Partida Rol por web

Finalmente el grupo logra alcanzar las Paredes Orientales sin problema. El viaje por las montañas es más complicado, con peores caminos y zonas donde es necesario atravesar roca viva, pero excepto por algunas minas en la lejanía que muestran actividad, el resto es un desierto.

Siguiendo las indicaciones de Frank no tienen problema en alcanzar la mina abandonada. En un primer vistazo no parece mucho más que eso, un agujero en la tierra completamente desierto.

Por suerte no tienen que internarse mucho en la mina hasta que un variopinto grupo de harapientos les da el alto:

- Alto, ¿quien va? - pregunta un humano esmirriado que parece el líder del grupo. Media docena de humanoides de las más variadas razas se colocan como con miedo tras él. Todos son flacos, claramente mal alimentados y pobremente armados. Solo uno de ellos lleva una armadura de soldado del imperio, pero le queda claramente grande.

- Soltar las armas lentamente y daros la vuelta - ordena el humano intentando que no se le note el sudor que le corre en abundancia por la frente.

Veo como el hombre esta ordenando ... no tiene armas ... no tiene fuerza ... esta claro que eran esclavos .... y queria aparentar mas que otra cosa ...

Sin hacer mucho caso ... en todas manera no tenia armas ...o casi ... me acerco lentamente hacia el hombre - Hola ... dinos primero tu nombre .... y solo tal vez ... dejemos nuestras armas ... yo soy Ragnar ... y mis amigos y yo estamos buscando a alguien ... tal vez seas tu ... sino ... quremos hablar con el lider ... de ... esto? - digo de forma tranquila abriendo mis manos en señas de que no tengo ningun arma ... aunque se podia ver con claridad que tenia garras de felino.

Ragnar había tomado la palabra así que Yabiz se limitó a depositar su lanza en el suelo y a darse la vuelta con las manos levantadas. Estaba seguro de que si aquel soldado improvisado se atrevía a atacarles, Ragnar le reduciría antes de que lograse aproximarse.

Ya dando la espalda al grupo de humanoides harapientos, Yabiz torció el gesto y vocalizó sin voz al resto de sus compañeros ¿Vamos a hacer un ejercito con... ¡esto!?

Norm respondió a Yabiz en voz baja. 

—Qué quieres que te diga. Al menos tienen valor de vigilar como les habrán ordenado. Algo de comida y equipo y podrían ser soldados decentes. —no concebía otra posible situación, en la que seis soldados se enfrentaran a un grupo de ocho de aquella manera. 

Ya se dirigió a los esclavos huidos. —Calma. Es como mi compañero dice. No creo que nadie sea tan estúpido de soltar las armas por aquí, pero no os deseamos ningún mal. Vuestro jefe nos está esperando. 

-Oz auguro mal final zi trata así a aliados. No zoltaré mi arco. Zi quierez pelea, pelearemoz, pero mejor calma y leva a vuesztro jefe.

Flogdegnurt mantenía su pose digna y una flecha apoyada sobre el reposaflechas preparado para ten dar lo si había falta hacerlo.Un capa gris no se rendía así como así.

Ur-Hakon decidió avanzar en dirección al grupo de esclavos, no dijo ninguna palabra, se coloco su porra de ogro [Ogre club] al hombro y se situó al lado de uno de sus compañeros.

Si había pelea quería ser el primero en entrar, si es que el hambre no acababa con ellos antes.

Los libertos. - dijo Bastia hacia quien tenía a su lado y, al darse cuenta que era el ogro, ladeó un poco más la cabeza y añadió a modo de explicación. - Ex esclavos.

Ni se le pasó por la cabeza soltar sus espadas tribales, de hecho colocó las garras sobre los pomos de las mismas y tamborileó con las uñas mientras valoraba a aquellos pobres diablos.

Estamos mejor equipados, tenemos más experiencia y sabemos trabajar en equipo. - dijo Bastia por su parte. - Podemos enseñaros por las buenas o por las malas pero creo que no tenéis tiempo para lo segundo.

Abot recordó lo que solía decir un antiguo sargento que tuvo durante aproximadamente medio año en el Sur, aunque consiguió reprimir una sonrisa.

Aún encapuchado avanzó con las manos extendidas hacia adelante e hizo un gesto con las palmas hacia abajo. No pudo evitar repetir la antigua fórmula...

- Vamo a calmarno

Tras eso echó también la mano atrás, a sus compañeros

- ...todos. Está claro que no queréis meteros en problemas con vuestros jefes, pero tampoco sería muy inteligente jugaros la vida contra ocho guerreros mucho más experimentados que vosotros, uno de ellos un ogro y dos brinchies que pueden despedazaros incluso aunque os obedezcan y no toquen sus armas. 

Señaló a Norm y continuó. - Uno de vosotros debería ir a avisar a Olav, queremos hablar con él y probablemente nos espera. Él lo acompañará, para asegurarse de que no pierda la calma... ¿te importa Norm?

Varag miró al grupo de harapientos que les cerraba el paso e hizo una mueca de desagrado. Se sentó pesadamente en una roca, dejando su arma a su lado y bebiendo de su cantimplora. Poco había que añadir a lo que decían sus compañeros. 

La idea de esperar apoyado en una roca de Varag era bastante mejor que la suya de esperar de pie y de espaldas a lo que sucedía. Yabiz se aproximó al orco, se apoyó junto a él y sacó tabaco que le ofreció. Antes de encender la pipa, hizo un gesto a los humanoides harapientos por si ellos también querían. Entendía que para ellos conducir hasta su campamento y hasta su jefe a unos desconocidos armados era una decisión dificil y que necesitaban algo de tiempo para decidirse.

Norm miró a Abot y asintió. —Siempre que no esté a varios días de camino, éste es mal lugar para esperar —el plan tenía cierto sentido... siempre que el jefe de los libertos (nueva palabra para Norm) estuviera cerca y fuera la persona que fueran a buscar. 

Miro al resto ... y los endebles libertos .... no decian nada ... asi que contuve mi deseo de lucha y dandome la vuelta ... - Si quereis hacer eso, OK, pero 10 minutos y si no volveis con ese tio, entraremos por la fuerza ... esto me esta cansando y tengo ganas de zurrar a alquien ya - digo algo mal humorado ... tenia poca paciencia y el camino habia sido aburrido , me dirijo hacia donde esta el Orco y me siento ... tomando un sorbo de mi cantimplora.

- VAMOS ... NO TENEMOS TODO EL DIA .... -

Desde detrás de los libertos aparece un grupo de tres hombres que se acerca a los exploradores. Son gente fuerte, bien alimentados, bien armados aunque con armaduras extrañas e incompletas, más pensadas para mostrar carne que para que proteger. Todos ellos llevan sus armas con seguridad y desenfundadas y no parecen mostrar el menor atisbo de miedo.

El lider del grupo se adelante y con una sonrisa de superioridad dice:

- Con ese acento no me cabe duda que son los sureños que estábamos esperando. - comenta hacia los libertos - Dejadlos pasar con armas. No creo que sean una amenaza. Yo los llevaré ante Carav. Seguro que tienen ocasión de mostrarnos sus habilidades en combate.

- Por supuesto Jerik - contesta el esclavo que lleva la voz cantante mucho más aliviado mientras se aparta. Hay algo en la forma en la que miran al recién llegado que demuestra claramente admiración.

- Caballeros, por favor, acompáñenme si les place a vuestras vuecencias señorías - dice Jarak haciendo una reverencia e intentando imitar unos modales cortesanos de los que claramente carece.

- Arriba señores, que tengo ganas de beber algo. Supongo que Carav recibirá a sus aliados con algo decente..

Miro al grupo de hombres que acaba de llegar ... esto si parecia otra cosa ... que ocurria habian puesto a los mas lamentables y debiles en la puerta para atraer a los delincuentes o para que aparentasen ser debiles y matarlos al entrar, vamos ... carnaza desechavble que podria sacrificarse sin mucho problema ...

- POR FINNNN , ya me estaba artando y temia que este chico no me valdria ni para relajarme ... - digo malhumorado levantandome del sitio recien sentado ... - podrias haber llegado antes ... estamos perdiendo un tiempo precioso ... -

POR FINNNN , ya me estaba artando y temia que este chico no me valdria ni para relajarme ... - digo malhumorado levantandome del sitio recien sentado ... - podrias haber llegado antes ... estamos perdiendo un tiempo precioso ... -

El orco, tras agradecer el tabaco que le ofreció Yabiz, se levantó cogiendo sus pocas pertenencias, dispuesto a seguir al gladiador.

No me queda claro como querias relajarte con el chico, Ragnar, pero si este es el verdadero Jerik Thule las posibilidades de que esto funcione se han multiplicado por mucho... - dejó una pequeña pausa - Y la necesidad de tratarles con el respeto que merecen también. 

Se giró hacia Jerik

No hay necesidad de reverencias. Ninguno somos más que soldados en esta guerra y estamos aquí para ayudar. Te seguimos. 

Yabiz avanzó a la par que el orco y examinó las extrañas armaduras de Jerik y los suyos mientras repartía el tabaco que le quedaba. En fín, tampoco esperaba que le durase mucho y no tenía intención de guardarselo solo para sí.

-¿Gladiadores? - preguntó señalando los músculos que asomaban entre los huecos de la armadura. Pues claro, a eso se refería Frank cuando dijo que los esclavos solo podían ganar su libertad en los Pozos de Sangre. ¿Habían ganado la libertad y vuelto a por los suyos o hubo una revuelta de gladiadores?- Cuéntanos tu historia mientras os acompañamos.

Lo cierto es que Flogdegnurt no tenía muchas esperanzas de salir de aquel encuentro sin pelea, por lo que cuando el desconocido los dejó pasar armado lo miró con perplejidad.

Los humanos nunca dejarían de sorprenderles. Pero bueno, casi era mejor pasar sin decir nada que pudiese torcer las cosas.

No me queda claro como querias relajarte con el chico, Ragnar, pero si este es el verdadero Jerik Thule las posibilidades de que esto funcione se han multiplicado por mucho...

Déjale, ya sabes que los novatos siempre necesitan un par de peleas para hacer callo y tranquilizarse. - dijo Bastia al ver el ímpetu del nuevo brinchie.

Hizo un gesto de saludo con la cabeza a Jerik y siguió a la comitiva.

Buena jugada. - añadió valorando positivamente el que pusieran a los más débiles para comprobar a los visitantes.