Partida Rol por web

Eso me hace abrir los ojos y mirarle.

-¿Su ojo?- guardo silencio unos momentos. -¿Qué ocurrió? ¿Hablásteis? ¿Dijo o hizo algo raro?

- "Ichigo". Fue lo único que dijo antes de... no sé muy bien lo que pasó. Tan pronto la estaba sujetando del pescuezo como sus ropas cayeron al suelo y no supe más de ella. El grito de cuando entré en la habitación alertó a todos y no hubo tiempo para más.

-mmm bueno, no es que yo sepa demasiado de esas cosas. Tenteikura.

-Kurotsuchi taicho, Urahara-san. Estamos los tres conectados. ¿Tenéis un momento? Gracias.- les explico lo que me ha contado Ichigo. -Así que parece que hay...al menos parte de la madre de Ichigo en un cuerpo que no es el suyo. Aunque no estoy segura. Y lo reconoció. ¿Tenéis idea de que puede ser?

No hay respuesta. Al parecer tu kidô no ha llegado a ellos. ¿Será que estais en las mazmorras? ¿Será el castillo en sí? ¿Estareis completamente desconectados de la Sociedad de Almas?

-mmm lo suponía, una mazmorra es una mazmorra.*

-Pues Ichigo, ni idea de que ocurre. Quizá Echizen sepa algo.

Me recuesto en la pared, a esperar.

- Tsk. Ni que parezcan con ganas de hablar. Solo están siendo amables para que no sospechemos de ellos. Hay demasiados secretos aquí.

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Las horas pasan y cuando ya empiezas a sentir cómo el estómago se te va transformando en un monstruo que terminará por deborarte si no le das algo para comer, escucháis pasos por el pasillo.

Al cabo de un rato Tezuka aparece al otro lado de las rejas.

Tezuka:- Yamamoto te reñirá.  No estás cumpliendo con la parte de vigilar a Kurosaki, Shihöin taicho. Por cierto, ¿qué tal? ¿Cómodo?

-Kurosaki está aquí, vigilado y quieto.- lo señalo. -Que yo sepa, hasta ahora lo único que ha pasado es que Kurosaki ha descubierto un espía entre vosotros. Tal vez Yama-jii lo felicite a él en lugar de regañarme a mi.

-La verdad, he estado en lugares mejores y peores. Pero estoy pensando en salir ya, tengo hambre.

- Me temo... que sí que saldrás. Pero no para quedaros en el castillo. Echizen-sama dice tener demasiados problemas como para que ya les deis más. Así que.. bueno, ha accedido a que acudáis a la cena y durmáis en vuestras respectivas habitaciones. Pero mañana os llevaré de vuelta al Seireitei.

Ichigo:- No pienso largarme de aquí.

- Me temo que no tienes otra elección.

-Siempre hay otra elección. Quizá no sensata, pero siempre hay otra. De todas maneras Ichigo, tranquilizate. Si el espía se fue ya estará lejos.

-Nos iremos mañana, si no cambiais de opinión.

- No soy yo el que tiene que cambiar de opinión, Shihöin taicho. Y ahora...- coge unas llaves y os abre la puerta de la celda.- No provoquéis más escándalo. Recordad que sois mis invitados y que yo terminaré pagando las consecuencias. Seguidme.

Comenzais a caminar de nuevo hacia los pisos superiores. Notas a Karyu algo inquieto, como si cada vez le gustase menos la situación.

Ichigo va a tu lado, con expresión seria e intentando no mostrar su miedo.

¿Qué sientes Kâryu?

Le hago un pequeño gesto a Ichigo, aprovechando que nuestro guía va delante. NO es nada concreto pero...que esté alerta.

No debéis iros, Reena. Aquí pasa algo. ¿No lo sientes? Conforme subimos es más fácil sentir donde está cada uno. Concéntrate, ¿lo sientes ahora? La mujer... no se ha ido del edificio.

Continuais caminando. Ya habéis llegado a la planta baja y andais por los mismos pasillos que recorristeis en la ida.

Al fondo está la sala comedor. Los demás parecen estar ya sentados, esperando.

Interesante. Veamos que dicen ellos. Tsk...no me gusta ser sutil...yo soy un martillo, no una aguja. En fin, hay que ser adaptable. Intenta localizar exactamente dónde Kâryu. Y dímelo.

Saludo al entrar y me siento en el mismo lugar de la otra vez si es posible, frente a Echizen.

-Tenéis unos sótanos preciosos, pero te dejan enterarte de nada...¿Habéis encontrado a la espía?

Karyu: En ello estoy, Reena. Te avisaré.

Echizen ladea la cabeza un poco, mientras se apoya en una mano, mirándote. Los demás están casi como en un partido de tenis. Mirando primero a uno y luego al otro.

- No sé de qué me hablas, Shihöin taicho.

El ambiente se podría cortar con un cuchillo.

Fuji y Momoshiro carraspean al mismo tiempo. Claramente incómodos y acaparando ahora toda la atención, aunque si se han dado cuenta lo disimulan muy bien. Uno se toca la garganta, como si la tuviese dolorida. El otro de gafas oscuras coloca mejor su asiento.

Echizen, si dejar de mirarlos, chasquea los dedos y en seguida traen la comida.

- Podéis empezar.

-Simplemente, ya que la encontramos nosotros igual tenemos más éxito si hay que interrogarla. Sigue en el edificio por lo que asumo que la habéis atrapado y no...mmmm...os ha burlado. Otra vez.

Permito que me sirvan y pincho un trozo, metiendomelo en la boca tras mi ultima palabra.

Vamos Kâryu, detalles.

Muchos tenedores se caen de nuevo al plato, algunos cuchillos chirrían según cortaban la carne, el silencio es aún mayor.

Al parecer sí que no sabían que ese espía continúa por el castillo.

Las miradas ya no van solo para Echizen o para ti, sino que van entre ellos. Una atmósfera de desconfianza se ha creado. Alguien debe de haber ayudado a esa espía para que oculte su reiatsu.

- Volved a la comida. Kaidoh, recoge ese tenedor del suelo.

Sigo comiendo.

Interesante.

-Soy capitana de la novena, investigación, por algo.- tras esas palabras no añado más, sino que sigo comiendo a la espera de si Kâryu averigua algo más.

No se habla durante el resto de la cena. Es todo lo contrario a como la comida a medio día, en que todos estaban sonrientes y de buen humor. Ahora parecen... ¿acobardados? ¿Preocupados?

Todos menos Echizen, que, aunque no ha sonreído ni una vez, actúa con total normalidad y seguridad. Aunque aún no haya probado el segundo plato cuando todos habéis terminado.

Momentos más tarde escuchas a Fuji:

Fuji:- ¡Shimatta!

Se levanta, algo nervioso, poniéndose las manos en la cabeza. ¿Qué le pasa? ¿Qué ocurre? Momoshiro también se queja y se levanta tambaleante.

Pronto tú descubres lo que pasa. La habitación te está dando vueltas y las formas se difuminan. ¡Te han envenenado!

Todos se levantan, a excepción de Echizen, que bebe de su copa tranquilamente.

No va a ser tan fácil.

Apoyo los codos en la mesa para tener cierto apoyo, y me concentro. La temperatura de mi cuerpo comienza a aumentar muy muy rápido hasta un nivel tal, que nada ajeno a mi puede existir dentro de mi. Cualquier veneno, parásito o lo que sea ajeno a mi debería quedar destruido.

A menos que sea algo creado por un reiatsu capaz de aguantar eso.

No quito los ojos de Echizen, por más que todo de vueltas.

Solo quedáis Echizen y tú, mirándoos, en silencio.

Tu temperatura corporal es superior a los 500º y ahí sigues, intentando quitar un veneno que lucha por adherirse a tí. A veces enfocas mejor. Otras... simplemente ves un borrón, una mancha. Parpadeas varias veces, intentando enfocar mejor, hasta que en uno de tus parpadeos ya no está ahí.

¿Dónde está?

Lo siguiente que notas es un fuerte golpe en la cabeza que te deja inconsciente.

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Despiertas en una cama, la de tu habitación en ese edificio. Todo está a oscuras y ahora te das cuenta de que no existen ventanas.