Partida Rol por web

Ya que estoy por aquí, aprovecharé para ir por abajo he inspeccionar un poco el foso dice el elfo para quitarle un poco de tensión al asunto vosotros ir por el pasadizo a ver a donde lleva. Y con una sonrisa añade tened cuidado que puede haber trampas, je je

Buscando en su morral, Saladino sacó una cuerda y le pasó un extremo a Sedrik.

-Toma, te ayudaré a bajar y subir. No veo un buen sitio para atar la cuerda.

Saladino prefería estar en el frente, pero su grupo era duro y no le hacía gracia dejar a un compañero solo. Miró con algo de preocupación a sus compañeros. -Id echando un vistazo, y no temáis, si surge algún problema estaré allí en menos de lo que canta un gallo.  Esta frase quizá hubiera sido más tranquilizadora si no la hubiera acabado flexionando sus músculos y haciendo poses.

El grupo se separó en dos pequeñas compañías, pero no por mucho tiempo.

El final de ambos caminos era el mismo: Lo que antaño era la antecámara del mausoleo ahora lucía completamente diferente. Totalmente iluminada, su color dorado tenía un efecto contraproducente en los ojos de los que allí se adentraban. Sillones y tapetes muy similares a los de la hacienda Mendalari adornaban lo que ahora parecía una recepción, pues, en el centro de la sala, tras dos sarcófagos colocados perpendicularmente, un autómata conformado de restos humanos dio la bienvenida mientras anotaba con una gran pluma de ganso en un gran libro demasiadas palabras, las cuales no tenían correlación la una con la otra.

Bienvenidos al Órdago de Ultratumba. Vuestro nombre, por favor. Ka... kaka.

Repiqueteó entre dientes. El frontal de su cráneo resplandeció de color del oro.

Este ser está roto... pensó Gaster para sí mismo. Pero...

Hola! - Espera, no iras a ()- Mi nombre es Gaster -Idiota no reveles tu nombre a constructos zombies! - Hace un día estupendo verdad? - Estamos en medio de una cripta, viejo senil! -Que hace un ser como tu, en un sitio como este? -...Pues mira, eso sí me interesa.

En cuanto Sedrik llega a la sala y ve al esqueleto se pone en guardia blandiendo su magnifica espada, pero cuando ve que la criatura esta estática y que no hace ningún ademan por atacar y que Gaster esta manteniendo una conversación con él sus músculos se destensan y se centra en la estancia, visto lo visto se pueden esperar cualquier cosa.

Antes de entrar en la habitación echa un vistazo desde fuera a las paredes y el suelo, buscando algún mecanismo que pudiera descubrir alguna trampa. En caso de no haber nada  se aproxima a las puertas y escucha en ambas para ver si puede distinguir algún ruido detrás de alguna de ellas...

Si no distingo ningún ruido perceptible examino la puerta de la flecha roja en busca de trampas y si no escucho nada y no veo trampas intento abrirla.

- Pero esto que es? Ese nombre de órdago parece algo de juego... -ese libro no le parecía algo peligroso, lo mismo era necesario para poder entrar - me llamo Faysal, que se hace en este sitio? - puede que ese reseco no pudiera contestar, pero no pasaba nada por preguntar.

Este es el mayor y mejor salón de juego de todo Azir: El Órdago de Ultratumba.

Al pronunciar Gaster y Faysal su nombre, el autómata garabateó en una de las hojas del libro símbolos asemejados a letras. La pluma de ganso todo el ancho del papel. Como respuesta a las demás respuestas tan solo se limitó a repetir la misma oración observando con movimientos espasmódicos y mecánicos al resto de pathfinders.

Bienvenidos al Órdago de Ultratumba. Vuestro nombre, por favor. Ke... keke.

Sedrik ignoró al recepcionista y se dirigió hacia la sala de la izquierda. Con precaución de no encontrarse otra trampa cruzó el umbral de la puerta para encontrarse con una alfombra de flores secas, velas pisoteadas y restos de ánforas que guiaban hacia cuatro bustos de bronce situados en pedestales de mármol. A cada uno de ellos le habían mutilado alguna de sus facciones: ojos arañados, nariz arrancada o la boca completamente destrozada y negra. Aquí, probablemente, la familia Ul-Ravi realizaba ofrendas a sus muertos por la disposición de varias estanterías y pequeños altares. 

Saladino, que al entrar se había quedado observando la sala, se apoyó en uno de los improvisados mostradores y en un tono amable pero firme dijo:

-Disculpe señor, qusiera hablar con el encargado... ¡SU MADRE, SI ES UN NO-MUERTO!

Dando un salto atrás oyó el repetir de información de la criatura. Viendo que no reaccionaba de manera distinta se acercó para ver si lo identificaba.

Sedrik dejó que sus compañeros se dedicarán a recavar toda la información posible de ese extraño recepcionista. Por su parte se dedicó a hacer lo que mejor sabía, investigar y buscar. La primera puerta daba a una sala que antaño pudo ser un pequeño monumento de adoración a los nobles miembros de la familia, pero ahora no era más que un lugar de desolación y abandono en el que no encontró ninguna pista de la persona a la que buscaban ni nada de valor que pudiera "adquirir"

Salió de la sala y se dirigió a la otra puerta cautelosamente. Se detuvo en revisar los marcos, las baldosas que reposaban a los pies de la puerta, los grabados y relieves que se encontraban por doquier y cuando pudo constatar que era seguro se acercó y cerrando los ojos intento escuchar los sonidos que hubiese más alla...

-Tomemos la dirección que tomemos deberíamos de ir juntos, no creo que sea el sitio indicado para separarnos.- Dijo Footsteps en un tono que espero no diese resultado a otra discusión.

No sabían hacia donde llevaban las dos estancias que estaban ante ellos, pero teniendo en cuenta la formación en batalla que tenía nuestro salvaje (ninguna en este tipo de terreno), no les convenía separar sus fuerzas en terreno desconocido.

Footsteps obvió al recepcionista o lo que fuese ese autómata y decidió dejárselo a los compañeros de viaje que ya estaban con él.

El individuo, personificación de la tristeza de un lugar desolado y pestilente, no detenía el repicar de sus dientes y el rasgar de la pluma contra el libro. Footsteps, sin importarle tampoco lo más mínimo, avanzó junto a Sedrik hasta la entrada de la siguiente estancia. 

Todo establecimiento de recreo que se precie debe de tener un lugar donde celebrar banquetes y fiestas y aquella sala parecía ser el indicado. Con un toque especial. Al oeste los ataúdes se amontonaban, reposando en el suelo como si de basura se tratasen. Destrozados, cubiertos de inscripciones y salpicados de fluidos de diferentes tonalidades. Y sin cadáveres. 

El el centro, en un alarde de opulencia quizá, se había colocado un estanque de un liquido que se mantenía estoico y que dividía la habitación en dos partes. Tan solo pequeñas extremidades asomaban ocasionalmente, rompiendo así la homogeneidad de la superficie, como pececillos buscando algo de comer para volver a sumergirse. Un puente conecta ambos extremos.

Al otro lado más sarcófagos se disponían a modo de mesas de banquete acompañados por sillas de madera y otros utensilios oxidados. Sobre ellos, en abundancia, restos de cadáveres servían como las exquisiteces servidas en el Órdago de Ultratumba. Todo ello iluminado con dos lámparas de araña cuyas velas parecían no extinguirse.

Faysal se asoma por donde han ido los otros dos para echar un vistazo, pero el olor lo golpea antes de llegar, la visión del sitio le revolvió más por dentro aún.

- Pero que cosa tan macabra es está, este sitio es asqueroso e impío.

El wayang no estaba por la labor de meterse ahí, y Anochecer tampoco estaba motivado por la presencia de carne podrida, pero si la parejita se metía dentro.. pues no tendría otra que seguirlos.

Tras una extensa discursión con el autómata, Saladino se aburrió.

-Voy con los compañeros a investigar, esta cosa me da repelus.

Con muy mal criterio, el monje empezó a suspirar al entrar en la sala, llenando sus pulmones de miasma.

Footsteps estaba acostumbrado a lidiar con olores ''poco agradables'' para el resto de los humanos, teniendo en cuenta su antiguo historial.

Teniendo en cuenta que el autómata parecía una pérdida de tiempo, cosa de la que el grupo carecía, Footsteps comenzó y terminó la conversación en una frase, cosas bastante común en nuestro ya conocido salvaje:

-Debemos seguir avanzando juntos, no hay tiempo que perder en cosas inútiles- dijo apuntando brevemente al autómata- esta vez todos juntos, no sabemos lo que hay más adelante.-

Sedrik, examina como de costumbre la sala antes de entrar, y el espectáculo que puede apreciar desde la puerta es algo que le revuelve las tripas. Aún así, su mente pragmática consigue anteponerse y se hace una pequeña mascarilla improvisada con un trozo de tela que impregna en un poco de agua de su cantimplora, y se adentra en la sala en busca de posibles criaturas que quieran levantarse y utilizarle como almuerzo a la vez que examina muy bien la base del puente y las paredes en busca de posibles mecanismos ocultos....

El hedor en la sala era insoportable. Parte del grupo de pathfinders, pese a ello, fue capaz de aguantar y cruzar al otro lado del estanque. 

Desde esta posición, dos bustos dorados y también completamente mutilados observaban con mirada triste desde ambos flancos de la entrada a la siguiente estancia.