Partida Rol por web

Después de sentir como mi amada llega al climax y sus íntimos estertores me indican el momento exacto que toca el cielo, no desisto en mis embestidas y vuelvo a la carga en aquel desenfrenado vaivén  el cuál me acerca deliciosamente al borde del abismo del cuál estoy a punto de saltar, vuelvo a recorrer con besos aquella piel tan blanca y tersa y justo antes de estallar me contengo para girarla ahogado en un suspiro, la vista de su arqueada espalda me excita aún más al ver resbalar perlas de sudor que le indican el camino a mis dedos para recorrer esas veredas y afianzarme a sus caderas para comenzar nuevamente a embestir ahora si de manera constante y a un ritmo continuo y vigoroso, ya no me importa ahogar los gritos ni jadeos está vez no me detendré hasta llegar al culmen de placer.

Como un volcán en erupción y en medio de temblores anunciando los ríos de lava que están por derramarse me sujeto a su roja cabellera como si fueran las riendas de mi salvación ante una caída al infinito llena de placer.

Al derramarme en su intimidad me desplomo sobre ella extasiado al rasgar el infinito y descender como flotando ante tan sublime experiencia.

Me acomodo a un costado de mi amada y lleno de tierno besos su rostro para suavizar aquel celestial momento.

-Te amo tanto Marie Reed... es como un sueño tenerte aquí.-  Luego me incorporo para ir por dos vasos de cristal y servir un poco ron y lo que Rogue prefiera. Extiendo la bebida mientras le dedico una sonrisa llena de felicidad y satisfacción por tenerla a mi lado.

Me pierdo en esos brillantes ojos verdes.

Un desenfreno en todos los sentidos que pueda imaginar, no sólo porque he naufragado en aquel mar de lujuria y placer, sino por este sentimiento que instalado en mi corazón sólo tiene su nombre. Así que siguiendo esa línea erógena donde los sentidos son los que guían mis pasos, poco es lo que en verdad me cuesta quedar expuesta y a su merced para que pueda hacer de mi lo que quiera cuando soy capaz de seducirlo con mi belleza de mujer. 

De nuevo volvemos a la marcha con ese vaivén furioso que termina por hacerme gritar, extasiada por su fuerza, su forma de hacerme suya en cada rincón donde estamos juntos. Y allí mismo en aquel rincón de Walrus estamos escribiendo nuestra historia, iniciando una aventura que llena de amor, sexo y complicidad, nos unirá más de lo que hemos estado antes. Todo un anhelo cumplido, al menos para mi. 

Y tras sentir que se derrama por completo en mi interior, marcando de aquella deliciosa forma mi sexo, sonrío llena de felicidad mientras me acuesto en la cama junto a él. Nos damos besos, compartiendo aromas, sudor y sentimientos. Acepto su copa de vino y tras hacer un pequeño brindis, con esas palabras en mis oídos que mueren en lo más profundo de mi corazón, rompo el silencio entre jadeos y un intento desafortunado de recuperar el aliento. 

—Te amo, muchísimo—confieso entre besos. —Mi sueño eres tú, donde vayas estaré... Para siempre. 

Totalmente enamorada bebo un poco de vino achicando las distancias para perderme en su boca, en su aliento y beber de cada beso con gusto a ron. De él, lo quiero entero. 

Después de aquel amoroso beso me incorporo para beber el resto de ron en mi vaso de cristal para luego dejarlo sobre mi escritorio junto a un extendido mapa de Théah y sus siete mares, de paso recojo mis ropas, desgraciadamente el placer pareciera tan efímero cuando más lo estás disfrutando.

Luego de colocarme los pantalones señalo el punto donde posiblemente pasaremos  la noche lejos de Carleon y la guardia real.

-Este es el punto en el que izaremos velas para tomar rumbo en búsqueda de una nueva presa, las arcas casi se han vaciado con la compra de provisiones y la adquisición de nuevos miembros para completar a la tripulación...- Señalo un punto en el mar de Trade entre las islas de Avalon y la isla del volcán para luego giro mi rostro hacia mi amada para con una seña pedirle que me acompañe a ver el punto en el mapa que quiero compartirle.

Me dirijo emocionado a Rogue señalando las diferentes rutas marítimas entre los más importantes puertos del mundo conocido.

-Además de disfrutar de tu hermosa compañia, amada Marie...- Inicio con una sonrisa en los labios. -Te he pedido que viajes conmigo para ir tras lo que pudiera ser lo que asegurará nuestro futuro para siempre.- Señalo el territorio de la nación de Castilla mientras que tomo una pequeña bitácora del ultimo barco que habíamos atracado firmado por un tal J. Parrish. Deslizo mi dedo por los diferentes lugares que la agenda marca con una letra muy definida que indica que quién lo escribió habría tenido un muy buen maestro en caligrafía.

-Eres la primera en saberlo, iremos tras el Urca de Lima, no sé si habrás escuchado sobre ese barco.- mis ojos parecieran resplandecer al contarle a Marie sobre este último descubrimiento. -Según esta bitácora que confirma el itinerario de viaje y confirma que la leyenda del Urca es una realidad, sabemos la hora y lugar donde este galeón pasará transportando más de 5 millones de gremios en oro y carga desde Ussura hasta su destino final Castilla...- Miro fijamente a mi amada Marie sin quitar el dedo del territorio de Castilla.

Luego de aquel beso compartido desvío la mirada hacia mi amado cuando se pone el pantalón y se dirige hacia su escritorio, por sus gestos sé que está muy contento, así que mientras comienza a hablar, contándome de sus planes cojo su camisa para usarla con la intención de cubrir mi cuerpo. 

Ya cuando hay en la mesa un mapa desplegado, bebo un poco más de vino y lo escucho con total atención una vez me invita para que lo acompañe y siga sus indicaciones al pie de la letra. Hablar de un futuro entre los dos es algo que llena de júbilo mi corazón así que en total silencio voy siguiendo su línea de pensamiento sin perderme en sus gestos demasiado. El Capitán con sus gestos me seduce terriblemente pero la intención está en prestar atención, no estar fascinada por sus sonrisas. 

—Jamás he escuchado sobre él, así que soy todo oidos—respondo sonriendo. —Es un viaje largo amado mío. ¿De cuantos días hablamos?

Y mientras dejo caer aquella pregunta, lamento no haber podido abastecer al Walrus ya que he salido prácticamente huyendo de mi Taberna. Un montón de barriles estarían aquí, sin mayores preocupaciones, pero así es la vida y así es el tener una relación con un pirata. 

—Asi que haremos una gran persecución. ¿Cuántas veces has hecho algo semejante? Me interesa que me cuentes tus historias y sabes que estaré para ti en todo lo que necesites—  respondo y acaricio su mano. 

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La noche está vez ha sido benevolente con la tripulación del Walrus y al llegar a aguas neutrales en medio del mar abierto los marineros de cubierta pliegan todas las velas para bajar la velocidad y retomar rumbo además de cumplir con las órdenes del capitán Flint de recompensar a la tripulación con un banquete por la última presa capturada la cuál les permitió adquirir provisiones, armas y completar hombres perdidos.

Una vez que el Walrus llega a aguas tranquilas la mayoría de la tripulación se relaja, a excepeción del vigía y los guardias que por seguridad serán relevados después de algunas horas en espera de que el nuevo cocinero John Silver les ha preparado, lo primero que el Sr. Pew saca a relucir es un tonel de ron almendrado que generosamente el capitán a donado a la tripulación y comienza a repartir tarros entre los hombres del capitán Flint.

El primer timonel, el Sr. Pew que con la muerte del contramaestre este realiza varias actividades como personal de confianza sin ser ascendido a oficial aún. Se acerca hasta la puerta del camarote del Capitán Flint cerrada por dentro, y da unos tímidos golpes para avisarle que han llegado al destino que les había señalado.

-Capitán Flint... hemos llegado a destino, en cuanto usted ordene se llevarán a cabo los preparativos para la cena de oficiales en su camarote... señor...-

Al escuchar la interrupción del sr. Pew, no me queda más que besar a mi amada en esos labios carmesí y comenzar a vestirme. -El deber llama...- sonrío mientras me ajusto las botas y me dirijo al marinero Pew quién espera una respuesta afuera del camarote.

-Deme 20 minutos Sr. Pew antes tendremos una reunión con los oficiales previa a la cena, en tanto el nuevo cocinero prepara la mesa que pase el nuevo grumete, al que le llaman Billy, y también llame a la Intendente necesito verificar algunos puntos sobre el último botín.- Luego me dirijo a Marie esta vez un poco más serio.

-No será fácil la persecución del Urca, tendremos que atravesar la ruta que lleva al 7mo mar, a la tripulación no le va a gustar la idea...- señalo con el mentón al mapa sobre el escritorio.

-Aunque contigo a mi lado, me siento invencible...-

Muy centrada en las palabras de mi amado y la conversación que estamos teniendo, hacen que desvíe la mirada un tanto sorprendida hacia la puerta mientras descubro que se trata de Pew. Claramente hay un montón de cosas para hacer y no quiero ser la distracción del Capitán, así que busco mi ropa mientras comienzo a vestirme en un rincón cuando conversan los otros hombres. 

Admirada por la organización de Flint, recibo aquel beso con ganas y asiento a sus palabras. 

—Buen punto, pero confían en ti—digo sonriendo. —Sé que podrás con esto mi amor... 

Tras decir aquello y una vez con el vestido puesto, le guiño un ojo ante su susurro mientras me acerco con la intención de darle otro beso. Luego tocará ser formal dentro de lo que es estar en un barco de piratas y no podremos estar a los arrumacos, que el deber llama. 

—¿Quieres que me quede o prefieres que te deje solo con los nuevos reclutas?—pregunto a Flint. 

           - ¡Jajaja!    ¡Por favor no te aceleres ni emociones demasiado pronto John Silver!   Que hablemos en un lugar mas privado como mi camarote no implica que vayamos a tener intimidad o alguna fantasía de tu parte cariño!   Pero si que tengamos mas confianza de que nuestras palabras no llegarán a oídos inoportunos -     Responde la intendente con una sonrisa mientras levanta las manos y tras la propuesta del cocinero prueba el guiso y tras darle su visto bueno, pero antes de decidir si continúan o no la plática privada en su camarote escucha desde la cubierta la llamada del señor Pew, entonces Leonorilda le ofrece ayuda al cocinero para llevar la comida al camarote del capitán Flint, en el castillo de popa; no sin antes susurrarle al oído:

            - ¡Creo que quedará pendiente nuestra conversación marinero!   Tal vez sea después de la comida.  ¿Si te parece bien? - 

- Eso parece, seguro que encontramos algún momento para contarnos cosas más íntimamente. Confirmó el cocinero a las palabras de Leonorilda. - Pero ya veo que no serán conversaciones tan interesantes como me había imaginado. Añadió pícaro el joven marinero, pero sin demasiadas esperanzas de pasar una noche en compañía de la oficial.

- Bien, subamos el guiso a la cubierta para que los hombres puedan saborearlo. Esperó que sea de su agrado y no quieran pasar al cocinero por la quilla. Dibujó una media sonrisa intranquila.

Con ayuda de Lonorilda, el joven cocinero llevó el guiso en una gran olla de cobre. El olor a frijoles con verduras y tocino podía  percivirse por toda la cubierta.

El rostro de Silver reflejaba cierto orgullo ante lo que había preparado, y cuando le dieron la señal, empezó va servir a la tripulación.

- Compañeros, espero que sea de su agrado. 

- Estoy seguro que lo será... John, ¿cierto?, no he tenido oportunidad de presentarme adecuadamente, una disculpa... mi nombre es Billy Bones, puedes llamarme Billy- dice el marinero mientras se sienta a la mesa tomando un plato para servirse. 

-Si acaso este es un banquete para celebrar, ¡Hay que demostrarlo con una canción!, ¿Alguien aquí tiene un instrumento?, ¡Hay que empezar la fiesta!-

- Un placer conocerte Billy. Efectivamente, me llamo Jhon Silver. Te las apañaste muy bien en la taberna. Tono una suerte tenerte de mi lado en un conflicto. Dijo al cocinero mientras le servía la comida con una sonrisa.

- Que aproveche. Sentenció alegremente.

La cubierta de armas que también sirve de dormitorio para la tripulación y de comedor comunitario luce acogedor esa noche, uno de los hombres de Flint saca a relucir un acordeón y comienza a entonar unos alegres acordes para amenizar aquel banquete.

El Sr. Pew se dirige a Billy Bones antes de que John Silver le sirva el guisado.

-¡Ea! ¡grumete!... el capitán Flint quiere verte en el castillo de popa en este momento. ¿Recuerdas?...- Luego se dirige hasta John Silver.

-¡Cocinero! ya te haz retrasado para preparar la mesa en el camarote del capitán, deja al sr. Smith siga sirviendo aquí y sube a preparar el comedor de oficiales.- Finaliza entrecerrando un ojo.

-Me encantaría que me acompañaras en la cena de oficiales amada Rogue.- Le tomo una mano mientras con una caravana le beso el dorso.

-El Sr. Pew no debe tardar en preparar la mesa y el nuevo cocinero enviarnos las viandas que haya preparado, solo espero que sean de tu agrado.- Amablemente le señalo una silla frente a mi escritorio para que Marie tome asiento y cortes mente justo la silla si decide sentarse para volver a llenar el vaso nuevamente de lo que Marie prefiera beber.

-Después de la cena te presentaré ante la tripulación y realizaremos un recorrido por todo el Walrus para que conozca el barco que a resistido mil y una batallas y otras tantas tormentas.- Sonrío ante mi bella amada para luego beber un poco de ron de mi copa.

Después de que el capitán Flint permitiera la entrada a algunos marineros que lidera el Sr. Pew para realizar todos los ajustes y acomodos necesarios para llevar a cabo la cena de oficiales en el camarote del capitán, la mesa ha quedado instalada a la perfección colocando varias sillas alrededor de esta, cubierta con un finísimo mantel bordado y vajilla en oro y plata, los candelabros han sido encendidos para realzar la atmósfera los cubiertos pulidos brillan en contraste con la delicada tela de las servilletas, algunos pinches ayudantes de John Silver comienan a traer viandas con frutas y aperitivos así como jarras de agua fresca y vino, la crujiente corteza del pan recién horneado resulta espectacularmente apetitosa.

Todo listo a la espera de los oficiales e invitados del capitán Flint, el Sr. Pew finaliza su trabajo con un guiño a Marie dando a entender que las órdenes del capitán han sido cumplidas satisfactoriamente.

Sin poder esconder la sonrisa de felicidad, lo abrazo cuando sugiere que esté con él en la cena y tras dejar un dulce beso sobre sus labios ya decido estar sentada en el lugar indicado. 

—Muchas gracias, seguro será de mi agrado—respondo.—Me parece muy buena idea, muero por conocer cada rincón del Walrus contigo y a tu familia. Es un momento muy especial para nosotros, nuestra relación y para mi... Sabes que contigo, lo que sea amado mío. 

Tras decir aquellas palabras le indico que me apetece un poco más de vino y acomodo un poco mi cabello ya que está algo alborotado tras lo vivido en la cama. Sólo que caigo en la cuenta de lo desarmada que está y muerdo mi labio inferior traviesa. 

—Hm, voy a acomodar esto rápido—digo y me pongo a ello. —No te tientes. 

Es una broma que claramente entiende el Capitán y sin tardar en verdad mucho acomodo todo para recibir a los invitados, incluso ya estoy en la ubicación dispuesta por mi bello amor. 

       - !Buenas tardes o noches camaradas!   ¡Así como mi estimado capitán Flint!    ¡Vaya que se ha lucido con el festín para agasajarnos!   Si no fuese yo la persona responsable de reabastecernos no me preocuparía por su generosidad y simplemente disfrutaría de ella, pero donde manda capitán ... por cierto me gustaría cruzar con usted algunas palabras en privado acerca de algunos detalles importantes! -    Saluda Leonorilda Bulucci al resto de los oficiales reunidos y al capitán con seguridad, respeto y camaradería mientras que de reojo pone atención para su sorpresa que Billly Bones también ha sido invitado allí, entonces la intendente le sonríe por un momento antes de cerrarle el ojo al señor Pew y a John Silver cuando se cruzan para servirle, una vez sentada en un lugar junto al capitán Flint, del otro lado de Marie, entre este y el recién invitado marinero

Billy atiende a las palabras del marinero Pew y junto con John, sube al lugar donde ha sido llamado. Toma su lugar a un lado de la puerta y espera a que el capitán aparezca antes de sentarse a la mesa. La mujer que responde al nombre de Leonorilda aparece saludando. Billy saluda - Buenas noches, creo que el capitán aún no llega, pero imagino que no tardara mucho...-