Partida Rol por web

No le dije nada más, asentí en silencio y me levanté para volver al local sin decirle nada más, ya estaba todo dicho. Salí de la capilla con el semblante serio pero la música era buena y había mucha gente que había venido a verme por lo que me obligué a sonreír. No iba a seguir comportándome como un gilipollas.

Caminé sonriendo a la gente con destino a la barra. Tenía que recoger mi mochila de dónde la había dejado Mark e irme a cambiarme, ya después iría a junto de Jess a comerme la pertinente hostia por no haber avisado. Espero que no use el bate. 

Tu respuesta sin duda alguna le había gustado. Claro, tenía su morbo que la usaras estando inconsciente, pero oír que no la tomaría así sino que buscaría despertarla por lo mucho que le gustaba oírla y sentirla moverse le había sacado una sonrisa. Quizás otros lo darían por obvio, pero a ella le encantaba que le hicieran sentir que no solo buscaban sexo con ella, sino una conexión y complicidad real y tangible. Que no era solo un juguete, o una fantasía a cumplir, sino que realmente querían pasar ese tiempo con ella como persona, como mujer. 

Alyssa no se cuestionaba tanto tus motivos para cambiar de actitud como se dejaba llevar por ellos y disfrutaba cada momento en tus brazos. Parte de ella, esperaba que la ilusión se rompiera rápidamente. Pero por otro lado, aunque la mujer no tenía muy claro si había algo más allá de esa amistad con beneficios, verte así de seguro y mimoso frente al resto le hacía creer que probablemente lo había. 

La siguiente advertencia, respecto a la única forma de abarcar ambas cosas a la vez, le sacó una carcajada a la chica. Definitivamente no era su estilo, no fuera del trabajo al menos. Claro, ella no tenía ninguna relación particular con los del Club, ningún tipo de sensación familiar como la tenías tú, así que le daba igual frente a ellos que frente a otro público. Pero, al menos en su vida privada, Alyssa prefería estar en privado. Cuando mucho, de forma pública disimulada y medio oculta, con el riesgo de que los pillaran. ¿pero show gratuito? No, eso era más propio de Sukie. - Tú también eres mayorcito y siempre la lías - bromeó, dándole un mordisquito en el labio inferior, para luego corresponder ese beso con urgencia. Ya apretaba un poco las piernas, de las ganas que tenía de estar a solas con él. 

Mmmm... un secuestro indefinido suena bien... - sonrió con malicia. Mientras pudiera llegar al trabajo, ella se dejaba secuestrar con gusto. Aunque, claro, entendía que el secuestro al que se refería Mark era mucho más inmediato y menos duradero. Sinceramente, mientras Mark la hiciera ronronear como lo hacía con esa voz de depredador en plena caza, dudaba poder negarle algo.

No creo que espere una disculpa. Killian se tenía ese golpe tuyo ganado a pulso. - y el presidente, así como cualquier persona que supiera cuanto tiempo llevaba sin contactarse, creía lo mismo. Además, de haber considerado eso algún tipo de ofensa para el club, tanto Bullseye como Charlotte ya se habrían enterado. 

Cariño, yo estuve en el ejército. - le recordó, porque por sus palabras parecía que olvidaba que él había visto de primera mano como y cuanto cambiaba a la gente esa experiencia. Lo siguiente, en cambio, lo hizo sonreír un poco. A veces te parecías tanto a Jess que tenía que aguantarse las ganas de abrazarte por lo adorable que te veías, como si frente a él no viera a la abogada de 28 años, sino a la niña en los tacones de mamá. 

Hay algunas cosas que podría pasar por alto, especialmente tratándose de Killian, amor, pero hay un par que no. Precisamente por ser su vicepresidente. - le explicó, acariciándole el cabello con una mano - No puede llegar creyéndose el dueño del lugar, faltándole el respeto a sus superiores y para colmo, sin los colores del club, luciendo un uniforme como si fuera su mayor orgullo. Si no tiene hijos, el chaleco debería ser su mayor orgullo. - exhaló tras respirar profundo - ¿Te imaginas que Junior tuviera el descaro y la soberbia para decir que está decepcionado de mi? ¿Y por pensar mal de él, además, con la de razones que me dio Killian para no tener la mejor de las opiniones? Hay que tener más cara que espalda, cariño. A Junior lo quiero mucho también, pero lo reventaba a golpes, y luego a Butcher por ser un padrino de mierda. 

Tomando el botellín, dio un trago él también antes de devolvérselo. 

Yo no me voy a meter en los asuntos de ustedes dos, cariño, y tienes mi palabra de que eso no va a repercutir en el club. Pero como siga comportándose como lo ha hecho estos diez minutos, no creo que dure mucho. - la miró a los ojos. No solo estaba cabreado y dolido con él, claramente estaba preocupado también - No debió volver hasta dejar de ser soldado en activo, nena. - apretó los labios un momento - Entre eso, y la que está liando nada más llegar, va a acabar por transformarse en un problema.

- Sé que se lo tenia ganado, pero aun así creo que es lo que debo hacer - Sabia que no había que mezclar el club con el resto, pero claro mi relación con Killian no tenia que ver con el club, aunque el perteneciera a él. Ademas... había otras cosas que tenia que hablar con el presidente.

Apreté los labios y asentí - Lo se papa, me referia a que no a todo el mundo lo cambia de la misma manera, tu mejor que nadie sabes que nunca vuelves igual que te has ido, y siete años son muchos, ya no es la persona que conocíamos - Aunque no sabia si eso me lo estaba grabando yo en la mente o diciéndoselo a mi padre, no estaba preparada para todo aquello, Chris en la carcel, Killian de vuelta y... Joder solo faltaba que se uniera Andrew a la fiesta.

Escuche pacientemente lo que decía entendiéndolo a la perfección, es que no podia discutírselo, pero tampoco la había seguido para discutir, solo para calmarlo un poco y que volviera a la fiesta mas relajado y dispuesto a divertirse - ¿Asi que soy tu mayor orgullo por encima del chaleco? - Pregunte con una sonrisa pilla mirándolo con todo el amor que sentía por el y esperando sacarle una sonrisa usando sus palabras de "si no tienes hijos, el chaleco debería ser tu mayor orgullo" - Ya tendrás tiempo para mazarlo a golpes, por lo que me dijo Mark acaba de llegar, supongo que aun tiene que adaptarse y recordar lo que es estar en casa y si tarda mucho en recordarlo... le coges el bate a mama.

Suspire largamente y apoye mi cabeza en su hombro mirándolo - Hablare con el, quizás siga escuchándome... - No quería enfrentarme a estar delante de el porque eran demasiadas emociones, pero estaba claro que no dejaría que le pasara nada y que no quería a mi padre preocupado. - ¿Sigue en activo? - Frunciros el ceño notando el nudo en el vientre de nuevo, porque eso significaba que podía volver a irse en cualquier momento.

Jesse contempló en silencio como su amiga se iba, para después sonreír al regreso de la novata y las escuetas palabras de Fauve. Lo que no esperaba es que esta pidiera otra botella, aquella noche iba a acabar muy borrosa, de eso estaba seguro.
Fijó su mirada en Kate fingiendo cierto desinterés, no le gustaba que lo viesen más preocupado de lo que debía, pero la verdad era que todos le preocupaban. Desde su abogada favorita hasta su enorme hermano custodio de tartas.

-¿Qué tal todo por allí fuera?- Preguntó a Kate mientras miraba de reojo a junior poner la bebida, seguro que Fauve si lo ponía nervioso, y no lo juzgaría por ello.

Entonces el marine se acercó a su zona de control, la barra. No sabía como iba enganchando un chupito detrás de otro, aquello no podía acabar bien, pero de perdidos al río, si había alguien que lo necesitaba era el pequeño Kill.

-Ven aquí soldado es una orden.- Bromeó divertido mientras recargaba tres chupitos, pues daba por hecho que Fauve le acompañaría hasta las puertas del averno, o hasta un puesto de tacos a bajar aquello. Dicho aquello le acercó a Kill uno de los chupitos de tequila.- Sácate el palo del culo, que es una fiesta, relájate hombre.- Dijo con una sonrisa, era el homenajeado y parecía estar pasándolo peor que nadie.

Era un animal. Un asesino. No uno como la mayoria de mis hermanos, que eran capaces de matar en medio del combate o con la sangre caliente. No. Era un asesino a sangre fria. No me importaba demasiado la opinion que tuvieran los demas de mi, nunca me habia importado. Sabia lo que era y mi trabajo era tan simple como proteger a mi familia, tanto de chaleco como de sangre, porque eran lo mismo, en lo mas hondo de mi.

Estaba rodeado de ellos, y al mismo tiempo no lo estaba, porque la mujer que tenia entre mis brazos tenia la capacidad de remover mi autocontrol y nublar mi vista, hasta que solo ella quedaba. No se lo diria, por supuesto que no. No le diria que cuando se ponia asi, realmente conseguia apagar ese interruptor... pero yo lo sabia y eso, era suficiente en mi mundo.

Reiste ante mis palabras, unas que ambos sabiamos que no tenia intencion de poner a prueba. Ambos disfrutabamos de nuestra privacidad y aunque de vez en cuando, nos la saltabamos, siempre era por el morbo y el juego, no porque tuvieramos la intencion de ponernos a follar como algunos de mis hermanos hacian con algunas de las chicas. No, tu, en el estado personal, eras para mi... en el trabajo era otro tema.

Sonrei con ese punto que podia llegar a dar miedo, si la cosa no fuera de bromas entre nosotros. Al final acabe por reir por lo bajo, porque era muy acertado su comportamiento. - Porque me obligan babe... porque me obligan... como cierta mujer que apaga interruptores y me pide que la haga mia... - Un nuevo beso con juego, buscando tus labios y algo mas. - Asi es dificil que no acabe por liarla...

Mis manos acariciaron con mas avidez la curva baja de la espalda antes de comenzar a tocar el culo. Era un manoseo pero nada obvio, nada que clamase la atencion mas que por lo que era. No habia obscenidad en el gesto, pero si lujuria en el toque, en la forma de acariciar tu cuerpo con el deseo de alguien que veia mas alla de las carnes o del morbo de acostarse con una estrella del porno. No, como bien sabias, era la mujer lo que me llamaba, puesto que nunca me habia acercado a ninguna de tus compañeras si no era exclusivamente por trabajo...

Indefinido... - Deguste la palabra mientras sonreia con una malicia diferente, como el que planea algo. - Si... si que suena bien... - Mordi el lobulo de tu oreja, deslice mi rostro acariciando con mi vello facil tu mejilla hasta volver a tus labios, los mordi, los bese y acabe por mirarte fijamente a los ojos. Si, tenia algo en mente y eso podia salir por cualquier lugar... pero al igual que tu, tambien sabia picar la curiosidad para luego apartarme aunque fuera metaforicamente hablando.

La mano subio de tu nalga para acariciar tu costado y volver a perderse en tu espalda, acariciando y tocandote, dejando claro lo que queria y conteniendome por poco. Aun asi no seguia la frase, no segui la conversacion dejando el silencio ahi, como el cebo gusto para atraer a mi presa. Sabia que lo sabias, pero tambien sabia que la curiosidad... era mala...

— Si… — le respondo a Fauve, con la mirada en el suelo: seguro me he puesto roja de nuevo, con todo y bronceado.

No ha sido mi día más brillante, definitivamente. Me la he pasado metiendo la pata allá donde voy. ¡Pues bien, suficiente! A partir de este momento seré la diosa de la concentración. Voy a ir con Madison, después de sentirme un poco menos tonta seguiré como camarera no oficial, y luego…

¡Oh, genial! Está en el escenario.

— Todo bien, sin muertos todavía. Creo que a este paso pasarán a apodarme “clueless”. — ¡gagh! — siento dejarlos con la palabra en la boca.

¿Qué me pasa hoy? Ya de por si tengo problemas de concentración, pero hoy no pongo los pies en la tierra.

Jesse tiene razón en algo, Killian anda con un humor insufrible.

— ¿Te traemos algo? — parecía que necesitaba un trago o un saco de box.

Iba camino a mi mochila, sonriendo a la gente y declinando amablemente a la gente que quería invitarme a beber. Cuando llegué a la barra localicé la mochila pero allí estaba Princess para frustar mi operación "cambio de ropa ninja". Le hice un gesto del corte de manga cuando me dio aquella orden y terminé de acercarme para beberme el chupito de un trago, seguro que me venía bien para quitarme la tontería de encima. -Estate callado que igual acabas tu con el palo en tu culo. -sonreí y le di un toque en el brazo.

Dejé el chupito en la barra y miré a aquella prospect que me preguntaba si quería beber. Podría soltarle alguna tontería típica para vacilar a un prospect pero no tengo el cuerpo para tonterías. -No gracias. Primero voy a ir a cambiarme. -pero claro, estando en la barra había un encuentro que no podía retrasar más. Cogí la mochila y caminé hacia el final de la barra, buscando entrar para poder ir a junto de Jess. Dejé la mochila en el suelo y me acerqué temeroso de su reacción como un niño que acaba de romper algo y saber que le va a caer la bronca de su madre. -Antes de que me pegues, me insultes y vuelvas a pegarme... gracias por la fiesta y la tarta, es perfecto todo. Te he echado mucho de menos. -terminé acortando la distancia con ella deseando que me diera un abrazo. Era como una segunda madre para mi y tras el fallecimiento de mi madre había actuado como tal muchísimas veces. 

La mayoría de la gente no pensaba en ello, o simplemente consideraban que no había nada interesante que ver, pero lo cierto era que desde la tarima Madison tenía unas vistas estupendas de todo lo que sucedía en el club. Entre giro y vuelta, golpe de cadera y acrobacia, podía echar un vistazo aquí o allá e irse haciendo una idea de las distintas situaciones entre unos y otros. 

Se preguntaba qué habría llevado a Killian a hacer las cosas de un modo tan extraño. Suponía que tendría algún motivo empalagosamente emocional, de esos que en ocasiones a ella le costaba entender. Pero lo que despertaba curiosidad era el despliegue de los mandamases del club con él. ¿Le estarían echando la bronca sólo por no haber llamado a Charlotte? Se le hacía extraña esa idea, creía que debía haber algo más. Aunque no esperaba enterarse sólo por verlos de lejos. 

Vio que la cachorrita asustada volvía a entrar y por un instante la taladró con ojos felinos, de depredadora. Fue apenas un pestañeo bajo el ala del sombrero y su sonrisa seductora lo desmintió de inmediato. Pero la verdad era que no le había gustado que Kate la dejase con la palabra en la boca. Una falta de respeto en toda regla, hacia ella y hacia dos miembros del club como eran Jesse y Fauve.

Y ahí estaba otra vez su mayor fan. Al ver que Missi se acercaba para verla bailar, le dedicó un guiño travieso con el ojo. Tal vez Kate no fuese a convertirse en su primera alumna, pero ahí tenía a Missi, que parecía más que dispuesta. Aunque todo eso de dar clases se lo planteaba muy superficialmente, sólo porque Charlotte parecía querer para ella algo mejor que exhibirse bailando en la barra. Pero la realidad era que a Mad le encantaba ese trabajo. Bailar era uno de las pocas actividades que nunca la habían aburrido, tal vez porque al hacerlo atrapaba las miradas y la atención. Claro que eso no se lo iba a explicar a su amiga, no creía que fuese a entenderlo. 

Un giro más y un nuevo repaso al lugar. La fiesta avanzaba rápido, o eso le parecía. Pronto estarían todos como cubas.

Ahora que Missi había vuelto frente al escenario para verte bailar, Magnus había aprovechado de ir a buscar algo de comer, aparentemente aliviado de no tener que ser la única pareja bailando en medio del bar. La chica, que te miraba desde una de las mesas cercanas donde había tomado asiento, sonrió feliz ante tu guiño. Al menos de buenas a primeras, no estabas segura de si había algo de picardía tras esa sonrisa o solo estaba entusiasmada porque la hubieses notado. 

Lance y Sukie habían vuelto a su lugar también. En un principio habían seguido besándose apasionadamente como si estuvieran solos en la habitación, pero ahora, incluso con Sukie sobre él con una pierna a cada lado, la mirada de Lance estaba fija en ti mientras la besaba. Aún no te había hecho ninguna oferta, pero sabías que el productor del Cara Cara tenía los ojos puestos en ti, y muy probablemente, no se remitiera solo a lo profesional. 

Algo inusual era que a pesar de que la conversación entre Adam y Tatiana parecía ir bien a juzgar por la cantidad de sonrisas y la forma en que acortaban la distancia por inercia, cuando esta última vio que su padre se acercaba a la bandeja de carne su humor cambió drásticamente. Tras una mirada bastante cargada a Tricky, la chica encontró la excusa perfecta en la llegada de Magnus para dejar a los dos chicos conversando y ella salir del bar un momento. Pronto, Tricky y Novak se le unían a Magnus y Adam.

Killian había salido ya de la capilla, y tras compartir algún chupito junto a Jesse y Fauve, había ido a hablar con Jessica. Con lo bien que conocías a esa mujer sabías que no estaba nada feliz con el chico, pero aún así le dedicó una sonrisa luego de que el tomara soldado la mochila con la que había llegado y que Mark le había quitado para dejar en el suelo hacía un rato, y tomándole la mandíbula con una mano le plantó un beso en la mejilla. Kate, por su parte, parecía haberse puesto ya en modo camarera, aunque definitivamente seguía convertida en un manojo de nervios. Al menos a primera vista, no pareciera que ni Jesse ni Fauve hubiesen decidido recriminarle en absoluto su indiferencia momentánea. Ambos conversaban con ella relajados, y Fauve, como siempre que la tenía al lado, tenía toda su atención puesta en ella.

Entre lo ocupado que estaba Junior, y la distancia respetable que solía mantener con Fauve, el chico no había vuelto a involucrarse demasiado en la conversación. Más bien, en vez de buscar un descanso para integrarse otra vez a la charla, buscaba en qué mantenerse ocupado. 

Fauve sonrió con ternura al ver la reacción de Kate a su pregunta. Podía imaginar lo que había pasado afuera, y no podía culpar a los Crane de querer algo de privacidad. Sabía que ella no era particularmente amistosa cuando estaba de mal humor, aunque pillarla cabreada era bastante difícil. 

Una vez el soldado llegó a la barra, la chica lo examinó con la mirada. No de forma invasiva, sino con la simple curiosidad de un extraño al que tendrás que habituarte. Aparentemente el chico no había creído necesario presentarse, pero ella no era particularmente sensible con esos temas, así que le daba igual. Aún así, brindó junto a los dos chicos, y acto seguido puso el chupito en la mesa para sonreírle a Jesse en una petición silenciosa por el siguiente.

Jess, por su parte, observó a Killian acercarse con un rostro serio. Claramente estaba preocupada por su esposo, que no era precisamente fácil de alterar hasta ese punto, pero al mismo tiempo sabía que se le pasaría más temprano que tarde, así que con Char fuera dándole mimos bastaba y sobraba. 

Sonriendo levemente al ver como Killian tomaba la mochila, y un poco más tras escucharlo, no tardó en responder - De nada, niño. Yo también a ti. - dijo tomándole la mandíbula con una mano para acercarlo a ella y plantarle un beso en la mejilla - Ahora déjate de tonterías, y no me hagas adelantar la paliza que te voy a dar cuando acabe la fiesta - le guiñó un ojo - A cambiarte, venga. Que no le sirvo a soldados, le sirvo a cuervos. - añadió por último, haciéndole un gesto con la cabeza hacia el almacén. 

Lo sé, cariño, pero por mucho que cambie y sea la persona que sea, hay reglas que tiene que seguir. Como todos lo hacemos. - respondió con voz suave. Entendía que su hija quisiera defender al amor de su infancia, y probablemente, de su vida, pero incluso dejando de lado la falta de respeto que cometía Killian con veteranos de guerra, y que se estuviera comportando como un crío, aún quedaba todo lo que había decidido ignorar respecto al club. 

Claro que lo eres, amor - respondió con la mirada de más profundo cariño y ternura imaginable. Ni siquiera pudo intentar resistirse a besarle la frente con dulzura. Era su niña. Su mayor orgullo. ¿Como no iba a serlo? Era buena, inteligente, fuerte pero compasiva... Lo que no entendía era como había salido de él. Si es que tenía que tener más genes de Jess que de él en la mezcla. Bueno, quizás la compasión sí la había sacado de él, porque le constaba que Jess no se destacaba por su misericordia. 

Lo siguiente le sacó una risa, y negó con la cabeza sin decir nada. De seguro a Killian le llegaría más de alguna colleja de su parte si seguía comportándose como un gilipollas, pero eso no era lo que más le preocupaba. 

Abrazándola aún mientras acariciaba su espalda, asintió ante la propuesta de la chica - Creo que sería lo mejor, nena. A ti siempre te ha escuchado. - y sinceramente, esperaba que esa conversación funcionara. La última pregunta de Charlotte, en cambio, le hizo suspirar - Claro, cariño, si es muy joven aún y apenas ha hecho un tour. - eso no compensaba a nadie para seguir manteniéndolo de por vida - Lo más pronto que puede retirarse es luego de veinte años de servicio activo, que se retira con la mitad de su sueldo mensual - y por supuesto, para eso no contaban los años de entrenamiento, así que aún le faltaban unos 16 o 17 a Killian para eso - La mayoría hace eso y se mete al sector privado, pero entonces sigue en la guerra. Y si te quieres retirar con tu sueldo mensual normal, tienes que tener cuarenta años de activo - lo que era, sin duda alguna, casi imposible, pero quería que su hija entendiera que esto no estaba más que comenzando para el chico, porque se moriría antes de verla sufrir así otra vez por las promesas de Kill - Lo más probable, es que Kill se retire a los veinte. No necesita el dinero. Pero aún así, es bastante tiempo.

Jesse sonrió al comentario de Kill, alegre de verlo un poco más relajado, un poco, porque parecía que era incapazde abrir la boca sin solicitar que una persona u otra le diera una paliza. Quizás debería limitarse a no abrirla más por aquella noche si quería salir vivo de esta. Aunque él no era precisamente el más indicado para hablar, más de una vez había acabado recibiendo por no saber callarse, pero no recordaba que nunca hubiera sido por pedir literalmente que le pegaran.
Dejó que Kill y Jessica tuviesen su espacio, además el muchacho parecía ansioso por cambiarse, y él ya había cumplido con su misión.
Entonces se centró en Kate, ya que no había llegado a decir nada a su disculpa.

-No pasa nada novata.- Dijo revolviéndole el pelo con una sonrisa traviesa de hermano mayor.

Precisamente le había gustado él hecho de que se relajara un poco y pasara de ellos, pero lo había estropeado todo volviendo ahora solo para disculparse, cuanto trabajo le iba a dar.
Jesse miró alrededor, le gustaba tener controlada la zona, y también quería mirar cualquier cosa que no fuese la escena fde Kill y Jessica, entonces su mirada se cruzo con la de Fauve, allí estaba ella, como un sonriente perrito lastimero sin un chupito que beberse, era insaciable.

-¿En serio?- Preguntó a nadie en concreto conteniendo una carcajada.- Esto no va a acabar bien.- Dijo divertido llenando otros dos chupitos.

En un rincón cerca de los barriles, Mark y Alyssa seguían con caricias, besos y miradas que dejaban bastante claro que más temprano que tarde irían a perderse por ahí. Mientras tanto, Cerys coqueteaba con Butcher un poco más allá, y una de las comecuervos nuevas era abandonada por Daddy, que se metía al baño. Las otras dos, que habían estado repartiendo comida, ahora parecían buscar qué comer. Y una de ellas, tenía la mirada puesta en Killian. 

Ahora que Missi había vuelto frente al escenario para ver bailar a Mad, que se lucía con acrobacias y miradas seductoras, Magnus había aprovechado de ir a buscar algo de comer, aparentemente aliviado de no tener que ser la única pareja bailando en medio del bar. La chica, que miraba a Mad desde una de las mesas cercanas donde había tomado asiento, sonreía feliz. Al menos de buenas a primeras, no estabas seguro de si había algo de picardía tras esa sonrisa o solo estaba entusiasmada. 

Lance y Sukie habían vuelto a su lugar también. En un principio habían seguido besándose apasionadamente como si estuvieran solos en la habitación, pero ahora, incluso con Sukie sobre él con una pierna a cada lado, la mirada de Lance estaba fija en la bailarina mientras besaba a su esposa. 

Algo inusual era que a pesar de que la conversación entre Adam y Tatiana parecía ir bien a juzgar por la cantidad de sonrisas y la forma en que acortaban la distancia por inercia, cuando esta última vio que su padre se acercaba a la bandeja de carne su humor cambió drásticamente. Tras una mirada bastante cargada a Tricky, la chica encontró la excusa perfecta en la llegada de Magnus para dejar a los dos chicos conversando y ella salir del bar un momento. Pronto, Tricky y Novak se le unían a Magnus y Adam.

- Lo se, lo sé, me refería que que acaba de llegar, habrá cambiado, dadle un poco de margen - Le pedí con cariño, estaba cabreadisima con Killian, dolida, pero eso no implicaba que hubiera dejado de quererlo, si no lo quisiera aún me sería indiferente, él siempre tendría un lugar especial para mi y no querría que lo pasara mal ni sufriera daño. Una cosa era un puñetazo y otra las repercusiones del club.

Escucharlo decirme que era su mayor orgullo me hizo mirarlo con todo el amor del mundo, apreté los labios sonriendo y achuchándolo un poco más en mis brazos. Pero entonces sentí una enorme punzada en el corazón y bajé la mirada con un nudo en el estómago - Os estoy fallando a todos... lo he intentado, he intentado cuánta manera se me ocurrió para sacar a Christopher de prision y ninguna vale, no soy capaz de conseguirlo sin dañar a otros o al club y me está volviendo loca... - Y más cuando hacía meses que en mi cabeza se había implantado la idea de que el ex sargento estaba allí por mi padre, no solo por el club, por mi... por mi familia. Tenía que hablar con mi tío de lo que había pensado, porque si él daba el visto bueno por mucho que a mi padre no le gustara la idea tendría que comprenderlo.

- Hablaré con el - Aunque eso pudiera desgarrarme un poco por dentro en una herida que creía cerrada. Quizás no valiera de nada, pero al menos lo intentaría.

Mientras escuchaba su recordatorio del ejército en mi mente solo se formaba la imagen del día que se había ido, de los meses que pase destrozada después, de verlo llegar hoy y de darme cuenta de que si, era un fantasma. - Se como funciona papa, pero pensé que no se, quizás había pasado algo para que lo mandaran antes a casa - Había pasado un año desaparecido, quizás había ocurrido algo para que terminara algo, quizás aunque lo viera entero bajo la ropa no lo estuviera o... no se. Pero lo que sí tenía claro que es no quería creer que se quedaría para volver a verlo marchar, porque aunque ahora no fuera la cría de hace siete años y tuviera a Chris... me dolería igual.

¡Todo el tiempo pasado, y aún estoy acostumbrándome a convivir con la gente! En Nueva York hay mucha población, pero todos están ocupados en su mundo y es muy fácil andar solo y que las demás personas sean solo escenario de fondo. Aquí, es todo lo contrario.

Cerré los ojos cuando Jesse me revolvió el cabello. Quizá, debería relajarme un poco. Acabo de aceptar que me quedaré de prospecto eterno, ¿no?

Me preocupaba que Fauve estuviera bebiendo, más porque estuvimos bajo el sol y había amanecido con resaca.

Debería dejar una botana para que no tengan solo alcohol en la sangre. Casi todos los moteros del club me intimidan un poco (Reaver un mucho) pero a Jesse le tengo más confianza, y Mike es muy diligente. Trato de pensar que va a estar bien.

— Vuelvo en un rato... — al pasar al lado de Fauve, me acerqué y le di un beso en la coronilla.

Busqué una charola, para volver a hacerla de mesera y ver si a nadie le falta algo.

Sin duda el sargento de armas se estaba dando un festín, o eso se le había quedado enganchada su lengua a la de Alyssa, sin duda era una imagen curiosa, entre eso y alguna que otra pareja, Jesse parecía haber vuelto a sus locos 18, juntandose con un montón de chicos con las hormonas revueltas y fiestas en las que se ponían hasta arriba de todo. Lo más curioso es que por un lado tenías a estos maduritos adolescentes, y por otro una especie de picnic familiar, sin duda una mezcla bastante extraña.

Hubo una escena que le llamó la atención por encima de todas las demás, ¿le pasaba algo a la niña de Tricky?, este lo había ayudado alguna que otra vez con la relación con su padre, así que le parecía justo devolverle el favor, aunque sonara totalmente a meterse donde no lo llamaran, pero como no estirara un poco las piernas y se alejara de allí iba a morir a base de chupitos, y es que no estaba seguro de que fuera a aguantar más que su compañera.

Despues de estirarse un poco, como si de un gato desperezandose se tratase, Jesse se alzó sobre la barra y cogió un par de botellines de cerveza, y luego miró a Fauve.

-Cuídala bien.- Dijo refiriéndose a la botella de tequila con una sonrisa.- Ahora vuelvo.

Dicho aquello el joven salió detrás de Tatiana a estirar un poco las piernas y ver que hacía la chiquilla.

Sonreí abiertamente a Jess, seguía siendo como siempre. Algo me decía que terminaría pegándome de verdad al acabar la fiesta pero era parte de su encanto: no era de montar escenas ni nada, pero era mortal. Y eso precisamente era lo que más me asustaba de ella. Me cuadré ante ella como si estuviera ante mi teniente y le sonreí, contento por su beso y sus palabras. -Si, señora. -le guiñé un ojo con picardía y caminé hacia el almacén con mi mochila.

En silencio, me fui desnudando, doblando la ropa para que no se arrugase e ir guardándola en la mochila. Había hecho el idiota y, pese a que me quemaba en el orgullo, Deaper tenía razón. Pero no podía ser una plañidera quejándome todo el rato y lloriqueando como una niñita. Ese no era yo. 

Me vestí con mis pantalones vaqueros y me puse mi camiseta de los Hijos antes de volver a ponerme por encima mi chaleco. Ahora si que era yo mismo, el mismo Killian de siempre. Solo que con más años y vivencias encima, nada más. Estás en casa por fin. Baja la guardia y disfruta. 

Salí del almacén y fui directo a darle un fuerte abrazo a Jessica. Era como una segunda madre, siempre había cuidado de mi la quería con locura. -Ahora si, estoy en casa. -susurré en su oído. -Siento la escenita. -me aparté para mirarla y sonreír. -Tenemos un bourbon a medias, creo. -añadí ya en voz alta.