Partida Rol por web

Yakub comenzaba a pensar que sus nuevos colegas habían salido de allí. El sonido de lo que parecía algún tipo de pelea se escuchaba de fondo y siguiendo sus buenas costumbres decidió buscarles hacia otro lado, evitando problemas innecesarios y meterse con jóvenes drogados, bebidos y probablemente extra hormonados.

Al llegar a la barra dio un largo suspiro y pensó en irse. Pero entonces recordó que podía directamente escribirles por el teléfono. Les daría unos minutos y si no contestaban se largaría de allí. Esta vez para no volver... nunca.

Cuando Bayhas comenzó a verter agua en la boca de Cleo, Orion la soltó y la empujó contra el mago. Acto seguido se dirigió hacia la barra, donde estaba el tal Yibul y se encaró con él al más puro estilo macarra. No le dijo ni una palabra pero no le quitaba ojo de encima. Al mismo tiempo comenzó a fijarse en los detalles, como el pañuelo azul al cuello y los rasgos asiáticos del tipo elegante: no cabía duda. El vampiro analizó su olor, por si le era familiar. El móvil le vibró una vez en el bolsillo, pero por nada en el mundo iba a apartar la vista del que tenía frente a él.

-A ver, deja que mire el prospecto... -Yibul se palpó los bolsillos con una sonrisa divertida-Nada, no lo tengo. Creo que me lo he dejado en el Estudio de Grabación de Monos. A lo mejor la chica es sensible a algún componente...

El demonio, apoyado en la barra, siguió con la mirada a Orion. Señaló su nariz ensangrentada e hizo una seña al camarero.

-Trae una bolsa de hielo, ¿quieres? 

Se la ofreció al vampiro con una amplia sonrisa. 

-¿Es tu hermana, tu novia...?

Andy surgió del corro de gente que empezaba a formarse a su alrededor. Iba cubierta de arañazos como si hubiera estado corriendo a través de un zarzal. 

-¿Qué le has hecho a Cleo, cerdo? ¡No es más que una niña!-gritó dando un empujón a Bayhas-¡Eres peor que tu amigo!

Sokolov permaneció apartado, entre la gente. Ya no llevaba la camiseta dejando a la vista su truculento torso con músculos en los músculos, abundante vello, tatuajes por encima y numerosos chupones.

Parecía molesto pero observaba la situación en silencio. 

Unos segundos luego de haber comenzado a sentir el agua en su boca, Cleo se dobló a la mitad en arcadas, vomitando todo lo que tenía en el estómago. Se sentía mareada y comenzó a parpadear, ya no había mas monstruitos horrendos. Se aferró del hombro de Bayhas al ser quien estaba más cerca, antes de escuchar la voz de Andy que se acercaba.

-¿A-Andy?- Dijo Cleo con la vista aún desenfocada, y casi cayéndose de nuevo al sentir el desequilibrio por el empujón del hada al mago. Quería decir que estaba bien, pero sintió que volvería a vomitar si abría la boca.

Que Orion le tirara a Cleo encima entraba dentro de lo esperable; al fin y al cabo, el vampiro no parecía estar dotado de un gran sentido del humor. Pero que llegara Andy y le empujara también le tocó un poco los cojones. Consiguió no caerse y que Cleo tampoco se cayera. Pero por un momento tuvo la tentación de tirarle también a la chica encima. Pero luego la verdad es que le dio lástima.

- ¿Pero qué coño dices? Se ha tomado una pirula y le ha sentado mal, solo le estaba dando agua... - Aunque estaba enfadado, consiguió mantener la calma bastante. - Llévala al baño a que eche la pota si te preocupa tanto.

—Wow, ¿has pensado alguna vez dedicarte a la comedia? —le dijo al rakshasa mientras rechazaba la bolsa de hielo con un gesto: ¿de qué le iba a servir el hielo a la nariz rota de un muerto?—. ¿Hacéis bromas también cuando entráis en casa de la gente fingiendo ser vampiros? ¿Os ponéis colmillos de plástico y capas negras? —Orion esperaba con atención cualquier gesto o expresión de Yibul para ver si podía ofrecerle alguna pista, aunque el demonio tenía práctica en poner cara de póker.

Cleo dio un paso y le puso una mano en el hombro a Andy. -Estoy bien, de veras.- Dijo, aunque con el tono debilitado de quien ha vaciado el estómago. -Sólo... Necesito sentarme unos minutos. Estoy bien.- Dibujó una débil sonrisa antes de volver a sentir arcadas, girándose para no ensuciar a ninguno de los dos. Aunque esta vez sólo escupió bilis.

-No-sin perder de vista al vampiro, Yibul vació su copa y la dejó en la barra con un gesto lento y deliberado-¿Y tú?

Aún sentía en olor en las fosas nasales, asqueandola. Cleo se aferraba un poco a Andy, dándose cuenta poco a poco del espectáculo que había montado y sintiéndose cada vez más avergonzada.

-Andy, por favor, ayúdame a llegar a los baños para lavarme la cara.- Pidió, mirando de reojo a Orion y a Bayhas, antes de dejarse guiar por el hada.

Andy se pasó el brazo de Cleo por encima del hombro.

-Vamos... cuidado. Eso, un paso tras otro... -chasqueó la lengua, divertida-Menuda investigadora de lo oculto de pacotilla estás hecha si no sabes ni beber... por cierto, ¿qué te has metido?¿Te queda algo?

Yakub finalmente se dejó llevar por los gritos. ¿Le había parecido que uno de ellos era Cleo? Además Bayhas le había dicho que estaban en aquel sitio. 

Finalmente cuando llegó se encontró con toda la situación. Cleo se estaba marchando con un tipo que no conocía. Orion frente a otro al parecer en una actitud desafiante y Bayhas mirando como el tipo se llevaba a Cleo.

Decidió acercarse a este último.

— ¿Que me he perdido? ¿No estaréis en otra de esas reuniones del Bunnymen verdad? —

Cleo se rió debilmente. -Me tomó desprevenida, es todo. Tengo otras cuatro para intentarlo de nuevo. ¿Te animas?- Miró a Andy de lado. Seguro que con el hada junto a ella para guiarla el viaje sería menos terrible.

Bayhas observó cómo Andy se llevaba a Cleo hacia los baños. Mejor. Que echara la pota y luego ya hablarían de eso de probar drogas a lo loco.

Yakub por fin los encontró. Normal, con todo el jaleo que se había armado. - Yakub, te juro que estoy bastante harto del Bunnymen y todo lo que le rodea. - Lo cierto es que podrían buscar una palabra clave menos cantosa... porque esa llamaba mucho la atención. Luego, susurró. - El de la barra es Yibul, un rakshasa. Y un traficante de los buenos.

Cuando los tres Bunnymen por fin se reunieron en la barra (mientras la Bunnywoman era escoltada por su amiga al baño), Bayhas se puso su media sonrisa de negociar de nuevo. Lo cual era un poco complicado con Orion en plan Orion, pero había que intentarlo.

- Bueno, Yibul, perdona por esta molesta interrupción; hay gente que no sabe drogarse en condiciones. - Se encogió de hombros, quitándole hierro al Incidente Cleo Drogadicta. - Este es mi colega, el Anticuario. Y este señor tan simpático de la nariz rota es el dueño de un bar; un pilar de la comunidad. 

- Estábamos hablando de la espada que se cayó del camión. Sigo interesado en saber el nombre del camionero. Las cosas están muy calientes últimamente en Swansea, y eso es malo para los negocios, seguro que opinas lo mismo que yo, Yibul. Aquí somos todos gente razonable - Mentira - Seguro que podemos llegar a un trato beneficioso para todos.

Antes de que lleguen Yakub y Bayhas, Orion intenta un último acercamiento a Yibul*. No quiere que nadie le oiga así que, aprovecha el ruido para acercarse al rakshasa y hablarle en voz algo más baja.

—A mí me gustan las familias polacas. Los católicos temen a los vampiros y a los demonios. Y cuando tienen miedo se vuelven muy jodidos y peligrosos.