Partida Rol por web

Con otro rapido movimiento y aguantando el dolor, respiro entrecortado durante un segundo apunto y veo como la flecha atraviesa de lado a lado al lobo, con una mirada de placer me regocijo ante la sangre que brota descontrolada, parece un odre que se derrama, pero miro con otros ojos mi propia sangre que sale por algunos cortes, aun parece que queda un lobo mas, pero por puro numero no llegara muy lejos, eso lo garantizo, mientras toco las plumas de una nueva flecha que anda en mi carcaj.

Völund acaba matando al último lobo de la partida. El combate es nuestro, sólo faltaba que alguno terminase con el último, y puesto que Galauf se encontraba cerca de él, se abalanzó presto con su arma por delante dispuesto a poner fin a la contienda. Luego tendría tiempo para recuperarse de la herida sufrida.

-  No nos ha ido tan mal después de todo – dijo el joven barón heredero, tomándose un respiro mientras limpiaba la hoja de su espada y observaba a los lobos muertos alrededor.

- Aunque es curioso que estos animales atacaran a varios hombres y no se retiraran a pesar de sufrir tantas bajas, ¿no les parece? Creo que tenían un hambre terrible, para pelear hasta la muerte - agrego, mirando el estado de sus compañeros y buscando un vial que extrajo de su mochila, ofreciéndoselo primero a sus guardaespaldas.

- No se moleste, señor. No soy tan débil como para caer a causa de esto – replico el bárbaro, imitando al muchacho y quitando la sangre de su hacha, para que no terminara arruinando y embotando el filo.

- No digo que no me vendría bien, señoría, pero necesitaremos esas pociones curativas más adelante, o yo soy un enano – replico el guerrero a su vez, envainando la espada y haciéndose unos vendajes apresurados con trozos de tela que arranco de su pantalón.

Mirando a Galauf;

-No digo que no me cureis, pero pensad que esto es una unión momentanea, mañana no sabremos en que bando estaremos, pero de momento prometo guardaros las espaldas, tanto como a cualquier otro.-

Miro a las bestias para ver si estan marcadas, o para ver si tienen alguna enfermedad visible, es muy raro este comportamiento, pero el lugar lo es mas, asi que supongo que sera la tonica del lugar.

Recojo las flechas lanzadas, y limpiandolas con cuidado las vuelvo a poner en el respectivo carcaj, parece que lo del pie no es mas que un rasguño y escocera mas que lo que realmente es.

Galauf dirige una sonrisa a Völund.

-Cierto es, pero un paladín del bien nunca deja que un aliado suyo sangre, aunque éste sea temporal-dijo mientras se inspeccionaba la última herida recibida-. Disculpadme un instante: esa última mordedura del lobo ha sido a auténtica traición.

El paladín aferró su vara sagrada de curación con una mano mientras colocaba la otra sobre la herida. Aunque un poco cansado, trató de hacer uso de sus facultades sanadoras.

-Por la gracia que el gran templo de los paladines me ha concedido, concédeme el favor que solicito y permíteme seguir imponiendo la justicia.

Tras su primer intento, Galauf volvió a repetir el proceso de curación.

-Por la gracia que el gran templo de los paladines me ha concedido, concédeme el favor que solicito y permíteme seguir imponiendo la justicia.

Con un asentimiento de cabeza, agradezco la curación, miro las flechas y compruevo que el arco siga tenso. Mirando a los lobos ya no me puedo fiar de nada, asi que miro la posición de mis 2 dagas que cuelgan en el cinto, creo que les dare mas uso del que me gustaria. En este caso me adelanto al grupo mientras miro de donde proceden los lobos, en caso de no encontrar nada, sigo el camino sin mas, unos pasos por delante del todo.

Oh. Oh.

-Apartemonos del camino. Ya!- les grito alarmada a Annie e Ithilon.

"Si nos mantenemos en el camino esa cosa nos pillará de pleno, o eso o corremos como nunca en nuestras vidas, directos hacia la entrada del pueblo...".

Trato de ocultarme o parapetarme en algún sitio no exccesivamente peligroso para mi salud.