Partida Rol por web

Zay siguió algo embobada con la serpiente. Sólo las palabras ''llevarse bien con compaañeras de habitación'' la hizo desencantar un poco y se volvió a acomodar, aún mirando la serpiente.

Una chica pelirroja abre la puerta del compartimento con una sonrisa... hasta que ve a una chica de ropajes góticos, con lo que su sonrisa se va atenuando hasta casi desaparecer. Recuperando la compostura mira a las otras dos chicas y fuerza una nueva sonrisa.

-Hola, me llamo África, ¿qué tal?

- A mi tampoco me gustaría llevarme mal con otras chicas de slytherin - digo con cierto agradecimiento. Me siento a cierta distancia, cogiendo firmemente al gato, que de todos modos no hace ademán de ir a acercarse a la serpiente. En realidad, segundos después se aburre de mirarla y se hace un ovillo sobre mis piernas, dispuesto a dormir -. ¿cómo has conseguido que te dejen tener una serpiente? Pensé que sólo permitían gatos, lechuzas y ratas.

No me importa que se note que me encanta la mascota de Anaïs y me da un poco de envidia.

Miró a África y sonrió.
Hola de nuevo preciosa Volvió a mirar a Alex y alzó una ceja ¿No querrás una para hacerte un bolso, no? medio bromeó no muy confiada de sus palabras.

Dirijo la mirada a la puerta, donde ha entrado una nueva chica - Hola, yo soy Anaïs Espriu - respondo, dándome cuenta de la mirada que le echa a Zay. La serpiente* alza la cabeza de nuevo para mirarla también, totalmente pasiva, le acaricio la cabeza.

Miro a Alex, y vuelvo a sonreir, hablo tranquilamente, con calma - Mi familia es muy amiga de la familia del Jefe de la Casa de Slytherin - respondí únicamente, consideraba que se entendía suficiente lo que quería decir.

- La verdad es que me encanta el tacto de la piel de las serpientes. Es como si fueran agua viva, con la ventaja de que no son pringosas como los batracios. Pero también me gusta el orgullo y la independencia de los gatos.

Desvío la mirada de la serpiente y saludo a la chica que acaba de entrar con una sonrisa.

- Hola, yo me llamo Alex.

Escuchando como describía las serpientes le miró unos segundos Entonces retiro la ofensa sobre tu cerebro, si me permites... Y mirando a Anaïs con los ojos con un poco de brillo ¿Podría tocarla o mejor no? No quiero molestar. Notó como su salamandra frotaba su cabeza contra la mejilla de la chica.

Bueno, como veo que se pueden sacar las mascotas, espero que no os importe que saque a Luna, que ya está cansada de la jaula, dice mientras deja el equipaje bajo su asiento. Acto seguido abre la jaula y saca una gata negra como la noche de ojos ambarinos, la que coloca en su regazo y ésta, mansamente, comienza a ronronear mientras se acomoda.

- Y yo retiraré lo que dije sobre el cerebro de Anaïs.

Al ver que Africa también tiene un felino, empiezo a sentirme un poco más tranquila. Empezaba a pensar que los gatos se habían pasado de moda.

Sonreí, parecía que me llevaría bien con Alex y Zay... ¿pero quién era aquella pelirroja? ¿África había dicho que era su nombre?

Miré a Sweety y la acaricié, se quedaba adormilada.

Tampoco es que me importara demasiado, no parecía que la pelirroja fuera a venir a mi casa... miré la puerta y suspiré. No creía que tuviera la casualidad de encontrármelo al barco.

Viendo que un incómodo silencio empezaba a apoderarse del compartimento, África intentó sacar un tema de conversación para empezar a conocer un poco a sus nuevas compañeras.

Entonces... éste también es vuestro primer año, ¿no?

Solo tengo que cambiar la dirección de los ojos para mirar a África, ya que estaba mirando a la puerta.

- Sí... también es mi primer año - respondí con desgana. Parecía que nos habían metido a todos los novatos al mismo compartimento como ratas de laboratorio.

- Pues sí... es curioso que hayamos acabao todas aquí. Por cierto ¿de donde sois?

Mi acento me delata. Soy andaluza. África ha hablado demasiado poco como para que reconozca su acento, y durante la conversación con las otras, estaba demasiado nerviosa como para pararme a pensar en eso.

- Yo de Barcelona - respondo a Alex - Vivo en una urbanización de magos, un poco más al este de la capital.

Aunque el idioma que hable en casa normalmente sea el catalán, sé que no se me nota demasiado el acento.

- Yo soy de Sevilla - explico con una sonrisa al pensar en mi casa y en mi ciudad -. Vivo en una casa antigua, de estah de arquitectura andalusí, con varioh patioh interioreh, llenoh de masetah y con una fuente en mitá. Etamoh en el sentro, muy serquita de la Giralda, pero los muggleh no son ningún problema, porque la tenemoh escondía con un encantamiento fideliuh. Así no vienen a molestá.

Yo del País Vascodijo acariciando de nuevo su salamandra Vivimos a las afueras de un pueblo, muy cerca de los acantilados. Se limitó a decir.

Se acomodó nuevamente y se sacó una rana de chocolate. Al abrir la tapa rápidamente la cogió de una pata para que nos saltara. Sin mirar el cromo se lo guardó y empezó a deleitarse con el chocolate.

Yo soy de Ciudad Real, en la Mancha, dijo África sonriendo. Vivo en una finca en el campo donde pude ver magia sin tener que preocuparnos por los muggles.

Entro en el compartimento que me han asignado.Me sorprendo al ver que soy el unico chico de mi compartimento y dejo la maleta y me siento.

-Hola,¿Qué tal estais?-Les pregunto.

Zay se gira y le mira algo sorprendida, no le había visto llegar.
Buenas...

Hola, dice África con una sonrisa. Yo soy África, ¿también es tu primer año?