Partida Rol por web

Al ver que no hay nada interesante en las inmediaciones del edificio, el alguacil se dirige hacia la puerta del burdel, mira dubitativo a Telmo y golpea fuertemente con los nudillos en la puerta.

... A ver que se cuece aquí dentro ...

No dudes Diego, que a buen seguro que no es la primera vez que tocas! jaja! digo con sorna mientras le clavo el codo a Diego en el costado.

Mientras, esperamos a ver si alguien responde a la llamada. No suelen ser los burdeles casa de mucho madrugar pues bien es sabido que el negocio mejora al caer el sol y bien entrada la noche

Después de esperar un buen rato os abre un tipo enorme, pero lo que os viene es un olor a guiso bien rico de dentro.

El tipo enorme deja la puerta entreabierta, pero no véis el interior.Solo el olorcito a guiso.

  ¿Qué queréis? Pa joder venir más tarde. Cagoen Dios, qué horas son estas.

¿Qué queréis? Pa joder venir más tarde. Cagoen Dios, qué horas son estas.

Non venimos a joder! Tranquilo. Venimos preguntando por Paco, un labriego del pueblo. Tenia costumbre de venir por aquí y no sabemos si ayer por la noche estuvo con alguna de las mozas. Te suena el hombre? Es un hombre mayor y curtido por el sol.  

Diego se queda petrificado cuando abren la puerta. Aunque había sido tentado varias noches de borrachera a entrar en aquel lugar desde la muerte de su querida Fernanda, nunca se había atrevido a llamar a la puerta, y menos mal, pues si el que lo hacía habitualmente era tamaño energúmeno se le habían quitado las ganas de intentarlo nunca más.

Al no tomar la iniciativa por la sorpresa, Telmo lo hizo en su lugar. El alguacil asintió reforzando las palabras del tabernero, estudiando el rostro de su interlocutor para ver cuáles eran sus intenciones.

No, no me suena. Aquí entran muchos viejos curtidos por el sol-mira hacia dentro esbozando una sonrisa-¿Verdad Lucía?-vuelve a miraros a vosotros-Ahora largáos, no quiero problemas-dice echando un ojo al mazo de Telmo. Después intenta cerrar la puerta.

La cara del tipo es bastante inexpresiva y no podéis sacar conclusión alguna de sus palabras o sus gestos. El único momento en que su cara ha cambiado algo ha sido cuando ha hablado con quién estuviera dentro.

Diego interpone su manaza para evitar que cierre la puerta.

- Nosotros tampoco, venimos de Sibiriana, ayer hubo problemas allí y mi trabajo es que no los haya. Sabemos que Paco estuvo por aquí anoche y que en algún momento se marchó, si nos ayudáis a saber que pasó exactamente os dejaremos en paz, no tenemos nada contra vosotros. De lo contrario no seremos nosotros los que llamen a la puerta, sino la guardia de la baronía. Quizás alguien entre vuestras mercedes sepa si le ocurrió algo antes de venir aquí, o en qué condiciones se marchó. Como ves voy de buenas, pero si me voy con las manos vacías tendréis que dar explicaciones antes o después…

Hablo alto para que llegue a oidos de Lucía.

Apoyo el gesto de Diego dando un pequeño paso hacia delante, dejando claro que no nos vamos a ir asi sin mas por que el calvo gigantón lo quiera. De forma instintiva mi mano empieza a moverse hacia la empuñadura de la maza, aunque para disimular y no llamar en demasia la atencion solo acaba apoyandose en ella como si fuera el soporte de una garrota.

No quito la vista del portero

   El tipo abre la puerta y se acerca y se pone pegado a Diego, dejando muestra de la diferencia de altura. Más o menos como Telmo. Echa su aliento sobre Diego mientras habla, huele a vino barato y cebolla. Es bastante desagradable.-Y yo digo que no estuvo aquí, hostias. Y qué dirá el barón si desaparece un labriego viejo......NAAAAAADA.

POdéis ver el interior, una cocina con una barra, varias mesas y tres puertas, una abierta de la que sale otro mostranco subiendose los pantalones y una mujer que estaba cocinando que deja lo que estaba haciendo y empieza a llamar a una de las puertas. DE la habitación que sale el otro tipo sale otra mujer, colocándose el vestido y se coloca detrás de el, curiosa y con las manos sobre sus hombros.

  (MAtón subiéndose los pantalones que se pone en la puerta)  ESte sale serio, todo lo serio que puede estar uno mientras se sube los pantalones, mira a Telmo que es con el que le toca bailar y después a su compañero-Carlitos....¿cambiamos?

  (Mujer que se pone detrás del matón)  Esta no para de reirse mientras masajea al más bajito.                ( Mujer que llama a la puerta) Se la ve nerviosa, llama repetidas veces a la puerta.

El aliento de Carlitos revuelve el estómago de Diego, su resaca aflora y un intenso dolor de cabeza le golpea mientras intenta reprimir una arcada. Mira al gigante a los ojos, sin moverse. Siente a Telmo a su lado y al otro mostrenco que sale, divertido.

Había intentado ir por la buenas, pero le duele la cabeza, la chulería de los dos chulos* le ha tocado los cojones, y además la última vez no le salió muy bien lo de intentar que la gente entrara en razón.

Apretando fuerte la mano que envuelve su porra, disimulada detrás de su muslo, mira a los ojos de su interlocutor una última vez y sube repentinamente el brazo para tratar de machacarle los huevos con el mango de su arma, para después asestar otro mamporrazo descendente que tumbara al coloso.

Al ver al Diego lanzarse con la porra a "hacer entrar en razón" a estos buenos hombres, no queda otra sino batirse. Estando tan cerca del gigantón no tengo tiempo de sacar la maza así que aprieto el puño y me dispongo a descargarlo sobre el calvo bravucón de la puerta 

El ataque de Diego pilló por sorpresa al grandullón, que se llevó un buen mamporro en el brazo. PEro fué Telmo el que lo "machacó". Primero un golpe en el pecho y después uno a la mandibula hizo que Carlitos besase el suelo. El otro matón resultó competente en lo suyo y dió sendos golpes a Diego y Telmo. Al primero alcanzándolo en el brazo y al segundo en el vientra.  LA mujer morena seguía gritando y riendo como una posesa hasta que vió caer a Carlitos, momento en el que se cayó y os miró con renovado respeto en silencio.

Entónces se abrió la puerta donde llamaba la peliroja, salió una mujer que de estar en otro lugar la habíais tomado por señora. Habó con voz fuerte y autoritaria.

  ¡Basta! ¿Qué está pasando aquí? Tu-refiriendose a la peliroja-abre las ventanas aquí huele a pecado.- La peliroja obedeció en el acto. Después , la "dama " se dirigió a vosotros-¿Qué quieren vuesas mercedes que tanto alboroto montan?

Diego hizo un esfuerzo por no mostrar un atisbo de dolor pese al duro golpe recibido en el brazo, si no llega a ser por el saber hacer de Telmo en cuanto a mamporros, su porvenir hubiera sido más que negro. El dolor es más fácil de soportar gracias a la satisfacción de que su treta para llamar la atención de un nuevo interlocutor algo más razonable haya resultado, satisfacción que también intentó disimular. Mirando al segundo gigante para evitarlo, se inclinó para ver mejor a la mujer que ahora le hablaba, una mujer madura y hermosa, sin duda, con un aire noble que poco encajaba con el lugar en el que se encontraban.

Diego le sigue el juego, con ella no quiere ponerse belicoso de momento.

-Pues mire vuesarced, venimos simplemente a preguntar, sin querer meternos en los asuntos que traigáis. Sabemos que un paisano de Sibiriana, hombre mayor, de campo, llamado Paco, estuvo aquí la noche pasada, y queremos saber si vino solo o se fue acompañado, y si dijo o hizo algo que nos pueda ayudar a esclarecer que le pudo pasar al salir de aquí. Le ha ocurrido algo horrible y puede que vuestras mercedes estén también en peligro. Soy el alguacil de Sibiriana, y mi trabajo es lo que, aquí mi amigo y yo, venimos a hacer, sin querer causaros más molestias de las necesarias - El alguacil se muestra respetuoso, aquella gente no le ha hecho nada a parte de tener dos cancilleres medio zopencos, y la verdad es la mejor baza, aunque no sea toda la verdad.

Respirando hondo despues de haber repartido golpes y recibir alguno, recobro el resuello y ayudo al que ha caido inconsciente a que no quede tirado por los suelos. 

Ayuda a tu compañero, nada tenemos contra vosotros.

Escucho las palabras de Diego. Espero que esta señora se muestre mas interesada en colaborar que este que ahora babea en el umbral de la puerta

  El matón mira a su compadre caido y luego os mira a vosotros con renovado respeto y cara de alelamiento. No se ve todos los días caer a tu compañero de esa forma y tan rápido.....y menos a Carlitos. Después mira a la que parece la dueña como pidiendo que le diga qué hacer. Luego vuelve a mirar a Telmo, ayuda a mover a su compadre y lo lleva hasta un rincón.

  La mujer morena está estupefacta también, se acerca a Telmo y le palpa los músculos y le sonríe de forma descarada, luego le hace una seña con la cabeza como para incitarle a ir con ella al cuarto.

Entiendo-responde a Diego-Paco de Sibiriana.......niñas, ¿sabéis a quién se refieren?-dice la mujer de manera casi inquisitiva. LA morena se vuelve encogiéndose de hombros.

  Señora, por aquí venía un abuelo de Sibiriana muy a menudo, pero no traía dineros y se dedicaba a pedirlos pa vino y a intentar meternos mano de gratis. Al final Carlitos lo echó y le prohibió la entrada. Pué ser que se llamase PAco, ahora no me acuerdo. Pero por aquí no havuelto que yo sepa.

  Ah, ESE viejo. Pues no, no apareció anoche y de haberlo hecho lo habrían echado.¿ Podemos ayudarvos con algo más?

La mujer morena está estupefacta también, se acerca a Telmo y le palpa los músculos y le sonríe de forma descarada, luego le hace una seña con la cabeza como para incitarle a ir con ella al cuarto.

Devuelvo la sonrisa con otra similar e ignoro la proposición de la señorita centrándome en la conversación de la señora de la casa.

Parece que si hablan de Paco. Pocos dineros tenia y no creo que le sobrasen para ir gastárselos en vino y otros vicios en las mancebias, pienso para mi. Mas, si algo supieran de él y tuvieran relación con lo que le pasó tampoco dirian que anduvo por aquí

Dejo hablar a Diego con la señora

Diego pone cara de jugar al chinchón, no tiene por qué fiarse de aquella gente, pero tampoco tiene porque ponerlo en duda, ha intentado forzar la situación diciendo que sabían que Paco había estado allí, pero en realidad su rastro terminaba (o, mejor dicho, se iniciaba) bastante más abajo en el camino.

Diego echa una última y escrutadora mirada a la estancia, en busca de cualquier detalle relevante y se despide formalmente.

-Buena señora, eso era todo. Gracias por vuestra amabilidad. A la próxima mejor si no tenemos que andar riñendo como niños y podemos hablar como adultos, que aquí todos tenemos pelos donde no da el sol… Esperamos no tener que volver aquí, para comodidad de todos-

Dicho esto, y si no hay nada interesante en la sala, Diego se dispone a marcharse, la situación no está para hurgar más en la boñiga, y las pistas que tienen son más vagas que otra cosa.

No parece que mienta la muchacha, tampoco parece haber ni manchas de sangre ni ninguna pertenencia de Paco por allí. 

La morena sigue palpando los músculos de Teo poniendo una fingida cara de pena pero complacida porque no la ha apartado.

  Y yo espero volverles a ver, más pronto que tarde. Mis chicas son muy complacientes y seréis bienvenidos.-Con estas palabras y una forzada sonrisa se despide la señora mientras el resto callan y asienten las muchachas.

Os encontráis en la calle, sin mas pistas que antes y empezando a tener hambre.

-Bueeeeeno …- Suelta histriónicamente Diego tras salir del burdel – …tanto embrollo para nada.

De pronto la barriga de Diego ruje como un oso, y nota como flaquean momentáneamente sus piernas. De resaca y sin echar un mísero chusco de pan al cuerpo, así no se puede trabajar.

-Vamos, muérome de hambre y quiero ver el rastro y el cuerpo antes de llegar al pueblo. Me duele la cabeza solo pensar en la Poncia…-