Partida Rol por web

El abuelo siempre decía que no debía uno fiarse de las cosas llamativas en pleno bosque y menos en uno con aspecto de estar más muerto que vivo... así que me quedo atrás mientras mis compañeros no han tenido ningún problema en acercarse a los frutos rojizos. Mi estomago no para de gruñir de hambre pero el sitio me da demasiado miedo. No me da tiempo de ponerme a pensar en nada más, en pocos segundos las bolas carnosas se convierten en unos bichos horribles que se tiran encima del yayo y del mago, así que saco mis cuchillos e intento ayudarles a librarse de ellos...

-Bueno, si sobrevivimos a estas cosas, igual fritas están comestibles...- consigo clavar con uno de mis cuchillos a uno de los bichos, pero no alcanzo al segundo ni de coña.

El grupo sale de la ciudad y se interna en el peligroso bosque, todo en aparente calma hasta que una jauría rabiosa se presenta ante ellos con intenciones evidentes. Galauf no duda, pues aunque hombre de quietud y pacifismo la mayor parte del tiempo, también sabe cuándo su vida corre peligro y debe hacer frente a las amenazas. No obstante eso no significaba que disfrutase quitándole la vida a las criaturas del mundo; precisamente en aquellos momentos, sabiéndo lo que debía hacer, no estaba satisfecho consigo mismo.

-¡En guardia, caballeros!-apremió a sus compañeros.-¡No dejéis que estas bestias obstruyan nuestro camino!

 Al instante, blandiendo en una mano su vara sagrada y en la otra su espada de luz, Galauf se lanzó contra unos de los lobos.

Nerzul, realizando un rápido ataque, desenvaina su espada oscura, partienda a aquell sanguijuela que se lanzaba a por el por la mitad.Nada más atravesarla, la espada poseia un aura oscura que pronto desaparece.Otra alma de la cual se ha alimentado.Tras eto la vuelve a envainar bajo su túnica y se da la vuelta para ver como andaban sus compañeros.

Nota como otra de aquellas cosas se posa sobre su encorvada espalda y comienza a succionar la poca sangre que tiene en su pálido cuerpo.Desenvainando nuevamente su filo, alza el brazo que lo posee, para acto seugido colocar el filo mirando hacia abajo, y bajar el brazo violentamente, pasando este por detras de su cuello hasta intentar atravesar a aquella cosa.

-Seguir....vamos vamos......ahahaha "cof cof"....- dice con su gastada voz, ansioso de eliminar a más seres con su filo.

Vale, hay decenas de ellos...

-la madre que los parió a todos!! bichos asquerosos! retiro lo dicho! no pienso comerme ninguno de ellos aunque me muera de hambre!- hago añicos a otra de aquellas asquerosas sanguijuelas. "Bueno, igual con unas hierbas... no están tan malos aunque ahora mismo me dan más arcadas que ganas de comermelos, sinceramente!"

Era increíble, apenas le había dado tiempo a reaccionar, y ya le cubrían prácticamente por completo, estaban por todas partes, babosas, rojas y con una multitud de dientes afilados que intentaban aferrarse a cualquier resquicio de carne para succionar la sangre del hechicero.

- ¡Pues a mi me sigue rugiendo el estómago! -bromeó mientras intentaba acertar a las que caían con sus hechizos de fuego sin ningún efecto, mientras se movía intentando salir de donde caían, y colocarse en algún sitio a salvo.

Se aleja paso a paso de aquellos árboles, llevándose increiblemente a rastras, al joven hechicero mientras aquellas cosas le succionaban como si utilizarna pajitas.Una vez más alejados...

-Vamos jovencita, ayudemos a nuestro compañero...- dice comenzado a revanar cuerpo rojizos que rodeaban el cuerpo de Ithilon.

-Hay que salir de aquí cagando leches!! no podemos con todos y dudo que se muevan mucho de su árbol de origen!- les grito a mis dos compañeros de desventuras. Elimino otro de esos bichos que trataba de alimentarse del mago. Cojo al mago por el otro extremo y con ayuda del yayo hecho a correr como una liebre.

Los animales me cogieron demasiado entumecido, el penetrante sol de todo el dia, habia echo mella en mi, y casi estaba cegado. Aun con la capucha puesta no parecia el atletico guerrero que estaba acostumbrado a ser. El bosque me habia dado una sorpresa que no estaba dispuesto a desaprobechar, y la vida no suele dar segundas oportunidades, o eso me enseñaron en mi clan. "Los debiles merecen morir, para que los fueres prosigan" eso solia decir la matriarca, y me lo habian echo grabar a fuego, los latigazos que aun sonservo asi lo atestiguan.

Sin pensarmelo dos veces, saque una flecha y carge el arco que tenia en la mano, y moviendome ligeramente, dispare al lobo que tanto daño me habia echo en la mano, maldito lo pagaria con la vida.

Tras abatir a su primer enemigo, Galauf no duda en continuar hostigándolos hasta acabar con todos ellos o ahuyentarlos. Por ello sin dudarlo, nuevamente se lanza contra uno de ellos, confiando en que sus demás compañeros supiesen defenderse y hacer frentes a la amenaza sin su ayuda.

Maldito bicho, en mi tierra solo serias un animal de carga, te pasarias las horas sufriendo los mas terribles tormentos y aqui solo me importunas porque te crees libre, cuanto te queda por aprender de la raza superior.

Saco nuevamente una flecha y cargo mientras apunto ...

El ruido de la pelea de los compañeros se vuelve muy claro repentinamente, parece que sentir que te claven unos colmillos en la pantorrilla ayuda mucho a ver la vida desde mas cerca. Todos empiezan a sudar profusamente y ha hacer girar sus armas en un torbellino de extremidades rotas y aullidos lastimeros de lobos, que pierden la vida irremediablemente con profundos tajos en sus lomos.