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Silent Hill: Chapter Zero

La mansión de los espiritus

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03/02/2017, 03:09
Jules Bartlevy

La situación era irremediable porque detrás de aquella puerta se encontraban todas las respuestas que estaba buscando durante todos estos años. Desde mi origen, el motivo por el cual no he crecido y todo lo que ha sucedido en mi infancia.

El puzzle estaba incompleto y era imposible vivir con ello, nadie puede sobrevivir a una historia donde existen huecos inexplicables y sucesos que ajenos a lo que por defecto te toca.

Quería conocer, ver lo que había más allá pero no sabía si estaba preparada para enfrentarlo. Como ahora perfectamente mi Padre dice, no sé lo que hay y ni siquiera puedo estar segura si puedo con ello. Los años pasan, el dolor vivido se hace presente y mi Padre pierde las fuerzas. Teníamos que hacerlo juntos, solo que ahora no era el momento.

Por esa razón rodeo con mis brazos su cuerpo, buscando ese cobijo que tantas veces me regaló y tras escuchar todo lo que tenía para decir, alzó la mirada para encontrarme con la suya.

- No ahora Padre, cuando te sientas preparado y no iremos solos. Le diré a Jerko que nos acompañe y haremos esta travesía juntos, no deseo correr ya mismo buscando la verdad. Solo necesito encontrar el momento adecuado para que podamos hacerlo. - respondo siendo muy consciente de la decisión tomada.

Y justo cuando estaba decidida a dar un paso atrás temporario, las puertas se abren de nuevo bajo la extraña sensación de una presencia que invisible a mis ojos allí estaba.

Desesperada por el ímpetu de proteger a mi Padre, rápidamente me suelto de sus brazos para indicarle que debemos salir con urgencia. Esto no era una pesadilla, parecía real y pese a no tener un miedo aterrador, velaba por James.

- Vamos Padre, rápido. Nos está siguiendo. - expreso un tanto desesperada. La linterna fallaba y el camino de regreso podía resultar aterrador si nos dejábamos llevar por la sensación reinante. Esto había despertado por mi, pero no deseaba ahora mismo encontrarme con lo que había escapado de mi conocimiento durante este tiempo. 

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03/02/2017, 22:51
James Bartlevy

James miró aterrado a su alrededor sin comprender qué estaba pasando.

No, James. Lo comprendes muy bien. Has salido de tu zona segura. Has salido de la Mansión Bartlevy y ahora...ahora estas en Bar Harbour.

El enigma de la mansión Bartlevy había sido desvelado. En aquel vínculo con aquel lugar de pesadilla residía su singularidad. Por eso habían traido esa casa piedra por piedra desde el viejo continente. Por eso la habían hecho de tal manera, idéntica a la de Martinson.

La voz de Jules le sacó de sus pensamientos. Su serenidad era encomiable dada la situación pero claro, ella no sabía todo de lo que aquel lugar era capaz de hacerle a una persona. James comenzó a correr escapando de aquel ser que venía a por ellos. Todos los huesos y articulaciones de su cuerpo le dolían por efecto de la edad.

 

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04/02/2017, 23:23
El Mensajero

El paso ligero de padre e hija apenas acumula distancias con la horripilante habitación. Y la salida ubicada a la vuelta de la esquina jamás llega porque siempre faltan algunos metros para llegar. Una maquinación del diablo les impide abandonar el pasillo interminable, que a su vez trae oscuridad por la falla intencional de las luces allí presentes.

Puede ser la sugestión del momento, o simple acumulación de hechos fortuitos, los cuales en su conjunto sugieren que algo los persigue. Algo que no es afín a la luz, algo que trae oscuridad consigo.

Y se encuentra muy cerca, detrás de un hombre agobiado por el pánico y una incipiente mujer carente de respuestas.

Solo que “eso” que persigue a los Bartlevy queda atrás y por consiguiente la pareja llega al pasillo común de la mansión, con su clásico tono y fragancias conocidas. Mirando hacia atrás la pared y su tapizado han tomado un tono oscuro, atacado por alguna mancha de humedad y moho.

James al tomar conciencia de su ubicación también se percata que la linterna que llevaba en su mano simplemente ha desaparecido. O tal vez la arrojó en la huida…

En el interior de ellos algo les dice que no volverán a recorrer ese sendero hasta dentro de mucho tiempo.

Notas de juego

El suceso cierra luego que ustedes hayan posteado. Luego iremos a otro acontecimiento, ubicado varios meses después.

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05/02/2017, 05:22
James Bartlevy

James corría sabiendo que lo hacía por su vida. Una sensación que no sentía desde que regresara de Bar Harbour. Jules lo hacía un poco antes que él. Sus pulmones trabajaban a máxima capacidad y sin embargo, sentía que se ahogaba. Pero no paró de correr por aquel pasillo interminable. Un truco que había aprendido de aquella macabra experiencia es que lo que no había que hacer nunca en una situación como aquella, era mirar para atrás. Así que se concentró en correr.

Y de pronto, la luz del pasillo falló.

-¡No pares de correr Jules, no pares!

Correr en la oscuridad era una locura pero dejar de hacerlo era una locura mayor. A punto estuvo de caerse en una ocasión pero  extrañamente, James sintió como su perseguidor dejaba de acosarlos y de pronto, de forma tan improbable como habían llegado a este horrible lugar, salieron de él. Su última zancada lo llevó a un pasillo de la mansión donde James, sintiéndose a salvo, se detuvo al fin. Doblando el torso, apoyó las manos sobre las rodillas e intentó recuperar el resuello. El sudor le recorría todo el rostro y en la espalda y axilas tenía dos cercos evidentes que daban fe del esfuerzo físico que había tenido que hacer.

El hombre ladeó la cabeza mirando a su hija. Pensó en decir algo, pero aún intentaba recuperar el resuello. De todos modos, pensó que no hacía falta decir nada pues su mirada lo decía todo. Aquel episodio parecía salido de las pesadillas de James.
 

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05/02/2017, 20:58
Jules Bartlevy

- Correr... ¿Acaso vuelvo otra vez a lo mismo? - se preguntó mientras el terror era partícipe de aquel pasillo, como tantas veces ha sucedido en sus pesadillas. Solo que la realidad se hizo presente y ya no existía una marcada diferencia entre soñarlo o vivirlo, al fin de cuentas era exactamente lo mismo. 

Por esa razón se dejó llevar por las indicaciones de su Padre mientras que en su mente un millar de dudas invadían todo raciocinio, no quería padecer la manipulación en carne propia ahora despierta dado que aquello sería un verdadero trauma que jamás sería capaz de olvidar. Tan solo se limitó a correr, no lo suficientemente rápido, sino lo necesario para salvarse y salvar a su padre. 

Una vez que esa sombra dejó de perseguirlos, Jules detuvo sus pasos con tal de ver como se encontraba James. Revisó sus pulsaciones, escuchó los latidos alterados del pecho y una vez que se cercioró de su estado actual de salud respiró profundo. Convencida de que su Padre podría resistir esto y muchas carreras más. - ¿Cómo te encuentras Padre? -  preguntó en un tono preocupado, pese a haberlo chequeado. - No comprendo del todo lo que está pasando, pero encontré la razón de mis pesadillas. Es imposible vivir en paz teniendo esto aquí dentro, creo que demasiadas opciones no tenemos... Enfrentamos o huimos como siempre. -  se limitó a decir mirando a su Padre. 

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12/02/2017, 23:31
El Mensajero

 

El fin de la inocencia

 

Las respuestas de James quedarían encerradas en su lengua por mucho tiempo, y no sería ese el día en que llegaran a los oídos de su hija. Al igual que los niveles inferiores de la mansión quedarían prohibidos para todos, por seguridad de los empleados y de la familia Bartlevy por igual.

Durante los meses siguientes Jules comenzaría a salir más, participando en las reuniones de la empresa y completando sus estudios superiores y maestrías por igual, aunque nuca muy lejos de la mirada estoica del “jardinero”.

Las cosas cambiarían poco, hasta una noche particular en la cual un invitado a la cena traería un poco de aire fresco a la imperceptible mansión.

Notas de juego

Y con esto cierra el incidente de la habitación. A continuación inicia otro suceso entre tres personajes jugadores.

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12/02/2017, 23:48
El Mensajero

 

La mansión Bartlevy

 

Pocas mansiones tienen la fama que realmente merecen, y la mansión Bartlevy es una de esas que acumulan decenios sin que nadie se entere cómo y cuándo.

Antes de los años cincuenta, la mansión había sido el foco de escandalosos reportajes, producto de investigaciones periodísticas sumado  al nuevo orden mundial posterior a la segunda guerra mundial.

Luego, con la llegada de la “guerra fría”, la familia Bartlevy salió del foco mediático casi desapareciendo de los medios, salvo contadas excepciones políticas. Ahora, a mediados de los setenta, la mansión es otro gran caserón en incipiente declive para alimentar las historias de los alrededores de New York.

La mansión, situada a media hora de “la gran manzana”, recibe al inusual invitado nocturno. Supuestamente es una cena formal, para agrado de algunos y pesar de otros. Solo el tiempo dirá como termina la noche, antes que las velas ardan.

Para ser una mansión en declive la seguridad dentro es envidiable. Dos guardias con perros entrenados reciben al muchacho en el pórtico de hierro medieval que separa - junto a la muralla de tres metros- el mundo ordinario de la antigua casta Bartlevy.

Luego varias hectáreas de bosque ocultan el camino que lleva hasta la colina donde mengua la mansión que según la leyenda fue traída del viejo continente ladrillo por ladrillo a principios de la fundación de la ciudad que nunca duerme.

Poco antes de la mansión un cementerio advierte a los visitantes sobre la vida privada de los Bartlevy, dejando a la imaginación del visitante los nacimientos y defunciones dentro de las arcaicas paredes de la mansión.

El automóvil del joven visitante es aparcado junto a una limosina y otros vehículos, para luego ser escoltado por el jefe de seguridad que se presenta de manera hosca y de mala gana como “Señor Barker”.

En cuanto a la residencia, dos chapiteles góticos de altura desigual dominan la silueta asimétrica que está ubicada en un punto estratégico del área. En otro momento, y con buen clima, se puede ver claramente todo el paisaje circundante, llegando incluso a La gran manzana y la bahía.

Al cruzar el enorme umbral, el interior es iluminado por vitrales medievales con notorios significados religiosos, típicos de la Europa medieval.

El interior del hall se trata de una gran sala rectangular con un techo tan alto como dos chapiteles góticos que se podían apreciar desde afuera. Dos sendas escaleras ascendían zigzagueantes en el medio de la estancia y conectaban los niveles superiores con una balconada en cada nivel. Del otro lado un pasillo conduce a otra habitación enorme y a la parte trasera de la mansión.

Esta habitación está parcialmente amueblada con un banco de madera en una pared y un sofá muy cómodo contra las escaleras. Hay mesas cerca del banco y del sofá, y cada una soporta un candelabro. Colgando del techo (conectados mediante cuerdas a las esquinas de la habitación) hay candelabros de dos brazos que pueden bajarse con las cuerdas. Cada candelabro soporta seis velas, siendo lo único que no porta bombillas eléctricas.

Hacia el final, dos puertas dobles dejan entrever una biblioteca y una habitación oscura.

En el suelo del Hall una inscripción grabada en mármol cita lo siguiente:

Ahora vemos por espejo, veladamente; pero después veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

Corintios 13:12 

De ese modo el invitado, sentado en el sillón, espera por alguien que lo reciba mientras el jefe de seguridad lo observa desde el interior de la entrada.

Notas de juego

Escena de introducción para el rol de la cena.

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13/02/2017, 06:46
James Bartlevy

James observa como el vehículo del joven entra en la finca y aparca delante de la mansión. De su interior ve salir a un apuesto joven, fornido y de gran estatura que se dirigía con paso decidido a la puerta principal de la casa. Sonríe. Los encantos de Jerko, saltaban a la vista.

Bajó las escaleras para recibirlo personalmente. El eco de sus pisadas resonaba en la silenciosa mansión. Al girar el último recodo de las escaleras, ambos se vieron por primera vez. James iba vestido de Smoking. Un modelo clásico, a medida. Sonrió.

-Así que tú eres Jerko Todd, el joven del que tanto he oído hablar-dijo estrechándole la mano-Bienvenido a la Mansión Bartlevy. Disculpa, pero mi ama de llaves tiene hoy el día libre. Acompáñame...William, puedes retirarte, gracias.

James se adentró en la biblioteca. Una habitación dividida en dos partes con dos ambientes diferentes. En un lado, estanterías atestadas de libros perfectamente ordenandos, un escritorio y un sillón de lectura confortable. Al otro, sofás y una mesa de roble de elegante manufactura con sillas a juego. En el centro de la habitación había un hogar en el que crepitaban algunos leños a medio consumir. Parecía que la biblioteca compartía el espacio con el salón de la casa, algo que no era un problema dado el extraordinario tamaño de la habitación. La habitación poseía un gran ventanal con vidrieras que daba al frontal de la casa y múltiples ventanas laterales; estrechas pero alargadas que proporcionaban una buena iluminación a la habitación durante el día. Dos puertas daban al exterior, hacia el lateral izquierdo de la casa, conduciendo a una terraza cubierta con columnas.

James invitó con un gesto amable a Jerko a sentarse en uno de los sofás.

-Jules se estaba arreglando ¿Tomas algo?¿Whisky?¿Brandy?-dijo mientras abría una vitrina y se servía a él mismo una copa-.

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13/02/2017, 12:56
Jules Bartlevy

 Aquel día era un tanto especial para mi debido a la presentación oficial de Jerko a mi padre, no era algo fácil de llevar considerando lo poco habitual que solía ser presentar el novio a la familia, pero dada la relación ya consolidada que tengo con él es conveniente hacerlo.  

Nuestra vida era un verdadero tormento a diario, tanto James como yo teníamos muchos secretos que jamás deberán ser revelados y puedo entender que ante la misiva de traer alguien nuevo a nuestro hogar, resulta ser un signo de alarma. Confiaba en Jerko, lo conocía lo suficiente y creía al margen de tener estos sentimientos hacia él, que podía pertenecer a la familia. 

Apostaba mucho a esta relación y espero que la paciencia de mi Padre sea el nexo que nos permita tener algo de normalidad en nuestras vidas. Pese a todo era una chica feliz, conocía los riesgos y sabía que solo era cuestión de tiempo hasta que las cosas resurjan. Pero ya no estábamos solos con mi Padre, Jerko sería uno más. 

Ya inundada por todos estos pensamientos, destapo el espejo de la habitación tan solo para observar durante unos segundos como lucía. Tras apreciar lo necesario, coloco la manta de nuevo sintiendo un escalofrío que inunda todo mi cuerpo. La mente no traiciona porque plagada de recuerdos me impulsa a huir de mi mayor tormento antes de perderme en él para siempre. Por esa razón tras pintar mis labios de rojo, decido abandonar el cuarto dejando un suspiro en el aire mientras recupero la compostura. 

Y mientras desciendo lentamente las escaleras escucho la voz de mi Padre recibiendo a Jerko, lo cual apresuro el paso hasta ingresar hacia el lugar donde se encuentran. - Padre. -  saludo a James dejando un beso en la mejilla, para luego regalarle un efímero beso en los labios a mi novio. - Hola. -  afirmo al tomar asiento cerca del muchacho mientras espero que la conversación continúe aún estando presente. 

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13/02/2017, 21:35
Jerko Todd

La inmensidad de aquella finca consiguió cautivar cada uno de mis sentidos a medida que iba profundizando en ella. Sabía que la familia Bartlevy era una familia bastante bien acomodada, pero nunca llegué a imaginar que su fortuna alcanzara aquellos niveles. El cementerio que había dentro de la propiedad llamó mi atención al pasar cerca de él con el coche - No queréis salir de aquí ni muertos - murmuré esbozando una sonrisa ladeada mientras seguía con la mirada fija al frente.

Al llegar a la entrada, no pude evitar fijarme en el número de coches que estaban aparcados - Creía que era una cena privada - Por un segundo la idea de que aquellos vehículos pertenecieran a otros invitados pasó por mi cabeza, sin embargo, al quedarme perplejo mirando la fachada de aquella mansión comprendí que, probablemente, compartieran un mismo dueño. Aguardé unos segundos con las manos en los bolsillos antes de seguir adelante. La figura del que parecía uno de los miembros de la seguridad se llevó toda la atención que había depositado en contemplar los exteriores y saludándole con un gesto de cabeza, me limité a seguirle sin mediar palabra alguna.

Tomando asiento como se me había indicado, esperé pacientemente a mis anfitriones mientras me dedicaba a llevar los ojos allí donde me era posible. El sonido de unos pasos hicieron que me girara para ver de dónde provenían. Me levanté al ver que se trataba del señor Bartlevy y dando un golpe a los bajos de mi chaqueta para acomodármela, me quedé postrado frente a él vistiendo mi traje rojo. Asentí sonriente a sus palabras estrechando del mismo modo su mano - Es un placer, señor Bartlevy. No tiene de qué disculparse. Muy bonita por cierto - dije abriendo mis manos para hacer clara referencia a la mansión. 

El salón conectaba en perfecta armonía con lo que parecía ser la biblioteca de la casa. Mis pasos tras los suyos eran firmes y seguro, pero mi cabeza reflejaba la curiosidad de un niño por conocer lo desconocido. La mirada se me quedó fija por un instante en las chispas que saltaban en el interior de aquella chimenea. Le devolví el gesto al señor Bartlevy y me senté en el sofá cruzando las piernas tras hacerlo - Mujeres... - me permití el lujo de bromear con él - No puedo negarme a una copa de Whisky - Su petición me había despertado un ardor de estómago. Desde hacía tiempo le guardaba cierto recelo al alcohol, pero me parecía de mala educación rechazar la invitación por mi parte. 

Jules no tardó mucho en aparecer por la puerta y me puse de pie para recibirla con una amplia sonrisa - Estás preciosa - le dije cuando se acercó a mí correspondiendo su fugaz beso. Tomé asiento a la vez que ella, quedando el uno al lado del otro y volví a dirigirme a su padre para agradecerle de nuevo la invitación - Ahora que está su hija aquí también, quería agradecerle la invitación a la cena. Es un honor para mí que quiera conocerme en un ambiente más distendido - El señor Bartlevy no había dejado de ser mi jefe, pero ahora que mantenía una relación seria con su hija me halagaba que me recibiera en su casa como su yerno. No sabía hasta qué punto Jules había tenido que ver con todo aquello, pero fuera como fuere allí estaba en aquellos momentos.

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14/02/2017, 22:10
James Bartlevy

-Gracias-contesto James cuando el joven alabó su casa-Estuvo siempre en mi familia, incluso cuando vinimos del viejo continente. Mi bisabuelo hizo traerla de Europa piedra por piedra. Sorprendente, ¿verdad?

James sirvió un whisky al joven. Un Mcallan de 20 años y probó su brandy.

Torció el gesto por un instante cuando Jerko soltó ese "mujeres"...con cierto desdén. Obviamente, el comentario no le gustó. El silencio se hizo durante unos segundos en los que James estaba pensando si decir algo. Pero justo en ese momento, entró Jules.

Presenciar el gesto natural con el que Jules besó al muchacho tampoco fue de su agrado. Era normal en los tiempos que corrían, pero aún sabiéndolo, no le gustaba ver a su pequeña comportarse de forma tan espontánea con un hombre.

-Hola, querida-dijo James recuperando su sonrisa al instante e intercambiando un beso en la mejilla con su hija-Jerko y yo nos estábamos conociendo.

 

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18/02/2017, 00:08
Louise Ross

Casi al terminar de preparar la mesa central para la cena de esta noche, dos mujeres se acercan para organizar la carta y asistir a los presentes en sus necesidades.

Exceptuando la notable diferencia de edad, las dos mujeres con casi idénticas. Dejando en claro la posible relación sanguínea entre ellas.

La primera de ellas, una mujer de cabellos rojizos que supera los cincuenta años, se aproxima a James y le entrega una carta gastronómica, no sin antes saludar a los presentes –Buenas noches.  El chef le envía la carta para que ordene la entrada y el plato principal – dice la mujer bajo un completo tono frio, sin expresión aparente.

Tanto James como Jules saben que el “chef” es ella, pero en esta ocasión la invención del cocinero es la forma secreta de elevar aquello que se ha perdido en el camino. Y es el prestigio de la mansión

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18/02/2017, 00:20
Anne Ross

La versión más joven, otra pelirroja de apenas veintitantos años, de profunda mirada azul y cintura ágil se aproxima a los presentes con un carrito de canapés y todo tipo de botanas para acompañar el whisky añejo por excelencia.

-Muy buenas noches a todos. – saluda a los presentes al dedicarles una sonrisa cordial, especialmente al recién llegado. -¿Desean probar algún bocadillo? – pregunta al levantar una bandeja de pequeñas masas finas de repostería. La bandeja, desde luego, permanece en manos de la sirvienta por debajo de sus hombros al dejar entrever su atrevido escote y generosas proporciones.

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18/02/2017, 07:32
James Bartlevy

-Gracias, Luouise.

James sonríe y con un gesto le indica a Louise Ross que le entregue la carta al invitado para que éste haga los honores. La invención del chef le resulta divertida, así que decide seguirle el juego.

-Todo está bueno, te lo aseguro-dijo dirigiéndose a Jerko-nuestro chef ha estudiado en las más prestigiosas escuelas de cocina de Francia.

-Buenas noches, Anne ¿Señoras? Él es nuestro invitado. Jerko Todd.

James examinó la bandeja sin decidirse. Una fugaz mirada se desvió de la bandeja hacia el escote de la mujer. Finalmente, se decidió por un saladito. Era del tamaño perfecto para degustarse de un bocado.

-Bueno Jerko, cuéntame ¿A qué te dedicas?
 

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22/02/2017, 18:28
Jules Bartlevy

Una dulce sonrisa dibujé en mi rostro cuando recibo el halago de mi novio mientras busco su mano para entrelazarla con la mía. Las actitudes y gestos de mi Padre reflejan mucho lo que estaba sintiendo, podía creer que era algo incómodo la presentación de un novio considerando mi historia pasada. 

Y justo cuando estaba por hacer algún comentario, la presencia de las sirvientas captan mi atención. Ya incorporándome agarro algunos bocadillos para luego dejar un beso en la mejilla de Louise, ella sabía mimarme con estos pequeños detalles que cautivan sin pensarlo. 

Por esa razón, desviando ahora la mirada de la sirvienta que adora mostrar sus encantos, me dirijo hacia donde se encuentra Jerko para alcanzarle algunos bocadillos para que pruebe. Siendo un gesto cariñoso de mi parte el ofrecerle aquello, más que nada para que su mirada no se centre en lo obvio. 

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24/02/2017, 12:35
Jerko Todd

Asentí ante las palabras de James con la intención de denotar asombro en mi rostro. Me parecía muy interesante el entusiasmo que semejaba plasmar al contar la historia de su mansión - Mucho - respondí aceptando la copa que me tendía - Gracias - No podía parar de mover suavemente la pierna que tenía cruzada sobre la otra, aunque lejos de ser un gesto de nerviosismo, era un signo bastante notorio de mi distendida postura. Di un trago a la copa antes de ver aparecer a Jules en la sala, no quería excederme y ella había sido la excusa perfecta para desviar mi atención.

El roce de su mano con la mía me hace llevar mi mirada hasta su mano que entrelazándose con la mía reflejaba nuestras evidentes emociones y esbozando una pequeña sonrisa ladeada, levanté la mirada para ver a dos nuevas sirvientas que entraban con canapés a la biblioteca. Seguí con mi mirada a la mayor de ellas, viendo cómo le ofrecía una carta al señor Bartlevy para que eligiera la cena, algo que no me pareció nada del otro mundo para todo el lujo que me rodeaba. Crucé mi pierna de nuevo y llevé mi mano entrelazada con la de Jules hasta posarla sobre mí inconscientemente mientras seguía observando - Buenas noches. Es un placer, señoras - respondo llevándome mi mano libre al pecho e inclinando ligeramente mi cabeza hacia abajo ante el saludo de ambas y la presentación de James. 

Sonreí desviando mi mirada de Jules al señor Bartlevy y la mayor de las sirvientas después de que la joven se incorporara soltando mi mano - Es un honor estar en su mesa entonces. Estoy seguro de que quedaré más que satisfecho - añadí al comentario del chef intentado ser lo más políticamente correcto.  Enseguida, mi atención fue captada por la otra joven, llevando mis ojos directamente a aquella bandeja - Todo tiene una pinta deliciosa - dije mirando aquellos bocadillos antes de darme cuenta de las exuberantes proporciones y seguir elevando la vista como si aquello no me importara hasta dedicarle una sincera sonrisa de agradecimiento. Fue entonces cuando Jules me alcanzó alguno de aquellos dulces y acepté uno sin apartar mis ojos de los suyos, en el claro gesto de conexión que caracterizaba a nuestras miradas - Gracias - le dije dándole un beso en la mejilla - Está muy rico.

Volviendo todo a su cauce principal, continuó la conversación que, cortada, se podría decir que nunca llegó a comenzar - Llevo un tiempo trabajando para su ONG, señor. Me dedico a llevar todo lo relacionado con el marketing de las empresas que realzamos - Lancé una mirada pícara a Jules pues no tendría aquel trabajo de no haber sido por su ayuda probablemente. Me parecía muy normal que el señor Bartlevy no estuviera al corriente de todos sus empleados, aunque me extrañaba en cierta medida que Jules no le hubiese dicho nada hasta ahora.

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25/02/2017, 22:35
James Bartlevy

A James le parecían divertidos los esfuerzos que hacía el joven por agradarle. Le resultaba tan evidente que había recibido una buena educación como que aquel no era su estilo de vida, de casa, ni de velada ideal. No obstante, intentó adaptarse lo mejor que pudo. Y eso era siempre elogiable en una persona.

-Si...si. Me has de disculpar pero me he expresado mal. Cosas de la edad, supongo. Sé lo de la fundación. Jules me consultó al respecto y fui yo el que di el visto bueno-dijo James asintiendo-Me refiero a antes de entrar en la fundación.

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27/02/2017, 16:37
Jerko Todd

Las palabras de James removieron algo en mi interior. Jules conocía mi pasado en la banda, pero no creía que eso fuera algo que le gustara demasiado al señor Bartlevy. Entrelacé mis manos y bajé mi mirada momentáneamente dándome algo más de tiempo, no quería perder a Jules y aunque suponía que ella era quien decidía sobre su vida, quería llevar las cosas a buen puerto - Oh, disculpe - le dije elevando de nuevo la mirada con una ligera sonrisa para disimular mis pensamientos - Antes de entrar en la fundación estuve trabajando en una pequeña empresa en Manhattan, pero con los años me fue sabiendo a poco, quería aspirar a algo más y por eso llegué hasta su empresa - Volví a girarme hacia Jules y le dediqué una sonrisa algo incómoda antes de dar otro trago a mi copa. Había conseguido dejar atrás mi pasado y gracias a ella me sentía como que todo empezaba a ir realmente bien. Tan solo el hecho de volver a recordar el grupo y por qué acabé allí, hizo que algo se despertara en mi interior y sabía que Jules sabría cómo volver a calmarme. 

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27/02/2017, 16:56
Jules Bartlevy

La reunión seguía el curso esperado para mi, donde James es quien indaga con suprema diplomacia a Jerko con tal de averiguar quien es la persona que he elegido para tener una relación. Muy lejos estaba mi Padre de comprender lo que tanto me unía a este hombre, algo que por obra del destino y la atracción desmesurada, terminó en lo que ahora sería un noviazgo. 

- Ya sabes, aquí todo es excelencia. -  respondo a Jerko esbozando una sonrisa bastante pícara que poco a poco cambia en su intención al recordar que James está allí presente. - Como bien ha mencionado mi Padre esta mansión es poseedora de una fascinante historia, dentro de la inmensidad de estas paredes cada retazo de este lugar habla por si solo. Nos representa en su total completud. - afirmo al acompañar con delicadeza las palabras de mi progenitor, atenta a lo que se conversaba bien posicionada en los modales protocolares que me fueron inculcados. 

Hasta que el pasado regresa al presente a través de una pregunta que tal vez incomode a Jerko, algo que activó mis alarmas internas. Aunque intento solventarlo a través de una suave pero intensa caricia en la espalda de mi novio para demostrarle de que todo estaba bien, nadie ha flagelado un control que siempre es suyo por derecho. Una simple pregunta podría acarrear un mar de historias que tal vez no esté dispuesto a contar, era la gracia de nuestra relación el estar plagado de secretos. 

- Nada llamativo Padre, puedes revisar su curriculum vitae. -  respondo a James con una sonrisa, muy consciente de que mi Padre comprendería de alguna manera la situación. La indagación no era buena en este ámbito. - Luego de cenar podríamos llevarlo a conocer la Mansión. ¿Qué te parece Padre? -  esperaba una afirmación de su parte, quizás era el momento idóneo de comenzar a revelar algunos secretos. 

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27/02/2017, 22:54
James Bartlevy

La mirada de James atravesó al muchacho cuando este, muy hábilmente, respondió su pregunta sin contestarla. Un ardid muy útil que él había aprendido a usar hace mucho tiempo para contestar preguntas incómodas. Sin embargo, su lenguaje corporal evidenciaba que llevaba mal aquella situación ¿Porqué?, se preguntaba. ¿Por qué habría de ser aquella una pregunta incómoda?¿Qué tenía que ocultar aquel muchacho?

La intervención de Jules le hizo comprender que fuese lo que fuese, ella lo sabía. Su mirada se cruzó, ahora con ella. En su cara había escrito un "ya hablaremos más tarde de todo esto".

-Está bien, si prefieres que conozca a tu novio a través de una inexpresiva y excesivamente formal hoja de papel en lugar de hacerlo conversando, así ha de ser. Creo que ya oigo venir a Louise con el principal. Disfrutemos de la comida.