Partida Rol por web

Sin duda Alaís había asombrado a Sílex. El grupo en el que estaba era mas inteligente de lo que en un principio habia pensado. Herulomë había sabido sintetizar muy bien las palabras, las habia reducido a una idea clave. Alaís sin embargo había ido más lejos. Contempló asombrado a sus compañeros...Malark, aunque sin duda estaba nervioso, había tomado la iniciativa...¿cómo podía querer moverse tan rápido si ni siquiera habían terminado de comprender con detenimiento el problema..."Este muchacho es impresionante...tiene una gran energía"Pensó el cambiante.

No dijo una palabra, Sílex solo se quedó esperando en sus sitio a que Lord Kennegan diera instrucciones.

Lord Kennegan asiente a las palabras de Alaís.

Puede ser. No he estudiado esa área con detenimiento, con lo que mis conocimientos pueden ser erráticos en sus detalles.

Luego responde al humano.

Si, es el momento de ir a Candelero. Pero necesitáis una donación ... - El Tiflin observa los pergaminos esparcidos delante suyo. - ... o un encuadernador y un escriba que le den un aspecto serio a todo esto.

Pues no perdamos más tiempo - dice Malark que sin querer verbaliza sus pensamientos - Bueno, si alguien prefiere hacer algún estudio más, ya voy yo a encuadernar los papeles.

¿Alguien se viene conmigo?

Yo vengo. - Voy a echar un cable a Malark a encuadernar(*) o encontrar a quien lo haga.

(*) = Ya sea encuadernar o dejar el montón de papeles un poco mas presentables. Después ya intentaremos convencerles de lo valiosos que son :).

-Heluromë y yo os esperaremos cerca de Candelero, no creo que necesitéis ayuda con la encuadernación, de cualquier manera, si os faltara dinero o necesitárais ayuda ya sabríais donde encontrarnos-Silex mira al eladrin esperando su aprobación antes de ir a Candelero

 -Pues vamos allí y no se diga más, esperaré son Sílex en las afueras mientras consiguen acomodar eso...-

Suspira y mira a Silex, sonriendo levemente

-Y nosotros deberíamos también buscar algún dracónido por la ciudad, a ver si corremos con suerte...-

Con su sonrisa aún en los labios se inclina ante el tiefling y luego se dirige a la puera, abriéndola y esperando que los demás pasen para salir de último.

Encuadernar o transcribir la información puede llevar varias semanas y costar bastante dinero. Quizá no es la mejor opción ... sin embargo ...

Lord Kennegan se queda silencioso un momento, meditativo.

Conozco a un hombre, no muy lejos de candelero ... en la costa de la espada. Es historiador y le daría buen uso a esta información.

Quizá lo podéis convencer para que os proporcione alguna obra para entrar en candelero.

Lord Kennegan se dispone a salir de la habitación.

Preparad vuestras cosas, vamos al circulo de teleportación.

Si (Perdón, pensaba que ya lo había dicho).

Lord Kennegan os acompaña hasta la habitación del circulo de teleportación.

La habitación subterránea, parcamente decorada, tiene un símbolo arcano cuidadosamente pintado y preparado en el centro de la habitación.

El tiflin os instruye que os quedéis en el circulo mientras le da a Malark un amuleto.

Cuando tengáis que volver, usad el amuleto con la palabra clave "Nyeshik". - Se separa del circulo. - El amuleto me mandará un aviso y yo realizaré de nuevo el hechizo de teleportación para que podáis volver.

Antes de iniciar el ritual os advierte.

No lo uséis en caso de emergencia, por que el ritual para que volváis me puede llevar unas horas.

Cuando llegáis a Baldur's Gate, buscad al escriba Romero Theodor ... un intercambio de palabras y documentos con el os debería proporcionar algo con lo que entrar en Candelero.

Dicho esto, el líder del gremio comienza la retalía de palabras mágicas que activan el circulo mágico del suelo. Hay una pequeña explosión de luz que os ciega y de repente notáis una sensación de vacío en el estomago como si estuvierais cayendo.

La sensación dura unos minutos en los que vuestra presencia física viaja velozmente por sobre el continente de faerûn hasta llegar a la costa de la espada.

Aparecéis en una terraza. Parece que yace años abandonada y las celosías solo contienen plantas muertas y las ropas de seda que colgaban para decorar, yacen rotas y deshilachadas mientras son mesadas por el viento marino.

A vuestro alrededor hay algunos bancos de madera desgastadas y una mesa, a vuestra vista, otros edificios de la ciudad, si bien es fácil reconocer que este edificio donde estáis tiene una vista esplendida.

Una puerta lleva al interior de la vivienda.

En las calles se escucha el murmuro de la gente, el protestar de los animales de tiro que llevan carruajes llenos de mercancías y el aroma de las especies y comidas inunda vuestras fosas nasales.

Sin emitir sonido alguno, mis labios repiten la palabra - Nyeshik. Nyeeshik. Entendido. - Con obediencia digna quien respeta la autoridad me coloco sin rechistar donde indique Lord Kennegan, aguardando a lo que sea que tenga que pasar. La confianza con el thiefling me ayuda a no temer aunque la situación es algo nueva para mi.

...

Escucho la gran ciudad y el bullicio de gente. No me siendo muy cómoda entre las multitudes, pero no me voy a morir por ello. Después mi mirada se centra en mis compañeros de tan peculiar viaje - ¿ Estáis todos bien ? ¿ Vamos ?

Las expectativas de Malark acerca de futuras aventuras y emociones fuertes no podían confirmarse de mejor manera. Que el siguiente paso en esa andanza pasase por un evento tan asombroso como esa teleportación era algo que solo había podido imaginar en su infancia cuando alguien contaba historias y cuentos de magia y fantasía. El guerrero entró en el círculo pintado en el suelo conteniendo su emoción y disfrutó lo qué sucedió como si un niño se tratara.

...

Cuando llegaron a su destino, la primera en hablar fue su compañera Alaís.

¡Uauuu! ¡Increíble! - exclamó Malark cuando todo hubo terminado - Todo correcto, Alaís. Por mí ya podemos empezar.

Asiente con la cabeza y se coloca en el círculo, tranquilo, pues ya conocía la teleportación aunque no a semejante escala... La sensación se prolongaba más de lo que había experimentado, apenas algunos segundos. Y luego aparece en una casa bastante destruida

-Debes amar la magia... Aunque no la practiques...- 

Ríe suavemente y se estira un poco, asomándose por el borde de la terraza y sonriendo -Mucha gente...- Dice alegremente mientras se acerca a la salida del sitio -Vamos, no debemos tardar...- Ríe suavemente por lo bajo mientras mira a los demás.

Antes de que Sílex pueda decir ni una sola palabra, el joven guerrero da un paso y espolea al grupo para que no pierdan más tiempo:

¡Venga, chicos! Pongámonos en marcha.

Malark puede a duras penas contener sus ganas de empezar con todo aquello de nuevo.

Por el momento, lo único que sabemos es que tenemos que encontrar a ese tal Romero Theodor. Si el tipo es un escriba, según decía Lord Kennegan, propongo empezar por preguntar en las bibliotecas de la ciudad. Si no se encuentra en alguna de ellas, probablemente lo conocerán por su profesión.

Por cierto, ¿alguien sabe algo de esta ciudad y de sus gentes? 

Es Baldur's Gate, no dejará de ser como todas las grandes ciudades. Demasiada gente y muchas calles. - Sentencio alegre, casi somo si estuviese bromeando, pero dejando entrever que soy una chica de campo. Que prefiero la actitud y la forma de vida de las zonas mas rurales.

Saliendo a la calle, no me lo repienso en detener a alguna persona que pase por aquí(*). Con una de mis afable sonrisa que con tanta naturalidad me salen y empleando una educación quizás innecesaria, pregunto - Perdone señor. Mis compañeros y yo vamos un poco perdidos y quizás usted podría orientarnos. Estamos buscando un escriba. ¿ No sabría por casualidad donde encontrar un escribano o una biblioteca ?. Se lo agradecería enormemente.

(*) = Buscando quizás alguien que tenga apariencia de ser un poco culto o una autoridad en la ciudad.

Inicialmente el hombre se muestra un poco reticente cuando se le acerca un grupo de gente armada. Pero ante la pregunta se relaja un poco y os indica donde están los distritos de los filósofos, estudiosos y sabios de la ciudad.

Quince minutos mas tarde, después de haber caminado por calles llenas de mercaderes, habitantes y mendigos ... llegáis a una zona donde las fachadas adquieren un tinte mas antiguo y cuidado al mismo tiempo, la gente vista ropas limpias y el paso es mucho mas fácil.

Eso también implica que vuestro grupo resalta mas y una patrulla de guardias no tarda en hacer acto de presencia.

Después de intercambiar palabras (y avisos por parte de la guardia) sois redirigidos hacia una calle donde se supone que encontrareis a vuestro "conocido". La guardia os sigue de lejos, no del todo convencidos de vuestras intenciones pacificas.

Al menos os dejan un poco de margen.

Al llegar a la calle y preguntar un poco mas, termináis delante de una tienda de encuadernaciones, papiros y material de escriba. No parece muy transitada.

Al entrar os invade el olor al papel y tintes ... es una botica pequeña y abarrotada de estanterías y material, todo puesto de forma que no cabe ni un centímetro mas.

Papeles, mapas, libros, botes de tintas de varios colores ... incluso tiene catalejos, aparatos de medición, pinceles, cuadros y un largo etcétera de cosas. Parece que ademas del material que pude requerir cualquier estudioso, tiene todo lo que pueda necesitar un arqueólogo o aficionado a la historia.

En el fondo, iluminado por la tenue luz de una vela, se encuentra un hombre de unos cuarenta y tantos años escribiendo con una pluma en un grueso libro con centenares de paginas.

Cuando el guerrero entra en la tienda queda un poco asombrado de ver un sitio como aquel. El chico había pasado poco tiempo acompañado de un libro durante su infancia y la mayoría de los objetos que allí se encontraban le eran completamente desconocidos y extraños.

Cuando se percata del hombre que se encuentra al fondo, levanta un poco la voz para que se le oiga sin tener que entrar mucho en el establecimiento:

Buenos días - se presenta Malark con tono educado - ¿Es el Sr. Theodor? Estamos buscando al Sr. Romero Theodor y venimos de parte de Lord Kennegan.