Partida Rol por web

Uno de aquel grupo el más mayor en aspecto se me acerco y me pregunto sobre La joven llamada Nurlane.

   Oslob, jefe de gran tribu    Me señalo al pecho, presentandome.     Mujer Ssabía noss prometió acambio de nuesstra ayuda 100 carros de pieles, comida, grasa animal, hierro y carbón.     Bola Blanca uno de nuestro grandes perros y su pareja  se acerco junto a nosotros, tenía los colmillos sangrientos y el pelaje manchada de sangre orca.

Los orcos habían caído tras los certeros ataques de mi hermano, el enano y mío. No se esperaban lo que se les vino encima y los restantes orcos huyeron despavoridos al reconocernos - no os esperábais un recibiendo así ¿eh?... corred malnacidos, corred -

El resto de orcos que se dieron a la fuga, fueron neutralizados por más de un centenar de cuadrúpedos y otros tantos de guerreros que venían con el rostro relajado de haber realizado un gran trabajo. Mientras tanto, Guth comenzó a hablar con el jefe de la tribu y comenzaron a "charlar" y en la conversación se mencionó a nuestra compañera Nurlane.

Quedé expectante y atento a lo que allí se mencionaba, pues las palabras entre "señores" no se me daban demasiado bien y la charla no me molaba demasiado. Me gusta más blandir la espada, eso es lo que se me da bien, no obstante, me acerqué a donde el comandante que dirigía a los cuadrúpedos - Buen trabajo "amigos", entre todos hemos dado buena cuenta de esos indeseables. Mi nombre es Malleus y soy uno de los integrantes más antiguos de "La Hermandad", aquí el resto de los compañeros, que se presentarán ellos mismos... gracias a este variopinto grupo hemos aprendido y hemos conseguido sobrevivir en numerosas escaramuzas gracias a la unión de nuestras habilidades, seguramente de vosotros podríamos aprender muchas cosas.... - y me presenté.

Los emboscadores fueron emboscados y no duraron mucho cuando les pillamos de impreviso.

La gente de las tierras del Norte dieron cuenta de aquellos que escapaban. Así se hace, me encanta esa forma de acabar con los apestosos orcos.

Una vez el enemigo no se hallaba entre nosotros, se presentaron. Al parecer nuestra amiga Nurlane había hecho un trato con ellos. Di unos pasos hacía ellos cuando termino de hablar Malleus y me presente, Buen trabajo mi nombre es Tritón II heredero de la tierras alredededor del monte Gumbadad, y si nuestra compañera os prometio esas cosas la tendréis no lo dudeis.

Dije mientras limpiaba mi poderosa hacha.

Yoo. Olossant.

Les digo al acercarme al grupo.

oir, trato sigue empie, mejor. Sentir la muerte de Nurlane.

La lengua común conocida como Oestron resultaba complicada.

   Tenemosss, problemasss, hay máss de 600 engendrosss infecciososs, tienen la ciudad rodeada, esse sser que loss comanda monta bessstia alada, tiene doss comandantesss  muertoss hechicerías con poder, nosotross no tenemosss hechiceross. Ssolo sanadores. Sser difícil vencer ssin lass palabrasss. Antiguass

Yo soy Guthrid, el gris, hechicero de las tierras del sur. Lamento que el acuerdo con Nurlane no se haya formalizado. Como miembro de la Hermandad, me gustaria renovar el acuerdo con vuestro pueblo: 100 carros de pieles, comida, grasa animal, hierro y carbón a cambio de vuestra ayuda en esta guerra. Cualquier ayuda es util. Que decis? Hay trato?

Luego el jefe Oslob empezo a relatar sobre la existencia de los engendros, bestias aladas y hechiceros.

Hechiceros? Que clase de hechiceros? Habeis presenciado su poder?

Asentimos con la cabeza, (y  así que 200 lobos, 300 luchadores y 100 ayudantes, se unen en el camino a la hermandad).

No ser seres de esta vida ni de la otra, ser seres andar entre dos mundos. poder ser terror gente y controlar engendros. Armas normales no ser buenas para matar estos.

Le termine de comentar yo tras enviar un grupo de asesinos para acabar con ellos y fallar, por que sus armas explotaron al tocar su forma espectral.

No ser nazgul, pero parecer algo.

Una vez acabadas las presentaciones se nos explicó un poco la situación y el acuerdo que Ergala había tenido con esta tribu. Estábamos dispuestos a mantener dicho acuerdo, pues la palabra de un miembro de La Hermandad se mantendría mientras hubiera un integrante vivo - Me parece más que correcta la decisión de mantener la palabra de nuestra compañera - comenté seriamente.

Tras la charla, se comenzó a exponer todo lo que estaba pasando en la zona y todos los enemigos a los que se están enfrentando - Chicos, la cosa se anima... un brujo... unos no muertos... ¿armas mágicas? perfecto para nosotros y además tenemos ganas de usarlas y de poner nuestras habilidades al servicio del bien - comenté entusiasmado.

Tras unos instantes de pausa y silencio continué hablando - Mi señor Olossant ¿nos podría indicar la situación de esos seres? no se preocupe que intentaremos dar buena cuenta de esos indeseables - le pregunté agarrando fuerte e impacientemente el mango de mi espada......

   Estar cerca de engendros, ellos cerca  batalla, encontrarlos seguro, pronto, demasiado pronto.

Esos seres de ultramundo no suelen estar en un emplazamiento mucho tiempo suelen moverse según la batalla y las ordenes de Beth.

(corriendo y sudando, le cuesta respirar).

    Os... Os alcance      Dice tomando aliento, por la carrera tomada desde el pozo, hasta vosotros, desde que ningún constructor le quiso llevar, lo teniais tras vosotros intentando alcanzaros.

(Al ver ese orco raro aparecer corrio la alarma)

Los lossost comenzarón a hablar en su idioma, solo se entendia algo de asquerosos orco, una docena de lanceros le apuntaron dispuesto a lanzar sus armas contra él, y una veintena de perros lobos estaban deseosos de recibir la orden para salir a destrozarlo.

Una vez asegurada su ayuda al reavivar el pacto realizado por Nurlane, sólo quedaba idear como asaltaríamos al ejercito de Beth.

Bien, amigos debemos idear una estrategía para optimizar el ataque, intentemos sorprender al enemigo para causar el mayor daño posible, los ejercitos que estan dentro de ciudad gris deberían saber con que aliados cuentan fuera....mientras intentaba cuajar un plan apareció el semi elfo-orco Edwer.

Se encendió una alarma en el pueblo de los Lossost. Varias lanzas le apuntaron y los guerreros estaban tensos.

Tranquilo pueblo de Lossost, es un amigo, que no es engañe su apariencia, viene con nosotros. Dije levantando la voz y las manos.

   Ser extraña compañía esa     Comente ordenando en mi lengua bajar las armas y permitir que esa cosa se acercase a nosotros.

Que tensos están estos, ¿no?, parece como si nunca hubiesen un elfo. Comente mal humorado mientras me acercaba al grupo. Por cierto ¿esta gente de donde los habéis sacado?, nunca he visto esos rasgos y esa piel en los humanos.

Comente intentando ignorar, como apilaban los cuerpos de los orcos y los quemaban, y el campamento orco era arrasado y devorado por las llamas, destruyendo también la posibilidad de saquear las tiendas y reunir pruebas sobre los planes de Beth si las hubiera. Pero había llegado tarde para echar un vistazo

Vuestras monturas los constructores, no estaban nada tranquilos con tanto, perro lobo por el lugar, sus fuertes pezuñas preparadas para excavar y su dura cabeza, junto su gran tamaño no sería nada ante una manada de lobos rabiosos. Estos daban saltos, destrozaban piedras y arboles, inquietos por salir de ese lugar.

Triton comento de pillar a los engendros desde dos frentes, avisando a la gente de la ciudad de alguna manera.

Les faltaba poco para llegar, era hora de ir pensando en algo.

El amigo Edwer llegó a donde nosotros resoplando - Para ser un elfo este está en baja forma... - pensé mirándolo de reojo y observando las formas en los que los aldeanos se mostraron al verlo llegar.

- Señores, no somos un grupo "normal", como veis, juntamos distintas razas para formar un grupo que ha salido airoso en muchas escaramuzas gracias a luchar codo con codo y uniendo nuestras distintas habilidades para el combate. No temáis, es un amigo - comenté a la vez que el enano para que los aldeanos se tranquilizaran un poco.

Tras la charla y demás presentaciones de unos y otros, nos dispusimos a intentar urdir una estrategia para poder atacar a los secuaces de Beth y salir victoriosos de la batalla.

- Hermanos, nuevos amigos... estamos muy cerca de la Ciudad y los amigos de Beth están a mitad de camino ¿hay algún camino que lleve a Ciudad Gris sin tener que encontrarnos con el enemigo? alguien rápido como Milo podría llegar a la Ciudad y avisar de la llegada, tanto nuestra como del enemigo, cogerlos entre los dos flancos e intentar mermar sus fuerzas antes de la batalla final en la que ¡acabaremos con Beth de una vez por todas! - comenté al jefe de la tribu....

Las monturas que tan bien nos habían servido estaban muy nerviosas y hacían gestos desesperados para salir de allí - Creo que deberíamos dejarlos ir a por los suyos... nos han ayudado mucho y ya han hecho todo lo que tenían que hacer ¿os parece bien? - comenté acariciando a mi constructor - Aunque el viaje no haya sido del todo agradable, te agradezco todo lo que has hecho para traernos hasta aquí - le susurré mientras le acariciaba y lo dejaba ir.

Intenté calmar a la inquieta ave a la cual todavía no podía dejar ir si mi misión era llegar antes a Ciudad Gris.

—Calma amigo —le hablo con voz suave y acariciándolo un poco esperando esperando que entendiera que no correría peligro con aquellos perros mientras estuviera con la Hermandad.

—Iré lo más rápido posible para advertir y preparar la ofensiva desde todos los frentes —dije mientras observaba como la enorme bestia que montaba parecía relajarse y confiar en mi.

Yo iré con Milo, así le guardaré las espaldas y de paso me alejaré de aquí, los perros lobos aún me miran raro.

    Ssí, esso estaría bien, la ciudad ssubiria de moral al ssaber de nosotross junto la hermandad 

conocer desvio. Sí volver sobre nuestros pasos. Tener esperando cientos de trineos, trineos ser rápidos e ir por montes no necesitar senderos.