Partida Rol por web

No esperaba que cundiera la presentación tan bien. Aunque tampoco esperaba la respuesta a la pregunta de Aysha de algunos, sobre todo la de Ivanna a la cual miré cuando marchó hacia Shizu. Por otro lado me preguntaba cual sería la historia de Shizu. Pero bueno, también lo pensaba del pelirrojo buenorro el cual lo había omitido. Una vez con todo en la mesa y Aysha terminado de contar su historia, me aventuré a tocarle la punta de la nariz con mi dedo a Cameron - Tramposo. No has dicho como entraste al programa - sonreia de una forma picarona y luego volví a sentarme correctamente - Pero no tienes por qué hacerlo. Hasta a mi me ha costado decirlo. Y ni digamos a Ivanna. Tranquilo.

Tras eso tomé un largo sorbo del café y luego miré a Aysha - Así que de los aquí presentes, tu eres la menos afectada. Aunque bueno, al igual que todos has perdido algo. Pues ¿Sabes que? - Levanté la taza de café como si fuera a proponer un brindis - Que le den a mis padres, y que le den al mundo que hemos dejado atrás. Si ellos me obligaron a estar aquí, ellos se pierden a quien soy ahora. Y agradezco que gracias a ello os haya podido conocer. Hay que verlo por el lado positivo, y yo lo quiero hacer. Por nosotros y que podamos ser buenos amigos, y podamos también contar con nosotros como una pequeña familia. A fin de cuentas somos nosotros lo que quedamos del mundo que venimos, somos lo más cercano a una familia que podamos tener. - Levanté entonces la taza enfocandola al medio para que así todos me siguieran. - A veces dicen que los lideres no tienen que dar temor ni ser unos tiranos. Con unas buenas palabras, si das esperanza a todos les harás sentirse mejor

Una vez viera si los demás brindaban o no, tan solo faltaría añadir - Salud. - y a beber un poco más de café

¿gatos?, se dijo, y no es que le desagradara la idea, de hecho, estaba fascinada y dando saltitos, se fue en esa dirección, si no los encontraba, no importaba, encontraría muchos gatos, muchos gatitos lindos a los que hacer cariño o ignorar mutuamente, por eso amaba a los gatos, eran como ella. Buscó el local y sin siquiera mirar quien estaba, entró directo a la barra en donde se apoyó y miró buscando la carta. Quería un delicioso caramel Macchiato, o un mocca, adoraría un mocaccino. 

— Moshi Moshi — miró buscando al barista y luego se inclino hacia atrás, buscando a los gatos, quería acariciar un gato, e gustaban mucho, pero nunca pudo tener uno, solo recordaba el enorme gato de la señora  Fitzgerald, que vivia en el departamento adjunto, y que iba al departamento donde vivía a buscar que le diera pescado y se pasaba la tarde en el regazo de OA hasta que llegaba su ama y se iba. Sip, eso le traía paz. 

A la entrada del local hay un pizarrón con un código, es extraño pero al mirar el código es como si vierais la oferta del día "café con pastas variadas, galletas, cupcakes, tartaletas, zonas de café con gatos, solo se les pueden dar galletitas de este local, vendemos también juguetes para quien quiera jugar con ellos"

Tres cuartas partes del local, pertenencia a la zona "felina", mientras que solo una cuarta parte es utilizado como cafetería/pastelería. Unas 8 mesas para 6, en total. (A parte de la zona de barra y cocinita).

En la entrada solo con abrir la puerta, una chica te recibe y te acompaña a la barra, de hecho ni siquiera necesitas preguntar por alguien, atentas como si cada cliente fuera único, te toman nota.

En una de las mesas de 6, están Aysha, Cameron, Liz y Jess, algo más lejos en la zona para gatos están Ivanna y Shizu.

Realmente a mi no me importaba que Cameron no dijese su pasado... aunque no noté muy bien si Liz se lo había recriminado en broma o en serio fingiendo broma para que lo suelte. Fuera lo que fuese, bebí un sorbo de mi taza y fui escuchando en silencio. Cuando me preguntaron cuanto de esa "especia" quería en mi te, símplemente asenti levantando un dedo... no sabía que era esa especie de azúcar... pero tenía curiosidad por saber que era. Y cuando lo en las pastas... ufff, sabía como dos cucharadas de azúcar en el te -No tenía que haberlo pedido... ahora está muy dulce para mi- terminé pensando.

En fin, escuché a Aysha, y luego vi a Liz alegrarse por perder a sus padres y pedir un brindis... por no hacerle el feo levanté la taza junto a ella -Aunque... yo si echo de menos a mis padres...- no pude evitar pensar.

Le dijo a la chica que tomaría la oferta, sacó las cuentas y prefería ser más mesurada ahora, le habían hecho un gran favor y con eso debía hacer lo mejor que sabía hacer, conseguir oportunidades. "Oh sip, oportunidades, ship ship", canturreaba feliz, hasta girarse y encontrar a todo el grupo reunido, levantó una ceja, tenía el look distinto, su cabellera rojiza había sido remplazada por cabello corto y de color blanquecino, algo masculino si no fuera por sus grandes ojos claros y su rostro ligeramente infantil y avispado.

Chasqueó la lengua, entornó los ojos y pensó en lo que le dijeron, pero también se preguntó si habían vivido una experiencia como la de ella o se habían pasado todo ese rato de compras y bebiendo café, si era así, se compadecía de ellos, pues, OA lo había pasado genial, más que bien de hecho, era como cuando estaba en su tiempo, pero mucho más real, lo que siempre había soñado.

Sus ropas también habían cambiado, y destacaba una chaqueta con capucha y una bolsa con lo que parecía ser su ropa anterior, y algo más porque lucía algo pesado, OA llevó su mano a su nuca y agitó su cabello solo un poco, preguntándose si se acercaba o no, no porque tuviera un repentino interés humano en aquellas personas, sino que obedecía a la aventura singular que había vivido, pero decidió que no, no es que necesariamente pasara de la mayoría de los presentes, o de unos cuantos en particular, sino que realmente se le hizo extraño hacerlo, parecían haber hecho migas, y ella seguía siendo una paria. Debió obligarse a recordar las palabras de aquella persona y darles una oportunidad aunque fuese una tortura social, así que buscó una mesa más bien céntrica, así podrían verla y se puso a beber de su café llamando a un gatito que estaba dando vueltas para que se le acercara y hacerle cariño. Eso si le gustaba y hasta el momento el hecho de volver sólo había valido la pena por los gatitos.

— gatito... hola — se inclinó instintivamente pensando en los gatos que veía a una cierta distancia.

Cuando llegó la camarera, Cameron le negó con la cabeza frente a lo de recibir azúcar.
—No quiero azúcar, no. Lo tomaré así —dijo sonriendo sutil.
A continuación desvió la vista al resto y percibió como poco a poco empezaban a desayunar. Parecía mentira estar en medio de tanta calma después de la locura de más temprano. Obvio, no podía quejarse, pero no dejaba de resultarle raro.

Ni bien Aysha prosiguió a disculparse, el pelirrojo le tocó la pierna de manera breve bajo la mesa.
—No ha sido nada, supongo que estamos todos sensibles.
Luego la escuchó sorbiendo de la infusión y suspiró ante la forma en la cual fue escogida. Mas pronto debió contestarle:
—Deberíamos buscar un sitio dónde dormir... —sugirió dubitativo, no recordaba si ya lo habían dicho—. También debería buscar un médico ahora que lo recuerdo. Me he golpeado muy duro.
Dicho lo anterior volvió a beber.

En cuanto Liz le picó la nariz, este la arrugó manteniendo la sonrisa.
—Bueno... Por eso dije...
Aunque esta continuó hablando y él le cedió el espacio.

Durante el discurso de la peque, la parte de los padres disgustó al chico, aun así respetó la opinión y brindó callado.

Mientras se encontraban reunidos, Amanda ingresó cambiada y Bowie la desconoció, entonces no la saludó.

Ivanna suspiró al escuchar aquello. Realmente moría por probar algo de su tierra, pero nada que se pudiera hacer.

- Benne. Que sea la tartaleta entonces - se dirigió a recibirla e hizo una señal a Shizu para que pudiera comer. Sabía que el chico no se contentaría con aquello, pero debía alimentarse bien. No podían darse el lujo de debilitarse ahora que estaban siendo perseguidos y en un mundo extraño para ellos. Le sonrió al pequeño y le dio una buena mordida a su tartaleta.

La textura de la comida, el sabor del queso, todo aquel placer que implicaba comer invadió su paladar y le ocasionó una alegría sin igual. Hace mucho tiempo que no probaba un bocado decente, así que para ella era una sensación completamente extática.

Lágrimas bajaron por sus mejillas, lágrimas de alegría por aquello, pero ella misma no podía comprender por qué tanta emoción. Las limpió rápidamente - Lo siento. Llevaba mucho tiempo, incluso antes del arca, sin comer algo decente - y siguió disfrutando su comida en silencio.

Una chica de cabello de un color extraño entró allí y vio algo familiar en ella. Era imposible que fuera alguien de su pasado porque todos estaban muertos, pero no podía evitar sentir eso al mirarla.

- ¿Esa chica no les resulta familiar? - dijo mirándola mientras seguía disfrutando de su comida.

Me resulto raro recibir tantos besos por parte de Ivanna, en mi país ya era raro dar uno así que tres era algo único. Entonces llego la comida y por tanto ya era hora de dejar a los gatitos me daba pena pero tendría que hacerlo no sin antes dar a los mininos unas pocas galletas que habían traído y yo había recibido muy felizmente. Una vez había dado una a cada uno de los gatos mas cercanos, seguí a Ivanna hasta la mesa. Lo primero que hice fue coger las galletas y empezar a comermelas a pequeños mordiscos y entre medias de vez en cuando daba un sorbo al zumo con una pajita y una de las veces que estaba bebiendo vi a una chica extraña llegar al local, normalmente la habría ignorado pero algo en ella me resultaba muy familiar, esos ojos aunque de otro color me parecía haberlos visto ya, como decían los mayores los ojos son el espejo del alma y para mí era como si ya hubiera visto ese alma. Aunque no le dí mucha importancia y volví a mis galletas al poco tiempo. Estaban muy buenas y con cada mordisquito se podía verme una cara de felicidad máxima.

Algunas de las palabras dichas por Liz le parecieron un tanto dolorosas, pero Aysha solo hizo una sonrisa amarga y levantó levemente su recipiente para dar otro sorbo. Por su modo de ver las cosas, la castaña no podría considerarles a ninguno como familia y no se sentía ni bien ni mal por ello. Solo era su punto de vista. 

Le sonrió a Ivanna para darle ánimos, pues ya estableciendo que tuvo una vida difícil antes de ingresar al arca era obvio que comer algo así debía ser una experiencia fuerte como ella. Nunca tuvo que sufrir ese tipo de hambre y penuria, pero le alegraba que la chica lo disfrutara. La ojiverde revolvió el cabello de Shizu y cuando la otra chica entró, la reconoció al instante.

-Es Amanda-dijo para contestarle a Ivanna.

Ni tarde ni perezosa, dio un sorbo a su café y se levantó para ir con la chica que parecía estar jugando con los gatitos y ya estaba algo alejada de los demás. ¿Y ese cambio tan radical de imagen?

-Amanda, ¿podemos hablar un momento a solas?-preguntó en tono amable, no sonaba altanera ni descortés.

Al ver la cara de desanimo de todos al haber dicho aquello antes del brindis, me quedé un poco confundida - ¿Qué he dicho? ¿Acaso he dicho algo malo? Solo me refería a mis... OH, mierda... - E-eh... - No se me daba nada bien lo que iba a hacer a continuación, pero vi mi metedura de pata y tenía que sacarla de alguna manera - ¿A.. a que vienen esas caras? S-solo me refería a mi... es decir - Esto no mejora... ¿Como es capaz la gente de pedir disculpas tan facilmente? - S-seguro que vuestras familias eran increibles... al menos mejor que la mia... Yo solo... Quería decir que me alegro de estar con alguien que ahora me pueda querer... Mis padres se deshicieron de mi, con el programa. - dije terminando aquella historia que no quería contar. - Siento si lo que he dicho os ha hecho pensar en otra cosa distinta... Ya me hubiera gustado tener a alguien que me protegiera en ese momento. como vosotros. - Y luego, junto a todos los demás, mi cara se apagó, bajando la taza - Dios... ¿Esto sienten las personas? ... Pues me siento como una mierda.

Después de aquello una chica entró a la cafetería. - Los demás tienen razón, me suena, y pensando con logica y en esta epoca con todo lo que sabiamos, es Iju o... - Aysha había acertado de lleno. Me sorprendió que la reconociera tan facilmente. Simplemente suspiré - El mundo es un pañuelo, incluso doscientos años en el futuro... -  Miré a la mesa sin más pensando en lo de antes e ignorando el hecho de que Aysha fuera a hablar con Amanda, ignoraba que iba a decirle y me importaba más lo que pensara esta mesa. - Siento el brindis. - ¿Por qué te repites? - Es decir... No quería que se fuera el animo al suelo... - Cambia de tema estupida - Miré entonces a los demás y me detuve en Jessie. Había sin duda una pregunta que quería hacer a los demás pero... no sabía si a Jessie le iba a gustar, o al contrario y por sorpresa, si tendría respuesta.

Sin más la solté, como paracaidas y cambiar de tema - ¿Qué os gustaba hacer antes de la criogenización? Es decir, Ivanna has hablado antes de comida... ¿Italiana? ¿Sabes cocinar o te gusta la cocina? Ya sabeis, esos pequeños detalles. - No obstante, esta vez no empecé yo a decir los mios...

La cara de sorpresa de Ivanna fue notoria cuando Aysha mencionó que se trataba de Amanda. ¿Le habían dado una tarjeta a ella sola? Porque eso debía ser costoso.

La chica escuchó a Lizbeth, quien parecía trastabillar para enmendar lo que había dicho, al ver la reacción de casi todos allí. Decidió ayudarle un poco y responder a su pregunta mientras veía a Aysha retirarse para hablar con la "nueva Amanda".

- No sé cocinar, nunca tuve necesidad de hacerlo; pero soy italiana, así que es natural que disfrute la comida italiana. Me gusta cantar, bailar y actuar. Eso hacía antes de perder a mi familia y de la criogenización - se giró hacia Shizu y vio que el pequeño realmente parecía disfrutar su comida.

- Parece que están buenas, me alegra que las disfrutes - le sonrió y revolvió dulcemente su cabello.

- ¿Qué hay de ti? - le preguntó a Lizbeth.

Su numerito de mendiga había funcionado de maravilla e incluso la presuntuosa Lizbeth parecía haberse compadecido. Shizu y Aysha le agradaban de verdad, así que planeaba llevarlos en su camino a la cima, pero ella no había perdido su foco. Aquella extraña habilidad que el SOAN le había concedido parecía mostrar esa faceta de Ivanna un poco más. Incluso antes del SOAN, era así:

Por un lado, la idol adolescente amada por todos y a la cual todos admiraban.

Por otro lado, la hija de la mafia, despiadada y codiciosa como sus padres. Era el reflejo perfecto de su personalidad.

Esa chica Amanda no le agradaba porque era realmente odiosa y los trataba como inferiores todo el tiempo, cosa que era falsa, ya que Ivanna era notoriamente superior y no comprendía el ímpetu de Aysha por tenerla junto a los demás. En fin, debía seguir con el grupo, aún no era momento de estirar sus alas y volar al infinito.

Se mantenía apartada de la conversación del grupo, aunque sólo en apariencia, pues estaba pendiente de lo que decían para poder saber qué habían hecho, al parecer, sólo habían disfrutado de unas horas de tranquilas compras y ahora de un café, OA rodó un poco los ojos y resopló, el gatito se había acercado aún desconfiado para olisquear su mano cuando una de las chicas se le acerca y le habla espantando al gato y haciendo resoplar a la chica. 

— etto.... me enseñaron a no irme con desconocidos — le responde, haciendo evidente algo, se ubicaban, pero no se conocían, dudo que alguno de ahí pudiera decir que se conocían, pero resopló y golpeteó la mesa con sus dedos — vale vale, está bien, pero si quieres hablar sobre lo del cadáver, ya pasó el momento para recriminaciones y si quieres decirme algo sobre eso, que sea por escrito — sólo había aceptado porque la chica no había sonado pesada ni mucho menos, al contrario, sin embargo era mejor tomar salvaguardas, no pretendía justificarse por cada cosa que hubiera hecho. OA se puso de pie y tomó la bolsa con las cosas que había conseguido comprar, y en la otra mano su café, ni loca de dejar esa preciosidad a merced de los curiosos y de los amigos de lo ajeno, pues dudaba que en 200 años ya no existiera delincuencia. 

— te sigo, joven Flament — le dice, sonriendo de medio lado, dejándola caminar y buscar un lugar donde pudieran hablar, OA se preguntaba de qué podría querer hablar, estaba intrigada y si algo captaba la atención de la chica era justamente descubrir cosas. 

Vaya... parece que al final Liz se ha dado cuenta del fallo de su brindis. Y hasta esta tratando de disculparse... aunque se le nota que no está muy acostumbrada a hacerlo.

Aysha se fue derecha hacia la chica misteriosa que resultó ser Amanda con un nuevo estilo... y despues de escuchar su broma y el comentario de hablar sobre "el cadaver" con esa frialdad... note lo mismo que cuando la vi. Si, desde luego era ella -Aunque la mona se vista de seda... sigue siendo igual de mala...- pensé con muchos sentimientos encontrados aunque intentara no exteriorizarlo ni que se notase. ¿Que querría hablar con ella Aysha?.

Intenté no centrarme en eso, y escuché la pregunta de Liz sobre que habíamos en nuestro tiempo libre... esta vez ella no respondió sino que lo hizo Ivanna. Y la italiana respondio mientras miraba a Shizu con dulzura. Y ella le devolvió la pregunta a Liz. Y para no interferir, simplemente me calle para no molestar, mientras escuchaba las respuestas.

-Desconocidos o no, todos despertamos en el mismo lugar con los mismos problemas-le respondió Aysha encogiéndose los hombros y haciendo señas para salir del establecimiento-. No te haré nada, tranquila.

Y así, las dos salieron del sitio y se alejaron caminando, pero desde cierto ángulo se les podría ver conversando.

Afuera, Aysha se arrepintió de no haberse traído su café, pero no entraría con los demás solo por eso. La castaña se cruzó de brazos y de vez en cuando volteaba a ver a los otros como si de un momento a otro se desvanecieran de ahí.

-Creo que te debo una disculpa-inició la ojiverde encogiéndose de hombros-. Todos iniciamos con el pie izquierdo y la situación en general no ayudó a que nos relacionásemos bien. Cuando no te vi en la tienda de ropa me preocupé, pero esperaba que estuvieras bien... y así lo fue-sonrió cansada, pues eso era verdad.

-Y respecto a lo el cuerpo... sí, me dio asco. ¿A quién no le daría?-sus labios se torcieron en una sonrisa amarga y continuó hablando-. Parece ser que a ellos se les olvidó que entramos en un programa de criogenización debido a una Guerra, y a algunos les afectó de manera directa o indirecta, teniendo que sobrevivir con lo que fuera. Eso me hace pensar que ellos no se vieron afectados salvo por ver noticias en la comodidad de sus casas...-aunque ella pensaba que tal vez Cameron, Ivanna y Shizu sí se vieron involucrados de alguna manera, mas no tenia caso sacar a relación un tema que no le consernía-. Disculpa que no te lo tenga por escrito, pero es más rápido hablarlo.

Amanda podía ver, aunque era obvio, que Aysha y el resto ya no llevaban las botas. Sus prendas recordaban a tiempos antiguos y no le molestaba, más bien se le sentía cómoda. Su vestido y mallas le daban un aire más juvenil del que era.

-Si te dije que saliéramos... era porque... creo que es obvio lo que todos opinan de ti. Y, aunque no lo creas, porque tienes todo el derecho de no hacerlo, que me preocupas, me preocupan todos... Aunque no hice nada por buscarte. Quise contactar a LLL para que te mandara un mensaje, pero no respondió. Y supongo que el SOAN puede hacer llamas, pero ni siquiera sabía cómo llamarte-se estaba excusando, pero era lo que quería decirle-. Pero de verdad me alegra que estés aquí.

realmente pensó que serías más constructiva aquella charla, y si se hubiera dado en otro escenario, OA hubiera reaccionado de otra forma, completamente distinta a la forma en que la estaba mirando ahora tras sus espejuelos, por unos segundos miró hacia adentro, era obvio el desprecio que todos esos idiotas sentían por ella, y ahora esta chica, la volvió a mirar, decidiendo si le contraría lo que había averiguado pero realmente no lo merecían, quizás podrían conseguirlo solos.

— y me lo dices afuera para que tus amigos no sepan que te preocupas por mí... creo que gracias por tratarme como leprosa — se mordió el labio inferior y sus mejillas se pusieron rojas, no era buena ocultando la rabia y ahora si estaba enconada — ¿has escuchado eso de quien no impide el mal, se hace parte de este?... — resopla y mira a otro lado, cruzada de brazos, con las bolsas cerca de ella — pues... si tanto te preocupaba ¿donde estaba esa preocupación cuando me dijeron ladrona o asesina o prostituta?, sólo hice algo que el médico haría, y claro que me dio asco, pero me contuve y tuve suerte, estamos en un lugar que no conocemos y debemos sacar ventaja de todo, y eso nos llevará a hacer aquello que no creímos antes capaces, pero les resultó mucho más sencillo creer lo que esa idiota a la que siguen como perritos falderos que preguntarme qué onda, sabes... quédate con tu preocupación, si fuera sincera, hubiera impedido que me trataran de esa forma o me hubieras dado la bienvenida no ocultándote, eso no vale, eres de cartón chiquilla — Aysha no era responsable de lo que había pasado pero tampoco había hecho nada para evitarlo, y ahora se ganaba la molestia de OA, dejó de mirarla y pasó su mano por su nariz, sus ojos se habían llenado de lágrimas pero pestañeo unas cuantas veces para ocultarlo, no quería reaccionar así, pero realmente si le había superado, apartarla para sobarle la espalda y luego ¿qué?, volver con los amigos y dejarla apartada como una enferma. 

— fue mala idea buscarlos, se merecen todo lo que les vaya a pasar, marionetas, no serán más que eso — tomó las bolsas, tendría que explicarle a Yu que no fue paciente y que no los ayudó, y puede ser que se arrepentiría, sin embargo en ese momento no, no lo veía, no lo sentía, había aceptado como un juego, pero ahora era personal, comprendía que estaba sola en el mundo y no sería la primera vez, sabía que podría sobrevivir. La enfrentó con la mirada, ya dispuesta a marcharse por donde había venido. 

Aysha se quedó callada observando a Amanda y escuchando sus reclamos, los cuales sí tenían su justificación y si de por sí eran desconocidas, no era como que pudiera hacer algo para cambiar su punto de vista. Dejó que se desahogara y... ¿Desquitara? Sí, posiblemente era eso mismo. Le inquietó ver que parta de la templanza que había visto en ella ya no estuviera y mostrara ese lado frágil. ¿Era por las palabras que dijo o en el proceso cuando no estaban algo malo le pasó? La ojiverde ya no creía que esa pregunta se respondiera, no le vio caso intentar ahondar en eso.

-Si pedí que saliéramos no era porque yo quisiera evitar que pensaran que me preocupaba por ti-señaló sin perder la compostura ni en tono altanero. Aunque se notaba que se controlaba alguna emoción por ahí-, era porque pensé que estarías incómoda. Te quejas que se te juzgó y estás haciendo lo mismo ahora.

La castaña suspiró profundo y de nuevo volteó a la ventana, aunque su atención duró pocos segundos porque se giró par volver a ver a la chica. De verdad parecía que se contenía algo.

-Sí, no te defendí antes ni nadie lo hizo. No puedo hablar por ellos y no creo que te interese alguna excusa o justificación que no se acate a tus principios... ¿Y con idiota te refieres a Liz? Por favor, desde el principio noté que le gusta ser el centro de atención y ganar empatías por ir en contra de la "única" que se comportó diferente, que este caso fuiste tu. Si alguien más hubiera hecho algo similar estaría en la misma condición-negó con la cabeza, esto se le salía de control. Aysha recordó cuando habló con Cameron a solas y de cómo se desahogó con él, pero no era una anécdota que quisiera revelar. 

Era consciente que quería que todos estuvieran juntos a pesar de todo porque eran los únicos con los que contaban. ¿Necesidad de afecto? Posiblemente, pero era su aferro a esa realidad para evitar desmoronarse... y que Amanda fuese la víctima por malas interpretaciones conllevaba a una ruptura de su intersubjetividad. Sí se preocupaba por ella, pero el daño ya estaba hecho. Y, por impulso, sus ojos comenzaron a sentirse cristalinos.

-No se por lo que tuviste que pasar mientras no estabas con nosotros-su nariz comenzó a picarle y se limpiaba rápido, pero sus mejillas ya se coloreaban-. Y de verdad me arrepiento de no haberte defendido antes, pero como dije no creo que ninguna excusa te valga. De verdad me alegro que estés bien, me alivia que hayas querido encontrarnos....-y tuvo que interrumpirse porque su voz comenzó a quebrarse.

Aysha continuaba sufriendo por todo esto, y aunque frente a todos quería mostrarse tranquila... ella y Cameron tocaron fibras sensibles.

-¿Y ahora nos llamas marionetas? ¿Qué está pasando, Amanda? ¿De verdad crees que eres la única que lo está pasando mal? ..-y, sin poder contenerse, la castaña comenzó a llorar-. ¿Por qué estás diciendo que nos merecemos lo que nos va a pasar, eh? Yo creí, yo creí...- se calló porque su voz ya se quebraba más.