Partida Rol por web

Flogdegnurt se rascó la cabeza intentando comprender lo que el noble quería decirles. Hablaba con un aplomo que hacía que sus palabras pareciesen tener sentido, sin embargo no creía que estuviese entendiendo lo que Cavar estaba haciendo. 

-Nozotroz apoyar Cavar-dijo Flogdegnurt encogiéndose de hombros-No creo que Cavar modere. Cavar lucha. Cavar libera ezclavoz. Pero zi zolo libera humanos perderá apoyoz de ezclavoz para ganar apoyoz de noblez. No creo que Cavar interesa.

Varag no tenía dudas de que llegado el momento, cuando tuviese que elegir entre el Poder y la libertad, Cavar elegiría lo primero.

A mí me gusta eso? No, no me gusta, no me gusta. ¿Eso es un motivo por el cual podemos permitirnos decir: “Ah, ¿pues entonces no trabajamos con Cavar”. No, creo que es más efectivo lo que estamos haciendo. El objetivo principal es salvar a los Reinos del sur. - se recordó el orco. Al oír hablar a Flog y antes de que Norm metiese la pata, se apresuró a decir:

No dudo que Cavar tomará la decisión correcta para el éxito de el y los suyos. Vayamos al duelo y acabemos con esto cuanto antes. Seguro que Lord Bergan tiene trabajo por delante para organizar los suministros y nosotros debemos llevar las buenas nuevas a Cavar. 

Norm contempló como remataban al demonio y se centraban en —¿Limitar a los humanos sólo? Me temo que Cavar y su ejército no funcionan así, pero veremos. Si la rebelión de los esclavos llega a todo el Imperio, quizá acabéis teniendo un sistema más justo y más próspero. Si yo fuera un esclavo haría lo mínimo por mi amo y lo máximo por no trabajar, y dudo que el resto sean diferentes. 

—Pero ahora toca un duelo —Norm tomó la cabeza al Demonio muerto—, dale recuerdos a Brazzis —dijo pinchándola en su espada. —¿Me dejas el escudo, Varag? Hacía meses que no peleaba cuerpo a cuerpo y estoy recordando cómo se hace. 

Flogdegnurt no acababa de entender porque enfrentarse a un duelo si podíamos tender una emboscada y darle muerte a ese hombre horrible sin necesidad de asumir riesgos. Intentó disuadir a Norm, aunque sabía que lo hacía en vano.

-Estás loco si quieres ir a duelo cuando puedes hacer emboscada-dijo Flogdegnurt-Yo pido tu piensa y haz lo mejor que tu sabe. Esconder y disparar. Tú loco si haces otra cosa. 

Claro, Norm, ya no lo uso. Seguro que estás bien para luchar? Esas heridas eran graves. Aunque Abot te haya curado seguro que duele.

El humano parecia decidido y Varag habia aprendido a no ponerse entre Norm y lo que tuviese entre ceja y ceja, asi que no insistió.

Bastia, con las espadas aún desenfundadas, se giró cuando el noble hizo la clara distinción entre humanos y no humanos.

Iba a preguntarle si no acababa de ver lo que un grupo de no humanos acababa de hacer, máxime cuando había sido ella misma la que había tumbado a aquel demonio, pero optó por mantenerse en silencio para no terminar con un decapitado más en aquella sala.

Cojamos su arma y armadura. - dijo chasqueando los dedos hacia Ragnar, para que le ayudara con la tarea. - Quizá alguno de los esclavos pueda usarlas para luchar...

- Cojamos la armadura y la espada ... aunque no se si sera lo mejor, pero tambien la cabeza ... tal vez los nobles cuando vean la cabeza de un demonio arrancada de su cuerpo, decidan cambiar de bando inmediatamente ... , por cierto ... no se si el noble va a usar a otra persona para luchar tal vez podria lucha alquien diferente ..., aun asi ... si el no lucha, deberemos matar al noble igualmente ... -

vacio el saco de harina y meto la cabeza del demonio dentro de ella

Espera, Ragnar! - dijo Varag cogiendo el saco antes de que vertiese todo sobre el suelo de cualquier manera dejandolo todo perdido. Cogió los cadaveres de los demonios y los apiló. Despues, esparció la harina por los charcos de sangre para que empapase. - Asi se limpiará mejor. -le dijo al noble. - El arma es de acero de sangre. Espero que no penseis llevarlo por ahi. Deberia ser destruida.

Lo que no podemos es dejarla aquí. - respondió la brinchie asintiendo a la propuesta de Varag. - Desconozco la forma de destruir ese metal...

Bergan hace un gesto a uno de los guardias y varios esclavos aparecen rápidamente con cubos y agua caliente preparados para limpiar la habitación. Esta claro que el noble esperaba este resultado... o al menos uno con abundante sangre que limpiar.

Los exploradores recogen la cabeza de M'gog y su arma y abandonan la habitación, el noble les sigue de cerca.

Los pasillos del palacio están alborotados. Todos los esclavos parecen hacer sus tareas lo más cerca posible del patio del castillo. Los nobles, los soldados, artesanos y otros hombres libres compiten sin disimulo por los lugares con mejores vistas al centro del patio.

Allí en una esquina, el noble de la noche anterior hace ejercicios con una espada mientras varios esclavos le pulen y preparan la armadura. A su lado un adolescente muy parecido a él, seguramente su hermano menor hace bromas a su lado.

- Es mejor que no juegues con él. Una victoria rápida es más impresionante - comenta - Aunque igual puedes intentar desarmarlo en unos segundos y luego perseguirlo y humillarlo delante de todos. Y luego podemos hacer azotar al gato insolente ese...

- Cierto, cierto, estoy seguro de que va a ser muy rápido - comenta en voz alta uno de los soldados presentes en la batalla de Ragnar durante la noche mientras apuesta fuertemente por Norm.

A medida que Norm y el resto del grupo se acerca al patio se va haciendo el silencio y todo el mundo se aparta.

Flogdegnurt miró de reojo al noble al pasar. Parecía demasiado seguro de si mismo. Claro que Norm también. Lo que le preocupaba es que hasta donde sabía, su compañero era un excepcional combatiente con el arco, pero no lo era tanto con la espada. El enfrentamiento directo suponía asumir un riesgo innecesario. Por otro lado, no cabía duda que una victoria en un duelo singular podría hacerle ganar reputación y prestigio, que nunca estaba de más. 

El goblin siguió a Norm hasta el lugar donde habría de tener lugar la contienda y esperó a recibir instrucciones. 

Norm estaba perdido de sangre. Suya en su mayor parte, todo había que decirlo, pero también del demonio. Los gatos habían hecho un estropicio. 

Miró a Flog. —No te preocupes. Si me mata, véngame una noche de estas... pero según mi instructor, la espada también se me daba bien. 

Se adelantó y bostezó, apretando las correas del escudo*. Recordaba la instrucción sobre como usarlo en combate personal o en grupos.

—Acabemos con esto cuanto antes —musitó arrojando en el centro del patio la cabeza del demonio**

Miró al noble, casi no se acordaba de él.

—Bueno, vamos allá. ¿Te gusta leer? 

Cuando Norm deja caer la cabeza en medio de la batalla se hace un silencio aún mayor. Varios nobles miran de reojo al depositario de las apuestas, y el que va a luchar cruza una mirada con el adolescente. Finalmente mira a Norm y le dice:

- Si crees que me vas a asustar estas muy equivocado. - mientras habla prepara su escudo y su brillante armadura llena de cabezas de demonios - Hoy es tu última mañana sureño.

Con esas palabras se acerca a Norm y empieza a hacer círculos a su alrededor y probarlo con golpes rápidos e inofensivos de su arma.

Norm decidió dar algo de espectáculo y sólo aporreó brutalmente el casco del noble. 

—Yo sólo preguntaba si te gustaba leer. 

Una idea comenzaba a pasar por su cabeza. —¿Tienes muchos esclavos?

Norm parecía seguro de sí mismo. Quizá demasiado. Pero Flogdegnurt temía por su amigo. Testarudo como era, no quiso aprovechar su mejor oportunidad para deshacerse del noble. Sin duda, al enfrentarse en duelo al enemigo su victoria tendría más efecto entre los nobles del castillo, pero estaba asumiendo riesgos que no debía asumir. 

Todo lo que podía hacer el goblin era observar a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos, cosa que hizo en silencio, sin perder detalle de lo que sucedía. 

Vigila que nadie trate de interferir. - susurró Bastia a Abot, sin terminar de fiarse del todo que no hubiese ningún otro arcanista más allá de aquel demonio.

¡Venga, Norm, date prisa! ¡Que decapitar a ese demonio de pacotilla me ha abierto el hambre! - aunque no le gustaba entrar en juegos de palabras o usar argucias provocadoras con sus enemigos, quería dejar claro que había sido un puñado de no humanos quienes habían vencido a la Llama en aquel castillo.

Aprovechó a mirar al público allí reunido para asegurarse que no había arcos o dagas listas a ser lanzadas contra Norm.