Partida Rol por web

El twi'lek recibe el impacto al disparo de blaster del mercenario de aspecto salvaje reculando espectacularmente unos pasos hacia atrás y, tambaleándose, cae al vacío entre el sonido de los blaster.

Nakor agita levemente sus brazos indicando al resto que se dirijan al aerotaxi; mientras, el piloto observa boquiabierto la escena y no parece hacer acto de valentía ni heroicismo, ya que la puerta se cierra y tiene toda la intención de abrirse camino al flujo de tráfico en los cielos de la ciudad. (en 1 asalto)

Despues de ver como el twi'lek cae al vacio pongo una pequeña mueca de satisfaccion, y me dispongo a correr hacia el Aerotaxi. Esperando a mis compañeros.

-Chicos Rapido! - Me preparo dentro para salir a toda prisa nada mas entre el ultimo.

Eeth se interpuso entre la trayectoria de los disparos del otro fanático y sus compañeros, con el sable de luz levantado y dispuesto a desviar los disparos que hiciera. En cuanto vio que Numa se dirigía al vehículo, el padawan la siguió caminando hacia atrás y con el sable en guardia para no recibir un disparo de blaster por la espalda.

Una vez en el interior, apagaría el sable y saldrían velozmente en persecución del vehículo que restaba, la última amenaza del Mayal.

El aereotaxi parecía la opción más viable por lo que echo a correr a toda velocidad hacia allí junto al resto del equipo. Mientras estoy corriendo aún con la pistola en la mano grito a Nakor.

¡¡¡Desaloja al taxista!!! Me pondré a los mandos !!!

Sigo con la carrera para llegar lo antes posible y tomar el puesto de conductor arrancando nada mas sentarme.

Eeth y Numa consiguen entrar en el aerotaxi antes de que su piloto reemprenda el vuelo mientras el padawan rechaza varios disparos blaster que provienen del humano terrorista del Mayal. El piloto, asustado, pega un salto sobre la plataforma dejando el aerotaxi y corre asustado hacia una esquina intentando resguardarse del caos formado.

Nakor y Quaad se miran con complicidad en la distancia mientras el primero no deja de apuntar al terrorista, que se encuentra solo tras la caída libre de su compañero twi'lek.

Quaad comprende la intención de Nakor y emprende su acción...

Sigo con la carrera y la lengua fuera, nunca había corrido tan rápido desde que le tiré los tejos a la mujer de un contrabandista.

Id encendiendo motores!!!

El terrorista está solo en el brazo sudeste de la plataforma y ve como sus enemigos se dirigen al aerotaxi con intención de seguir a su jefe.

- Jamás conseguiréis evitar lo inevitable !!!! - ois como grita mientras su rostro se enbrutece y dispara con su blaster por doquier.

Esta vez intenta disparar a Quaad, que se encuentra en movimiento (-1 al ataque!). Afortunadamente, falla en su intento aunque Quaad pega un brinco espantado cuando el rayo del bláster se estrella contra el suelo metálico cerca de él. Sin embargo, el técnico continúa corriendo hacia el aerotaxi, llegando hasta la posición de Nakor, que sigue apuntando al terrorista poniéndose por delante de los rodianos. Estos a su vez gritan y sollozan al cabeza de familia, malherido en el suelo.

Quaad continúa corriendo como alma que lleva el diablo, le tengo dicho que debería hacer más ejercicio pero prefiere pasarse el día arreglando esos trastos... Supongo que en realidad es mejor así ya que ese trabajo también nos da algo de sustento.
No dejo de apuntar al humano que todavía permanece medio agachado por una de las pasarelas, pero su disparo ya falla estrepitosamente.

-¡Iros sin mí! Os alcanzaré luego- espeto cuando mi compañero pasa a la carrera cerca de mí, dejando que llegue al aerotaxi con toda la intención de que se marchen.
No me siento capaz de dejar a una familia de inocentes rodianos que sólo se disponían a hacer sus compras a merced de un terrorista armado y cabreado.

-Baja el arma y ríndete, es la última oportunidad que voy a darte- alzo la voz para que el tipo me oiga sin problemas ni excusas -Ya no vas a conseguir nada disparando, mis compañeros se marchan y aunque me mates no conseguirías nada. Aunque eso es poco probable- me permito el lujo de componer una sonrisa burlona, aunque es probable que eso provoque que realmente intente liquidarme para quedarse parcialmente "a gusto", pero debo de tener cierto complejo de kamikace porque ni me importa ni me da miedo esa posibilidad, me conformo con que el foco de sus disparos sea yo.

Subo al aerotaxi y me pongo a los mandos esperando la llegada de todos, preparandonos para salir cagando ostias - Nakor! No va con ellos si no con nosotros asi que sera mejor que te des prisa! - Le grito para que venga rapido, la idea de dejar a uno descolgado nunca me hizo mucha gracia, siempre suele acabar siendo la presa de los malos... ironico... Ademas como le dije si nosotros nos vamos ellos se van su mision ya no es aqui, ahora solo nos queda alcanzarlos.

Quaad consigue alcanzar el aerotaxi subiendo a él de un ágil salto acrobático pero acabando tirado encima del resto del grupo, de todos enos de Nakor. Todos observan la acción del mercenario como si de un delirio se tratara.

- Nakor! No va con ellos si no con nosotros asi que sera mejor que te des prisa! - Numa grita con todas sus fuerzas cuando ve que tan siquiera apunta al individuo.

- JAJAJAJAJA Estás muerto !! - grita el terrorista bruscamente.

Uno de los rodianos parece sacar un transmisor y habla agitadamente en rodiano a través de él, seguramente pidiendo una nave médica para el transporte al hospital del cabecilla de familia.

El terrorista apunta directamente a Nakor y observa a través de la mirilla una risita creída de éste que casi le resulta cómica, acaso se está riendo de mí ?.
El nerviosismo agobia al humano que vuelve a errar su disparo.

El padawan corrió hacia el aerotaxi. Las decisiones de ese tipo nunca eran sencillas, y su maestro se lo había advertido en varias ocasiones. "Llegará el momento en que te verás obligado a elegir dos caminos aparentemente iguales, pero intrínsecamente divergentes, y esa elección, cada una de esas elecciones, determinará quién llegarás a ser".

La misión era lo primero. El rodiano estaba vivo y él debía cumplir la misión. Un jedi protege la vida, pero por encima de todo protege el equilibrio en la Fuerza. El razonamiento tenía una lógica implacable, y era conceptualmente intachable, y sin embargo, no dejaba de encontrarlo vacío, como una excusa.

Aún así llegó al aerotaxi junto a sus compañeros.

- No tenemos tiempo de esperar a nadie. Debemos seguir ya a esos terroristas o los muertos serán muchos, y quizá el Canciller entre ellos. ¡Vamos!

Él no sabía pilotar, pero si alguien no se ponía inmediatamente a lo mandos, prometía por lo más sagrado que él mismo conduciría el aerotaxi.

La paciencia no era algo que sobrase en un zabrak. Todo ese espacio lo había ocupado la determinación y la voluntad férrea. Al ver que Quaad se detenía un segundo a los mandos, el padawan miró el panel de control del aerotaxi y buscó lo que parecía más probablemente el acelerador. Su ímpetu podría llevarlos a sufrir un accidente, pero en ese momento no le pasó por la cabeza otra idea que no fuera alcanzar a los terroristas.

Ante un sorprendido Quaad, se abalanzó sobre una palanca y la movió progresivamente, no del todo, pero sin aminorar, de manera que la nave empezara a moverse cada vez a más velocidad. Debía hacerlo así, la misión era salvar al Canciller y estaban perdiendo a los terroristas.

El grito de Numa llega a mis oídos pero no a mi convicción tras la risa sonora del terrorista y el intento, nuevamente, de alcanzarme sin éxito. Aunque dicen que el que ríe último ríe mejor.
Mi arma rueda apenas un par de segundos entre mis dedos mientras el brazo queda estirado, apuntándole de forma directa y con expresión ceñuda, que se relaja un poco al distinguir el sonido del motor del vehículo moviéndose y alejándose al fin de las plataformas.

Sé que pueden hacerlo sin mí... y de todas formas intentaré darles alcance pronto, quizá incluyo contribuya a un "elemento sorpresa" bastante conveniente pero por ahora tengo otra cosa entre manos.
Sujeto el blaster con mayor firmeza y sin más dilación disparo. Se han acabado las charlas, nunca han sido mi punto fuerte... Y sin embargo parece que esta vez me he despistado demasiado.

Caigo sobre los asientos un poco desconcertado hasta que el jedi toma la iniciativa para espabilarme un poco. Una vez ha arrancado tomo los mandos a pleno rendimiento mientras dedico una última mirada por el retrovisor a Nakor y los rodianos. Enciendo la radio a todo trapo para distraerme un poco ante la locura que vamos a cometer.

Joder, se está volviendo un blandengue.. un día se lo van a cargar.

El motor ruge y el aereotaxi se eleva saliendo disparado hacia los terroristas. El acelerador sube progresivamente. Al cabo de treinta segundos la velocidad está al máximo, la nave se tambalea, no está hecha para forzar tanto la maquina. Quizás no aguante, pero eso no importa ahora, sin más nos lanzamos por la vía más rápida en un caos de esquivas y adelantamientos imprudentes.

Tras llegas a los mandos Quaad, saco mi arma y disparo al terrorista que queda, si nos retrasamos el canciller puede morir pero... no pienso dejar a Nakor aki solo sin ayudarlo, por ahora el es mas importante que un jefazo para mi, dejando a un lado la maravillosa cantidad de creditos, que podremos disfrutar si el mandamas muere...

Tras el último intento de Numa por acertar al terrorista restante sobre la plataforma en un errado disparo de su blaster, el aerotaxi se mezcla en el tráfico reinante hasta que se pierde finalmente en los cielos de Coruscant.

El terrorista parece confiado y vuelve a disparar su blaster contra tí, pero no ocurre nada.

- Pero qué diablos ? - musita el humano mirando la recámara de la célula de energía. Tras ello, arroja su arma contra tí encolerizado y corre hacia tí mientras grita bruscamente como un perro rabioso.