compañeros, sin cansarse mientras tenían una profunda charla sobre cualquier tema que se les ocurriera.
 Los lazos creados durante esos años fueron fuertes y comenzó a ver al resto como parte de una verdadera familia. Mudan era aquel que velaba por todos, tal vez no era el más listo de todos pero si el mas decidió. Prestaba mucha atención a lo que les preocupaba al resto y aunque a veces era estricto al dirigir alguna practica pero nunca era cruel y siempre apoyaba a sus "Hermanos" para que terminaran las tareas. Nunca daba órdenes desde un lugar cómodo sino que se embarraba al igual que el resto y realmente se preocupaba por que todo estuvieran bien.
 Adhara con el tiempo comenzó a ser más unida a Samath, solía charlar mucho con él sobre sus puntos de vista (Ella seguía creyendo que se podían reformar a los Black Saints) y sobre sus miedos a fracasar en el entrenamiento o en sus misiones como santa. Con el tiempo Samath noto que lo miraba de forma diferente, tal vez como algo más que un hermano de manada.
 Virgil era simplemente el más unido a él. En un principio Samath noto que a donde él fuera Virgil estaba cerca. Luego el aspirante a cerbero confesó que se sentía cómodo con el cerca y que por eso siempre lo buscaba para charlar o para entrenar. Virgil era un muchacho muy listo así que siempre era útil tenerlo cerca para poder resolver las situaciones extrañas que ponía Lumen (Como esos malditos entrenamientos dentro de los laberintos ilusorios) y además parecía un amigo fiel en el que se podía confiar.
 Luyten por su parte andaba de aquí para allá. Tenía mucha afinidad con Mudan ya que el aspirante a Canis menor siempre se metía en algún que otro problema y Mudan tenía que responder por el o salvarlo pero también se acercaba mucho a Samath. Competía bastante con el pero nunca de un modo negativo, siempre con la idea de mejorar en conjunto.
 De todos modos la mayoría del tiempo la pasaban todos juntos como grupo, cada quien sabía leer al otro como si fuera un libro y combinaban sus capacidades de una forma majestuosa. Los entrenamientos seguían de manera rutinaria y los avances se hacían notar, no pasaba mucho en el lugar salvo algunas visitas de la fundación Grad y de emisarios del Santuario con noticias sobre lo que pasaba en Grecia. Una tarde mientras todos esperaban a su maestro para entrenar ocurrió algo inusual...

Lumen apareció pero no vestía su ropa de entrenamiento, ese día vestía su legendaria armadura de géminis el brillo de la misma podía verse a kilometro y le daban a Lumen un semblante de respeto y de poder que haría que cualquier enemigo dudára 2 veces antes de intentar atacarlo.
-¿Como me veo?.- preguntó a sus discípulos. Era hasta gracioso pensar que un hombre que mostraba tal nivel de poder se preocupaba por cómo se veía .
-Debo partir a Grecia. El patriarca a convocado a todos los santos al Ágora, parece que se viene algo muy grande y nos piden la presencia de todos para poder votar.- Comentó. -Mudan si esto hubiera sucedido una semana después tu vendrías con migo, ya está todo acordado para que se te otorgue el rango de Santo de plata y con ello tu Armadura.- Comento sonriendo a su primer Discípulo en conseguir la graduación de santo. -Pero ahora debo partir, volveré en algunos días. No creo que esto se tarde mucho. Saben cómo entrenar, hagan las rutinas que siempre hacen. Nos vemos cuando vuelva.-

Abriría los ojos y miraría hacia la ventana...

- Aún no sale el sol... perfecto.

Como cada mañana me levantaría más temprano que el resto, saldría de la cama y respiraría profundamente el aire frío de la madrugada inundando mis pulmones para expulsarlo lentamente y mirarme al espejo.

- . . . Aún podría ver a ese chico que llegó a la jauría hace años, cada vez que lo pienso no puedo evitar sonreír al recordar con la amabilidad que me revivieron mis compañeros. A pasado mucho desde eso, puede que hayan pasado años pero lo que he vivido aquí no se podría contar aunque tuviera una vida para hacerlo.

- Bueno... Abriría mis piernas completamente dejando que mi cuerpo quede en paralelo con el suelo una en cada lado extendidas y comenzaría a estirarse como cada mañana. En estos años había logrado mucho, era más grande, más rápido, más agudo y sobre todo... más fuerte. 

Hbría sido muy difícil lograrlo, si no hubiera estado ahí mi familia sin duda no habría pasado el entrenamiento del maestro los primeros meses... y cada vez que se intensificaba. No hay un solo recuerdo en el que me encuentre solo, siempre he podido contar con mis compañeros y ellos conmigo.

- Bien. 

Luego de casi 20 minutos estirándome sentiría el cosmos en mi interior, respiraria y me concentraría en sentirlo a mi alrededor, me hace sentir tranqulo el saber que mi familia duerme tranquila en sus habitaciones. Me levantaría con un brazo lentamente y me pondría de pie sin hacer ningún ruido. Si algo he aprendido es que en todo momento he de ser silencioso, tanto al cazar y entrenar como al levantarme para no despertar a Lyuten y que esté termine despertando a todos.

Caminaría para salir de mi habitación... tantas veces he caminado por estos pasillos que siento que he estado aquí toda mi vida. Entraría al baño y me quitaría la ropa para comenzar a ducharme.

Las cosas han cambiado tanto, ya no solo quiero servir a mi diosa Athena, quiero hacerlo juntos a mis hermanos de manada, la jauría, mi familia en quien tanto confío que arriesgaría mi vida con ellos y por ellos. Mientras siento el agua caer pensaría en lo que ha pasado.

Mudan, es como el hermano mayor de todos. Siempre ha mostrado ser un líder por excelencia, aunque no esté en mi el decirlo siempre lo he admirado mucho y me alegra que el lo sepa. Siempre nos levanta y se encarga de que nos esforcemos tanto en nuestra vida como caballeros como nuestra vida cotidiana. Siempre demostrando el coraje para liderar y la humildad para escuchar, como caballero de Hound bien podría ser el más fuerte de todos.

Me secaría y colocaría la toalla para salir del baño y dirigirme a mi habitación.

- Hola... Diría suavemente mientras una pequeña se asoma en mi rostro al ver a Adhara. 

Si Mudan era el hermano mayor Adhara era sin dudas la hermana mayor de todos. Aun recuerdo cuando se apoyaba colocando su brazo sobre mi cabeza y como me había prometido hace tanto tiempo me habría vengado cuando la había alcanzado el tamaño suficiente. Con el tiempo poco a poco nos fuimos acercando y cada día pasábamos una buena parte de el charlando, siempre me había gustado su ánimo y por eso le había tomado confianza con rapidez. Cuando la encontré ese día sola y algo cabizbaja me había decidido a acompañarla sentándome a su lado y comenzó a hablarme de su temor ha no lograr el ser un caballero, como temía fracasar en sus misiones y eso me había parecido tan humano. Siempre me había gustado estar a su lado, aunque sea para ver las estrellas en silencio o solo para que estemos en compañía... y cuando me di cuenta de su mirada no la habría rechazado, aún está fresca en mi mente la sensación cuando coloqué mi mano sobre la suya mientras estábamos sentados sobre el hogar solo mirando hacia las estrellas, no dijimos nada pero me sentí tan lleno. Su bondad hacia los demás era lo que me había guiado junto al maestro por el sendero de la luz de ser un caballero, si no fuera por ellos no sería más que una bestia que solo busca cazar sin ser más diferente que un despiadado bajo el nombre de Athena.

Rozaría suavemente mi brazo al pasar a su lado y entraría a mi habitación a cambiarme y al salir ya listo como cada mañana ahí me esperaba Vergil, podría decir que era mi mejor amigo en todo el mundo. Si, es verdad que al principio era algo raro que me siguiera a todas partes sin embargo luego fue muy divertido el tenerlo cerca, no solo porque es muy listo sino porque tiene un buen corazón, se podría decir que es con quien comparto más tiempo de todos mis hermanos y aunque una vez tuve que darle una patada para que saliera del baño cuando me estaba duchado y el me estaba alcanzando el Shampoo, tengo que aceptar que no sería el mismo sin el. El sería como el hermano menor de todos en la jauría.

- Hola...

Nunca fui alguien que mostrara muchas emociones, siempre queriendo mantener el control sobre si mismo habría hecho que desarrollará una gran felicidad al ver como mis hermanos y maestro me leían como si mi rostro rostro una enorme sonrisa o una profunda mirada de tristeza, siempre estuvieron ahí y me cuidaron todo este tiempo aunque yo no lo dijera... y aun más me hace feliz saber que puedo leerlos sin miedo a equivocarme porque... nos conocemos los unos a los otros y eso me hace sonreír.

- . . . 

Una pequeña sonrisa se vería en mi rostro al escuchar la voz de Lyuten quedarse de que le había tocado el agua más fría pues como siempre era el último en despertar y eso era algo de esperar.

Siempre en problemas, con demasiada energía y con su aptitud de puedo hacerlo, Lyuten había sido también una de las partes más importantes de su vida. Si cada quien ocupará un lugar en la familia Lyu era su hermano gemelo competitivo, que aunque no podrían diferir más sus caracteres, uno había crecer al otro guardo no podía más. Con el aprendió la mentalidad de "uno más" y así había sido siempre. "A que puedo dar una vuelta más", "a que puedo hacer una flexión más" "a que..." si no hubiera sido por el seguro los primeros meses habrían sido sus únicos meses aquí, lo habría hecho esforzarse y lo habría llevado a romper sus propios límites cuando ninguno se rendía frente al otro. Es sin dudas alguien muy importante para el.

- Vamos... Ya estaban todos listos y apenas salía el sol como cada mañana. Al llegar al patio de entrenamiento esperarían al maestro, pero a diferencia de cada día de estos años el maestro llevaría una resplandeciente y magnífica armadura de oro, si no fueran su familia no podrían notar la sorpresa en sus ojos pues al tratarse de la armadura del maestro solo había visto la caja cuando Lyuten había apostado una ración de comida en que podía levantarla del suelo... ya sabemos quien ganó pero decidí cobrarse un día que la necesitara.

Escucharía a Vergil hablar mientras esperamos y con disimulo y suavidad tocaría con el codo a Adhara mientras estamos cerca el uno del otro.

- Se ve excelente maestro.

Asentiría en aprobación hacia lo que dice el maestro y felicitaría a Lumen con una pequeña sonrisa por su logro, al fin el primer miembro de la Jauría tendría su Cloth. Sólo faltarían cuatro y seguro lo lograrán en poco tiempo.

- Si maestro. Respondería junto al resto cuando nos dice que debemos hacer en cuanto a nuestro entrenamiento.

El entrenamiento fue bastante sencillo para lo que estaban acostumbrados. Los de afuera dirían que la practica era digna en intensidad de un campeón olímpico pero para la Jauría no lo era, en absoluto.
 Para cuando llegaron a un receso, Lumen insistía en que el descanso es una parte fundamental del entrenamiento, Todos aun estaban con energías así que un grupo se dedico a hacer prácticas leves. Mudan y Luyten hicieron una pequeña practica de Sparring y Virgil se dedico a practicar el manejo de las cadenas de Cerbero. Adhara en cambio no, ella decidió irse hasta el borde del campo de entrenamiento a sentarse allí. No pasó desapercibido para nadie que durante la práctica había estado distraída. Había fallado mucho en sus rutinas y no se encontraba de muy buen humor cosa que era muy extraño en ella.

Había pasado la mañana y el entrenamiento había finalizado. Si bien no fue tan duro como siempre, podían aumentar la intensidad por la tarde para emparejar las cosas.

-  . . . 

Habría mirado lo que podrían ser llamadas las prácticas extracurriculares de mis compañeros y a Adhara que se había pasado la mañana con un extraño comportamiento... era raro verle distraída.

Habría hechado una mirada a los chicos y al verlos ni interponerse sabría que me dejaban a mi el ver que sucede. Y no muy alejado de la realidad la verdad es que me preocupa así que caminaria hacia ella en silencio y me sentaría a su lado sin decir nada por unos segundos.

- Que sucede?...

¡Hay!- Exclamó Adhara al escuchar la voz de su compañero. -¡Samath! ¿por que eres tan sigiloso? Haz algo de ruido, casi me matas del susto.- Dijo la chica reprendiendo a su compañero.
 Para sorpresa de Samath Adhara no llevaba su máscara puesta, la había dejado a un lado y podía verla a la cara, algo que casi no sucedía nunca.

-¿Escuchaste lo que dijo el Maestro Lumen? Mudan será promovido a santo en cuanto el llegue. ¿y yo qué? Yo llegué aquí el mismo día que llego Mudan, entrene a la par de él. Desarrollé mis técnicas a la perfección igual que el ¿Por qué no me dan el rango a mi también? se quejó la chica con los ojos llenos de lagrima. ¿Por qué no me dice de una buena vez que no soy apta para ser Amazona? La chica se notaba claramente frustrada por lo que ocurría y eso era lo que seguramente había hecho que no estuviera muy atenta en sus prácticas. -Veré a todos alcanzar el rango y me quedare aquí pasa siempre limpiando la casa y ayudando a los novatos con el entrenamiento.- Comento dando una visión, un poco negativa, de su futuro.  

- (Vaya...) Pensaría en mis adentros al ver como la había sorprendido, el hecho de asustarla de esa forma significa que estaba muy ensimismada en sus pensamientos, pero la verdad es que como cada vez que la veía sin la máscara me quedaba sin palabras por unos segundos y esta vez fueron mientras me reprendía así que con sinceridad no habría prestado atención a lo que me había dicho en ese momento.

- S-si, perdona...

La verdad es que nunca se había detenido a averiguar el por qué las amazonas usan máscaras y por qué Adhara se la ha quitado, si eso significa algo o alguna costumbre. O tal vez sea algo de su familia, le preguntará luego y tal vez... espera.

- Espera Adhara... Ya le había hablado de sus dudas antes y sin duda es un peso el hecho de la promoción de Mudan y aunque se que no es envidia sino más bien frustración al sentir que sus esfuerzos no está generando frutos.

La verdad no sabría que hacer, el hecho de verla llorar le hace sentir como si un nudo se formara en su pecho, por alguna razón le dolía el verla lastimada y llorando así que no podría hacer nada más que no supiera y le rodearía con sus brazos para abrazarle con suavidad colocando su cabeza en mi pecho.

- Oye oye, ya hablamos de esto. No vas a quedar aquí sola, eres tanto o más fuerte que Lumen y si no te han dado la armadura es porque el maestro tiene algo en mente. Acariciaría sus brazos mientras le sigo abrazando y raposo mi barbilla sobre su cabeza. nunca había tenido el papel de consolar a alguien exceptuando cuando ella se pone triste sin embargo aunque me guste tenerla cerca no me gusta verla llorar.

- Tu vas a serlo, Adhara caballero de Canis mayor. Si?

 Adhara se acomodó dentro del abrazo de Samath y permanecio en silencio por algunos minutos. No queria apartarse pero tuvo que hacerlo para que el resto no pensara mal de ella.
-No lo se, yo veo mis avances pero parece que no son suficientes para el maestro. Logré aprender el Another Dimensión e incluso desarrolle mis propias tecnicas ¿Que mas me falta? Preguntó aun frustrada ¿Tanto le cuesta reconocerme? La chica sabia que hablaba mas por rabia que por otra cosa pero sus palabras salieron desde lo profundo de su pecho y no pudo contenerse.

-No me malinterpretes, quiero a Lumen como si fuera mi padre.- Comento la chica clavando la vista en el piso mas por verguenza que por otra cosa. -Pero realmente tengo miedo de no dar la talla ¿Y si me concideran muy violenta y me expulsan del entrenamiento ¿Y si fallo? ¿a Donde voy a ir? No quiero ir a estudiar nada ni a hacer alguna tarea que no sea ser una Amazona, me sentiria frustrada por el resto de mi existencia.-

Si hubiera sido por el la seguiría abrazando por todo el tiempo que ella necesitara mientras acaricia su cabeza, al sentir como ya se separa dejaría de rodearla con sus brazos y la miraría fijamente a los ojos mientras habla. No solo en su voz, bien puedo sentir su rabia y frustración y conozco que no quiere decir eso, pero lo que mejor puedo hacer por ella es ayudarla a calmarse por ahora.

- Oye... si alguien merece esa armadura eres tu, eres la mejor candidata por mucho y no hay nadie como tu en el mundo entero., yo lo sé.

Bien esas palabras vienen de su corazón y está al tanto que pocas mujeres llegan a ser caballero, pero ella cumple con el nivel necesario y aunque no sabe por qué no la han nombrado tiene esperanza en que así será y por ahora solo puede apoyarla.

- No vas a terminar lejos de aquí, ni de la jauría, ni de mi. Eres fuerte y valiente, dedicada y feroz... no lo olvides. Además por qué te considerarían violenta?

Con suavidad limpiaría las lagrimas bajo tus ojos y tus mejillas con mis manos y te miraría con una suave sonrisa.

-No lo sé, tal vez algún día esté enojada y termine lastimando a algún compañero.- Contestó Adhara.
 Con eso Samath pudo notar que la cabeza de la chica había proyectado cientos de futuros negativos y que estaba casi convencida de que alguno de ellos sucedería, lo cual la ponía en ese estado de frustración casi arrojándola a un circulo vicioso.
-¿Que se supone que haga cuando el maestro vuelva? ¿Ver como recibe Mudan su armadura y yo no? Aunque la intensidad en la chica estaba disminuyendo de a poco, Adhara seguía aun algo mal por el tema.

-Perdón que interrumpa.- se escucho decir a una voz familiar. -Ya estamos por retomar el entrenamiento. -¿Le digo a Mudan que necesitan unos minutos más? preguntó Virgil un poco abochornado por la escena que estaba teniendo que presenciar. 

- Adhara Adhara detente.

El verla así es preocupante, el notar como ha empezado a creer que no puede lograrlo o que hará algo malo hace que me sienta muy preocupado y fácilmente podría notarlo ella en mi expresión.

- No te desesperes, no hay nada malo que uno obtenga la armadura después del otro.

Le preocupa que estos pensamientos sigan creciendo en ella, sabe que un caballero debe mantener una mente limpia y un espíritu infranqueable ante toda situación y si ella siente que se derrumba...

- No estás sola, yo estoy aquí contigo. Sea lo que sea que pase o no pase. Mantente firme y no te rindas, sabes que lo mereces así que... cuando el maestro vuelva yo hablaré con el, si?

Colocando mi mano sobre la de ella la miro a los ojos.

- Yo creo en ti.

Al escuchar la voz de Vergil le miraría, no se había dado cuenta de que había llegado pero asiente.

- Lista?...

Adhara se puso de pie y se coloco de nuevo la máscara. Sin decir una sola palabra siguió a Virgil y a Samath al entrenamiento. El joven aspirante a lobo no sabía si sus palabras habían servido para algo y al colocarse la máscara de nuevo, tampoco pudo ver la expresión de la chica.

 Los entrenamientos consistieron luego en una serie de combates con reglas sencillas, a 3 impactos, sin uso de cosmos y Virgil no podía usar las cadenas. La idea es que todos pelearan contra todos así podrían entrenarse de manera equitativa y nadie tendría menos peleas. Samath comenzó contra Mudan y su pelea fue realmente difícil. La capacidad de predecir los movimientos del próximo santo de Hound hicieron casi imposible poder acertar algún golpe, el resultado final fue tres golpes para Mudan y uno para Samath dando como ganador al mayor. Luego le toco contra Adhara y la pelea le resulto extremadamente fácil, la chica no se terminaba de concentrar bien y recibió un par de golpes sencillos de eludir para alguien con su entrenamiento. El resultado final fue tres a cero a Favor del joven Lobo. La pelea contra Virgil fue muy entretenida, ambos se midieron bien y casi no se sacaron diferencias. Cuando el combate iba dos a dos ambos chicos intercambiaron un duro golpe. Adhara opinó que el de Samath fue más limpio y que impacto primero. Luyten dijo que desde su ángulo no vio que el golpe de Samath impactara pero si el de Virgil. Mudan no se atrevió a inclinarse por ninguno de los dos y dio el combate como empate ya que dijo que ese era un final más poético. Lyuten fue un combatiente muy agresivo pero salvo al principio no le resulto un desafío grande a Samath así que le ganó tres golpes a cero. El resto de los combates fue entretenido de ver para Samath. Virgil peleaba con mucha inteligencia pero el no tener su cadena lo limitaba ya que él estaba acostumbrado a pelea más a distancia, sin embargo Mudan opinaba que tal vez algún día tuviera que pelear sin su cadena y era bueno que supiera hacerlo. Lyuten era feroz pero se cansaba rápido. Descargaba toda su energía en los primeros golpes y si no ganaba con eso ya quedaba muy exhausto para el resto del combate. Pero de todos los combates el más fuerte de todos fue el que tuvieron Mudan y Adhara.
 Al futuro santo de Hound era muy difícil acertarle un golpe debido a su habilidad de predicción así que Adhara fallaba cada golpe que daba. Mudan trato de ser más defensivo y dejar que la chica fuera a él a la hora de intercambiar golpes. Uno tras otros los golpes y las patadas de la aspirante a Canis Mayor impactaban contra el vació y eso comenzó a frústrala más.
 Llegando casi al final del combate Adhara arrojo un puñetazo directo a la cara de Mudan, este lo esquivo por una decima de segundo, sin embargo el golpe se extendió más allá del largo del brazo de la chica y termino por impactar contra un árbol que estaba a algunos metros haciendo saltar Astillas. Cuando Mudan giro para ver a su contrincante estaba sangrando  por la ceja izquierda.

-¡Adhara dijimos sin cosmos!.- Ladró Mudan sorprendió ante la actitud de su compañera. De no haber esquivado la técnica esta podría haberle hecho un gran daño a su compañero. -¿Qué te pasa?.- Preguntó enojado pero más aún sorprendido.

-¡Vete al demonio Mudan!- Contestó la chica y salió del campo de entrenamiento en dirección a la casa comunal. Detrás de ella salió Mudan que intentaba darle alcance. 

Este entrenamiento le había gustado bastante. El pelear uno contra uno con sus compañeros le hacía dar el máximo y aprender a cada golpe lanzado cual es el camino a mejorar, el pelear contra Mudan le hace cambiar de estrategia rápidamente para intentar evitar sus predicciones siempre ha visto sus peleas contra Mudan como si fuesen partidas de ajedrez, pelear contra Virgil le mostraba que aún debía perfeccionar su forma de combatir, le quedaba mucho camino.

Su pelea contra Lyuten le hacía esforzarse cada vez más y aunque le pudo ganar, es por la forma de combate directo de este, aunque pareciese que ir contra Mudan es más difícil nunca se confiaría pues el azar de los golpes de Lyuten aunque le permite arrinconarlo la verdad es que no le gustaría resivirlos.

- Adhara... Su pelea contra Adhara fue diferente, estaba distraída y no estaba peleando como siempre. Si bien nunca le gustó impactar sus golpes contra ella, el hecho de que se encuentre así le está llenando de preocupación.

El ver lo ocurrido en su pelea contra Mudan habría puesto una marca de esto en su frente que se notaba a leguas, ella estaba muy enojada y frustrada y eso en un caballero es muy peligroso así que no dudaría en seguirlos, no porque piense que ocurrirá algo malo sino porque quiere intentar calmarla, aunque se estaba sintiendo algo inútil al no poder ayudarla como debería.

Tras Adhara fueron Samath y Mudan que había sido insultado por su compañera de entrenamiento.
 La chica se metió dentro de la casa comunal y se detuvo a mitad de camino, dejando de "huir" de sus perseguidores.

-¿que fue eso Adhara? pregunto Mudan más sorprendido que enojado. -¿Por qué me agredes de esa forma ¿Que fue lo que hice? indago tratando de entender que era lo que había pasado con la chica.

Adhara en primer momento no dijo nada. Era imposible ver sus expresiones ya que llevaba su máscara así que no se sabía que postura tomaría la chica, la de desafío o arrepentimiento.
-Para un santo de plata eso es un movimiento simple de esquivar.- Contestó. -Ya eres un santo consumado, cuando venga Lumen te darán el rango ¿Que tanto te espanta un ataque así? ¿Qué vas a hacer cuando un enemigo quiera matarte ¿Pedirle que por favor no te ataque con sus técnicas?

Mudan miró a su hermana de batalla sorprendida por lo que estaba escuchando pero sin tener la capacidad de contestarle, sabía que cualquier cosa que dijera empeoraría la situación. Adhara por su parte adopto una postura que demostraba vergüenza, mirando el suelo y comprimiendo un poco su cuerpo. La cara no había forma de verla pero para todos quedo claro que la chica no se sentía cómoda con lo que decía.

De pronto toda esa escena se vio interrumpida por la presencia de una energía descomunalmente agresiva y violenta. Esa energía provenía del campo de entrenamiento y había sido notada por todos los alumnos de Lumen.