Partida Rol por web

Sin duda pronto tendreis oportunidad de entender a lo que se refiere mi compañero. Menos mla que parece haberse terminado. Si el interrogatorio llaga a durar media hora más creo que Ten se habría desmallado allí mismo. Un gran hombre nuestro magistrado. Especialmente... inquisitivo. Pero no hay motivos para seguir turbados. Si hemos, al parecer, salido indemnes de esa habitación no creo que tengais mayores problemas en demostrar también vuestra inocencia respecto a los hechos de anoche. Sun miró alternativamente a los dos Dragon y después observó al Guardia Imperial que se mantenía muy erguido junto a la puerta. Dignidad y orgullo impolutos... estúpido.

Se volvió de nuevo a sus interlocutores.

Por el pasillo se acerca una figura, os llama la atenci´on por que evidentemente no es personal de la mansión, es un niño, de unos 13 aos, que porta el daisho samurai, su pelo esta alborotado, y su kimono, aunque no este roto, esta muy gastado, hasta el punto de haber perdido los colores, camina observando todo con gran asombro, y tarda un rato en recorrer la escasa distancia que os separa. No parece haceros mucho caso, hace un saludo al guardia imperial, al acercarse, quien no le dice nada.

Era una orden sencilla, así que fiel a la costumbre mantuvo sus opiniones e inquietudes guardadas para si. No habrían aportado nada en esa conversación y el rol de Saizo en esa empresa ya había quedado bien determinado. Dejando aparte el problema del tiempo, ya que encerrado en esos muros buscando la amistad de dos hombres nada lograría avanzar en otra tarea harto complicada.

- Se hará como deseé Sama. -

Agradezco vuestra disposición Saizo-sam dijo Tobei-sama Pondré vigilancia por si desean abandonar la ciudad, mientras no sepamos que esconden me parece demasiado arriesgado abandonar la ciudad, os rogaría que os quedaraís por aquí. durante un instante queda en silenció, meditativo y alza la mano para que no os marcheís.
Antes de que os vayaís, dejadme ofreceros mi hospitalidad, Kawa tiene mucho que hacer ahora y no creo que pueda atenderos como es debido, un buen invitado no querría molestarle, es la excusa perfecta para separaros de esa escoria. Si lo considerais adecuado, tomad ese camino. dijo de forma totalmente ajena a todo sentimiento.
Si me disculpaís, debo encargarme de los dragón. Podeís retiraros

¿ Quien soís y como os llamaís? dice al darse cuenta que estaís ahi, hasta entonces parecía mirar en derredor suyo buscando algo que noacertaís a ver que era.

El ronin observó con interés al recién llegado. Parecía totalmente fuera de lugar, incluso más que él y su compañero. A medida que se acercaba fue preguntándose quien sería ese extraño muchacho, cuando las palabras de este le sacaron de sus elucubraciones. Soy Sun y mi nombre es Sun.  Una sonrisa asoma en la comisura de sus labios. Al fin alguien que no guarda las formalidades. Aunque no está seguro de lo que representa la llegada de este niño insolente.

Observó a quien hablaba durante un segundo, lo miro directamente a los ojos, luego se volvió a los otros 3 que no habían hablado:
¿Vosotros no teneís nombre o es que no sois nada que merezca la pena? exigió con desden.

Yo me llamo Ten dijo el grandullón desconcertado ¿Vos como os llamaís?

La actitud del muchacho y su presencia alli le habían dejado atónito, pero se sobrepuso cuando el 2º ronincomenzaba a hablar.
Muchacho insolente, si tu madre no te enseño modales quizá debiera hacerlo yo. estalló al fin. Con el dedo gordo liberó parte de su espada de la saya( vaina) presto a desenfundar al menor signo de arrogancia por parte de su interlocutor.

Me llamo Taro contesto el muchacho a Ten Y soy solo yo. añadió mirando a Sun ignorando a el dragón enfadado ¿Y él es muchacho insolente? añadió por fin refiriendose al dragón, con aspecto aparentemente confuso.

El irónico ronin no pudo contener una sonora carcajada ante la última frase de aquel extraño e inconsciente joven. ¿Se burlaba de todos o su comportamiento era natural? Al menos no era normal que alguien hablase a otros bushis de ese modo, menos teniendo en cuenta la apariencia de aquel muchaco. Tiene que haber algo más detrás de todo esto. Soka haría bien en mantener su acero en la saya. De pronto sintió una profunda curiosidad por aquel recién llegado y la complicidad que provocan en uno aquellos con los que nos identificamos.

Soka-sama. Trata de adelantarse a la respuesta del, sin ningún tipo de dudas, iracundo Dragón. Si bien nuestro compañero no ha sido todo lo correcto que se espera de vuestra alta presencia, habeis de convenir conmigo que no es momento ni lugar para desenvainar katanas. ¿Que pensaría Shiba-sama si cuando os mande llamar a su presencia acudís con el vientre abierto o las manos manchadas de sangre?. Por no hablar de nuestro anfitrión. Ya corrió suficiente sangre sobre este suelo la pasada noche.

Lanza una mirada a Ten cargada de significado. Atento, esto se puede poner feo. Taro ¿qué te trae por aquí? Es posible que podamos serte de alguna ayuda si estás buscando algo.

Poco se podía hacer ya al respecto, salvo acatar ordenes directas mientras las autoridades superiores intentaban desenmascarar la verdad tras el asesinato de Haki. En el hipotético caso de averiguar datos útiles Saizo dudaba que estos terminaran siendo conocimiento de samurais errantes.

Afuera los ronin charlaban con un recién llegado, mientras los dragón esperaban con su estoicidad acostumbrada el momento de entrar a hablar con Shiba Toshei.

- Seria prudente no abandonar la ciudad mientras se intenta arrojar algo de luz sobre este triste asunto. -

La conversación en si ha terminado y llega el momento de salir de la sala. Tras las formalidades apropiadas salís de la sala.
A fuera te encuentras una extraña situación:
Soka tiene las manos en ambos sables, katana y wakizashi, amenazando a una persona que no conoces, un niño de apenas 13 años que porta tambien el daisho samurai( katana y wakizashi) tiene el pelo alborotado y el kimono, no esta ni sucio ni roto, pero esta desgastado, hasta el punto de haber perdido los colores.
Entre el niño y Soka se alza Sun tratando de mediar entre ambos y evitar un derramamiento de sangre

Taro observó animado la disposición de el Dragón de enseñarle modales, y en el sitió asumió posición de Iajutsu.
Si deseaís una disculpa, o una satisfacción, ambas debereís de ganarosla. dijo desafiante al Dragón que se erguía orgulloso ante él.
Y lo que ahora me ocupa es vuestro compañero, Sun-sam. Por favor, haceros a un lado. añadió en contestación a las palabras de Sun

la situación se precipitaba en un enfrentamiento, y la actitud de Taro no ayudaba demasiado, sólo quedaba confiar en la prudencia del Dragón.

¡Basta! ordenó con una poderosa voz de mando. Estaís ante la puerta de un importante magistrado Imperial, deberíais mostrar más respeto.
Su porte era bastante imponente y consiguió hacer que los dos samuraís que habían echado mano a las armas la miraran a ella desconcertados.
Su enfado parecía palpable.

No sabía muy bien si también le echaba la reprimenda a él, así que ante semejante voz que la había echo dar un salto hacia atras, salto que esperaba que nadie hubiera visto, se disculpo.
Prdonadnos, Itoko-sama dijo haciendo una reverencia. Incluso encorvado el gigante seguía siendo mas alto que la mayoría de los presentes.

Sun sonrió ante la reacción de su compañero. NUnca dejaría de gustarle aquel simple y bonachón Ronin que tanto tiempo llevaba recorriendo los polvorientos caminos juntoa él.

Por fin alguien con sificiente juicio y autoridad como para interferir en esta locura. Observó a la Shiba y después alternativamente al niño-ronin y al dragón-ronin. Pensado así sonaba mucho más imponente el segundo, y sin embargo el joven recién llegado seguía despertando el él una curiosidad extrema. Su extraño comportamiente le hacía elucubrar sobre las más variopintas consideraciones. Un experto en el arte del duelo, el excéntrico protegido de alguna personalidad importante, quizás hijo. O se trataba simplemente de un mocoso imprudente y entrometido... Esta última opción, por increibles que fueran las otras, no terminaba de convencerle.

El Ronin dirigión de nuevo su mirada hacia la fenix y con una leve sonrisa esperó con interés el desarrollo de los acontecimientos. Siempre pensé que el camino reportaba emociones y aventuras, y resulta que la corte guarda sorpresas aun mayores... quizás debí nacer escorpión. El mereo hecho de pronunciar mentalmente la palabra prohibida hizo que su sonrisa se acentuase cargándose de ironía.

Definitivamente, Sun quería conocer a ese tal Taro.

La voz de la ronin hizo a todos ponerse firmes, salvo quizá por Taro, quien la examino con curiosidad, como podía chillar aquella persona de aspecto tan fragil y delicado de modo tan autoritario.
A punto estuvo de repetirle la pregunta que había hecho al Dragón, pero se contuvo, aún no quería matar a aquella intrigante bella flor, así que mejor no provocarla. Así que retiro su mano de la empuñadura y sonrió.
Siento lo sucedido, sin duda ha sido mi falta, muchacho insolente no tiene nada que ver con este.

Ante el tumulto, el magistrado se acerco al shoji y lo abrió, cuando vio lo que allí pasaba, todo encajó al instante.
¡¡Taro!! Bramó el magistrado desde el umbral de la puerta. Recuerdame¿ Pero no te dije que te comportaras? la ira era palpable. Disculpate con estos samurai. ordenó tajantemente.