Partida Rol por web

Senshi había terminado su comida. Había compartido un 40% con Etzuko, y había comido un 60% el mismo, teniendo en cuenta que era una caja de Obento rectangular que no medía más de 20 centímetros de largo, y 15 de ancho. Se trataba de una comida contundente, pero humilde, después de todo. Precisa, y no abundante en nada innecesario.

Al mirar a Etzuko, sintió la conexión. Habían hecho contacto la catarata con el riachuelo. No necesitaban hablar, el silencio los comunicaba como si las montañas, a través de eternidades, hablaran a través del viento, o a través del polvo que emanaba la tierra, los ríos, y sus hermanas las rocas. Al final, oyó sus palabras, y se sintió alegre. Sonrió un... Poco. Un poco. Sï.

- Doitashimashite...

"De nada". Pronunciado en monótono verbal, implicando respeto, pero con un leve tinte de agrado, alegría incluso. Le gustaba ser útil a los demás... Y así lo sería. Su mirada se volvió hacia atrás, hacia los otros, por unos segundos, para luego volver hacia adelante.

Y entonces. ¡Algo ocurrió!

Senshi no pudo evitar sentir un estremecimiento inevitable. Un movimiento que sacudió toda su existencia, como si la montaña en la que se encontraba su catarata representativa se hubiese sacudido, o algo parecido.

Una joven... Pelicastaña, de piel clara, con el pelo largo. Literalmente el opuesto polar de Etzuko, en cuanto a apariencia general, porque en su cuerpo... Su morfología estaba perfecta, igual que Etzuko, sólo que con un "Tipo" de figura distinto. No tuvo tiempo de hacer la clásica metáfora interna. Solo atinó a inclinar su cabeza, mucho, rápidamente, y saludarla, reverenciando.

- O...Ohayou...! Ore wa... Senshi Kamijyo... Oroshi...ku...!

Trataba de entablar las palabras. "Hola! Soy Kamijyo Senshi. Gusto en Conocerte!" Simple y claro. Luego de eso, sin embargo, oyó las palabras de pregunta. Quería responder, pero Etzuko le ganó en velocidad, y al levantarse...

Notó que había tocado con su frente, y parte de su nariz lo que quedó del bento, que no era casi nada, solo aceite en gran parte. Se había ensuciado. Trató de poner rápidamente una mano sobre su cara, pero no tenía con qué limpiarse...

"Menuda verguenza... Que me pasa..."

Abrió sus ojos de par en par, pero tanto la mano que le cubría la cara, como su pelo, impedían que se vieran. La había hecho de lujo en su primera impresión con la joven que había llegado. Ante lo de Touya, pensó. Hizo como si mirara de reojo hacia atrás, y luego miró denuevo hacia las damas.

- S...Sí. Por supuesto...

Se preparó para levantarse, buscando algun pañuelo en su mochila, la cual tomaría después para levantarse. Sin embargo, recordó el ofrecimiento de la joven. Buscando ser caballeroso, le respondió.

- No se preocup...

Y entonces. Algo más pasó. Su estómago... Sonó. Fué leve.... Pero fué audible. Un clásico de cualquier ánime, casi irreal. Ahora mismo... No sabía como reaccionar. Sinceramente, no lo sabía. Paradojizado en sus palabras por su propio organismo...

Hola a todos!¿Que hacen? sonriendo y agitando su brazo derecho al saludar.

Sigo a Ikeda hasta Senshi y Ezuko, a los que miro

-¿Sabéis? vamos a ganar el campeonato entre institutos este año…aplastaremos a todos los rivales si entrenamos a muerte

Les miro fijamente, tratando de analizarles.

Kayser observo como Ikeda se le acercaba, mantuvo una media sonrisa de lado observandole con los ojos entrecerrados, una sonrisa algo provocativa pero aun asi mantuvo la distancia, luego que ella cambiara su rumbo yendo hacia donde se encontraba Etzuko y Senshi, el joven rubio quien aun se encontraba con el torso desnudo camino hacia una de las mesas en donde habia dejado su sudadera y la tomo con la mano derecha, sin detener su andar el joven paso por el costado del grupo.
Ya fuera del salon el joven se puso la sudadera roja y camino hacia una plaza en donde el cesped abundaba y sin mucho animo se acosto en un lugar cualquiera llevando sus manos hacia su nuca y cerrando los ojos sin importarle que el sueño comenzara a hacer pesar sus ojos.

touya se mantenia tranquilamente esperando la llegada de etzuko y quien venga con ella, pero en un momento observa a yukito y meiko llegando a la cafeteria -hay vienen tsukishiro y la chica que me pregunto por el puesto de cantante en la banda- observandolos levanto mi mano y los llamo hacia donde estoy

-a etzuko no le molestara que tambien llame a alguien...-

Me voy yendo a la cafeteria pasando desapercibida entre mis compañeros de clase, queria ser la primera en llegar a la cafeteria y coger un buen sitio para comer.

Me gustaria coger un sitio, a ser posible, cerca de la comida...me muero de hambre...

Pienso mientras contengo mi expresion de felicidad y glotoneria en mi rostro.

En fin...yo me largo de aqui...

Me voy con paso decidido hacia la cafeteria, sosteniendo mi cartera sobre mi hombro izquierdo, y con pasos mas o menos rapidos.

Volví rápido sobre mis pasos, guardándo con cuidado el spray otra vez. Me mezclé distraidamente con la gente.
Me senté a la sombra de un árbol, y saqué un sandwich, masticándo lentamente. "Tendré que ver donde está la cafetería para comprar algo de refresco"
Pero estaba agusto ahí em solitario. Siempre intentaba buscar momentos para él sólo. No le resultaba difícil, ya que le costaba hacer amigos. Intentaba no llevarse más con nadie...pero tampoco daba opción a tomar mucha confianza con las personas. "Aunque hoy con el loco pelirrubio, no hemos empezado bien"
Repasé metalmente mi horario. "Que asco, precisamente los lunes y viernes, tengo que venir antes." Los viernes en realidad me daba igual ya que el último día siempre se levanta uno de mejor ánimo... pero los lunes, le costaba mucho.
.-Supongo que es hora de volver a clase...no sé cuanto tiempo me queda.- me dije en voz muy baja.
Me levanté y andé despacio..." A que clase debo ir ahora?"

No había mirado directamente a Senshi hasta que Etzuko no le hizo la pregunta. Aquél chico era una de las razones por las que había desafiado a Uesugi de una forma tan abierta. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí una especie de escalofrío que me recorrió la espalda. Por un instante me perdí en aquellos extraños ojos azules, intentando desentrañar que había detrás de ellos. Un millón de ideas pasaron por mi cabeza en una fracción de segundo. Sólo desee que mi perpetua sonrisa permaneciera inalterable y que nadie se diera cuenta. Senshi se presentó, de una forma un poco torpe. Por un momento me quedé sin saber qué decir, aún sumergida en sus ojos, pero gracias al cielo su estómago rugió, lo que me "liberó" de la fijeza de su mirada. Sintiéndome algo desconcertada, decidí no decir nada y actuar de forma normal.

-Tranquilo, tengo comida de sobra -dije sonriente-. Siempre traigo lo suficiente para compartir con alguien. Afuera estaremos más tranquilos.

Me di la vuelta, mirando de reojo a mi compañera Etzuko, pensando en qué pensaría ella.

Cita:

 -No veas la victoria tan fácil -le dije a Uesugi, sin perder la sonrisa de siempre- Conozco a algunos de nuestros futuros rivales, y no será sencillo.

Sin embargo, concentré de nuevo mi mirada en Senshi y después en Uesugi. Los tres parecíamos buenos luchadores a simple vista, aunque Uesugi parecía de esos a los que era fácil provocar. Pronto lo comprobaría, en los entrenamientos.

Sería interesante, Quieres que te muestre algo?

Que suerte, el Kiosco de Carlitos esta abierto, puedes comprar algo de beber antes de ir a clase!

Hola Touya, vinimos aqui porque Meiko penso que vendrían todos. - Hace una pausa con una sonrisa - Como has estado tanto tiempo? hace casi un mes que no nos veíamos? que tal esta Sakura? - Vuelve a sonreír.

La cafetería esta practicamente vacía, algunos alumnos desparramados, y 3 de tus compañeros están sentados hablando, Meiko, Touya y Yukito

Pronto te entra la modorra por el calor del sol, tu parpados pesan y sientes como si el mundo se te fuera convirtiendo en un mar de tinieblas.

Estas en lugar oscuro, no ves nada a tu alrededor, sólo a ti mismo, no hay ni un poco de luz. No hay sonidos...

No podía evitar estar... Todo extraño, ante la joven... Tsukiko. Ikeda Tsukiko-san. Tal como recordaba, tal como había logrado recordar casi de manera exageradamente detallada y rápida. Su cuerpo aún temblaba, un poco. Se encontraba tenso, estirado, mirandola hacia abajo, ya que era bajita, normal para el promedio de su edad, pero baja respecto al monigote humano, dibujo de palos que era Kamijyo Senshi. Al oir lo de la comida... Su estómago rugió una última vez, como diciendo "Muy bien, espero poder comer!", mientras el mismo Kamijyo solo se quedaba mirando hacia el...Obento de la joven pelicastaña.

- Ah... Yo... Sí... Sería un... Agrado...

No podía creerselo. A Etzuko le "Dió" sus ojos en un tiempo mas largo, mas reflexivo, pero con esta joven, con Tsukiko-san era distinto. Prácticamente se ofreció a ella. Ahora por fin, pudiendo pensar un poco mejor... Tuvo la metáfora.

Aquella joven, era como un sol. Un sol de plena tarde. Uno de esos que hace sentir a los jovenes y a la gente exaltados, llenos de energía, y algo impulsivos. Sin embargo, a su vez, se encuentra distante, como una estrella hecha de pura luz y fuego. Así es como percibió a la joven Ikeda.

Además, notó que el objetivo anterior había sido cumplido. Por ende, al ver eso... Pudo por fin salir también.

Tomó su mochila, y levantado ya, se preparó a salir con las jovenes.

- Aguardo recibir lo que desée darme...

Hizo una pequeña reverencia a la joven Ikeda al decir eso, aunque aún sin poder evitar mirarla, para después tratar de volver a su típica pose de ojos cerrados. No sabía que le pasaba, ni que le producía, pero quizá, pasando tiempo ante ella, podría comprenderlo.

Siempre es interesante medirse con los comañeros, que te parece si quedamos despues de clase y vemos que es lo que sabes hacer?

Parece que es la primera vez que Saito esta comodo con alguien y sobretodo del sexo opuesto, aunque no la ve como una chica, sino como una rival con la que poder competir...

Aún tenía tiempo antes de la siguiente clase. "Era una hora de descanso?" Se me había pasado lento, como el resto del día, pero al menos podría tomar algo en el kiosco. "Kiosco Carlitos...bueno, no me pilla lejos... si tiene la bebida fría ha triunfado conmigo"
Había algunos alumnos por allí cerca riéndo, y hablando en voz alta...Una vez más intenté pasar desapercibido y acercarme al dependiente..."Será él el tal Carlitos?" Notaba algunas miradas sobre él, aunque eso me pasaba siempre, y al oír risas también creyó que se reían al verle. Era esa inseguridad que le acompañaba siempre, al menos con desconocidos. Luego cuando tomaba algo de confianza, se mostraba mucho más seguro..."Date un tiempo, esto es siempre lo mismo, el principio es lo difícil"intentó convencerse a sí mismo.
.-Hola. Me pones una lata de Cocacola cuando puedas.- pregunté en voz no demasiado alta, mirándo distraido al interior del kiosco.

Etzuko no notó nada de lo que había pasado entre sus compañeros, ellos se habían conectado a un nivel casi divino con tan sólo verse a los ojos, pero ella estaba más pendiente de otra cosa,  como era  el hambre que estaba teniendo, y esperaba poder encontrar manzanas en el casino, pero había algo más en sus pensamientos que muchas veces eran bastante caoticos cuando no tenía necesidad de enfocarse en algún asunto, y era en los ojos de aquel chico, pero no pudo meditar mucho en eso, el chico vestido de negro, también estaba con ellos. ¿en que momento se habían llenado de tantas personas?.

- ¿quien eres? - le preguntó a Kuroda, al que no recordaba ya de las presentaciones, pero sin embargo, las palabras de Ikeda la hicieron desatender al chico que hablaba de batallas y triunfos - ahh.. sip vamos, pero pasemos al casino primero, Kinomoto debería estar ahí, además, deseo comprar algo para comer - les indica, adelantándose al grupo - ¿también vienes con nosotros chico? - le pregunta a Kuroda, porque asumía que era su compañero por estar en la misma sala.