Partida Rol por web

Despertaste helado antes del alba. Sabias que no tardaría mucho en empezar a haber luz, y poco después el amanecer. Al despertar tenías entumecidos los pies, heladas las manos y temblabas por el calor que habías perdido contra la piedra. Incluso moqueabas seriamente, cayéndote las "velas" como si fuera una catarata. Deseabas un pañuelo ahora. Sería mucho pedir, pero una simpleza así de discreta, ahora sería una ayuda inestimable.

Agradeciste que lo poco que habías dormido no hubiera sido el preludio de una muerte agónica entre las fauces de algún depredador o incluso la punta de lanza de algún congénere primitivo.

Sobrepasado por las sensaciones de aquel sueño tan realista comenzaba a perder la noción de realidad.  Helado y completamente perdido sin saber qué hacer decidió que salir a calentarse con el sol era mejor idea que quedarse en el interior de la cueva.

La mañana era húmeda. La niebla densa te llegaba hasta los tobillos dificultando poder verte los pies, pero al levantar la cabeza era complicado poder encontrar o ver algo a más de una docena de metros. El sol podría calentar allí, pero sería más tarde. Además tu estómago empezaba a protestar, y claro... eso reclamaba atención con cierta urgencia.

Esa punzada en el estómago no era de un sueño.

Por primera vez lo embargo el temor primero, el miedo después y finalmente el terror.  De alguna forma comprendió que aquello no era un sueño a la vez que entendió rotunda y definitivamente que estaba muerto.  O lo estaría en poco tiempo pues no sabía como desenvolverse en aquel lugar, no había una heladera desde la que sacar alimento o un teléfono que le permitiese pedir comida a domicilio, no había estufa que encender para calentarse ni horno en el que cocinar comida.  La comprensión de aquella nueva realidad lo sobrepasó y simplemente se rindió al destino.  Se quedó allí sentado esperando que suceda lo que debía suceder.