Partida Rol por web

Cuando veo parte de su cerebro y oigo su grito infernal se me eriza el pelo de todo el cuerpo. Pero habiendo visto ya todo lo que he visto...e incluso teniendo que enterrar a mi propia mujer y mi propia hija...ya no me asusta tanto. Por si la escopeta no hubiera hecho ya suficiente ruido...maldito monstruo. Bueno, así resulta más preferible todavía usar la escopeta, total si van a acabar gritando... Flanqueo al monstruo para evitar que ningún perdigón le acierte a mi acompañante y vuelvo a apretar el gatillo apuntando a la cabeza del monstruo a la misma distancia de éste que la que mantuve con el anterior, la justa para no fallar y que no me toque en lo que tarda en explotarle la cabeza. Acabaré con todos vosotros, monstruos del infierno.

El zombie que quedaba inerte por el golpe de Bill sale volando hacia la izquierda de Bill. Cuando este mira hacia donde ha sonado un sordo disparo, ve a Jonathan encañonado la escopeta tras haber retirado al monstruo fuera del rango de Bill, quedando inerte en el suelo junto a su otro compañero.

Bill miró los cuerpos inertes que ahora yacían en el suelo, la adrenalina aún le recorría su cuerpo, pero sabía que tenían que salir de ahí cuanto antes

-A que esperas, tenemos que seguir, la idea tuya de usar la escopeta atraerá a más seres como estos, de uno en uno son inofensivos pero en grupo... no quiero averiguarlo.

No sabía hacia donde se dirigían, solo que aquel hombre quería salvar a alguien, no le gustaba la idea, pero tenían que permanecer juntos, era la única oportunidad de seguir con vida en el infierno.

-Sí, tienes razón, la idea que ha acabado con estos dos monstruos atraerá a más, pero quizás también a más de nosotros. -respondo con una sarcástica sonrisa que pronto desaparece. -Sea como sea tienes razón, debemos continuar. -añado recuperando el paso. Con los primeros pasos no acelero, para poder cargar la escopeta y que ésta tenga toda la munición posible, pero tras esto me saco el bate y me guardo la escopeta en su lugar, acelerando el paso en dirección a la casa de mi primo.

Dirigiéndoos a casa del primo de Jonathan alcanzáis tras pasar dos manzanas a lo largo de 5 interminables minutos lo que parece ser la calle que lleva a vuestro tan ansiado objetivo. La zona parece tranquila, parece que no hay el más mínimo problema palpable en el ambiente, y que la calle se encuentra "limpia".

El breve paseo me parece toda una travesía, pues no tengo por costumbre tanta tensión y alerta durante tanto rato. Al ver lo solitario del lugar no puedo sino regocijarme en la esperanza. -Perfecto... -murmuro pensando en voz alta, dejando que la tenue luz que brilla entre tanta sombra y desesperación salte a la vista y de ser posible se contagie. -Esto son buenas noticias, sin duda. Veamos si mi primo sigue por aquí...Quizás se haya ido, en tal caso deberíamos buscar alguna evidencia de su paradero, pero esperemos que esté aún aquí. -y retomo el paso hacia el interior de la casa con renovadas fuerzas, sin abandonar la cautela lo más mínimo. Más vale prevenir que lamentar...sobretodo visto lo visto.

Os situáis frente a la casa del primo de Jonathan, una casa simple, pintada de un marrón idéntico al del resto del vecindario. Las luces están apagadas, no se ve que exista el más mínimo movimiento dentro de la casa, por lo que deducís que ahí no hay nadie o si hay alguien no se quiere mostrar.

Me acerco a la puerta y toco con el puño un par de veces. -¡Eh, Bobby, ¿estás ahí?! ¡Soy tu primo Johnny! ¡Vamos, si estás ahí abre o di algo!

(( si nadie responde: ))

Al ver que nadie responde me dispongo a forzar la cerradura para entrar con cautela. Una vez la cerradura esté vencida abro la puerta de una patada con el bate en la mano, por si acaso, que nunca se sabe.

Al percatarme de que no llevo encima herramienta alguna para forzar la cerradura y que nadie responde a mis llamadas entro por la ventana, rompiéndola, con mucha cautela.

Jonathan consigue romper la cristalera con el bate de béisbol, tras lo cual elimina los restos de la cristalera y se adentra con la pierna y con sumo cuidado para evitar los cortes posteriores. Después de esto, se pierde de vista al adentrarse en la casa.

Te adentras en el interior de la casa. Apareces en el salón el cual, en el más absoluto silencio, es iluminado de una forma un tanto tétrica por la única ventana abierta que en este caso ha sido rota por ti. No parece haber habido sonido alguno en respuesta a tu entrada.

Observando las acciones de su acompañante echa un ultimo vistazo a la calle para ver si hay más seres caminando por la calle es mala idea dejar una ventana abierta pensaba mientras se acercaba a ella-entro-dijo casi susurrando mientras intentaba entrar con cuidado para no cortarse.

Os encontráis los 3 (Christiam os sigue en silencio sin mediar palabra) en el salón de la casa, la cual se encuentra en el más profundo silencio. El salon está pintado de un rojo burdeo en la mitad superior mientras que la inferior se encuentra revestida de madera. Frente a vosotros, un sofá y un par de sillones se distribuyen alrededor de una mesa apuntando hacia un televisor modesto situado delante vuestra, a la izquierda. En el otro lado del salón, a vuestra derecha, se encuentra una mesa rodeada de cuatro sillas. Distinguís la puerta tras el sofá.