Partida Rol por web

El comunicador táctico de su hombro sonó entonces.

-Aquí Papá Noel. Caos Principal* cambia las ROE. Registro de viviendas en zona hostil para los inmuebles calientes. Repito, registro de viviendas en zona hostil solo para inmuebles calientes. Pasamos a comunicación táctica. Cambio.

La sargento dejó de apuntar a las casas, y se acercó a Tyrone hablándole al oído para que se escuchara con el infernal sonido del rotor del helicóptero. La escena hubiera sido considerada sexual en cualquier otro contexto, y Kendrik hubiera sido el primero en apartarles a varazos en la espalda con la frase "ey negro, no te acerques a esa chica blanca".

-Nosotros nos encargamos de las viviendas de la izquierda, vosotros de las de la derecha. Te daré otro grupo de fuego para que estés reforzado.

Maggie recogió los trastos del botiquín y volvió a la carrera al Humvee, donde se cubrió de posibles tiradores e informó a la sargento y a Tyrone.

Menos Martha, los del Nyala están todos muertos. McGuire, Nintendo, McBane y McNabb, dijo metiendo el botiquín bajo el asiento y recogiendo el SDR del armero. Kaczynski parece en estado de shock. No sé si se podrá mover de donde está, y desde luego no le pondría un arma en las manos.

¿Órdenes?

Tras recibir instrucciones del Mando y de la Sargento, muevo mi negro culo fuera del Humvee. Una sinfonía de disparos atronadores y vainas repiqueteando contra el suelo me impide escuchar nada de lo que se cuece en el Nyala, pero sé lo que tengo que hacer. Me giro hacia Kendrik, todavía sujeto a su .50. Está embobado, mirando como el Cobra vomita fuego convirtiendo el lugar en un jodido infierno. El cabrón tiene cara de satisfacción, como si una de esas blanquitas beatas calientapollas de su tierra sureña se la estuviera chupando dentro del Humvee.

Le hago un gesto a Kendrik con la mano, indicándole que saque su trasero de ahí y se olvide de la .50 y de ese cacharro desballestado, que es una forma suave de definir el estado del Humvee. Le indico que busque cobertura en la pared del edificio colindante. Acto seguido activo el comunicador táctico, tal como se nos ha ordenado.

"-Fendrew, Fitzgerald, Kaczynski.... - digo alto y claro - moveos hasta el Humvee y cubríos junto pared del edificio colindante. Tenemos órdenes y las vamos a cumplir - añado - Maggie, si es necesario trae a James a rastras. - le indico específicamente a ella-  Me importa una mierda como lo traigas, pero quiero su culo con el de los demás. Un Marine no entra en shock. Un Marine mata o muere matando. Y nadie muere en mi pelotón sin que yo le dé permiso."

Cita:

¡Húa!, dice Maggie, y vuelve a salir a la carera hasta el Nyala. Afortundamente la ensalada de tiros no tiene retorno del lado contrario, y llega en unos segundos al Nyala, donde tras cerciorarse de que los del Cougar se han hecho cargo de Martha, coge por los hombros a James, le abraza y le dice suavemente: vamos, James, este no es es lugar seguro.

Después, tirándole del brazo, con suavidad pero con firmeza, tira de él hacia el Humvee.

Jonas llama por radio:

- Entendido, procedo.

Y se pone en camino con cuidado, no queria que lo alcanzaran de nuevo. Cambió su rifle por su m4SOPMOD ya preparado a su espalda... Era hora de divertirse.

Kendrik puede sentir como se le levanta bajo sus pantalones de camuflaje, ante el espectáculo de masiva destrucción. Siempre había pensado que debía de ser mucho mejor verlo en la vida real que en las películas, pero joder, nunca hubiera podido imaginar que aquello fuera tan bonito. 

-¡¡JODER!!- Grita, con una sonrisa de satisfacción y plenitud, muy parecida a la que se tiene tras un buen polvo, aunque con un aire mucho más sádico. -Me cago en la puta, es pura poesía.- Dice, aunque su voz queda completamente tapada por el fuego que el cobra vomita sin parar. Los casquillos llueven a su alrededor, como gotas doradas, brillando al sol. Aquella imagen queda grabada a fuego en su memoria, y hasta puede verla a cámara lenta. Puede oír el sonido de las aspas del rotor principal girando lentamente, y las ametralladoras disparando cada bala. Por unos segundos, se olvida del Nyala, de su unidad, y de todo cuanto ocurre a su alrededor, pero finalmente es el puto cabrón de Jackson quien le saca de su estupor, haciendo señales para que salga de ahí. Parece que la calibre 50. ya no sirve. Aún con aquella sonrisa, acaricia el metal del arma, como si fuera la piel caliente y suave de una zorra a la que se acabara de tirar. 

-Adiós nena.- Dice, en un susurro. Baja de su posición hasta los asientos traseros del Humvee, donde tiene a su otra arma, una M249*, que todavía no ha podido cantar, pero que en breve tendrá la oportunidad. La coge y con el arma en ristre, llega hasta Jackson. 

-¿Vamos a cazar a esos hijos de puta hacia el interior de sus madrigueras?- Amartilla el arma. 

James vuelve al Humvee, pero no por propia voluntad, si no llevado casi a rastras por Maggie, a quien casi no escucha, aunque no opone mucha resistencia. Tan solo parece un zombi.

Al apoyarse de nuevo contra uno de los costados del vehículo, junto con el resto, con el fusil en manos, aun apretándolo con fuerza, todavía no puede hacer otra cosa que mirar fijamente hacia el Nyala, sin poder quitarse aquella imagen de la cabeza, mientras sus oídos se llenan de ruido, de estruendos que le ensordecen pero que no puede escuchar con claridad, salvo por los gritos de alguno de sus compañeros.

El grupo de fuego que llegó a reforzarles estaba integrado por un hermano negro, un cabo primero chicano y dos blancos redneck con aspecto de ser primos hermanos de Jonathan. No había que gastar más palabras en cháchara idiota, porque la primera casa y más cercana era el objetivo más evidente. De hecho, el grupo de la sargento ya salió a registrar sus casas.

Asi que, sin más, los marines se movieron en fila india, atentos a los 180, profesionales. Se acercaron con una corta y tensa carrera hasta el murete que lindaba con las escaleras que ascendían hasta la entrada de la casa. El murete era de cemento, y al lado tenía una puerta de rejas sencilla, cerrada aunque posiblemente no con llave.

Todos esperaron la órden sobre el procedimiento de registro, algunos mirando a Tyrone, otros sin perder de vista a los ángulos por donde podían recibir fuego enemigo.

Tras reunir al grupo, añadiendo los refuerzos proporcionados por la Sargento, les resumo en una frase nuestro cometido: Entrar ahí y limparlo. Ellos asienten. Así que nos movemos en fila india y agachando nuestros traseros hasta llegar al punto de acceso, un muro bajo con una puerta de reja, tras la que se distinguían las escaleras del edificio. El grupo de la Sargento ya había tomado posición y había empezado con su parte.

"-Bien, queridos niños. Nos toca limpiar la parte derecha de ese edificio - les digo mientras señalo con el pulgar la edificación - Ahí están los hijos de perra que han volado por lo aires el Nyala y nos han cosido a balazos. No queremos que huyan. Los queremos cazar. Y me importa una mierda si los sacamos vivos o convertidos en carne picada... - les aclaro, aunque sabemos que un enemigo capturado puede ser una fuente de información - No quiero más bajas entre los nuestros. Así que seremos diligentes y agresivos. Quiero coordinación y decisión. Cubrid el culo de vuestros compañeros, porque ellos estarán cubriendo el vuestro."

Doy un psao, agachado, hacia la reja.

"-Y como lo que nos espera ahí no es una fiesta de bienvenida, pido dos voluntarios para encabezar la entrada.- les digo - No quiero héroes ni pajilladas. James, tú irás en retaguardia - le digo de forma específica - ¿Estás con nosotros y listo?

Si ahí está el que ha volado a los del Nyala, ese cabrón es mío, dice Maggie con voz átona.

Yo voy.

Jonas suspiró:

- No me sentiria bien si te volaran en pedazos sin volar yo como hombre solidario... Ya somos dos en cabeza. - Dijo siguiendola. Se acercó a una distancia corta de ella y dijo.- Quizás se me escaparan algunos detalles en mi anterior ITV. - Empezo a reir bajo.

Maggie se asoma al patio interior, apuntando.

Nada salvo un cochecito a pedales y un espacio con tierra para que el niño o niña jugara. Unas sobrias escaleras de cemento guiaban hacia arriba, apenas dos metros, a la puerta cerrada de la casa. Al lado de estas escaleras, otra pequeña cancela que comunica con una rampa descendente, posiblemente la del garaje.

Maggie señala con los dedos hacia arriba y hacia abajo: dos caminos posibles.

Señala hacia la cancela, a Kendrick y a ella misma, y a Tyrone que vigile la puerta de arriba de las escaleras. Avanza en cuclillas, pegada a la pared, mirando con mucho cuidado dónde pisa.

Aferrando la M249 como si la vida le fuera en ello, Kendrik se agacha y sigue a Maggie, sin decir nada, pisando justo donde ella, y al mismo paso, en fila india y también pegado a la pared, listo para disparar en cuanto oiga o vea cualquier tipo de ruido o movimiento sospechoso. 

Maggie pasa junto al cochecito, abriendo la cancela despacio.

La puerta de metal chirria un poco al abrirse, y luego bajan hasta la puerta del garaje. Cuando intentan abrirla, tirando hacia fuera, se dan cuenta de que está cerrada con llave. Antes de poder lamentarse, se escuchan unos tiros lejos, en las casas que inspecciona la sargento.

Maggie se aleja con Kendrik, inspeccionando la parte inferior de una rampa que, sin asomarse, tiene toda la pinta de llevar al garaje de la casa.

Tyrone apunta a la puerta y Jonas a las ventanas, con el polaco cubriéndoles la retaguardia. Parece que no hay movimiento ni sonidos sospechosos. Pero cuando todos se relajan, escuchan tiros no muy lejos de allí, dentro de una de las casas que registra el grupo de fuego de la sargento.

Jonas observa atentamente la fachada del inmueble, en busca de algo sospechoso. Tyrone es el más expuesto, y él está detrás suyo apuntando con su arma. Mira cada ventana una y otra vez, metódico.

Entonces, cuando cree que no se ve nada, se fija en algo que asoma detrás de una maceta en la ventana de la derecha de la planta superior. Es la bocacha de un AK, o lo juraría, que está apuntando al negro.

Jonas jala de Tyrone hacia cobertura:

- Tiradores... En la ventana del piso superior, tras la maceta. - dice rapidamente.

Maggie habla en voz baja por el InterCom: puerta del garaje cerrada con llave. Interrogativo ¿forzamos o vamos por la delantera?