Partida Rol por web

Frustrada por mi nefasta actuación que, junto la muerte del bueno de Nicholás, hace que me sienta fatal conmigo misma, consciente de la poca utilidad en esta contienda y que se ha resuelto con la pérdida de uno de los nuestros.

Mientras el gnomo habla con el marinero, me quedo apoyada sobre la pica de abordaje, mirando detenidamente al prisionero y, de vez en cuando, girando la cabeza para ver el cuerpo sin vida del que otrora fuera nuestro cocinero.

Malic está deslumbrante, espectacular en su verborrea y, por un momento, sonrío mientras niego con la cabeza ante la elocuencia del pequeño intendente hasta que, el marinero opta por aceptar parcialmente el trato ofrecido. 

En ese momento, y visto que nadie hace nada y todo el mundo parece paralizada, doy una patada a mi pica y, con un giro la apoyo sobre mi hombro, dirigiéndome hacia el capitán de la nave, al que doy una patada sin demasiados miramientos

No nos vale que digas confiar en nuestro poeta, y que prometas no dar la voz de alarma.  comento mientras me agacho y comienzo a registrar los bolsillos del capitán, lanzando una mirada a Harper, por tener que hacer su trabajo, antes de volver mi atención al marinero como comprenderás, algo nos tendrás que ofrecer y, visto que no nos quieres guiar físicamente, cuéntanos todo lo que necesitemos saber sobre esta embarcación, lo que podríamos hacer para sabotear el timón y cómo llegar hasta él vuelvo mi atención hacia el capitán mientras comienzo a sacar las cosas y dejarlas a un lado. Una vez finalizada la inspección, me vuelvo a levantar, caminando hacia el marinero

¿Y bien? piensa bien tu respuesta pues, aunque no nos guste matar a sangre fría, tampoco podemos fiarnos de la palabra de un chelaxiano arrodillado ante nosotros cuando su vida pende de un hilo.

El soldado observa el expolio del comandante con cierto desprecio. No obstante, es lo bastante inteligente como para no hacer comentarios al respecto. Luego, ante la velada amenaza de Sandara, el marino afirma con gravedad:

-Justo subíamos de la sala a la que queréis dirigiros. Esa trampilla os llevará directos al aparataje del timón. No tendréis muchos problemas en desarticular el mecanismo, pues un juego de simples sogas hace la mayor parte del trabajo. Lo que no tengo muy claro es cómo pensáis salir de aquí vivos... 

Este último comentario parece haber sido más una reflexión en voz alta que otra cosa.

Asintiendo al marinero, recojo todas las cosas y se las entrego a Harper y Malic por favor, guardad esto en una bolsa.

Luego me dirijo a la escalera por donde habían subido, escuchando y mirando hacia abajo deberíamos de darnos prisa antes de que echen en falta a su capitán.

Alguno debería de quedarse aquí, atrancar las puertas y accesos para darnos tiempo a escapar. Acercándome a Malic creo que, a parte de destruir el timón, deberíamos de darles algo más en que pensar, tal vez un agujero o varios tal vez. Eso ahí siempre es un peligro comentó guiñando un ojo

Harper ayuda en su tarea a Sandara y limpian rápido a la tripulación. 

Ese hacha vendrá bien con el sistema de cuerdas. O incluso un incendio.

Malickud asiente a las ideas de sus compañeros.

El incendio es lo mejor... ¿alguien tiene aceite?

Si queréis yo me puedo quedar, pero no sé atrancar puertas, eso es cosa de Harper. Lo mejor es bajar cuanto antes y largarnos, que el tiempo vuela. Por cierto, alguien tendrá que cargar con nuestro buen Nicholas, no lo dejaremos aquí.

El gnomo mira si el fallecido cocinero lleva aceite entre sus ropajes.*

Al oir a gnomo asiento mientras miro pensativa las opciones

Finalmente, me giro hacia Harper Tú y yo vamos abajo, y ellos que se queden arriba. Rápido digo señalando con la cabeza las escaleras que van hacia abajo

Sandara y Harper descienden a la sala inferior por la trampilla mientras el resto os quedáis vigilando al marino cautivo y custodiando el cadáver de Nicholas.

Primero Harper y luego Sandara, descendéis por la trampilla hasta la sala de aparataje del timón. En efecto, tal y como os ha relatado el marinero cautivo, una suerte de cuerdas y poleas sostiene el mecanismo entero sobre el que se apoya la dirección del buque de guerra chelaxiano. Parece fácil inutilizar el mecanismo a base de tajos y hachazos en cuestión de minutos...

Viendo que todo es tal y como nos ha comentado el marinero, hago un gesto a Harper venga rápido, cortemos las cuerdas digo mientras miro alrededor, buscando alguna lámpara de aceite

Un par de lámparas de aceite iluminan la sala. Podríais intentar derramar el líquido elemento sobre las sogas y ver qué pasa al incendiarlo, pero tampoco creéis que haya suficiente como para poner en riesgo a la robusta (y húmeda) embarcación.

Harper corta todo lo que puede y vierte el aceite de una de las lamparas alrededor del mecanismo. La otra la lanza mientras le dice a sandara que empiece a ascender.

Vamos, ésto ya está.

Entre Harper y yo, cortamos todo lo rápido que podemos las cuerdas del mecanismo y, una vez rotas y que Harper lance la lámpara, miro por la sala esta lámpara tírala por donde veas que está más seco

Venga, salgamos digo comenzando a subir por las escaleras

A la menor señal de problemas, regresad y vamos todos, ordena Feijud antes de que Sandara y Harper se marchen.

Unos interminables minutos después, Harper y Sandara suben de nuevo por la escala. Su gesto de apremio, la tintineante luz que se asoma desde el piso inferior y el inconfundible olor a madera quemándose os animan a actuar con celeridad para escapar de la ratonera.

Salgamos de aqui. Trabajo hecho.

Buen trabajo. Venga, todos al agua, antes de que se den cuenta.