Partida Rol por web

Maite no saluda al recien encontrado. Sigue caminando hasta llegar a la puerta, abriéndola de una vez y asomando la cabeza sólo unos milímetros. Lo justo para ver si hay alguien esperando fuera. Al comprobar que no hay nadie, pega una patada a la puerta, abriéndola del todo.

Genial, el Bosque Prohibido. Dice con sarcasmo mientras se queda en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados, y da media vuelta mirando a los demás. ¿Qué hacemos ahora?

Natalia también ignora al recién llegado.

Oye a Maite y se acerca también para asomarse. Luego se da la vuelta para mirarles a todos.

¿Pues qué vamos a hacer? Entrar... qué remedio.. Murmura echando otro vistazo.

Siguiendo a las dos chicas de mi casa, ignoro al recién 'aparecido', mas que nada por su forma de salir corriendo por el pasillo.

Acercándome al umbral, echo un leve vistazo fuera mientras frunzo el ceño sin decir nada. En última instancia, tras girarme y mirarlas, añado a lo dicho por Natalia Creo, Maite, que no tenemos otra alternativa que continuar... no podemos dar marcha atrás ya que podría estar todavía el animal que atacó en la fiesta.

-Oh, Sara... Parpadeo un par de veces antes de reaccionar a la voz de Sara Lago. -Seguí hacia adelante, estoy bien. O eso creo.

Luego me sobresalto ante la patada a la puerta de Maite.
-Creo que tendremos que entrar en el bosque prohibido para llegar al castillo. Digo con muy pocos ánimos.

Veo como los slytherin pasa por nuestro lado sin prestarle atención a Jordi con mala cara. Parece que solo se preocupen por si mismos y no sean capaces de ver más alla de su ombligo.

¿Estais seguros? ahí fuera ya murio una compañera... digo con miedo no me atrae nada la idea. A lo mejor nos saltamos alguna bifurcación estaba oscuro y no se veía bien...

Maite se da media vuelta de nuevo, mirando al exterior.

No, no había más camino. Varitas preparadas. Saca la suya propia y empieza a caminar hacia el exterior, segura de si misma y procurando no tropezar con nada. ¡Ah! Y recordad que andar solo por el bosque prohibido, es como cabar la própia tumba. Tenemos que permanecer juntos. Mira a todos y cada uno de los compañeros que quedan a la cara, sobretodo a los Slytherin y a Sara Lago. Nos guste o no.

Mira hacia todos lados mientras camina, alerta a cualquier sonido o movimiento de cualquier lado.

Murmurando durante un momento fugaz con un atisbo de humor ¡Si, Comandante General!

Tras murmurar algo durante un momento, aferro con algo más de fuerza la empuñadura de mi varita. Asintiendo a Maite la sigo al interior de la densa floresta mientras pronuncio en voz ténue Mil ojos... ahora empieza lo serio.

Estaba seguro que nadie se tomaría el momento a broma, pero nunca está de mas ser previsor.

Hago un gesto a los chicos Ravenclaw para que nos sigan mientras echo a andar detras de Maite y Emilio.

Supongo que dividirnos es lo peor que podemos hacer Digo resignada

Sigo a Sara de cerca empuñando la varita con la mano con la que no llevo el candelabro.

Tintineo ligeramente, posiblemente por el frío, probablemente del miedo, o quizás una combinación de ambos.

No duda en aferrar la varita con fuerza y colocarse al lado de Sara, mirando alrededor con el ceño fruncido y con una falsa seguridad en su cuerpo.

No tardáis en ver las puertas de la escuela... no hay ni una señal de los erumpent, pero sí de alumnos heridos que siguen entrando en el edificio. Distinguís la profesora de astronomía ayudando a algunos de estos haciendo camillas voladoras y llevándoselos al interior también al interior.

Maite se acerca a la profesora. Un atisbo de sonrisa satisfecha cruza sus labios al ver que están a salvo. No guarda su varita, la sigue sosteniendo en la mano.

Tampoco habla con ella. Se queda de pie, esperando a que alguien tome la palabra. Ella ya había tomado la iniciativa demasiadas veces aquella noche.

Relajándome levemente al observar a alguien del profesorado de la escuela, no muesto signo de satisfacción alguno. Observando como nadie por ahora ha dicho o hecho nada, empuñando la varita con desenvoltura, me acerco algo más a ella (la profesora de astronomía) y le hago unas señas para que repare en nosotros.

Con voz tranquila y modulada (para la situación) Disculpe profesora, somos uno de los grupos que huyó del salón de bailes cuando ocurrión el incidente del erumpert... ¿podría indicarnos que ha sucedido y cuales son las medidas que han dictaminado el profesorado respecto a nosotros, los alumnos?

La mujer os mira y sonríe aliviada.

- Por las Barbas de Merlín, suerte que estáis bien... pasar dentro del Gran Comedor, la directora os tiene que hablar...

Sigue ayudando a los alumnos sin más dilación.

Pablo se acercó junto a Emilio y Natalia, a quien todavía llevaba de la mano, a la mujer que habían reconocido como profesora y esperó junto a ellos la respuesta sin poner muy buena cara.

Al menos salimos de ésta sin muchos problemas... una carrerita y algo de labia. Pensó al tiempo que esbozaba una media sonrisa que no tardó en desaparecer de su cara.

Tras escuchar sus indicaciones, el chico dijo un escueto "gracias" y se dispuso a continuar hacia el interior del castillo.