Partida Rol por web

Al subir, desde el último tramo de las escaleras ves una luz que surge de la siguiente estancia.

Erik se mueve hasta la esquina lo más sigiloso que puede, que por desgracia no es mucho.

Desde el grupo de tres que está esperando al semiorco, Tinúviel se muestra confiado.

- Erik vendrá ahora y nos dirá que hay más adelante. No se lo digáis, pero nunca ví a un tipo tan sigiloso.

- Es probable pero le noto que no tiene claro hacia donde tirar en su vida, parece demasiado dubitativo.

- Le veo demasiado interesado en redimir mujeres de mala vida. Y poco centrado en sus estudios. - Tinuviel no tuvo reparos en comentar la típica frase de su profesor de las artes arcanas, el Maestro de los Pergaminos de la Sociedad Pathfinder, que dedicaba a todos los estudiantes menos a Tinúviel. El problema es que los demás, hechiceros lamentables que soltaban conjuros al estornudar, incluso yendo con mujeres de mala vida superaban a Tinúviel, que dedicaba veinte horas al día a estudiar.

Le hace falta la guía de un dios en su vida. - no puede evitar predicar Opik mientras movía el hacha, haciendo girar el mango de madera en su mano.

Sabía que predicar sobre un dios enano sería casi fútil en un grupo con dos semiorcos y un elfo pero él tenía claro la tranquilidad de saber que un dios velaba por tu y por tu alma en el momento que dejase Golarion.

Erik aprovecha la mesa para acercarse sin ser visto hasta la esquina de la habitación.

Bits and pieces of old rubble, fragments of furniture, and broken weapons and armor clutter the floor of this room.

Ahora oyes unos susurros desde detrás de la mesa.

¡Calla mentecata! ¡Y si llegan ya y con tu charlatanería no les oímos! ¡Nos metemos en un lío!

También oyes un chillido quedo, pero insistente, como de una rata.

Bajo hacia mis compañeros.

- Hay al menos tres, no se si personas, ratas o algo intermedio en la habitación de arriba. Nos esperan. - comenta Erik - No creo que pueda pasar sin que me vean, están en el medio de la habitación.

- Pues vayamos a por ellas con conjuros lanzados, no hay otra cosa que podamos hacer. 

- Puedo ver si son malvadas pero eso nos va a dar igual.

Erik asiente mientras prepara su rapier...

Creo que eso, a estas alturas, no es demasiado determinante, querido Karash. - dice un tanto apenado el enano mientras ajusta su escudo y sopesa su hacha.

Después, asiente hacia Erik para indicar que está listo.