Partida Rol por web

Era... De noche, una noche bastante fría a decir verdad. Hacia tiempo ya que los canales de televisión iban hablando de una de las épocas más frías de la última década, y la verdad es que por la cantidad de grados bajo cero que parecían hacer aquel día sería difícil cuestionar la veracidad de sus declaraciones. El cambio climático como gran culpable señalado por la mayoría, aunque bueno, tampoco es que importase demasiado la causa llegados a estas alturas. La cosa es que era una noche en la que simplemente no apetecía estar afuera, sino que acurrucarse en un kotatsu, prender el calefactor y tal vez dedicarse a jugar algún videojuego. Un panorama perfecto, sobretodo considerando que Kojiro estuvo bastante insistente las últimas semanas sobre probar el nuevo parche de YEO en el que se incluía el novedoso cuarto job, un cambio que a los más puristas no parecía agradarles demasiado pero... ¿Qué importaban ellos? 

Kojiro habría estado conectado desde temprano, aunque según él prometiendo que no avanzaría demasiado para evitar que te atrasases demasiado. Él tenía mucho más tiempo libre que tú después de todo, pues en la Universidad donde él estudia ya han comenzado las vacaciones de verano. Es lo que tiene estar estudiando al otro lado del globo a fin de cuentas y tener horarios y climas tan diferentes. 

Habría otro detalle importante aquel día, sin embargo, y es que los padres de Keisuke no tenían intención alguna de llegar a casa. Un escueto mensaje le indicó al muchacho que se quedarían en una pequeña fiesta a lo largo de la noche, y que podía alimentarse libremente de lo que sea que encontrase en el refrigerador. No era el mejor panorama del mundo a decir verdad, al menos en lo que a comida respectaba, pero... En parte el entusiasmo de su hermano por el nuevo contenido y la perspectiva de pasar tiempo de calidad explorándolo junto a él tal vez podrían hacer que no fuese del todo terrible. Además no se trata de la primera vez que ocurre, y conociendo a sus padres muy posiblemente tampoco se trate de la última.

Así que... Sólo en su casa, después de un largo día en la Universidad, tan sólo le quedaba tomar la decisión de qué hacer.

Keisuke miraba por la ventana como se escarchaban los árboles y el cesped del jardín de su hogar... "Vaya día más aburrido..." pensaba mientras recordaba su aburrida rutina... últimamente durante las clases no sucedía nada interesante, mucha teoría, pero poca práctica... sabía que para llegar a las prácticas necesitaría llegar al tercer año... pero para eso quedaban otro año y medio más...

El suspiro podía escucharse por toda la habitación... lo cual atrajo la atención de su gato Kuro, que se frotó contra su mano, en una clara petición de caricias... - Bribón, tú sique vives bien... - dijo el joven mientras acariciaba el lomo de su felino compañero... - En fin, supongo que ya va siendo hora... - dijo mirando el reloj... donde vivía Kojiro ya debía ser de día, por lo que fácilmente se encontraría con su hermano si entraba en el YEO...

Mientras se dirigía a su habitación reparó en el hecho de que Kuro no tenía comida, así que tocaba hacer una parada antes de llegar a su destino... mientras pensaba en el parche nuevo que habían introducido en el juego... algo había leído sobre el Biologist... la evolución de su Geneticist... volvía tocar a farmear niveles de trabajo... si bien no era la peor actividad del juego, si que resultaba tedioso en ocasiones, sobre todo tratandose del servidor oficial, donde los rates eran de 1x... - Vamos a necesitar mucho tiempo para alcanzar el nuevo nivel máximo... - se dijo a si mismo mientras ponía la comida de Kuro en su plato...

Luego ya se sentó en su silla delante de su ordenador... y tras ponerlo en marcha, se conectó para entrar al juego...

La música seguía siendo la misma tras tantos años... pero no envejecía... era una tuna tan relajante y mística al mismo tiempo que no existía la necesidad de cambiarla... una vez logeado, echó un vistazo a su personaje original... un Lord Knight, que dejó atrás cuando empezó la carrera de Farmacia, cosa que lo empujó a probar el Alquimista que ahora utilizaba, aunque ya estaba en el tercer trabajo...

Después la típica música de pantalla de carga, para luego aparecer en Moscovia, la ciudad que más le gustaba hasta el momento en el juego. luego echó un vistazo a su lista de amigos, para ver si Kojiro ya estaba conectado...

Kuro responde con un maullido complacido y un ronroneo suave a las caricias de Keisuke, complacido. La verdad es que es un animal muy curioso pues, pese a que con Keisuke resulta especialmente cercano y cariñoso, con la mayoría de las personas es un animal increíblemente arisco y distante. El reloj marcaba alrededor de las veinte horas ya, veinte y treinta para ser más exactos. El haber ido a comprar comida para el animal ciertamente le ha retrasado, pero era difícil considerarlo tiempo perdido cuando a fin de cuentas tampoco es que tuviese nada especialmente interesante en qué aprovecharlo salvo, tal vez, dedicar algo más de tiempo a una carrera universitaria que aún no parecía terminar de convencerle. Jugar, por otro lado, sí que era más apetecible en aquellas burbujas de tiempo libre.

El contenido nuevo de Yggdrassil esperaba por él en la computadora, y cuando finalmente toma asiento y enciende la misma tan solo quedaba abrir el launcher del juego para comenzar con el tan esperado y tedioso proceso de actualización. Le quedaría algo de tiempo aún para darse una ducha, cocinar algo o incluso revisar alguna página cualquiera de internet… O al menos así es como debería haber sido, especialmente porque se suponía que los nuevos episodios incluirían alrededor de diez gigabytes de contenido. Sin embargo, en lugar de abrirse la típica ventana de actualización, lo que recibió fue una suerte de cinemática muy particular: figuras encapuchadas rodeaban un círculo mágico, todas realizando cánticos enrevesados mientras la magia fluía a su alrededor, al interior de lo que parecía ser una cueva llena de vida, raíces y agua. Era… Una escena curiosa y bastante bien lograda a decir verdad, ¿Tal vez un rewowrk del árbol de Yggdrassil? Era la clase de contenido que suele enloquecer a los fanáticos de estas cosas.

... Pero no se suponía que sería así. Leaks, videos oficiales y demases jamás llegaron a mostrar nada similar, y que se mostrase por cuenta propia era aún más bizarro y sin sentido. Sin embargo ahí estaba, continuando… Y para mayor remate la computadora pareciera haberse congelado pues no había forma alguna en la que te permitiese minimizar la pestaña. Los cánticos continuaron por varios segundos más… Y entonces se hizo el silencio absoluto. La escena se quedó estática mientras nada parecía suceder. Pero aquello cambia apenas tratase de hacer cualquier cosa con la computadora, ya fuese apretar una tecla, dar un click, lo que sea. De forma repentina surgiría un brillo deslumbrante y cuatro figuras. Tres de ellas se encontraban totalmente oscurecidas, sin embargo la única que logras ver te resultaba increíblemente familiar. Era… Tu personaje alquimista, o al menos tenía un aire de este, pero en completo 3D y con gráficas que pocos computadores podrían aguantar para un videojuego, similares a las de la cinemática. 

El puntero del ratón finalmente aparece en pantalla.

Keisuke se sorprendió al principio con la "inusual" pantalla de inicio, desde luego aquella cinemática estaba bastante alejada de lo que se esperaba... - Quizás hayan hecho una pequeña cinemática resumiendo la historia del juego para hacer más amena la espera de la actualización... - se dijo a si mismo en voz alta el joven mientras volvía a acariciar a Kuro y con la otra mano agarraba un bote de té que estaba bebiendo en esos momentos...

Quizás lo que más perturbo a Keisuke fue la incapacidad de minimizar la ventana de la cinemática... quizás consuma más recursos de los esperados y vaya todo más lento... Keisuke solo podía especular, pero tampoco era algo tan sumamente extraño, al fin y al cabo windows no era el SO más estable...

Después, cuando el joven esperaba que la narración o verdadera cinemática diese comienzo... todo se silenció... lo cual si que empezaba a escamarle... de haber sido algo tan llamativo, en alguno de los leaks se habría sabido... Keisuke se quedo pensando en que podría estar sucediendo... pero fue Kuro quien sin querer, buscando más carantoñas, aporreo con sus delgadas patitas el teclado... - Ala... ya volvemos otra vez, cuantas veces tengo que decirte que no debes... - la mirada de Keisuke entonces quedó clavada en la pantalla... y en la silueta de su personaje, pero perfectamente renderizado en 3D...

- ¿Qué significa esto? ¿Es algún tipo de teaser de una futura secuela y se lo han currado tanto como para renderizar todos los personajes?... - desde luego tenía buena pinta, aunque no fuese un teaser y solo un easter egg, se trataba de un bonito detalle, quizás podrían soñar con un Ragnarok Online 3 con esos gráficos, sobre todo tras el chasco del 2...

Entonces puso el cursor del botón sobre su personaje y pulsó...

Al instante en que Keisuke presiona el click una luz cegadora sale de la pantalla de su computadora y lo último que pudo escuchar fue el exaltado gruñido asustado de Kuro. Sin embargo, el destello blancuzco de la computadora no pareciera haberse detenido en esta, sino que más bien pareciera estar saliendo de la misma y pronto comienza a consumir todo lo que se encuentra en la habitación, inclusive a sí misma. Ya para cuando el muchacho pudiese volver a abrir los ojos, todo a su alrededor no sería más que una infinidad totalmente blancuzca y vacía en la que únicamente se encontraría él suspendido en mitad de la nada.

Pasaron unos segundos de completo silencio y soledad antes de que algo por fin se manifestase en frente de él; grande imágenes de los más reconocidos científicos y físicos; cada uno de los elementos de la tabla periódica y los múltiples componentes en los que residían o desde donde pueden ser extraídos; hierbas de todo tipo, algunas conocidas y otras completamente desconocidas y extrañas; y por último, imágenes y símbolos que apenas reconoce utilizados hace cientos de años que representan a los astros, a las criaturas vivas e incluso el oro.

Cientos de imágenes comenzaron a formarse frente a él, reproduciéndose a un ratio mucho más alto de lo que su cerebro podía llegar a procesar y no pasó mucho antes de que comenzaran a rodearlo, ocupando cada pequeño espacio de blanco y extendiéndose hacia el infinito. No pareciera que fuese a acabar nunca, sobretodo cuando comenzaron a aparecer cosas y criaturas que jamás había visto a lo largo de su vida, cosas fuera del mundo normal… Pero antes de seguir adelante y continuar, todo se detuvo de golpe y comenzó a… ¿Retroceder? Tardaría un rato en identificarlo, pero notaría eventualmente como toda esa cantidad de imágenes, de información, pareciera estar siendo succionada… No, condensada, tal vez, en un solo punto.

No pasaría mucho antes de que aquel vacío blanco volviese a ser todo lo que había a su alrededor, sin embargo, en el punto donde todo lo que acababa de ver parecía haberse concentrado, descansaba un objeto simple. Cualquiera podría haberlo considerado algo poco llamativo, aunque tal vez cambiaría su opinión luego de unos pocos segundos en los que una ventana verduzca y semitransparente le acompañaría.

Y entonces... Todo a su alrededor volvió a cambiar, aunque esta vez de manera mucho más abrupta y aturdidora que antes pues pronto comenzaron a aparecer colores, sonidos y aromas totalmente distintos al sitio en el que se encontraba antes. Al principio cuesta bastante diferenciar qué es lo que tiene alrededor, sin embargo poco a poco va retomando los sentidos y siendo capaz de procesar dónde es que se encuentra. Lo primero que nota es que está en el suelo, un suelo duro y de piedra antigua por la cual ha comenzado a colarse algo de hierba entre las uniones. Su vista se va acostumbrando lentamente al lugar, aunque tampoco pareciera haber mucha luz. Se encuentra en una especie de cueva repleta de pasadizos ruinoso, aunque la visibilidad no es tan mala debido a la luz que pareciera colarse por distintos sectores del techo. Pareciera ser de día además y el clima era curiosamente templado para la época del año que debía ser... Porque se supone que es invierno, ¿No?. 

A medida que va distinguiendo mejor sus alrededores, también logra percibir los distintos sonidos a su alrededor: El ruido de una cascada, el correr del agua y un suave murmullo el cual parece provenir de personas con vestimentas extrañadas y un tanto fantásticas que bien podrían haber salido de una convención de cosplay. Las personas más próximas a él se apartarían casi de inmediato al notar su mirada, como si tratasen de ocultarse, aunque no pasaría desapercibido para Keisuke los extraños rasgos de animales que estos poseían. Orejas, colas, bigotes algunos... ¿Más cosplay, tal vez? No tendría demasiado tiempo para fijarse en esos detalles eso sí, pues nada más ellos retrocedieron otro grupo de personas, esta vez hombres armados con lanzas, avanzaron y apuntaron hacia él de forma amenazante.

 -¡¿Quién eres tú...?!- Exclamaron con tono molesto, sin embargo el notorio golpeteo de unos tacones sobre la piedra comenzó a aproximarse. ¿Su propietaria? Una mujer alta y de piel oscura, con mirada seria y un cuerpo bien tonificado que no llegaba a verse mal. Es la clase de gente que daba una vibra de persona importante e intimidante, aunque esta vez en especial luce... Mucho más molesta. Casi pareciera que va hacia él con intención de golpearle, sin embargo se detiene y tan solo acaba por levantar una mano.

-Alto.- Exclama con un tono de autoridad que los hombres no parecieran cuestionar en absoluto. Todos ellos levantan sus lanzas y dan un paso hacia atrás, dándole espacio a la mujer y uniéndose al otro grupo de personas que en lugar de armaduras y lanzas únicamente vestían túnicas ligeras. -El Héroe de la Alquimia no puede hacer nada en su estado actual.- Respira profundo al soltar esa frase y cierra los ojos, como si quisiese controlar alguna clase de impulso agresivo. Por su parte, el resto de personas allí presentes parecieran estar horrorizados. -El Héroe de la puta Alquimia... ¡¿Qué clase de broma es esta?!- Da un pisotón al suelo... Y el mismo parece poseer una fuerza inhumana, pues grandes trozos de piedra y ladrillo se destrozan, pasando algunos bastante cerca de Keisuke. La mujer mantiene su mirada en el suelo durante largos segundos, furiosa, no pareciera estarle prestando atención en absoluto. Tal vez sería un buen momento para correr... Pero antes de que pudiese hacer nada, la mujer volvería a clavar su mirada en el muchacho. -... ¿Cuál es tu nombre, chico? Me rehúso a llamarte Héroe. Y más les vale a vosotros que no lo hagáis en frente de mi.- Advierte a sus subordinados.

Keisuke, que en un principio parecía que iba a caerse de la silla al ver como aquel vacío lo absorbía, apenas tuvo tiempo para mirar atrás..., todo su hogar parecía diluirse en esa luz blanca que lo envolvía y atraía hacia si... ¿Acaso era una mala broma de su hermano y había instalado algún tipo de dispositivo de Realidad Aumentada en su habitación?...

De repente, las imágenes de un montón de figuras ilustres que para fortuna o desgracia reconocía... - Genial, ahora me toca lección de historia de la farmacología... - pero no solo eran aquellas personas, sino las recetas, prospectos, mezclas, mejunjes, todos y cada uno de ellos de toda la historia, hasta llegar a incluso la mística búsqueda de la piedra filosofal...

Keisuke, aturdido por el bombardeo de imágenes a su alrededor, tuvo un pequeño respiro al ver que toda aquella luz se concentraba en un pequeño, objeto... una... ¿bolsa? o eso parecía, no era de grandes dimensiones, y ni siquiera tenía correas, más allá de un cordel para poder llevarla por encima del hombro... y entonces, así, delante de sus propias narices, apareció la descripción del objeto... - ¿Arma Legendaria Adquirida? ¿Herramienta de Alquimia Legendaria? ¿Qué pretenden, que me gane la vida matando a monstruos al más puro estilo Mammonite? - por un momento su boca dibujo una sonrisa imaginándose a si mismo golpeando con esa bolsa llena de oro a alguien... pero no tenía mucho tiempo para eso, suspiro y empezó a observar todo a su alrededor esperando que volviese a la normalidad... o debería... porque aquello ya no era su habitación, sino una especie de santuario natural subterráneo...

- Esto empieza ya a parecer algo extraño de verdad... - de tratarse de una realidad aumentada, a pesar del holograma, notaría su silla, sus cosas, pero aquí no notaba nada... no parecía real... ERA real...

Tomándose unos instantes para ver todo lo que lo rodeaba, rápidamente su mirada se fijo en las figuras encapuchadas que al parecer eran las mismas que vio a través del ordenador... - Perdonad... ¿alguien podría explicarm...? - su pregunta quedó interrumpida por la irrupción de otros hombres... ¿bestia?, esta vez armados, y señalando con sus lanzas hacia el joven... - Eh, eh, el primer sorprendido aquí soy yo... ¿es esta la manera que tenéis de recibir a alguien al que habéis llamado? - esa frase... salió con naturalidad de su boca, pero solo fue entonces cuando valoro la remota posibilidad de que hubiese sido transportado a otro mundo... ¿un isekai? ¿en serio?... pensaba para si mismo Keisuke mientras retrocedía algo bajo la amenaza de las lanzas...

Acto seguido, una presencia se hizo notar en el santuario... una de las que hacen que el resto de personas se acongojen... parando de forma totalmente autoritaria a sus soldados, para luego observar a Keisuke... "lástima que sea tan alta y musculosa, si fuese algo más finita sería una belleza"...  pensaba el joven mientras la mujer hablaba... ¿de qué héroe hablaría?... luego vino la furia... el pisotón de la mujer levanto varias piedras y losas del suelo... ¡Qué fuerza! Nada normal podría hacer algo así..., y muy a su pesar, Kisuke sintió también el temblor... aquello no era una ilusión, ni una broma, de una forma u otra se había transportado a otro mundo...

Luego la mirada de la mujer se clavó en Keisuke, preguntando con vehemencia por su nombre... - Me llamo...  Keisuke Yoshida... estudiante de Farmacia de 2º año... - luego comentó que no deseaba oír que le llamasen héroe... ¿él era el héroe? Aquello lo pillo por sorpresa... aunque claro, en otros contextos, el héroe siempre se ve rodeado de hermosas mujeres, o diosas que lo guían... aquí solo tenía a una marimacho salvaje y malhumarada... desde luego no era el día de suerte del joven...

- ¿Podríais... no se... explicándome como he llegado hasta aquí? ¿Quizás de esa forma pueda ser de más ayuda... si eso es lo que se espera de mi... - dijo Keisuke volviéndose a poner en pie tras el pisotón de la mujer...

Las pupilas un tanto dilatadas de la mujer se clavaron inmediatamente en Keisuke cuando este decide hablar. No parece agradarle el simple hecho de escucharle, pero aún así hace su mayor esfuerzo por respirar, masajearse el tabique y simplemente aguantar y reprimir sus impulsos más básicos e instintivos. Se toma unos segundos para poder relajarse del todo antes de volver a mirarle, aún de malas pulgas pero más calmada. 

-No se suponía que debías llegar tú- Es lo primero que le acaba respondiendo y, finalmente, vuelve a acercarse hacia él. Le toma del cuello con un movimiento rápido y un tanto doloroso, apresurando de forma bastante brusca el que se levantase, como si no quisiera perder más tiempo del necesario. -Y tu presencia aquí significa lo que más nos temíamos. Esos malditos humanos han invocado al Héroe de la Cacería.- Gruñe por lo bajo y aún pareciera que se le fuese a tirar al cuello en cualquier momento, más al final únicamente acaba por voltearse y hacerle un gesto con la mano para que le siguiese. Todos los soldados y no-soldados presentes parecieran haber comprendido, pues rápidamente se alistaron y recogieron de allí todo lo que hubiese que recoger. -... Pero ya estamos estancados contigo, y tú con nosotros. Ven.- Ordena. No parece estar pidiéndole que viniese, sino más bien ordenándolo... Y para colmo no tiene aspecto de ser la clase de gente que se reservaría en el uso de la fuerza en caso de alguna negativa. -Te encuentras en Sylveria, cuna de la Alianza. El único sitio de este mundo no infestado por los de tu tipo.- Deja escapar un suspiro increíblemente pesado, una forma de liberar algo de estrés al parecer. 

Mientras tanto, Keisuke podría observar que se encuentra en un lugar... Increíblemente abierto para estar bajo tierra. El agua fluye constantemente, formando pequeñas secciones similares a islas en la zona inferior en la que conviven varias hierbas y animales. Todas ellas se encuentran conectadas por pequeños puentes de piedra con diseños simples y minimalistas que no alcanzan a interferir en ningún momento con el ambiente natural que allí se gesta. Además, notaría varios túneles que posiblemente conectarían con la eventual salida. La disgustada marimacho de aspecto lupino pareciera estarle guiando hacia uno de ellos. Por otro lado, si lo que busca son waifus de aspecto animal... Habrían unas cuantas entre aquel grupo que le rodeaba al principio y otro par entre aquel grupo de soldados. Entre los no soldados parecen ser mayoría, aunque entre los soldados apenas hay.

La mujer clavó su mirada en él de una forma que hizo que instintivamente retrocediese algo... en el fonda sabía que si esa mujer se lo planteara, podría despedazarlo sin problemas... Luego la mujer bestia explicó de donde venía su indignación, al parecer no era el tipo de héroe que buscaban... ¿acaso era posible elegir? Desde luego era curioso... nada más terminar su frase lo levanto del suelo de forma brusca, explicando que el héroe que esperaban era el de la cacería, ¿sería un arquero? pensaba Keisuke mientras la mujer seguía con su enfado...

- Bueno, pues si quieres que pueda seros de ayuda, primero tendréis que explicarme en que consiste esto de que sea un héroe... lo único que si sé es que se supone que mi objeto de leyenda es esta pequeña bolsa... - dijo zarandeando la bolsa de forma cómica y despreocupada. Con suerte le explicarían algo sobre como usarla, aunque por el momento no parecían muy colaboradores...

Luego se puso en marcha... al parecer se encontraba en un reino de hombres bestia, y su presencia parecía ser lo único que mancillaba aquel lugar... - Bueno... quizás podrían empezando contándome que sucede para que tengáis ese odio a los seres humanos... - aunque podía imaginarse el motivo... a lo largo de la historia siempre ha sido algo cíclico... a su mente vinieron imagenes de discriminación... esclavismo... y cosas peores... pero prefería que le contasen toda la historia para así poder juzgar...

Al caminar entre los puentes y distintos lugares vio que había todo tipo de hombres y mujeres bestia, algunas atractivas, pero ese momento no era el adecuado para pensar en chicas, por no hablar de lo que le costaría entablar conversación... así que se limitó a seguir a la mujer... - Por cierto... antes me preguntásteis por mi nombre... pero yo todavía no se como dirigirme a vos... - intento conversar de una forma más ceremonial, puesto que parecía que la mujer era una de los líderes de esta gente...

La mujer no parece mucho más contenta que en un principio con la presencia de Keisuke, al punto en que se niega a darle una sola de las respuestas que busca y simplemente continúa avanzando en silencio, con la mirada fija en el camino. Sin embargo, al mirarla con algo más de detenimiento, el chico podría notar que la mujer se le nota muy ensimismada, como si sus pensamientos no se encontrasen precisamente allí, sino en otro sitio. Tal vez ese sea el motivo por el cual no le está respondiendo, aunque por otro lado parece completamente atenta al camino y se mueve con la naturalidad de alguien que se conoce al dedillo cada mínima raíz y piedra del lugar. Una vista curiosa, a decir verdad.

Por otro lado, a medida que avanzan no tardarían en dejar atrás aquel extraño y hermoso bioma subterráneo, todo para ser reemplazado por un tunel de piedra escasamente iluminado por la luz que consigue colarse a través de los agujeros en el techo. No es mucha luz a decir verdad, aunque es suficiente para notar el camino y poder recorrerlo tranquilamente. Además, también es la suficiente para notar unos extraños dibujos tribales en ambas paredes de la cueva similares a jeroglíficos y que retrataban diversas figuras animales, de hierbas, árboles y montañas. Son bastante llamativas, aunque al mismo tiempo resultan completamente indescifrables para Keisuke y, por la cantidad de años que parecen tener, probablemente serían igual de indescifrables para la mayoría de las personas allí presentes.

-¿Te gustan? Dicen que cuentan la historia de nuestra gente.- Comenta de pronto una voz a su lado, encontrándose con un chico de aspecto un tanto más joven que él, piel oscura y una larga cola y orejas de paleje oscuro. El muchacho viste... Ropas sueltas y totalmente informales, distintas a todo el resto de personas allí presentes y claramente no recuerda haberle visto nunca entre el grupo. Quien quiera que sea, o acaba de llegar o es increíblemente bueno para esconderse. 

-Pero son historias viejas, honestamente no tengo idea.- Se encoge de hombros con despreocupación mientras su cola mantiene un movimiento suave y natural. -¿Qué tal estás, Keisuke? Mi nombre es Sieg, del clan Jakkhan, y la gruñona de allí en frente se llama Audhild, jefa del clan Lycaon.- Comenta con calma, sin molestarse demasiado en moderar el tono de su voz aunque tampoco siendo especialmente ruidoso. Y ello por supuesto acaba por hacer que se ganase un gruñido molesto y amenazante de la mujer, a lo que el chico simplemente levanta las manos y le sonríe de la forma más cordial posible. -¡Lo siento, pero alguien tiene que informar al he-... Chico.- Se corrige de inmediato al recibir un segundo gruñido cuando está a punto de llamarle héroe. Aún así, la mujer vuelve su vista hacia el frente y una vez más vuelve a ignorar la existencia de Keisuke como si no hubiese sido ella quien en primer lugar le ha llamado a este mundo. Por otro lado, la verdad es que resulta curiosa la naturalidad y calma con la que ese chico llamado Sieg se desenvuelve a su alrededor. Si eso, hasta cuando está pidiendo disculpas, parece ser el único que no le teme a la mujer de entre todos los presentes.

-Para serte honesto, alquimista, eso de ser un héroe... Ahora mismo como que... Hubiese sido mejor para todos si nadie los invocase. Pero los humanos invocaron a todos los héroes, y nos tocó llamar a nuestro guardián por saco.- Se rasca la mejilla, lo mira de pies a cabeza... Y se encoge de hombros una vez más. -Y así es como llegaste. Eso y bueno, otros problemas, pero sin ser el héroe de la cacería no vale la pena mencionarlos. Ese pequeño saco no tiene cómo lidiar con ellos.- Utilizando su cola, Sieg señala a tu curiosa "arma" legendaria usando sin querer un tono ligeramente despectivo. Sea lo que sea que tuviesen preparado, no parecía ser acorde a tu clase en esta curiosa expansión, por así decirlo. -Sobre el odio a los humanos... Tal vez nadie les odiaría tanto si no fuese por sus inherentes ganas de tocar cosas que no deben tocar.- ... ¿Y no es precisamente eso en lo que se basa la alquimia? Tiene pinta de que va a ser duro lograr encajar.

Al ver que la mujer-bestia no se molestaba en responder a sus preguntas, se limitó a seguirla, para luego entrar con ella en una serie de túneles, decorados con pinturas que parecían una mezcla entre lo rupestre y los jeroglíficos de su mundo... Y los miró con curiosidad... al fin y al cabo, la historia siempre era un tema entretenido, puede que de las pocas cosas que si disfrutase estudiando, pero tampoco poseía la paciencia necesaria como para dedicarse a ello en cuerpo completo...

Luego, se sobresalto ligeramente al ser preguntado por el muchacho, al cual no había notado ni acercarse... después de suspirar levemente pensó... "sí... si que se nota que tienen rasgos animales, podría haberme matado y no darme ni cuenta..." aquel pensamiento no resultaba nada alentador... pero al menos la nueva incorporación parecía más comunicativa... Presentándose, y de paso dando el nombre de su "enfurruñada" anfitriona...  - Es un placer... Sieg... - sus palabras fueron entrecortadas por los gruñidos de Audhild...

Mientras caminaban, Sieg se molestó en informarle un poco de toda la situación, al parecer ellos eran los últimos en invocar a un héroe, más como acto de defensa que como otra cosa... por lo que ya se imaginaba por donde iban los tiros... - ¿Entonces estáis dando por sentado que los reinos humanos que han llamado a otros héroes trataran de atacaros? No parece la forma más... heroica de usar a un héroe... - Keisuke suponía por la fantasía que leía y veía en cines en su mundo, que sería más la típica misión de derrocar a un señor oscuro o algo así, pero esto parecía más un uso egoísta de los mismos... 

En la misma conversación Sieg mencionó la poca utilidad de su arma legendaria sobre todo en su caso... - Creo que eso es un poco precipitado ¿no? Quizás si pueda ayudaros con esos otros asuntos, aun sin ser el héroe de la cacería... - de acuerdo... no era un cazador, hasta él, que no leía demasiado manga sabía que unos hombres bestias apreciarían más a un cazador que a un héroe cuya premisa parece ser hacer brebajes... pero él sabía por el Yggdrasil's End que un alquimista podía tener otras muchas utilidades... - Quizás si primero me explicáis un poco como funciona esto de ser un héroe pueda seros de más ayuda... - Keisuke no seguía sin más a Audhild, estuvo pensando en el posible uso de su bolsa... y llegó a la conclusión de que debía ser un poco el lugar donde poder hacer sus mezclas... eso o podría montar su laboratorio en cualquier parte...

Luego Sieg comentó algo sobre el odio a los humanos... y algo podría imaginarse... humanos profanando terrenos sagrados para los hombres bestias por recursos y cosas así... la historia parecía repetirse, daba igual que fuese un mundo alternativo... por lo que no resultaba nada nuevo, pero teniendo en cuenta la natura de un alquimista, quizás tendría que enfocar su trabajo de una forma menos "experimental" y más chamánica... solo rezaba en tener razón, y que pudiese usar como armas a plantas tal y como sucedía en el Yggdrasil's End

Van pasando los minutos a medida que conversan y con ello recorren más y más camino en aquel elaborado laberinto subterráneo. Sobre terreno complicado, lleno de piedras, raíces o en subida la mayor parte del tiempo, la verdad es que tomaría un atleta capacitado para no cansarse, pese a que no llevasen demasiado tiempo caminando. Y es que, especialmente después de las subidas más complicadas, podía llegar a sentir cómo le faltaba el aire... Todo mientras a sus acompañantes medio animales apenas parece afectarles. Es fácil notar las enormes diferencias entre su frágil cuerpo humano y los resistentes hombres bestia.

-Eres una medida de precaución.- Responde... Audhild aún con ese tono algo agresivo, provocando que Sieg simplemente sonría y asienta. -No sabemos qué planean los humanos, pero no existe motivo legítimo para romper ese pacto.- Aparta bruscamente una raíz de su camino, abriendo finalmente paso a lo que parece ser el fin de aquel enorme túnel: un bellísimo jardín de flores con una pileta en el centro, rodeado de muros de piedra cubiertos por enredaderas. Es una vista curiosa y bastante armónica, aunque Audhild no parece prestar demasiada atención ni importancia a ello. -Se supone que el héroe de la cacería sería el encargado de apaciguar al Alma de Rinei...- Arruga la nariz. -Es una labor que sólo ese héroe puede cumplir. Tu presencia no solo es un insulto, es...- Guarda silencio de pronto y... El chico podría notar cómo la mujer parece tensarse a la vez que suelta un gruñido suave. Por otro lado, el resto de hombres bestia en el grupo proceden a realizar una rápida reverencia y agachar las orejas.

Frente a ellos se encontraba una mujer de destacable belleza, ataviada con vestimentas exquisitas que exclamaban "realeza" por donde se le mirase. Delgada, de aspecto increíblemente delicado y seductor, además de unas orejas terminadas en punta... Los rasgos indistinguibles de una raza que, si bien no está demasiado presente en Yggdrasil's End, sí que le es fácil de reconocer. Se trata de una elfa en toda regla, y alrededor de ella la siguen un sequito de mujeres de simíl belleza, además de dos guardias portando lanzas.

-¿Te disgusta mi presencia, querida Audhild?- Pregunta con un tono suave, divertido. Parece ser perfectamente consciente de la respuesta... Y ni siquiera le da tiempo a responder antes de caminar por su lado y acercarse a Keisuke. -Así que este es el héroe que prometiste... Realmente no parece un "Héroe de la Cacería". ¿Puede que, quizá, la gran Audhild fallase en su invocación?- Se cubre la boca y ríe con suavidad. Por su parte, Audhild tan sólo frunce el entrecejo y le gruñe, haciendo presente su molestia pero evitando entrar en conflicto. Fuese quien fuese esa mujer, no parece estar por encima de la semi-bestia... Pero tampoco precisamente por debajo. -Oh, por favor. No te enojes, simplemente era una broma. Dime, Héroe de la Alquimia... ¿Te ha tratado bien Audhild? La verdad es que mis aliados pueden ser bastante prejuiciosos con el resto de héroes...- Niega para sí misma, mientras comienza a caminar alrededor de él, con las manos en la espalda. -

Era cuanto menos curioso... pero a la vez frustrante, como alguien como él, de constitución bastante atlética, se cansaba después de semejante caminata... y sus "nuevos" compañeros apenas sentían nada... desde luego la diferencia entre el cuerpo de un hombre-bestia y un humano eran diferentes si... y lo peor de todo era la total ausencia de respuestas... sí, la presencia de Sieg había ayudado, pero desde luego la información venía por cuentagotas... aunque después de un buen rato, parecía que la larga travesía había llegado a su fin...

Allí se encontraba él... perdido en un mundo nuevo, en una sala que parecía sacada de un juego de rol... "¿Acaso no es donde me encuentro?" pensó de forma irónica... aunque las personas que lo rodeaban rebosaban vida... el pobre se rascaba la cabeza tratando de no pensar demasiado en todo eso... mientras nuevamente recibía otro desprecio por parte de Audhild - Sigo pensando que quizás podría... - sus palabras quedaron interrumpidas cuando al wentrar en esa sala, la mujer-bestia gruñó y el resto del séquito de inclinó...

Y allí estaba ella... "¡Una elfa!"... pensó... y vaya ejemplar... aun a estar acostumbrado a ver chicas guapas en su facultad, aquello superaba su imaginación con creces... la sorpresa inicial impidió cualquier tipo de reacción, pero en cuanto recuperó el sentido, hizo una pequeña reverencia, más al estilo japonés... mientras estaba en esa posición, escuchaba como la elfa hablaba con cierto desdén a Audhild, al parecer no debían llevarse demasiado bien...

La elfa mencionó el error al invocar el héroe, cosa que seguía sin entender Keisuke, ¿acaso se podía errar en algo así? ¿o los hombres bestias no son aptos para ese tipo de rituales?... aunque la verdad es que todo aquello daba bastante igual, allí estaba él, y tendría que ayudarlos en medida de lo posible... Y pronto fue él quien se convirtió en el objeto de la atención de la elfa, que mencionó el posible trato de Audhild... - Digamos que he tenido recibimientos mejores... - contestó mientras la elfa curioseaba a su alrededor... - Pero sigo sin saber los detalles sobre como funciona esto de ser un héroe... si me habéis invocado es porque debo tener... cierta afinidad y deberíais saber algo al respecto de como usar mis habilidades... ¿o debo aprender desde cero todo? - preguntó con cierto sarcasmo, dado que desde su llegado no habían hecho más que menospreciar su calidad como héroe... aunque le costaba trabajo mantener un tono sosegado teniendo a una joven tan atractiva dando vueltas a su alrededor...

-Tehehe~- Suelta la elfa a modo de risita, al parecer divertida por la actitud de Keisuke. -Tenemos un héroe educado y con agallas. Es una lástima que no puedas caerle en gracia a los Demi-Humanos, pero qué se le va a hacer...- Niega para sí misma, a la par que chasquea la lengua y mira hacia Audhild con una expresión mezclada entre burla y desaprobación, obviamente sin llegar a tomarse en serio a la mujer bestia quien... Simplemente mantiene un semblante serio y visiblemente molesto. 

-Pero bueno, joven héroe... Estás siendo un poco injusto con nuestra querida Audhild y su comitiva. Invocar a un héroe es algo que no ha sucedido desde hace siglos, por desgracia sólo un héroe puede comprender el funcionamiento de su arma sagrada.- Suspira suavemente, aparentando cierto deje de tristeza al no poder ser de mayor utilidad para Keisuke. -A fin de cuentas, la tradición dicta que... Los héroes deben pasar por un periodo de adaptación y descubrimiento. Aún así, al haberte invocado sí que estamos obligados a ayudar a que esa jornada sea menos dura. Todo estaba preparado para el héroe de la Cacería, pero... Estoy segura de que tus futuros compañeros seguirán resultando idóneos.- La mujer da otra pequeña vuelta alrededor de Keisuke, sin apartar la mirada de él, de sus gestos, de su aspecto... Y la verdad es que para algunos podría resultar un tanto intrusivo o violento, aunque también es algo que su buen aspecto puede llegar a atenuar en gran medida. Lo que sí resultó un tanto extraño y fuera de lugar, eso sí, fue el súbito fruncimiento de la nariz de la elfa, quien pasó a mirarle con leve desagrado.

-Esas ropas... Ugh... No son dignas de un héroe.- Acaba por comentar con total desaprobación. -¿Me lo prestas, Audhild? Estoy segura de que estará mejor en...-

-No. No hemos terminado con él, ni de prepararle. Espera tu turno en el consejo. Esto es todo lo que estoy dispuesta a aguantar.- Espeta, finalmente haciendo presente su hartazgo y molestia. Cada palabra de Audhild parecía ser un gruñido amenazante, y pese a que Lia le sonrió como respuesta, la fricción entre ambas era más que notoria. No parecía haber mucho amor entre ambas mujeres, definitivamente... 

-Niño, ven.- Dice con ese tono autoritario, de mando, a Keisuke. Al parecer aún tenían planes para él pese a no tenerle en mucha estima. -No tenemos que perder más tiempo aquí.- Agregó, aunque en ningún momento llegó a mirarlo. Su mirada estaba directamente clavada en Audhild, ante quien se plantó de brazos cruzados. Ambas mujeres se miraron, serias, obstinadas. Tal vez sería mucho más rápido si Keisuke eligiese a quien seguir.

Keisuke seguía por la tan "cercana" presencia de la elfa... aunque cuando la misma mencionó el hecho de que lso demi-bestias nunca lo verían con buenos ojos, solo pudo suspirar ante semejante perspectiva... no sabía cuan duro sería ayudarlos, pero si aún por encima iban a tratarlo despectivamente, las papeletas parecían apuntar bajo...

Luego la mujer elfa explicó el funcionamiento de su arma legendaria... es decir... nada... puesto que al parecer era algo que debía descubrir por si mismo... - Bueno... supongo que ahora no tengo nada mejor que hacer que centrarme en saber como darle uso... - dijo agarrando su mochila y echandola un vistazo con más detalle mientras la balanceaba de forma casi jocosa... pasandose por su cabeza si llenándola de piedras le serviría como mangual para matar a los monstruos de más bajo nivel...

Le llamó especialmente la atención cuando se mencionó el hecho de que tendría compañeros... "Ah... así que al menos tendré compañeros de party... bueno al menos eso es algo..." pensó para si mismo algo aliviado por aquel hecho... aunque no quitaba el hecho de no saber cual sería su siguiente paso... - Habéis mencionado compañeros... ¿cuando tendré el honor de conocerlos? - dijo tratando de guardar algo las formas... por suerte en Japón sabían bastante de cortesía y protocolos... aunque no conocía que tipo de reglas de etiqueta se seguían en aquel lugar... aunque luego miró a Audhild y pensó...  "Bueno... al menos con ellos supongo que no debo preocuparme mucho por eso..."

Lo siguiente, y más curioso fue cuando la elfa, que parecía ser una mandamás; aunque todavía ni sabía su nombre; resaltó el hecho de que sus ropas no eran adecuadas... "No... la verdad es que un héroe en ropa de casa no era lo más inspirador" pensó para si mismo viendo su pantalón corto y camiseta... y entonces empezó lo que parecía un duelo de egos entre las dos mujeres por llevarselo primero...

Audhild... para variar, fue seca en sus formas... Keisuke tenía dudas... por un lado prefería irse con la mujer elfa, que parecía tenerle en mejor estima y de la que posiblemente pudiese aprender más... pero por otro lado no deseaba ser descortes con los demi-bestias y ofenderlo más de lo que ya lo estaban por su presencia, aunque no tuviese culpa alguna de ello... - Agradezco el ofrecimiento... pero imagino que debo permanecer algo más por aquí, al fin y al cabo eso sería descortés con quienes me han invocado... - el joven esperaba así lidiar en parte con aquello, rezando porque la elfa no se lo tomase mal y considerase su buena educación digna de halago o al menos como disculpa por el "posible" agravio...

De esa manera, hizo uan leve reverancia a la mujer elfa, y siguió a Audhild hasta donde quisiera llevarlo... si tenía algo más que hacer allí, cuanto antes terminasen y pudiese ponerse a estudiar su arma y/o habilidades, mejor...

Lia se muestra sorprendida al escuchar la respuesta del muchacho, ciertamente sin esperarse el que este acabase por rechazar su tan gentil oferta. Y... En un momento pareciera que no se lo toma bien, pues frunce el entrecejo y se cruza de brazos, dando una impresión mucho más severa e intimidante que contraste enormemente con ese aire alegre y juguetón que presentaba hace unos segundos. Por suerte ese semblante severo no le dura demasiado pues pronto acabaría por mirar hacia otro lado, soltar un pequeño resoplido e inflar ligeramente la mejilla.

-Hmpf. Está bien, pero después no habrá pero que valga.- Acaba respondiendo con algo de mala gana, pero resignada a aceptar la decisión de Keisuke después de todo. -Diviértete con Audhild, aunque... No creo que esa palabra esté en su diccionario.~- Deja escapar una risita traviesa entonces, no sin antes cubrirse los labios con una de sus manos. El resto de las chicas en su séquito élfico también ríen al unísono, aunque estas acabas por guardar silencio cuando un pisotón fúrico de Audhild las mandó a callar. Al parecer, a diferencia de Lia, ellas no parecen tener la posición suficiente para contradecir a la mujer lobo.

-Tehehe... No es necesario ser agresiva, Audhild. Me retiraré, ¿Sí? Espero vernos más tarde a la hora de la cena... Por favor seas tan dura con el pobrecito héroe.- Guiña un ojo al agregar esto último, esta vez realizando una reverencia muy leve, apenas una inclinación, antes de darse la media vuelta junto a su séquito y marcharse. -Espero volver a verte~-

Por su parte Audhild también se habría mostrado sorprendida ante la resolución de Keisuke, más que la misma Lia, e inclusive parece tardar unos cuantos segundos en procesar lo que acaba de ocurrir. Ella también frunce el entrecejo, por supuesto, aunque no es difícil para Keisuke captar que sus motivos sean posiblemente diferentes a los de la elfa, a quien no tardaría en despachar entre gruñidos y malas miradas dirigidas hacia la misma y a todo el séquito que la acompañaba. No fue sino hasta que por fin se marcharon que la mujer se permitió un momento de relajación, suspirando, destensándose... Y finalmente dignándose a mirar fijamente a Keisuke, aún con cierto recelo pero dejando atrás parte de ese odio de hace unos instantes.

-... Keisuke, ¿Verdad?- Se cruza de brazos, acercándose directamente a él y mirándole detenidamente. Es más alta que él por algunos varios centímetros, por lo tanto es casi forzoso para el muchacho el tener que verla hacia arriba. Definitivamente una mujer imponente en toda regla. -Gracias por no hacer más molesto este trabajo. Ahora muévete. Conocerás a tus acompañantes pronto, aunque antes debes familiarizarte con ese arma para no quedar en ridículo.- Y sin decir mucho más, Audhild volvería a bajar los brazos y le indicaría que le acompañase. 

El camino a continuación no sería mucho más largo, aunque resulta bastante curioso el cambio de ambiente, pues pasado aquella fuente pronto acabarían por adentrarse en lo que pareciera ser un enorme castillo de toques fantásticos, lleno de detalles plateados y verduzcos en sus adornos. Casi todo allí pareciera estar hecho de plata: armaduras, marcos de las ventanas, candeladros... Todo reluciente, bien cuidado, algo increíblemente curioso para criaturas que parecieran ser más bien ferales como lo eran los hombres bestias. Además, a través de los amplios ventanales de aquel castillo, o más bien palacio a este punto, se podría observar parte de la ciudadela y los extensos bosques y lagos que la rodean. Todo con un corte muy medieval, fantasioso, brillante y colorido.

No tardarían mucho en llegar a una la zona un tanto más descubierta, una jardín interno -uno de los tantos que parece haber- con una suerte de cuadrilatero en el que reposaba una caja la cual contenía una... Curiosa criatura de color rojizo, bastante violenta al parecer pues constantemente se aporraba (aunque de forma inútil) contra los barrotes de su jaula. 

-No debería ser tan difícil para ti enfrentarlo.- ... ¿De verdad querían que pelease contra esa cosa?