Partida Rol por web

-Lo sé, maestro, con los muggles no uso sólo hechizos que los inmovilicen -acepté la crítica, bajando la cabeza... entonces los recuerdos de aquella misma mañana vinieron a mi mente rápidos y certeros como flechas- pero hoy ya he matado demasiado... -añadí.

Alguna vez había tenido que hacerlo, pero nunca me había gustado. Aquel día, sin embargo, había sido el peor de todos. 

Por desgracia, en ese momento vi cómo los dos insectos de Emm y Adrian volaban hacia ellos a toda velocidad... bueno, el de Emm, el de Adrian zigzagueaba renqueante, pero aún tenía ganas de aguijonearlo. No quería que les sucediese nada a mis amigos así que, a pesar de mis reticencias -y sabiendo que Salazar lo iba a pisar igualmente si sólo lo inmovilizaba, apunté al de ella- que iba más rápido, y pronuncié:

-¡Sectum!

El insecto cayó al suelo, seccionado por la mitad.

Era una observadora no participante, simplemente me dispuse a esperar respetando el momento de cada uno de mis compañeros. Estos bichos resultaban molestos y no quería interferir pero al ver el riesgo que corrían Emmeline y Adrian suspirando decido atacar a uno de ellos, precisamente al más activo con intenciones de torturarlo.

Lamentablemente mi intento se ve sosegado por la incomodidad de meterme y a pesar de haberlo lanzado algo en mi mente me impulsa a no querer hacerlo dando como resultado un hechizo patético. En silencio me quedo aguardando que de una vez por todas se mueran esas cosas.

Emmeline se enfureció al ver que el hechizo no salía como ella había esperado. Se había confiado demasiado tras su éxito con el escudo defensivo. Separó ligeramente las piernas mientras el bicho se acercaba hacia ella y frunció el ceño. Ya estaba bien de jugar. Ahora había que aniquilarlo.

De nuevo, la joven se defendió de su ataque.

¡Protego duo! - exclamó con frialdad. La misma capa protectora que antes, surgió otra vez de su varita con éxito y repelió el ataque del billywig. Sin pensárselo dos veces, Emmeline lo intentó de nuevo. Quería que funcionase este hechizo, era la primera vez que lo usaba.

- ¡¡Sectum!!

Esta vez, el conjuro acertó de pleno. Una energía cortante y veloz partió de su varita e impactó de lleno en la criatura, que fue herida. La joven sonrió con satisfacción. Conseguir su objetivo siempre la hacía sonreír.

Ví como se defendía Emmeline del molesto bicho. Esta vez lo vuelve a hacer correctamente. Sus compañeros quieren intervenir, pero les alzo la mano para que no lo hagan. Finalmente Adrián es alcanzado y pinchado por el insecto. En ese momento sus compañeros acuden a su ayuda. Es Devi el que abate al insecto de Adrián. Emmeline finalmente acabó con su presa, cortándola por la mitad.- Atentos a lo que le ocurrirá a Adrián.- Éste comenzó a flotar y a dar vueltas, tenía sensación de mareo y no paraba de girar.- Esto es lo que os ocurre cuando os pica uno de estos. El peligro que entrañan es que os piquen varios, pues la levitación será más fuerte y podréis volar hacia mucha más altura.- Acto seguido esperé que desaparecieran los efectos, mientras comentaba a Emmeline.- Tu técnica es buena, pero te falta concentración. Tú y Adrián os quedaréis toda la noche practicando ejercicios defensivos y de ataque.- No esperaba que lo aceptara, lo debía de hacer si quería que le confiara una misión.- Los demás venid, tengo una misión que ofreceros.- Dije moviéndome a otra habitación. Antes de irme miré a ambos, a Adrián, que flotaba aún y a Emmeline.- Nada de hechizos que os puedan hacer mucho daño.- Dije mirando a ambos muy serio y desaparecí por la habitación contigua con mis otros alumnos.

Emmeline y Adrián se quedan solos, la calma reina en la habitación. La llama de las antorchas se mueven aleatoriamente como si algo de viento las azotara. Al cabo de una media hora finalmente Adrián cae con un ruido sordo al suelo húmedo de piedra.

Entro a la otra habitación con mis alumnos y digo.- Vais a realizar una misión mañana. Necesito que encontréis a Helga Hufflepuff. Tenemos un proyecto que vamos a hacer en común, y del cual no os puedo hablar por si algún muggle os interroga.- Acto seguido miro a cada uno de los presentes.- Es muy importante, está en la dirección en la que nace el sol.- Digo indicando con la mano.- Pasaréis un lugar llamado "Atenalia". Tenéis que pasar de largo, es importante que no entréis en ese lugar. Es peligroso. Al pasar ese lugar encontraréis un gran bosque. Prestad atención a las bestias que alberga, pues solo un mago es capaz de entrar y capaz de salir con vida.- Acto seguido esperé por si alguno quería decir algo más.- Os podéis retirar a vuestro hogar, o dormir aquí. Es vuestra elección. Mañana con la salida del sol os quiero en la plaza del poblado.

Emmeline se sentía muy frustrada por haber sido la última en acabar con su criatura. Por haber querido experimentar con el primer conjuro, ahora debía pasarse toda la noche practicando con aquel chico silencioso en vez de estar con los demás haciendo una misión. La joven se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y la espalda muy recta, y esperó hasta que Adrian cayó al suelo como un peso muerto.

¿Estás bien?, le preguntó simplemente. No le apetecía ponerse a pelear con aquel chico. Pensaba que era mucho más poderosa que él.

- Nos retiraremos, maestro - contestó educadamente Sean hablando por él y por Sophie. - Sólo una pregunta - añadió mirando al mago. - ¿Encontraremos a Helga Hufflepuff en el bosque o sólo debemos cruzarlo y buscarla fuera de él?

Más valía dejar claras las dudas que cagarla en aquella misión.

- Helga debe de estar en el siguiente poblado tras pasar el bosque.- Acabo la frase.

Permanezco atenta a las indicaciones de nuestro maestro sobre el recorrido que debemos hacer para ir a buscar a Helga. Memoricé cada lugar que ha nombrado porque después tomaría nota al llegar para no olvidarme de nada.- Me parece bien, allí estaremos mañana. - respondo amablemente mientras me acomodo la capa con intenciones de salir junto a Sean del lugar. 

-Si no se requiere de nuestra presencia nos retiramos Maestro. - hago una pequeña reverencia mientras aguardo el momento para irnos. 

-Yo también me voy, necesito descansar... -murmuré; entonces miré a Sean y Sophie- ¿nos vemos mañana al alba a la salida del pueblo, en la encrucijada del este?

Esperé a que me respondiesen y, cuando marchaban, le dije a Salazar en tono quedo y sin emoción:

-Maestro, ¿puedo hablar con vos un momento?

-Claro, nos vemos mañana Devi. Adiós Maestro. - me despido de ambos sonriendo. 

Espero que salgan los demás estudiantes y me dirijo a Devi.- ¿Y bien?.- Digo, esperando que fuera algo importante.

-Maestro... -no sabía por dónde empezar, pero no me gustaba dar rodeos; también sabía que a Salazar no le hacía demasiada gracia la Hermandad, así que no tenía muy claro cómo plantearle la pregunta, además de que se le veía impaciente por volver con Emmeline y Adrián- ¿es malvado matar a alguien? ¡es decir! ¡no matarlo! pero que alguien... alguien malvado... muera como consecuencia directa directa de algo que tú haces... ¡pero para ayudar a otras personas!... eso... ¿eso está mal?

La verdad era que llevaba mucho tiempo en la Hermandad, cumpliendo sus órdenes sin cuestionarlas, desde niña... y sin embargo, aún tenía quince años. Y precisamente ahora era cuando estaba empezando a preguntarme el porqué de las cosas. 

Miré a los ojos a Devi y entré en su mente. Tranquilo y apaciguado le dije.- Cuántas veces te he dicho que olvides lo de esa estúpida hermandad. Tú serás más poderosa si centras todo tu esfuerzo en nuestras clases, y luego tú sola podrás contra todos esos muggles.- dije con aire despectivo al pronunciar la palabra muggle.- Con respecto a lo que preguntas, solo tú tienes la respuesta. ¿Ha sido necesario ese sacrificio para conseguir tu fin? si es así no has hecho nada malo.

-No puedo dejarlo... ahora ya no. Maestro, sé que no os gusta pero... hemos salvado ya a tantos... tantos magos y brujas que iban a ser quemados en la hogueras... tantos inocentes... -bajé la cabeza; sabía que no lo aceptaba, pero aún así, no podía dejarlo... aún no; y sin embargo, sus últimas palabras habían apaciguado mi corazón, al menos en parte, y le estaba muy agradecida- gracias, maestro. Muchas gracias. 

- Es peligroso ir sin la correcta formación. Muchos magos han dado su vida por esa causa de niños. Conmigo tú harás cosas importantes, importantes de verdad, pero tienes que dejar que te aconseje, y a dejarte guiar.- Acto seguido me di la vuelta.- Cuando sea el momento de entrar a la acción, entraremos. Piensa lo que te digo. Eres una maga poderosa, no me complacería que dieras tu vida en una escaramuza mal organizada.- Acto seguido me senté en mi silla.- Ahora descansa y reflexiona.

Asentí a sus palabras, agradeciéndole el consejo. 

-Sí maestro, lo entiendo... reflexionaré -dije, con toda la sinceridad de mi corazón-, gracias, maestro.