Partida Rol por web

El estoque había atravesado por completo a su rival. Con una elegante floritura lo sacó y pateó al forjado.

-Escoria sin honor... eso es lo que eres.

Tras eso decide ir hacia Raith.

-Será mejor que te quites lo que llevas, hay que limpiar esa herida.

Mis manos tantean el interior de la mochila y me sorprendo ante la diversidad de formas que perciben. ¡Qué maravilloso descubrimiento! Desde niña siempre había soñado con una de esas fabulosas bolsas de contención en la que los grandes artífices de mi casa acostumbran a guardar toda clase de extraños prodigios.

El sonido metálico del forjado estrellándose contra el suelo me sobresalta y me hace volver a la realidad. Me recuerda más al repicar de una inmensa campana de bronce que al golpeteo machacón de los martillos en una forja. Mis compañeros han triunfado allí donde yo fracasé y son dignos de elogio pero ahora tenemos que marcharnos de aquí. Casi me dan ganas de soltar una carcajada cuando la asustada posadera se asoma para ofrecernos los servicios de su establecimiento.

—Gracias pero ya nos vamos —echo mano a mi bolsa y dejo sobre una mesa cercana un puñado dispar de monedas de todos los valores faciales antes de aclarar—: Por las molestias.

Me cuelgo la mochila de la espalda y voy me acerco a mis compañeros, asegurándome de que están lo suficientemente enteros como para salir de aquí por sus propios medios. Después me arrodillo junto a los restos del constructo y lo registro con la esperanza de que su mensajero definitivo haya quedado atrapado en lugar de escapar para trasmitir su mensaje a los refuerzos.

—Tenemos que salir de aquí y buscar un lugar discreto en el que podamos poner en orden nuestras ideas —comento con los presentes mientras examinlas petenencias del forjado—. Se aceptan sugerencias.

El forjado cae con un estruendo tremendo, incluso siendo solo uno ha costado mucho eliminarlo, si este el tipo de amenaza a la que nos enfrentamos es algo muy serio y peligroso, si a la próxima aparecen dos o tres estaremos bien jodidos, hay que moverse rápido y pronto, en eso la cannith tiene razón, aunque parezca más una bibliotecaria con ansias de aventuras que una combatiente capaz.

Me asomo por la puerta con la espada por delante para ver si nos espera algo más.

"¡Buen trabajo, chicos!" Shanna felicitó a todos por la sorprendentemente eficaz forma en la que despacharon al constructo Forjado, y felicitó especialmente a sus dos escoltas, a los que dio una especie de abrazo estraño poniéndoles una mano en cada hombro y empujándolos hacia ella. {:D} Estuvo a punto de responder que sí a la cocinera, pero Alhandra se apresuró a contestar primero, diciendo que no hacía falta y pagándole unas cuantas monedas a la mujer por las molestias del enfrentamiento. Coincidia con Alhandra con que necesitaban parar un momento para poner en orden sus asuntos, revisar la carta de Elaydren, tratar las heridas de Raith... Pero no había caído en que tal vez si se quedaban en aquella taberna atraerían a más enemigos, y causarían problemas a la pobre tabernera. Asintiendo, entonces, dijo:

"Concuerdo con vos, Alhandra. Necesitamos sentarnos a aclarar las ideas, tratar las heridas y leer las instrucciones que Lady Elaydren nos haya dejado. En cuanto al alojamiento..." sonrió con orgullo, y se puso la mano en el pecho, señalándose: "Estamos en Breland después de todo. Jejeje... ¡Y yo soy la Princesa de Breland! Aunque Sharn esté lejos de Wroat, la capital, estoy segura de que cualquier familia y casa, noble o plebeya, estará más que dispuesta a dejar entrar y pasar la noche sin ningún coste a un miembro de la familia real, y su séquito."

"Podríamos ir a la Torre Barth, de la Casa Cannith, en los barrios altos de la ciudad. Allí es donde mi pequeña corte, mis criados y yo nos hemos estado alojando estos días." se cruzó de brazos y miró hacia arriba, en actitud pensativa: "Me hubiera gustado visitar la Mansión de los Tain, en el Distrito del Cielo, pero por no sé qué asuntos mis cortesanos dijeron que sería mejor honrar a la Casa Cannith con nuestra presencia..."

"Oh, y Raith..." sacó la poción de uno de los bolsillos del cinto y se la ofreció. "Tomad, para vuestras heridas. Llevaba media batalla intentando daros esto, ¡ja ja! Pero en medio de la batalla acabó resultándome no tan sencillo hacerlo..." se rascó la cabeza un tanto avergonzada.

Una vez terminamos con el forjado, puedo respirar con aliviado....no era Sable finalmente pero aun así había costado lo suyo terminar con la metálica criatura. Miro a la criatura metálica y espero que en cualquier momento una bola dorada salga de su pecho.

- Tienes razón Edirél, pero si tenemos que movernos tendremos que dejar mi estado de salud para mas tarde. Saqueemos a los caídos y saquemos lo que podamos de ello.

Era la vida del mercenario, luchar, sobrevivir y saquear los despojos del enemigo. Así vivíamos día a día y unos aveces siquiera teníamos suficiente para comer. Alhandra y Shanna tenían razón que quedándonos en la taberna solo traeríamos mas y mas problemas a la tabernera. Shanna me acerca una poción de curación, con eso me libraría de parte del dolor y sería una carga menor en nuestro camino hacia otro refugio.

- Gracias señorita, con esto me repondré enseguida. En cuanto nuestro refugio...quizás ir hasta el primer lugar donde Alhandra, Threkor y yo pasamos nuestra primera noche en la ciudad (primera taberna de la partida).

El combate había acabado. Quizás el grupo nuevo nos fuera de más ayuda de la que inicialmente pudiera haber pensado. Elaydren había desaparecido sin dejar rastro, solamente la mochila que había tirado a Alhandra.

Alhandra tiene razón. Raith, coge lo que creas que podamos necesitar y salgamos de aquí de inmediato. No quiero que nos vuelvan a coger por sorpresa. Quizás deberíamos volver a la oficina donde hemos dejado a la gnoma. Allí quizás podamos estar tranquilos de momento para mirar dentro de la mochila y decidir el siguiente paso.

Me sorprendo al escuchar a Shanna afirmar que es huésped de la Casa Cannith sabiendo como sabe quién soy yo. O bien dice la verdad, o bien es la más desvergonzada farsante que he conocido jamás. En cualquier caso, tengo la sospecha de que los míos están involucrados en todo este asunto más de lo que a ninguno de nosotros nos gustaría, de otro modo no se explica que Elaydren acudiera a nosotros en lugar de a figuras más destacadas de la familia, tal vez incluso al mismísimo lord Merrix. Es por eso por lo que no encuentro acertada la sugerencia de buscar la protección de mi Casa a pesar de desearla tan desesperadamente.

El planteamiento de Threkor me parece descarado y valiente, tan fiel al estilo de mi amigo. Desgraciadamente yo no soy tan impetuosa y creo que ocultarnos a simple vista puede ser una opción que nos salga tan increíblemente bien como terriblemente mal.

La propuesta de Raith me parece sencillamente brillante. Muy pocas personas, incluidos un agente de la máxima confianza de Elaydren y el sargento Dolom, saben que estuvimos allí hace semanas. ¿Por qué nadie iba a pensar que regresaríamos a "La Buena Taberna"? Allí fuimos tratados con hospitalidad y espero que no necesitemos abusar de ella.

Así se lo expreso a mis compañeros, instándolos a ponernos en marcha de inmediato hacia ese lugar.

Alhandra se inclina sobre el cuerpo caído del forjado. khala se asoma por la puerta del Yunque Roto dándole cierta protección. la tormenta está disminuyendo en intensidad y ahora mismo una fina lluvia cae sobre las calles y puentes de Sharn.

Lo primero que descubre la Cannith es que no existe ningún mensajero definitivo en este forjado. Al menos, en este aspecto, es diferente al resto de forjados a los que se enfrentaron hace un par de meses. Entre sus cosas encuentra una espada larga de excelente calidad, una ballesta con 6 virotes y poco más. Viste una capa y ropas raídas.

Shana le entrega una poción de curación a Raith quien se acerca para echar una mano a Alhandra.

No sé si sentirme decepcionada o aliviada de que este forjado no llevara consigo ningún mensajero semejante a los que hallamos en los constructos a los que nos hemos enfrentado anteriormente. Lo que sí lleva y agradezco son la media docena de virotes de ballesta que acaban sumándose a mis escasas existencias; estoy segura de que les encontraré un uso más temprano que tarde.

Lo que no sé es que hacer con la espada. Evidentemente es de buena calidad pero no tenemos tiempo de buscarle un comprador y en mis manos seguramente resultará más peligrosa para mis aliados que para mis enemigos. Así pues, no dudo en ofrecérsela a cualquiera de mis compañeros que se sienta predispuesto a manejar esta clase de armas.

Parece que de todas las opciones, la de Raith de dirigirnos a la taberna, fue la que más gustó a todos.

De acuerdo chicos. Vayamos a la taberna. Un lugar conocido y seguro nos vendrá bien ahora mismo.

Tras hablarlo brevemente entre vosotros tomáis una decisión. La posada en la que se alojan Alhandra, Raith y Threkor puede ser la mejor opción para reuniros. ¿Quién iba a pensar que tras escapar de un combate con el enemigo os refugiéis donde siempre lo habéis hecho...?

El camino, guiados por Threkor, os lleva a una zona en la que las torres están realmente próximas entre ellas.Parece que si alguien saltase  lo suficientemente fuerte llegaría a estrellarse contra el otro muro antes de continuar su larga caída hacia abajo. Pero el solo hecho de pensarlo os provoca una fuerte sensación de vértigo en la boca del estómago.

 Las escaleras recorren los gruesos muros de las torres entre grandes balconadas. Ahora mismo incluso los que sois de esta ciudad tendríais problemas para desandar el camino. Si es cierto que en esta zona hay una posada debe de estar realmente escondida.

Un puente os lleva hasta el centro de una torre. Allí un pasaje parece atravesar la torre de lado a lado como si de una calle se tratase. A izquierda y derecha pasáis varias puertas y algunos locales cerrados debido a la intempestiva hora. Hay varias luces siemprebrillantes que iluminan suficientemente el callejón dándole un aspecto bastante acogedor. A medio camino veis una gran puerta de roble de dos hojas con un cartel en el dintel en el que puede leerse: " La Buena Taberna". Es tarde. Entráis.

 El interior es acogedor. Hay varias mesas, algunas de ellas separadas por unos paneles de madera. Un fuego calienta el lugar y seca algunas prendas que están colocadas junto a él. Stan, el gato naranja de la posada, camina entre las mesas cercanas al fuego buscando otro sitio cómodo en el que echarse otro rato.

Norman, el posadero , se acerca a vosotros.

     -Casi iba a cerrar ya...- os dice ojeroso. Luego parece darse cuenta  de que algunos de vosotros estáis heridos. Espera a que entréis todos y cierra la puerta detrás de vosotros-. Cerrado. En la barra y junto al fuego he dejado un par de ollas con los guisos que han sobrado hoy. Vigilad al gato...- os dice mientras empieza a subir las escaleras que llevan a los pocos dormitorios que tiene la posada-. Lleva toda la noche intentando acercarse a la comida...

 El felino parece escuchar el chivatazo de su dueño y se tumba rápidamente en la esquina de la mesa esperando convenceros de sus inocentes intenciones. 

Os encontráis solos en el salón. Por fin podéis empezar a sacar el contenido de la mochila...

Bolsillo Central: 80 flechas, 80 virotes, 50' de cuerda de seda, 6 petates, 6 odres de agua llenos y raciones de comida para tres días y seis personas.

Bolsillo derecho: 1 linterna siemprebrillante, 1 juego de pedernal y acero, material de curandero, 5 antorchas y 3 sacos.

Bolsillo izquierdo: Una carta sellada, 3 viales de agua bendita, 3 pociones de curar heridas leves, un diminuto cetro de metal azul de 3'' de largo con un zafiro incrustado en un extremo, 1 saquillo con 150 p.p, 1 pequeño cofre con 500 p.o y 6 cartas que parecen ser documentos oficiales ( podéis leerlos).

Todos sois conscientes de que la carta sellada es de la dama Elaydren. Y este es su contenido...

"Amigos míos,

El objeto que recuperasteis para mí de las ruinas bajo Sharn es un esquema, un pedazo de un patrón mayor empleado para crear objetos mundanos y mágicos. He sabido que había otro esquema relacionado con este patrón, que estaba siendo estudiado en un laboratorio secreto de la casa Cannith en Cyre, llamado Albohogar. Me pregunto si esas investigaciones están relacionadas con el día del Luto...

Algunas facciones de mi propia familia desean este patrón para sus propios fines maléficos y no sé en quien confiar. Por eso acudo a vosotros. Necesito que viajéis a Cyre, encontréis el laboratorio y recuperéis el segundo esquema.

La ubicación de ese laboratorio era un secreto bien guardado que se perdió cuando el patriarca de la casa Cannith murió en la destrucción de Cyre en el Día del Luto. Pero existe una facción de la casa Cannith en el pueblo de Cantera Carmesí , en Darguun. Allí podréis recuperar un registro de todos los laboratorios secretos de los Cannith.

Buscad  a un hombre llamado Failin en el mercado Sangriento de Rhukaan Draal. Él podrá conseguiros transporte hasta Cantera Carmesí. Desde allí viajad hasta Cyre...hasta Las Tierras Enlutadas para encontrar Albohogar y el segundo esquema.

Este "esquema" es una placa de adamantita con forma de rombo y del tamaño aproximado de la palma de una mano humana. Una vez recuperada volved a Rhukaan Draal donde me reuniré con vosotros. Por favor...seréis espléndidamente recompensados por vuestro valor.

Dama Elaydren. "

Tras tomar la poción de nuestra pequeña noble, las heridas empezaron a cerrarse y una sensación de energía recorrió mi cuerpo, aun así no estaba del todo recuperado. Recorremos con cierta velocidad el camino que nos lleva a "La buena Taberna", cada día la veía mas como un hogar, el abrir la puerta y oler el su aroma característico me sirvió para calmar las emociones vividas durante esta noche. 

- Buenas noches Norman, cualquier cosa que puedas servirnos a esta hora es de agradecer.

Mientras mis compañeros revisaban el interior de la mochila dejada por Elaydren, aprovecho el tiempo de descanso para limpiar la armadura y afilar el tangat, el forjado había dañado tanto una cosa como la otra. La carta que acompaña a la mochila nos deja claro que otro complicado viaje nos aguarda y que Elaydren confiaba que todo el grupo seguiría junto.

- Si nos toca ir de excursión lo mejor será prepararse, si el forjado que nos atacó es una muestra de lo que debemos esperarnos....vamos a necesitar muchas pociones. 

Nunca deja de sorprenderme el increíble sentido de la orientación de Threkor. Puede que Sharn sea mi ciudad natal y él un forastero aquí, pero eso no evita que yo me sienta como en un auténtico laberinto en cuanto me alejo unas pocas manzanas de mi casa.

El pícaro nos conduce infaliblemente hasta "La Buena Taberna" y allí somos cálidamente recibidos por el corpulento Norman y su acogedora posada. Resulta reconfortante estar en un lugar tranquilo y prácticamente incógnito donde los únicos oídos indiscretos son los del anaranjado felino que nos observa con somnolencia.

Vacío el contenido de la mochila encantada y mi asombro no dista del de mis compañeros cuando comienzo a llenar una mesa tras otra con los objetos allí guardados. Los devuelvo todos a su interior y dejo fuera únicamente la carta y los documentos oficiales antes de comenzar a leer en voz alta.

El texto confirma mis peores temores de que la Casa Cannith está dividida acerca de qué uso darle al artefacto que recuperamos y eso nos obliga a redoblar nuestra discreción. Nunca he sido una estudiosa de la historia y por eso los lugares y acontecimientos que menciona la carta apenas si significan algo para mí. Lo único que está claro es que tenemos que encontrar otro fragmento del esquema cuyo emplazamiento descubriremos en el pueblo de Cantera Carmesí.

A continuación, echo un vistazo a los documentos oficiales que Elaydren ha adjuntado a nuestro equipaje. Acto seguido, me pongo a examinar el cetro de metal azul en busca de alguna esencia mágica que pueda detectar.

Esta noche estoy empapada y cansada. Sólo quiero irme a la cama pero me temo que estoy demasiado inquieta como para conciliar el sueño de modo que me ofrezco a reparar la armadura de Raith para mantener mi mente entretenida. Para mí no es más que un juego de niños.

—¿Alguna sugerencia de cómo llegar hasta Rhukaan Draal para buscar a ese tal Failin? —pregunto, mientras el acero se recompone doblegándose a mi voluntad.

Llegamos hasta la taberna sin novedad, por el momento la amenaza ha disminuido, pero alguien nos tuvo que ver combatiendo con el forjado y los kobolds, cuanto antes estemos en movimiento mejor.

Dentro de la nueva taberna, parece que el dueño esta acostumbrado a lidiar con grupos a deshora y ser discreto, algo bueno para recordar.

Después de un buen rato vaciando la bolsa mágica, se ve que se toman muy serio lo de ir a por ese esquema, pero en cuanto a la parte de ir a Darguun y luego ir a las tierras enlutadas, eso es un asunto serio y no se si nos incumbe, me acerco a la princesa para hablar en susurros con ella.

- Señora queréis ir a esa zona con ellos? Darguun y las tierras enlutadas son zonas agrestes y peligrosas.

Llegamos a la taberna sin más contratiempos. Me había acomodado bastante a la ciudad, y para mí, aquellas calles ya no suponían un reto. Había aprendido a orientarme por sus calles a la perfección.

Al acercarnos, el buenop de Norman, estuvo a punto de echarnos, estaba cerrado, pero nos reconoció y vio el estado en el que nos encontrábamos y nos dejó pasar de inmediato. En seguida, nos ofreció todas las atenciones de las que era capaz y nos ofreció bebidas calientes y materiales de curación.

Alhandra leyó la carta que Elaydren nos había dejado en la mochila y veía como su cara se iba descomponiendo poco a poco, a medida que avanzaba en la lectura. Su Casa estaba inmersa en una lucha de poder a causa del artefacto misterioso del que habíamos conseguido una parte del diagrama. Parece que nos tocará viajar de nuevo.

Contestó el agradecimiento de Raith por la poción con una sonrisa feliz. Ella no era una luchadora, así que en las batallas no podría hacer mucho (¡para eso estaban sus leales guardaespaldas!). Pero le alegraba haber podido ayudar aunque fuera animando a Elaydren y Edirél y curando las heridas de Raith. Y hablando de Raith, su propuesta de tomarse el respiro en una taberna cercana resultó ser la victoriosa, les gustó a todos, ya que era un lugar que les cogía cerca, donde no tendrían que dar demasiadas explicaciones y donde además podrían estar seguros. Nada más llegar, el barman les dijo que iba a cerrar. No obstante, el buen hombre vio el apuro que tenían y les dejó estar. Lo primero que hizo Shanna fue acercarse a Stan, el gatito, para acariciarlo. Le encantaban los animales, después de todo, ¡y no podía resistirse a un adorable gatito!

Cuando era pequeña alguna que otra vez le había dado por jugar con las criadas a 'ser la hermanita de ellas'. Lo cual no significó precisamente que ayudara a limpiar ni a otras tareas vulgares, sino que más bien hacía de ayudante del cocinero, y después empujaba el carrito (eso sí, con supervisión) con el desayuno directamente a la habitación de sus padres. Se acordó de esto cuando se vio a ella misma, UNA PRINCESA, sirviéndoles a todos un cuenco con estofado como si fuera una criada o una camarera. "Oh, cuando tenga ocasión, juro que contrato a un chico o chica de los recados, ¿dónde se ha visto una princesa con sólo guardaespaldas y ni un solo sirviente?" exclamó en voz alta en tono de broma, dirigiéndose a nadie en particular. "No encontraba cerveza ni el vino... y no quería trastear demasiado, así que bueno, he traido una jarra de agua." se sentó al lado de Khala y Edirél. "¡¡Oooh!! ¡Cuántas cosas!" exclamó, mientras que Alhandra revelaba el contenido de aquella bolsa maravillosa que parecía no tener fondo alguno. "Oh, uh... ¡vaya, una linterna mágica! Y... y... ¿y este cetro tan bonito?" vio que los guerreros se estaban repartiendo las armas y la munición. "¿Me puedo quedar el cetro?" preguntó ilusionada, ¡era verdaderamente hermoso! Aunque no tenía ni idea de para qué servía. Si es que servía de algo. Lo mismo sí y era alguna cosa de Artífices, algo de la Casa de Cannith, y por tanto tal vez y solo tal vez sería mejor que lo llevase Alhandra, pero si no...

Una vez leida la carta de Elaydren, Alhandra preguntó:

—¿Alguna sugerencia de cómo llegar hasta Rhukaan Draal para buscar a ese tal Failin? —

"Uh... ¿De cómo llegar a... dónde?" Auch, ...debería haber estudiado geografia en lugar de perder el tiempo jugando a aprender aquel truco de magia de llamaradas que tanto le gustaba... -¡Tonta Shanna Alethia! ¡Tonta!- pensaba, cuando Khala la apartó un momento para susurrarle al oído que acompañarles no era una buena idea, que las tierras de Dur...dar...Darguun eran peligrosas. Uh oh... Tan distraida que había estado con la aventura que no había pensado en eso. Aún así... "Pero no puedo abandonar a Lady Elaydren sin más, Khala... ¡Es mi amiga! ...O bueno, vale, reconozco que más bien me gustaría que así lo fuera... De-de igual forma, no podemos hacer oidos sordos a lo del Esquema. Si tanta gente está disputándoselo, es que es peligroso. No podemos dejar que caiga en malas manos."

Raith examina la espada del forjado y os sugiere sacarle algún tipo de partido. Tal vez alguien pudiese usarla o podríais venderla para conseguir algo de oro. ¿Cuanto? Habría que examinarla detenidamente porque ,es de una buena calidad evidentemente, y el filo es excelente. Cuando se blande el aire parece emitir un silbido a su paso. Es un poco extraño...hasta diríais que es cálida al tacto...

Alhandra examina los documentos. Tienen sellos oficiales de las Casas Orien y Lyrandar. Sin duda se trata de cartas de crédito para obtener el paso por Rhukaan Draal. Parece que la elaydren ha preparado esta mochila con auténtico previsión.