Partida Rol por web

Al ver el extraño ritual y la orgia, Bit sospecha e imagina cualquier cosa. Se imagina surgiendo una criatura desde la profundidad del infierno, atraida por los canticos del sacerdote, y por los gritos de las mujeres enfiestadas.
El nomada, rapidamente prepara una flecha y se pone a cubierto, tras una columna, y apuntando hacia el sumo sacerdote.

No es la primera vez que me encuentro en este lugar, pero la visión me sobrecoge como cada una de ellas que he estado allí.

Las bellas mujeres desnudas, su placer, su éxtasis, el deseo y desenfreno armónico que reina en ese templo logra alterar mi sangre casi al punto de mandar todo a la mierda y dedicarme a los placeres de la carne. Pero al posar mi vista en el altar y divisar allí a la zíngara junto con el sacerdote oficiando un extraño ritual, la cordura vuelve a mí.

Primero el deber Eban... no lo olvides.

Noto que todavía no se han dado cuenta de que estamos allí, así que opto, al igual que Diego y Bit por ocultarme detrás de una de las ornamentaciones mientras busco un arma para luchar cuerpo a cuerpo. Podría recurrir a la magia, pero en este momento no me parece muy sensato. Si voy a gastar fuerzas convocando algún poder, deberé aguardar a estar en el momento adecuado para que nuestros oponentes no puedan rechazar el golpe.

Anhknut no se siente en absoluto impresionado por la situación, en ningún sentido: como sacerdote de Derketo, no sólo es testigo sino participante en las orgías que, en honor de la diosa, se llevan a cabo periódicamente en el templo. Es cierto que ver a tantas hermosas mujeres desnudas siempre le ha sido realmente placentero, pero precisamente por la asiduidad y la sospecha de que la orgía no es del mismo tipo que siempre, es capaz de prestar atención a Urkenethets y a Perla, las figuras destacadas del ritual. Y también a la mujer que los acompaña, y que no cree conocer. En cualquier caso, le interesan en particular las palabras que el Sumo Sacerdote lee del pergamino, así como el símbolo arcano que se ha dibujado alrededor de la laguna...

Aunque le falta información, parece que lo que Sumo Sacerdote le indicó sobre sus propias intenciones, secundadas por Perla, acabará por ser cierto: las orgías teniendo lugar en las puntas de la estrella, símbolo clásico arcano para la invocación, deberían facilitar traer a un ser al que le guste esa actividad al mundo. Del mismo modo que traer a un Dios asesino exigiría muertes rituales en esos mismos lugares.

Por ahora, el estigio se dedica a escuchar atentamente y, en la medida de sus posibilidades, a vigilar a sus compañeros para que hagan ninguna tontería a la vista de tantas mujeres bellas teniendo sexo a la vez. No responde por el comportamiento de casi nadie, la verdad...

Hundra está tanteando distancias, y Bit tiene una flecha preparada en su arco apuntando al corazón de Urkenethets, pero Ahnknut les detiene, pidiéndoles un segundo con la mirada.
Los cinco os escondéis sin problemas, o eso parece, y Ahnknuts agudiza sus sentidos para entender que es exactamente lo que está pasando.

Todo el preparativo de aquel ritual indicaba que se realizaba con algún fin benigno, o al menos, no malintencionado hacia la muchacha.

Aún así, no entiende con claridad las palabras del sacerdote. Habla en una lengua antigua, hace mucho olvidada, que aunque Ahknut ha aprendido, le cuesta entender.

-No entiendo muy bien que es lo que dice, aun así, no veo necesaria la violencia. Todo lo que hace y dice refieren a algún tipo de amor, a la vida...

No entiendo por que tanto secretismo en esto. La muchacha no corre ningún peligro, es alguien muy importante en el ritual, como un foco, o un altar, no un sacrificio. Quién debe ser?

Entonces Ahnknut recuerda las palabras de Urkenethets en su anterior visita.

Cita:

Aun así, hay una palabra que se repite constantemente en el ritual, y que no comprende
-Mnyang'anyi... Mnyang'anyi...
Que signifiará?

En cualquier modo, mientras estáis concentrados una moneda llega rodando hasta los pies de Diego, que aun un poco aturdido, se agacha intrigado a recogerla.

La mira dubitativo y levanta la mirada.
Frente a él, ve un tipo grande, de piel bronceada por el sol del desierto, pelo largo y negro como el carbón y grandes músculos.

Avisa al resto de sus compañeros para que le presten atención. Hundra, por un segundo, lo confunde con Moghcorb, pero no es él.

El tipo se os acerca, disimulando, con el dedo índice sobre los labios sindicando silencio.

-Ahí tenéis vuestro sueldo. ¿Queréis trabajar conmigo?

Qué hacéis?

- ¿Que no tenemos necesidad?.- Gruño de mal humor, solo me detuve porque el me lo pidio, si era un ritual de algo maligno podria haberla cagado mucho pero ahora si estoy cabreada.-  ¡A quien le importa el ritual!

Entonces aparece un hombre que confundo por un instante con quien no es.

a todo esto ¿Donde estara Moghcorb?

Mis manos se asientan en la empuñadura.- Si lo que vas a pedir es cortarle la cabeza a esa maldita bastarda lo hago gratis pero si vas a interponerte te va a costar mucho mas caro que unas monedas.- Le respondo.

Bit se mantiene oculto por la columna, apuntando primero hacia el sacerdota y ahora hacia la mujer al lado de Perla.

Publius gruñe. Desde luego si estos mercenarios son los que van a arrasar el lugar, son el peor grupo al que unirse si uno quiere salir vivo. Lleva ya unos minutos observándolos, incluso les ha tirado una moneda y les ha hecho una pregunta directa y sin embargo ni tan siquiera se han inmutado de que un enorme bárbaro bien armado se encuentra a su lado.

¿Qué queréis hacer aquí? Depende de vuestras intenciones mi decisión final.

¿Que que quiero hacer? ¡He venido a la orgia a que me coma un rato el....! - Me muerdo la lengua y me centro en mi objetivo.- Por los dioses, no me extraña que los barbaros tengamos la fama de idiotas. No se a que vendras tu pero yo pretendo llebarme la cabeza de esta traidora. Tienes que saber que han muerto muchos, traicionados por su vipeda lengua y que intento matarme con venenos cuando no fue capaz de hacerlo con su acero.

Preparo el filo para atacar, el mundo me importa bien poco. Perla morira, aqui y ahora.

Publius mira extrañado a la mujer.

Tempestiva. Tranquila pequeña gacela. Deberías de tener en cuenta que si mi presencia ha pasado desapercibida para vosotros hasta ahora es porque no sois tan buenos guerreros como os consideráis y yo sé lo que hay al otro lado de la sala y aunque ahora mismo están en una seria condición de debilidad, son muchos más que vosotros. Deberíais de actuar con un plan.

Por otro lado, ¿quién os ha traicionado?

Cita:

Cita:

Um Diego se guarda la moneda, mientras mira a un lado y a otro preguntandose como diablos ha acabado metido en este lio. Mientras la gente habla busca un rincon para esconderse y pasar desapercibido. Si la cosa pinta mal siempre puede tratar de escabullise. piensa Aunque la verdad cuesta concentrarse, con todas esas preciosidades, enseñando, haciendo, ¡vaya que si cuesta concentrarse!

Gruño y miro a perla señalandola como objeto de la traicion.- Esta gacela puede ser una leona cuando presige su presa y que tu jactas de ser tan bueno pero necesitas ayuda deberias decir que pretendes. Rapido, antes de que la sed de venganza pueda a mi control y manche el suelo con la sangre de Perla.