Partida Rol por web

- Muy bien, estoy intrigada por conocer quienes son, por la forma en que las denominas - De camino a su camioneta respondo a su pregunta - Ese sujeto dirije grupos pandilleros en la ciudad, es algo violento, de ahí su apodo

Aun confuso por lo difícil que resulta estar calmado -y lo fantásticamente que fracaso en lograr dicho estado- miro al animal que se acerca sin perderme palabra de lo que el tipo dice, a pesar de lo dificil que me resulta.

Me inclino, solo un poco para ver al animal, es bonito, mucho más que el gato de Margareth y puedo notar que cojea, con desconfianza extiendo una mano al animal a través de los barrotes... para poder tocarlo, pienso en Darla de nuevo, ella estará muerta, casi seguro...

Al tiempo le hablo al otro.

-¿A quién matarán? -tengo la ligera impresión de que no es al perro... y luego resulta que este esta tan chiflado como Margareth, no puedo evitar pensar que ella también debe hablar con Hercules -No creo que hables del perro ¿Verdad? -¿Porque matar a un animal? después de todo... aunque sea solo por crueldad.

-mm... interesante. ¿Sabes donde encontrarlo?

Max miro al frente sin mas, anticipando la posibilidad de que también ese par estuvieran down... Tendrían que hacer el trabajo con lo que quedaba. Esto pasaba cuando se enviaban niños sin más. Pero si podía recuperarlos o reemplazarlos con carne local, las cosas no estarian tan mal.

Paso de largo a los setitas, con las manos en los bolsillos, paso ligero y la mirada baja.

"Las víboras están nerviosas, y no son las únicas. Quizás haya pasado algo gordo"

Cuando por fin me encuentro con el criado de Lombarda, levanto la cabeza con elegancia.

- Ni tampoco tiene constancia él. Ha pasado algo que tu señor debe saber.

Y apuntando en dirección a la mansión con la barbilla, añado:

- Llévame ante él.

Esta cámara hace un recorrido de 180 grados en esa esquina. De derecha a izquierda (de ahí el sonido). Lo que hace que tenga un punto ciego,  o varios dependiendo de como se vea.

Hay dos formas que debes tener en cuenta, colarse  justo en el momento que la cámara no mira, o  aprovechar y ponerse justo debajo de ella.

Si se está debajo de ella se puede tener un poco de control y  voltear al sitio donde se escuchan los ruidos. Hacerlo lo suficientemente rápido para ver sin ser detectado y volver al centro.

Lo mismo para la puerta donde al parecer ingresó el perro.

El criado hace una venia y  te dice sin palabras que lo acompañes. Mientras lo haces puedes ver el lugar del hombre, es un estilo clásico de los años 20, con  cuadros de mujeres desnudas y  algunos de extraña perspectiva. Bien le iría a este hombre comprar una de tus obras pero posiblemente sus gustos artisticos son iguales que los de un loro pirata. Los tapetes son persas de color fuerte y contrastan con las paredes de un naranja.

Cuando el criado cruza a la derecha,  volteas tu rostro hacia la otra parte del corredor, la izquierda donde puedes ver a una mujer con un cuerpo  hermoso y con un traje pegado al cuerpo que tiene una máscara de tortura puesta sobre su cabeza.

Este hombre no era conocido por tratar bien a las mujeres, y esta en especial que era su criada, seguramente había hecho algo para merecer ese castigo. La mujer estaba barriendo  y oculta la mirada cuando te ve pasar.

El criado voltea nuevamente hacia la derecha y al final del pasillo se podían escuchar risitas. Al ingresar puedes ver  a este hombre con una niña de unos 12 años  que esta sentada sobre sus piernas.

"Oh nena, tu mami te trajo aquí,  y te voy a enseñar un juego nuevo, ¿quieres jugar con tío?"

La niña estaba algo confundida evidentemente. La cara del hombre cambia un poco bruscamente cuando les ve llegar.

Oh... creo que debemos dejar el juego para más tarde, ve a jugar con la muñeca que te compre.

Dice el hombre levantandose y  empujando a la niña (no muy amablemente) fuera de la habitación.

Te mira y te dice:

Oh Joseph No es jueves que yo sepa. Dice el hombre pues muchas veces son en esos dias que se encuentran. ¿a qué debo su visita?

Matan a cualquiera, porque simplemente quieren.

No hablo con los animales pero sé evidentemente que piensa hacer. Dice el hombre serio. Trata de salvarnos, aunque. Lo mira mejor cuando se te acerca. Esta herido. Hijos de puta... espero podamos salir de esta.

Solo que posible necesitemos las llaves... !demonios!

Chico... busca las llaves... busca las llaves.

El perro parecia no entender.

Vale, ahora tengo una buena perspectiva, cuando la cámara no mire... AHORA!

Rápidamente me muevo bajo la cámara, aprovechando la ofuscación, desde aquí y sin que nada me grabe, observo los alrededores con más calma y tranquilidad, esperando poder sacar algo en claro de las opciones que se me presentan. Guardo el espejo entre mis ropas, más tranquilo y reflexiono...

Que ganas tengo de liberar a los míos para empezar la venganza...

Con cierta desazón aparto los ojos del perro, aun tocando su pelaje, para ponerlos sobre mi interlocutor, por su hablar, no soy precisamente un defensor de los derechos de los animales, pero también me molesta que se ataque sin necesidad, es decir, es solo un perro, ¿Que necesidad hay de ser cruel con un animal? ¿Cuál sería el punto?

Igual que el mocoso que asesinaron, vidas perdidas sin razón.

Eso me altera inevitablemente y aprieto los dientes cerrando los ojos con fuerza, la idea solo sirve para enfurecerme y eso no me agrada, debo calmarme... de..bo... calmarme.

Le escucho pedirle al perro que busque las llaves y una suerte de inquietud me viene encima, si no habla con animales, al menos espero que el perro este entrenado...

-Las llaves -digo mirando al animal, como repitiendo las palabras del otro, no sé si sirva... seguro que es solo instinto -trae las llaves -digo inquieto.

De primera mano ves dos sujetos mugrientos y llenos de tatuajes. Aunque por el sonido de la música debe haber más. los sujetos estan armados. Uno de ellos esta sentado cerca a una mesa (afortunadamente dandote la espalda) y el otro parece estar recogiendo algo.

Ves unas llaves colgadas en la pared cerca a dicho sujeto.

Rápidamente  despues de ver eso, vuelves debajo de la cámara.

El perro  llora y se aleja cojeando.

Robert te mira. Espero que tenga suerte. No nos hemos presentado bien, soy Robert, ¿tú como llegaste por aquí?, ¿qué le has hecho a esta gente para que te tengan encerrado?

Justo cuando  te devuelves abres los ojos al ver que el perro  se asoma por la parte izquierda, justo en el momento que la cámara no lo esta grabando.

Observo la escena de la pobre chiquilla. Degenerada pervesión, un atisbo de nuestra más profunda naturaleza desatada ante mis ojos. Me fascina haber interrumpido aquel acto cotidiano con el que Lombarda corrompía la inocencia de aquella chica y me imagino con deleite cómo habría continuado la escena de no haber llegado.

Hago una leve reverencia, bajando la cabeza señalando un cordial saludo.

- Amadeo. No habría osado interrumpirte sin avisar si lo ocurrido no fuera grave.

Paseo de un lado a otro tratando de encontrar la mejor forma de empezar a explicarselo.

- Es un buen chico, fiel... y tienen los cojones de mandarlo al hospital.

empiezo a balbucear.

- Lo del mensajero es lo de menos, ¿sabes? ...aunque le hubieran pelado. Lo importante... lo realmente importante, es lo que permanece. - hablo gesticulando con el ceño fruncido .- Lo demás son ilusiones pasajeras. - levanto la mirada.- Tu lo sabes bien.

y cerrando el puño con fuerza.

- Pero mi obra. Mi obra es sagrada.

Hay fuego en mi mirada habitualmente tranquila.

- Me la han robado, Amadeo. Robado vilmente.

El perro debería caber por dónde vine... siento la alegría acrecentarse en mi interior, por lo menos el animal está a salvo. Ha sido muy inteligente para escaparse de ellos, y ahora sólo me queda asegurarme de que sale bien parado de éste lugar. Luego, podré centrarme en Robert.

Me fijo en que nadie mire, y cuando és el caso, rompo la ilusión de la ofuscación para que el perro me vea y le hago un gesto para que venga, junto a una sonrisa, cuando la cámara no mira.

Le acaricio, bajo la misma cámara y le susurro:

-Tranquilo, amiguito, buscaremos a Robert y os sacaré de aquí.

Me aseguro de nuevo de que no entremos en la perspectiva de nadie y dado que quizás necesite algo de fuerzas y sanar algunas heridas... reúno el poder de mi sangre para fortalecer sus músculos, mórdiendome la muñeca y dándole de beber mi sangre.

-Robert, ¿sabes dónde está? Busca, busca -susurro dandole palmadas afectuosas al animal, se las merece- buen chico.

Me vuelvo a sumergir en la ofuscación, siguiendo de cerca al animal, y deteniéndolo si es necesario para evitar encuentros con cámaras o basura vampírica. Robert, vamos a por tí.

Antes de que la cámara  vuelva a la derecha, el perro saca un chillido te mira,    se voltea  hacia la puerta, y al poco rato se asoma de nuevo, como mostrando algo. Desaparece por un momento, pero por el sonido de sus pisadas sientes que no esta muy lejos.