Partida Rol por web

Harry quedó boquiabierto, pasmado, mirando la fosa. Decenas de miles de muertos, si cada uno de los que vio estaba ahí. Japoneses, africanos, indios, alemanes, italianos, ingleses, franceses, australianos, judíos y civiles de medio mundo, y por supuesto sus hermanos, los demás soldados americanos... tanta gente, de tantos lugares, todos en la misma fosa.

¿Qué...? Acababa de pasar por allí, y aquella monstruosa fosa no estaba. Ninguna niebla sería capaz de taparla, y aún así, tampoco taparía el olor a putrefacción y sangre, el ensordecedor zumbido de las moscas.

Esto no puede ser.... Dejó el arma colgando de su hombro y se acercó un paso más, mirando el cadáver del niño. ¿Qué pesadilla es ésta, Señor...?

Había una pala a su lado. Harry tenía un conmutador en la cabeza que le saltaba de vez en cuando, pero él quería detenerlo, ser él... Un veterano de la Primera Guerra Mundial con el que había hablado le había dicho que debía dejar de odiar para liberar su alma, ver al enemigo como lo que él mismo era: Un soldado que cumplía órdenes. Y ahí estaban soldados de todo el mundo, muertos en la misma fosa.

Cogió la pala y comenzó a echar tierra, enterrando a amigos y enemigos por igual.

Dios os bendiga... Murmuró, y siguió enterrando, a ritmo rápido, casi obsesivo, sin mirar a nadie ni nada más que su trabajo.

Las escaleras en la pared norte llevan a una balconada en la planta de arriba, sobre el recibidor. Hay una barandilla de madera que la recorre, y una puerta a cada lado de la balconada. Allí Evelyn encuentra una habitación confortable (la primera puerta a la derecha).

La habitación es un amplio dormitorio con baño incluido. Justo al lado de la puerta hay un armario, que está vacío y con sus grandes puertas abiertas. Una horrible mancha de humedad cubre el fondo del armario.

Hay una cama doble en la pared este con una mesita de noche a cada lado. También hay un quinqué sobre cada una. Todos los cajones están vacíos con excepción de una biblia de bolsillo y velas de repuesto para los candelabros que hay repartidos en todo el dormitorio. Hay una chimenea en la pared oeste. A su izquierda hay un tocador con varios cajones y una silla.

Varias ventanas iluminan pobremente la  habitación finamente decorada en donde lo único de mal gusto es el desvencijado armario.

Johan pensaba de manera obsesiva sobre lo que había visto y lo que tenía pendiente con el alcalde. Recorriendo los pasillos,el joven muchacho miraba al suelo intentando mantener sus pensamientos a raya. ¿Que eran esos dos cuadros, que escondían, por qué a Johan?. Fue en ese preciso momento cuando notó que la gemela que tanto se había estado preocupando por el detuvo sus pasos delante de el y le besó. Con los ojos bien abiertos, el cuerpo del joven muchacho empezó a temblar de manera exagerada, en su mente solo venían y aparecían imágenes de la sala de fumar y la biblioteca. El cuadro con Jules y el otro con Helen. El abismo, la corrupción, el infierno... 

No tienes salvación, no la mereces,y lo sabes... 

No pudo evitar tener otro ataque, estaba claro que aquel lugar lo estaba consumiendo, parecía estar jugando con el y estaba sucumbiendo, pero no importaba, tenía que cumplir con su misión personal costase lo que costase, era mas importante que cualquier otra cosa en este mundo. 

Tras temblar y gimotear durante un breve tiempo, el muchacho tomó aire por la nariz y su mirada se torno fría, vacía y decidida. Como si otra persona hubiera cogido las riendas de su cabeza. Parecía haber bloqueado el recuerdo de haber recibido aquel tierno beso, incluso casi, olvidar todo lo que Jules le había ayudado y había defendido.

-Si...Sera lo mejor, es posible que su alucinación haya durado poco, si el veneno viene de la comida, es posible que solo haya consumido un poco, como yo. 

-Si me...disculpan...me tumbare un rato...- Y sale de la estancia, en dirección a la primera cama o sofá que encuentre.

No hace falta buscar mucho, porque...

Las plegarias de Evelyn fueron escuchadas por la gran providencia.

Tal vez no se había percatado al llegar pero un sillón tan antiguo como confortable aguarda por ella junto a las escaleras.

En los pies del sillón hay una pesada manta cubriendo la mitad del mueble…

Aunque Evelyn lo había encontrado al principio, jamas le dio el uso que ella proclamaba y ahora el suave sofá puede hospedar al cansado investigador.

Entonces el hombre cae bajo los brazos del dios del sueño al compás del tic tac del enorme reloj del Hall...

Caminaba con férrea decisión junto a Johan cuando colapsa en cuestión de segundos. Ante la sorpresa y la desesperación de no saber lo que estaba sucediendo en su mente,  me acerco para intentar calmarlo sin un contacto nítido ya que el beso resultó ser suficiente de momento.

 - No logro comprender lo que está sucediendo en tí. Solo puedo decirte que en este lugar y más aún desde que despertamos, suceden cosas que pondrán a prueba tu estabilidad mental. No sucumbas,  yo lo he hecho en el hospital y fue algo que quisiera olvidar. Mantén la calma y céntrate en lo que puedes ver,  tocar pero deja de lado todo aquello que no condice a tu vida real. - voy brindando mi más sincero consejo,  sabía a lo que me exponía y luego de haber tocado fondo ya estaba preparada para no caer ante lo que suceda. 

- Desconozco lo que sucede pero puedo asegurarte que es un gran salón de los espejos. Hace nada vi a alguien de mi pasado que esta muerto,  incluso la niña que Martinson está buscando es una utopía porque la he visto cuando tenía 11 años en el Orfanato donde me crié. Gracias a ella estoy aquí, por esa razón voy detrás de las respuestas porque es lo único que nós traerá paz entre tanto caos. - expreso sin miramiento,  relatando todos los hechos y mi forma de pensar. Mi vida era un oscuro secreto pero por Johan era capaz de abrir la caja de Pandora para jugar con ella. 

Sin dejar de mantener aquella conversación asiento a sus palabras y cuando finalmente salimos al exterior siento como la luz gris del día golpea en mi rostro a modo de flash. La fotosensibilidad de mis ojos me juega una mala pasada pero logro recuperarme fácilmente. 

Ahora en los exteriores reviso con la mirada todo el lugar. - Espero que lo podamos encontrar con vida y no herido por sus propias manos. Tranquilo Johan,  aquí estaré siempre para tí y resolveremos esto juntos. Lo que quieras contarme,  sabes que puedes hacerlo. Confío en ti y espero que tu también. - termino por decir mirándolo a los ojos unos segundos, luego de aquel contacto continuo observando los exteriores. 

El coronel se mira empanado su herida, está prácticamente curada, el coronel no se lo cree y supone que pueda seguir en la alucinación. Cuando va a hablar y levanta la cabeza se da cuenta de que la habitación es un puto gallinero, todos nerviosos corriendo de aquí para allá, cotorreando sin sentido y sin a más mínima organización. Y el coronel estalla:
!¿PERO QUE COJONES ESTAIS HACIENDO?! !¿No sabeis mantener la calma treinta segundo seguidos?! Pareceis putos pollos sin cabeza corriendo sin parar sin saber que hacer. Me sorprende que esos seres no os hayan cazado uno a uno como a ratas.

La situación se había desbocado, como una manada de elefantes descontrolados correteando por un circo con plena capacidad. Roger Martinson se pone de pie con la ayuda de las dos señoritas y alza las manos pidiendo un poco de calma a los huéspedes que aún permanecen en el salón comedor. Más de la mitad se habían dispersado a costa de poner en juego sus propias vidas…

- Por favor señores, un poco de calma que aun no termine de explicar toda la situación y vuestro papel divino en la salvación de todos. -   Entonces el atormentado hombre recupera la compostura y con ayuda de Krebs, que regresa de la cocina con Té recién preparado, ayuda a ordenar todo y servir la infusión a su amo.

Martinson comienza respondiendo a James mientras sostiene la taza de Té humeante - Tal como lo explicaba a sus otros compañeros, todo comenzó con la desaparición de mi hija, tan solo algunas semanas previas a nuestra ceremonia anual, luego el mal clima llegó junto con los monstruos y con eso la desaparición de muchas personas. Para finalizar el infierno abre sus puertas varias veces al día con la decimotercer hora y es algo que se agrava cada día que nos acercamos a La Inmaculada Concepción. Tan solo dos días. – Roger toma algo de energía para continuar, beber un sorbo de Té y reanudar su explicación -  En medio de todo el caos un barco se hunde las costas de nuestra isla. Entonces llegan ustedes, rescatados por los pescadores que trataban de huir con sus familias por el mar… al final los que intentan abandonar Bar Harbor terminan con un destino mucho peor que la muerte.

Y todo esto podría ser evitado si hallaran a mi hija a tiempo para renovar el contrato celestial de La Inmaculada Concepción. Dahlia es una niña santificada por la Virgen y es quien puede devolver a la oscuridad a su lugar de origen.

Si me preguntan porque ustedes son los indicados les diré que es porque no son de la isla. Nuestras escrituras sagradas hablan del advenimiento de la oscuridad y de la llegada de los hijos de Valtiel, los Protectores.

Ahora aclararé lo demás. Dispongo de una gran bodega para las épocas de emergencia, por lo tanto puedo prescindir de algo de mi reserva privada para agasajar a ustedes.

Por eso creo en el milagro de vuestra coincidencia. Ese medallón es la herramienta de nuestra orden para expulsar el Mal al Otro Mundo, en las manos de Dahlia el Sello de Metatron puede dar fin a todos nuestros males.  El Sello en las manos equivocadas podría causar el efecto opuesto, podría causar caos y destrucción. Por eso le sugiero que me lo entregue para que pueda guardarlo en un lugar seguro hasta que encuentren a mi hija.

Y para finalizar la mansión Martinson ha sido traída ladrillo a ladrillo desde Inglaterra por mis antepasados. Dudo mucho que exista otro sitio igual a este aunque si continua con dudas entonces le sugiero que vaya a la biblioteca en búsqueda de los antiguos registros de traslado.

Krebs les dará un mapa de la isla con la ultima ubicación conocida de mi hija, también les proporcionara todo el equipo que necesiten. Solo dos días nos separan del final… -   Martinson aguarda las reacciones de los presentes con la finalidad de cerrar el malogrado desayuno...

Para finalizar Krebs arroja sobre la mesa varios periódicos regionales con fecha de noviembre, los cuales hablan de un frente de tormenta que azotara toda la costa oeste…

El joven muchacho se quedó escuchando cada palabra de la gemela que intentaba ayudarle a mantener la calma y la cordura. En el fondo de su corazón deseaba contarle su mayor miedo y su única meta en la vida pero su candado mental se lo impedía como era costumbre, aquel secreto le devoraba el alma y las ganas de vivir, pero debía mantenerlo, era su deber.

La historia de Jules le había hecho al menos, volver a su modo de actuar corriente, le fastidiaba en enorme medida no poder corresponder la confianza depositada en el, abrió la boca un par de veces apunto de sincerarse pero de nuevo, la imagen de los cuadros y Helen aparecía. Mientras recorría los pasillos hacia el exterior, se observó a si mismo en uno de los muchos espejos, estaba hecho unos zorros y en un estado lamentable, ¿Como había podido acabar así? Necesitando ayuda de alguien que acababa de conocer. No tenía claro si era verdadera preocupación o lastima, pero presentía que era lo primero, un sentimiento extraño que no había sentido hace muchísimo tiempo.

Miró con cierta tristeza a Jules y se sinceró lo poco que pudo

-Se que casi todo lo que está pasando aquí, pueden ser mentiras, engaños, ilusiones... Pero no todo, el dolor -Dijo mirando su espalda con el rabillo del ojo -Puede ser muy real. Dios sabe que si no estoy intentando matarme con un tenedor es gracias a ti... Te debo la vida, y si confio en alguien es en ti, has estado conmigo sin tener que hacerlo, me has curado, conseguiste que quisiera seguir adelante, quitarme de la cabeza que la muerte sea la única salida de la pesadilla que estamos viviendo aquí y me espera fuera. Pero mi misión, es mas importante que mi propia vida, así lo decidí, no soy ningun martir, el único responsable de mi condena, soy yo mismo.

Tras una breve pausa, johan detuvo su discurso e intentó devolverle un poco de lo que aquella mujer le ha estado dando.

-Pero bueno. No siempre vas a tener que ayudarme no te preocupes, ahora me toca a mi, tu secreto está a salvo conmigo. Aunque no pueda comprender el dolor que has sentido y que aún sufres, quiero ayudarte a que se mitigue y salga de tu infierno personal. Asi que vamos a salir de esta y buscar a harry.

Le dedicó una breve sonrisa y salió en busca del soldado junto a Jules

Bar Harbor es una isla que oculta sus secretos, como la bruma esconde a la vista de todos aquello que no quiere ser revelado. En otras palabras la niebla es un manto que oculta horrores y sorpresas pero solo aquellos que han soltado las riendas de su destino para dejar paso a algo de mayor calibre pueden descubrir lo que la niebla tiene para mostrarles.

Johan y Jules abandonan la misteriosa mansión en búsqueda del teniente Wood.

Podrían buscar por horas pero la suerte es otra, porque a los pocos pasos, sendero abajo, algo se abre paso entre el manto de niebla.

Primero un árbol, luego un enorme ángel tallado en piedra, luego una lapida y finalmente la figura de Harry.

El hombre sostiene con fuerza una pala y con energía desenfrenada echa tierra sobre una fosa con intenciones de cubrir su contenido. Wood tiene el rostro desencajado en una facción a medio camino del terror y del fervor.

Casi bajo su propia hipnosis Harry mueve tierra de un lado a otro... 

Las palabras de Johan eran música para mis oídos, finalmente podía disfrutar de aquella sensación que solo la confianza hacia otra persona podía brindarme. En esas cuestiones era una mujer muy simple,  tal vez demasiado pero lograba sentirme feliz con tan poco al punto de compensar el hastío de vida que he llevado sobre mis espaldas durante años. 

-Gracias.  Es mutuo. - respondo escueta ya que la imagen de Harry no me daba lugar para decir algo más, era escalofriante ver a una persona desquiciada en su propia mierda. No sabía como ayudarlo,  era peligroso el ex soldado en ese estado y nosotros no estábamos precisamente muy predispuestos a dar pelea. 

En primera instancia lo único que intentaría es el diálogo y comprobar sus reacciones. - Harry...  Somos Jules y Johan. - expreso alzando las manos, mostrando que estaba desarmada. Eso si,  no se me pasó por alto la fosa y no quería imaginar quien era el cadáver al que le estaba echando tierra. 

- Vinimos a buscarte,  tenemos que hablar contigo. No te dejes llevar demasiado por lo que sientes, la comida creo que estaba adulterada y has caído en su efecto. Intenta respirar profundo y pensar con calma. - voy hablando sin acercarme siquiera, observando cada detalle mientras le indico a Johan que se quede a mi lado por si las dudas. 

James seguía manteniendo la calma, con toda su atención centrada en Martinson. Lo que estaba diciendo, dentro del disparate, resultaba coherente. Y más aún, había sospechosas coincidencias con los últimos acontecimientos que recordaba.

-Lamento no poder complacerle-contestó James-este amuleto ha estado conmigo desde que recuerdo. Incluso después de todo lo sucedido, ha aparecido a mi lado. Es el único objeto que conservo de antes de la catástrofe y lo seguiré manteniendo conmigo. Espero que entienda que no se lo voy a entregar a alguien que acabo de conocer, sobre todo después de oír a mi padre hablar tantas veces de su importancia. Sí, mi padre también creía en las profecías, en el destino, en los rituales y en esas cosas...creo que se llevarían bien usted y él. Respecto al barco del que habla, sospecho que era mi barco, pues yo llegué aquí después de que mi barco naufragara. Las fechas coinciden.

Harry siguió echando tierra cuando le llamó, obsesivo con su trabajo, con su deber de enterrar a todos aquellos... Sólo con la segunda frase de Jules pareción reaccionar. Acababa de clavar la pala en el suelo y se quedó quieto, como un conejo al que apuntas con una linterna, sólo que no por miedo, si no por... un indescifrable cóctel de sensaciones y pensamientos que no se sabia como iba a terminar.

Tras algunos tensos segundos en los que no sabía si iba a gritar, llorar, seguir o ponerse a disparar, habló. Sin mirar, sin apenas moverse.

No fue la comida. No comí. Lo guardé por si acaso.

Y siguió enterrando. Qué o quiénes veía él en aquél agujero, era un misterio, lo que era cierto es que lo hacía con menos locura. Igual de enérgico, pero sin ese punto chalado con el que lo hacía hasta hacía unos segundos.

Johan miraba cauteloso al soldado que cavaba en el suelo con ahínco y con cierta locura en sus ojos, pero quien era el para juzgar tal comportamiento. No hacía mucho había tenido un episodio parecido y su estado actual tampoco había mejorado mucho, su cabeza le presionaba como si fuera a explotar, pero si algo sabía, era que el sentimiento de conseguir cosas y avanzar era un buen analgésico moral.

-Teniente, creemos que tenemos una buena pista para avanzar en el enigma de este lugar y poder salir de aquí, pero necesitamos que nos acompañe, con un hombre bien preparado como usted, nuestras posibilidades aumentarán considerablemente. 

Sacando valor, Johan respiró hondo y se acercó un poco mas al soldado.

-Le necesitamos señor...

Evelyn estaba rota, desesperada por poder tener tiempo de juntar cada una de las piezas de las que estaba hecha. Volver a recoger su orgullo, sus sonrisas, su elegancia. Ahora solo era un manojo de carne nerviosa y llorica. Tan pronto como su instinto la guio, segun la estructura de la casa, a una de las habitaciones de invitados, se apoyó con la cadera en la puerta y lloró, desahogandose por completo. Por fin habia llegado a un rincon para ella, donde poder volver a ser. Donde alejar todo de su mente. Anduvo por las comodas, por cada parte de la habitacion en busqueda de algo que fuera util. Al unicamente encontrar la biblia, la dejo en la cama, donde se sentó, acomodandose ligeramente... Su vista se clavó en el armario, desagradada por lo mal combinado que estaba con el resto y como si su simple presencia le molestara, volvio a levantarse para cerrarlo.

Sus pies la llevaron al tocador, abriendo mas cajones en busqueda de ropa o productos de mujer, rezando por al menos, encontrar algo util ahi. Tras comprobar su estado, se dirigio al baño, lo que mas le urgia en aquel momento. Cerró la puerta detras de si tras comprobar que era seguro y no habia nadie. Tambien comprobó de forma algo paranoica las posibles ventanas o cualquier acceso, y antes de desvestirse, abrio la llave de paso. ¿Habria agua con la que ducharse? Daba igual si era fria o no. Solo deseaba retirarse la sangre.

La respuesta del joven Bartlevy asombra a Martinson, sobre todo en lo referente al Sello de Metatron y a su progenitor. El hombre apartando a sus sirvientas llega hasta James en un santiamén para sujetar sus hombros con renovadas energías y responder - ¿El Sello te eligió? ¿Cómo es eso posible? Y lo que me parece más increíble pero no imposible es… ¿Quién eres muchacho y quien es tu padre? – No existen las coincidencias en Bar Harbor…

Tanto la actitud como las acciones de harry daban mucho que pensar, no había probado bocado y sucumbía ante la locura. ¿Bar Harbor provocaba estas cosas? -  me pregunto manteniendo la mirada en aquel ex soldado que continuaba cavando la fosa como si fuera lo más normal del mundo. 

Lo preocupante no fue que Harry quisiera terminar su tarea, sino la actitud de Johan al acercarse. Por ello, camino hasta colocarme junto al joven y contemplar la escena del soldado un poco más de cerca mientras escuchaba las palabras de mi compañero. 

- Así es, tenemos una pista que seguir y necesitamos tu ayuda Harry. - expreso enarcando una ceja un tanto preocupada e incrédula. ¿Cómo podía seguir con ello? - niego ante aquel pensamiento, como si fuera una locura detenerse a pensar en ello y prosigo con la conversación. 

-Tenemos un mapa y el destino es ir al faro. - quería ver si con eso lograba captar su atención, esperando que no quiera hacer una cruz de madera ahora para el cuerpo. 

Sus pies la llevaron al tocador, abriendo mas cajones en busqueda de ropa o productos de mujer, rezando por al menos, encontrar algo util ahi. Tras comprobar su estado, se dirigio al baño, lo que mas le urgia en aquel momento. Cerró la puerta detras de si tras comprobar que era seguro y no habia nadie. Tambien comprobó de forma algo paranoica las posibles ventanas o cualquier acceso, y antes de desvestirse, abrio la llave de paso. ¿Habria agua con la que ducharse?

El baño era tan lujoso como la habitación, solo que la humedad había hecho estragos en el tapizado del mismo y también en los antiguos azulejos importados de Europa. Quizás alguna cañería rota fue la causante de semejante deterioro, solo que el decaimiento había cesado ante el escaso o nulo uso de la bañera. Tal vez Evelyn lo comprobaría pronto.

Tan solo dos candelabros de pared portaban velas nuevas y un juego de toallas mas una bata era todo lo nuevo porque lo demás llevaba allí varios meses a la espera de un huésped. Por demás había jabones perfumados y sales de baño exóticas para un baño en una mansión de una isla recluida del continente. Martinson tenía gustos específicos.

Al girar las llaves de la bañera un eco corrió por la tubería desde el sótano. De ellas salió vapor y con esfuerzo un chorro de agua sucia, estancada y maloliente que se había alojado en las cañerías por falta de uso. Su color era oxido y negro.

Renuentes, los calentadores en ambos lados de la tina comenzaron a agitarse, las tuberías vibraron produciendo un traqueteo mortal, horrible, cada vez mayor. Tosco y exigente. Después el agua salió limpia y caliente. No todo estaba en ruinas y decadente. Aún no.

Pronto el baño se llenó de vapor, ocultando los detalles del mismo y borrando las fronteras de lo físico, aunque la claraboya era la única abertura al mundo exterior. Todo lo demás era un deleite para los sentidos…

-Soy James Bartlevy, hijo de Joseph W. Bartlevy-contestó James-Mi nombre hace un mes significaba algo. Pero aquí, parece que ha perdido todo su significado. Mi padre en efecto, creía que era algún tipo de elegido para algo. Nunca le hice mucho caso respecto a esto, pero no creo que fuera una casualidad que todo esto sucediese después de lo del barco. Creo que mi padre intentaba detener lo que fuera que sucedió, pero fracasó en el intento.

El coronel se tranquiza, más que nada por que solo hay 2 de sus "compañeros", ellos no deben pagar el pato por el resto de sus inutile... esto... del resto. Ahora el coronel observa la conversación sin sentido sobre un medallón mágico. En cualquier otro momento Aaron habría estallado en carcajadas y habría sugerido que tomasen el camino hacia el manicomio más cercano.

Pero ahora las cosas eran diferentes y el coronel ya no sabía muy bien que pensar.