Partida Rol por web

El noble camina de un sitio a otro de la estancia.

Bien. Muy bien... Buen trabajo, Shemita.

Dejaremos que Perla mate al Rey. No nos sirve de nada ya.

Sigue pensando para sus adentros.

Hay alguien mas detrás de Perla? Alguien sabe algo de el asesinato?

Bît, tu tarea ahora ha cambiado.

Debemos dejar que Perla siga con su plan. Es mas, no podemos permitir que nadie lo impida. Ese será tu trabajo a partir de ahora.

Una vez que acabe con el Rey, captúrala, y tráemela. Puedes contar con mis hombres de armas para capturarla si lo ves necesario.

El duque abandona la sala, decides seguirlo.

Toma. Por si fuese necesario.

El Duque te entrega una gran bolsa llena de monedas de plata. Debe de haber por lo menos un kilo de plata en ella (100pp)

Cumple tu misión y habrá mas de estas para ti. Ahora, ve!

Cita:

El shemita se aleja de la ventana y responde.
Varios hay siguiendo la pista a Perla. Han sido engañados por ella y quieren su venganza. Una enorme cimeria, asi como ese medico...Eban, y uno de los sacerdotes menores de Derketo...un tal Anhknut.
Hay un par mas, pero creo que la mas peligrosa es la cimeria...aunque sea una mujer, es muy impulsiva.
Dice recordando esa vertiginosa noche de sexo.

Cita:

Perfecto. Asiente con una sonrisa torcida.
Ah, hay algo más que puede que te cause problemas. Los dos matones, Tenerius y Galacus...quizas sepas algo de ellos....mmm, en fin. Dejaron una pista en el prostíbulo de Suwong. A pesar del incendio, encontraron ésto.
Bit le tiende el sello al Duque.

Cita:

De acuerdo...trataré de manipular a la barbara, si es que se interpone en el camino de Perla.
Por cierto. ¿En donde encontraré a tus hombres si los necesito? Solo aqui? O hay algún otro lugar.
Ademas, necesitaré algún documento en caso de requerir sus servicios...aunque varios ya me conocen jajaja

Cita:

Tras tomar la pesada bolsa de platas, el shemita las separa y guarda la mayor parte en su mochila....abajo de todo.
Lo que quiero, cuando cumpla mi misión, es saber que no habrá un puñal en mi espalda...Se guardar secretos, mi estimado Duque. Le confiesa.
Dijiste bien...Perla no tiene linea de sucecion con el Rey...pero tu si verdad? De eso se trata acaso?

Cita:

Este papel quemado? ... Así que es esto lo que te ha traído hasta mi de nuevo. No se por que debe estar mi sello en esa escena del crimen, pero agradezco que lo hayas quitado de allí. Si mi primo era objetivo de algo seguramente el sello fuese una forma de reconocerlo. Quién sabe?

El Duque está animado, habla con mas soltura de la normal, incluso te digna con alguna de sus sonrisas.

Mis hombres están aquí, en mi hacienda, donde deben estar. Yo les daré orden de que te acompañen si vienes y se lo pides.

 Si la capturamos después del asesinato, podremos juzgarla. Condenarla a muerte por asesinato y traición. A ella y a sus aliados. Y sacar una buena tajada de todo ello. El rey ya no sirve de nada, no es mas que un títere en manos de sus consejeros. Muerto el rey, sus consejeros estarán en la calle a los pocos días. Quien sabe, puede que después de una pequeña guerra de sucesión me haga con el trono yo mismo. Ju ju JU.

Entonces deja de prestarte atención, absorto en sus conspiraciones y oportunismos, espera que abandones su casa y cumplas con lo que se te ha encomendado.

No sabes hasta que punto sus palabras son ciertas y hasta cual son mentira. Tendrás que guiarte por tu intuición.

La guardia corre hacia el palacio real como os suponíais. Vosotros los seguís.

Recorréis el serpenteante camino cuesta arriba que lleva hasta el castillo, en la parte mas alta de la pequeña colina donde se encuentra la ciudad. Las casas de los nobles mas adinerados y de los miembros de la familia real os quedan a los lados.

Cuando llegáis a las puertas del castillo varios soldados esperan en ella, vigilando que la intrusa no escape. No cabe duda, todo aquello tiene que ser cosa de Perla.

Todos los soldados a los que acompañabais cruzan las puertas del castillo, y cuando vosotros ibais a hacerlo también, un miembro de la guarnición de las Compañías libres os barre el paso.

-A donde creéis que vais? Nadie puede entrar en el castillo si no es miembro de la guardia.

Mira a otro guardia.

-Ya han llegado todos?

El segundo asiente con la cabeza, pendiente de el interior del castillo, para que la intrusa no salga tampoco de él.

-Bien. Cerrad El Portón!

Dicho esto, el mercenario os empuja hasta fuera del marco del portón y cierran la puerta, impidiendos entrar en el castillo.

Perla está dentro y no os dejan entrar. La vida del Rey Oshrik no os importa en absoluto, pero el derecho de venganza, por la traición, los engaños, los asesinatos y el haber sido utilizados como peones es vuestro.

Vais a permitir que os lo arrebaten? Esperaréis fuera a Perla, para cuando salga después de acabar con el Rey? Encontraréis otra entrada?, por algún sitio ha debido pasar esa manipuladora mujer sin que los guardias la vieran. O esperaréis a otro momento para dar con ella?

Y una mierda me voy a quedar mirando la puerta.

Me aparto para observar por donde podria entrar o trepar el muro. Perla es mia, asi tenga que tirar esta chabola piedra a piedra.

Bit deja al Duque solo, sumido en sus intrigas, y sale a buen trote hasta el patio, busca a su fiel caballo, Jur, y tras ser guiado hasta la salida de la mansión, le aleja al paso hasta el punto de encuentro arreglado con la cimeria.
En mitad de camino, en una calleja que ve abandonada, detiene su caballo y permanece un tiempo escondido.
Al ver que está solo, abre su mochila y guarda un buen puñado de monedas en su bolsa de cintura, y otro tanto en una bolsa al fondo de las alforjas de su caballo.
Conforme con la división de su riqueza, avanza al paso en busca de la cimeria y del medico.

Esto va de mal en peor... ¿cómo se supone que vamos a entrar? Estoy un tanto atontado pues hace rato que no vengo decidiendo sobre mi destino, si no que éste se empeña en pasarme por encima arrolladoramente. Apenas tengo tiempo de pensar en que no sabemos como entrar, cuando la bárbara ya comienza a buscar un hueco por dónde colarse.

-Esta mujer sí que se las trae- murmuro para mí mismo. Pero, ya que estoy allí, intento ser útil en alguna forma. Después de todo, Perla me debe unas cuantas y creo que no tendré mejor oportunidad de cobrárselas que esta.

-Vale Hundra, ¿cuál es el plan?-

La cimmeria corría por las cercanías del castillo, buscando una tapia lo suficiente descuidada por la que saltar al jardín.

-No lo se, pero pronto lo averiguaremos.

Sigo a Hundra, rodeando el lugar. Si bien no soy un tipo dejado, la pérdida de sangre más el cansancio y el cambio radical en mi rutina, me hacen jadear a medida que intento seguirle el paso.

-Bueno mujer... ¿vamos a seguir corriendo toda la noche?- le digo mientras me sujeto el costado. El esfuerzo físico me ha dejado sin respiración y el bazo me duele. -Con la revolución que hay ahí adentro no creo que los jardines estén demasiado custodiados. Busquemos una zona menos iluminada y saltemos de una vez en cualquier sitio. La guardia en este momento debe estar al completo dentro del palacio.

- No es mala idea.-

dije encaminandome a esos malditos jardines.

Dentro del castillo se escuchan jaleos y gritos.
Los guardias del Rey Oshrik corren de aquí para alla como locos y cobardes. Los soldados de las Compañías Libres hacen lo que pueden.
Vosotros os habéis conseguido colar por los jardines escalando la piedra de los muros que lo rodean. Hundra la primera, por su impulso de venganza y la facilidad de los Cimmerios de las montañas por escalar.
Eban algo mas retrasado pero la alcanza sin ser visto.
Con unas defensas tan patéticas cuesta entender como no han invadido los bárbaros nómadas del desierto esta ciudad antes.

Una vez dentro avanzáis con cuidado escondidos entre la maleza. No sabéis que ha pasado dentro del castillo ni porqué los guardias corren de un sitio a otro, pero está claro que por algo lo hacen. Perla debe estar detrás de todo esto.
Grupos de dos o tres soldados de Shadithar, vestidos con pantalones de seda cortos, justillos de cuero y cascos de acero vigilan el jardín con poco éxito. Fácilmente lográis burlarlos hasta llegar a la puerta del castillo.
Si hace dos días no hubierais dicho de entrar allí, y mas cuando os buscan acusados de un crimen diríais, pero la venganza es un impulso muy fuerte.

Camináis con cuidado por los pasillos hasta la sala del trono. Donde esté el Rey estará Perla.
Cuando llegáis allí, algo os hiela la sangre.
Al final de la larga sala con columnas a los lados, se encuentra el Rey en su trono, con cinco de sus soldados Luchando por defender sus vidas. Una docena de pequeñas figuras recortadas en un humo negro tratan fluyen como las llamas de una hoguera a su alrededor. Sus formas recuerdan a diablos, con largas garras que cuelgan hacia adelante como las de las mantis.
Ellos inutilmente tratan de atacarles con sus espadas, pero casi nunca logran apenas tocarlos, pes se mueven como el viento. Cuando los alcanzan solo sirve para dispersar sus siluetas unos segundos antes de volver a formarse.

El Rey está de pié sobre el trono. Con la corona puesta del revés, empapado en sudor y vino, dando golpes como un loco al aire con su espada corta y el cetro real.
-Apartaos de mi os ordeno! Soy el Rey y pagaréis por estoo..!!!
Osrik pierde el equilibrio en su ultimo golpe y cae al suelo de bruces desde el trono. Debe de estar borracho, como siempre.
Cubri... HIK!..me!! Salvad mi vida, mis soldados.
Maldito Brujo, donde se meten cuando uno los necesi...HIK! ta...
Patéticamente logra ponerse en pie mientras los soldados se arriesgan enfrentando a esas sombras infernales.

Nadie se ha percatado siquiera de vuestra presencia. Qué vais a hacer?

Perla quiere matar a ese inecto, la verdad es que dan ganas de dejar que lo logre. ¿Como puede un ser tan patetico ser rey de nada? Pensar, luego actuar, me recuerdo. Esa frase no tiene demasiado sentido para mi gente, mas de accion que de embotar sus mentes con estupiedeces pero en esta ocasion funciona.

Perla quiere a ese idiota, si se lo quito, ella misma vendrá a por mi. En todo caso no puedo dejarla salirse con la suya. Miro las figuras de llamas buscando agua o algo similar para ahuyentarlas aunque en un salón del trono seria raro de ver. Apagarlas con vino no me parece mejor idea....

- Hay que sacar al borracho del castillo...- miro si hay cortinas o cualquier otro trapo grande que poder arrancar y lanzar a los seres danzantes.- Eban, yo intentare distraerlos, tu sacalo de aqui, llevalo a un sitio seguro... con agua.- le susurro antes de salir espada en mano.

Intento no parecer amenazante para el rey, necesito que no salga corriendo aunque la diplomacia no es lo mio.- ¿Pidio ayuda su magestad?.- pregunto saliendo de mi escondite.- ¿Me permite ofrecersela?

El rey observa a Hundra fugazmente y contesta.

-Hija mía! Eres tú, Jehnna?

Ayuda a tu Padre!

Uno de los soldados que están tratando de salvar al rey comenta entre golpe y golpe con esfuerzo.

No señor. Esa no es vuestra hija!

Pero seáis quien seáis, Ayudadnos!