Partida Rol por web

Tras abandonar el Despacho en completo silencio, esperó paciente a que la Capitán guíe sus pasos hasta el camarote. La expresiones de su rostro denotan seriedad y determinación, siendo consciente de que había muchas cosas en juego y una de ellas tenía que ver con el futuro de la Excalibur. 

- Espero que entienda algo, no estoy aquí para hacerle la vida imposible, sino para supervisar el desempeño de toda la tripulación y sus desavenencias. - aclaró seria. 

Sólo que no quería hablar más, consideraba inapropiado esto de conversar en los pasillos. 

Cristina aguardó silencio durante todo el trayecto hacia su camarote, la única razón por la que había accedido a dejar sola a Dianne era que debía hablar con Erika, por mucho que le importunara hacerlo no le quedaba otra.

- Claro...- dijo mirándola de soslayo- porque soy incapaz de controlar a nadie, incluida a mí misma...- no pudo evitar lanzar la puya pues sí... Cristina era rencorosa y tenía grabado a fuego el incidente del bar y lo mucho que se divirtieron tanto Erika como Mukherjee a su costa- Usted primero- le indicó fría cediéndole el paso a su camarote. 

La comodoro se encontró con una habitación ordenada y limpia, donde se exibían varios objetos los cuales era difícil que pasaran desapercibidos.

En las estanterías destacaban varios libros impresos en papel, las ediciones coleccionistas del Sabueso de los Baskerville, Drácula y Don Quijote de la Mancha. Al lado se encontraba una espada colgada en la pared perteneciente a la familia de Alba, dicho objeto denotaba antiguedad y parecía bien cuidada y lista para ser usada. Cerca del escritorio de Cristina, entre algunas fotos familiares y otras de la antigua tripulación de la capitana como primer oficial al mando del capitán Kane. También se podía apreciar un mapa de la Europa del siglo XVI, correspondiente con el máximo apogeo del imperio español, dicho objeto se encontraba perfectamente enmarcado.

Además de todo aquello, se podía observar colgada en una percha una bufanda extralarga de colores, que nunca se la habían visto puesta a De Alba, pero que sin duda debía de gustarle por la posición que ocupaba en la habitación, apartada del trasiego pero a la vista. El otro objeto que también chocaba con el entorno en general que transmitía el camarote de la capitán era un pequeño despertador con una extraña forma, una especie de cabina azul que mostraba la hora.

Pero lo más destacable, sin duda alguna era el cuadro que se encontraba presidiendo la estancia, se trataba de un retrato de un hombre ataviado de militar español del siglo XVI, cuya mirada penetrante parecía clavarse en todo aquel que osaba molestarlo, no hacía falta mucho para darse cuenta de la similitud de mirada del individuo con la de Cristina.

El retrato rezaba el siguiente nombre Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, Gran Duque de Alba.

- Le he traído a mi camarote porque he de tratar con usted un asunto importante, siéntese por favor- le indicó uno de los asientos mientras preparaba un té de aroma terroso y afrutado- Procuraré ser breve...- sirvió dos tazas sin esperar consentimiento, su educación y buenas formas la obligaban a ser una buena anfitriona- he recibido un mensaje encriptado de un almirante de la flota, pero yo sola no puedo desbloquearlo- fue directa al grano... estaba condenada a tolerarla pero a nada más

Erika no tardó en adentrarse al camarote sin detenerse en los objetos o el cuadro que allí se encontraba, simplemente aguardó de pie mientras la Capitán iniciaba la conversación. No obstante, el primer comentario hizo que ponga los ojos en blanco, sin necesidad de contestarle a ello. La pelirroja no era su amigo, no le seguiría ese juego.

Si bien ahora comprendía el motivo de que aceptase una conversación a solas con ella, estaba claro que su cadena de mando y la necesidad de conseguir algo de la Comodoro estaba a la orden del día, era de esperar, pero Erika no abusará de ello. No de momento.

- ¿De qué Almirante? - preguntó seria. - ¿En qué momento lo recibió? ¿Puede mostrarmelo? - continuó sin denotar sentimiento alguno. 

No se la veía curiosa, ni nada, se mantenía de pie con sus manos cruzadas en la espalda. Al menos si solicitaban algo de ella, quería saber todo, era el precio por su ayuda. 

- Al margen, cuando solucionemos el asunto del mensaje, debo hablar de algo con usted. - agregó manteniendo el tono y la compostura. - Espero que sea breve también...

Cristina miró con calma a Erika y directamente a los ojos para responder.

-El almirante Leonard-dijo para después sacarse del bolsillo el pequeño dispositivo que contenía la información dirigida a De Alba- Antes de perder la consciencia por la gravedad de su estado,
Le dió esto al señor Jankowski insistiendo en que debía dármelo a mí. - Cristina que si optó por sentarse frente a la comodoro, dió un sorbo al te para después añadir-El problema es que yo no poseo los códigos necesarios y debe de tratarse de un asunto importante para pedirle a mi oficial cautela y mi persona como único destinatario.

- Uno de los tantos secretos de la flota...  - comentó tras dedicarle una mirada. - Cuente conmigo, puedo ser reservada. -  aclaró determinante. 

Y mientras espera que la Capitán le entregue el mensaje encriptado, aprovechó para comentar sobre el dilema reinante que recién acaba de surgir con el Viceministro y Turak. Muy rara era la situación como para pasarla por alto. ¿Qué pretendía el Viceministro con su hija? ¿Por qué la insistencia de dejar a otro vulcano en la nave? ¿Sirril ha despertado sospechas incluso en su propia tierra? Daba que pensar, demasiado y la Comodoro estaba al tanto de todo. 

- Por cierto, puedo comprender que usted le tenga aprecio a la Doctora, pero no sé si se ha dado cuenta de todo lo que le rodea, intereses políticos y vaya a saber que más. Nadie viaja por el espacio poniendo a riesgo su vida por un berrinche, aquí hay algo más detrás y la oferta de tener a Turak como médico tiene que ser por una razón. Nada es casual y espero que usted sepa estar muy atenta a las cosas que están sucediendo en esta misión, porque no existen las casualidades y me temo que podemos encontrarnos en medio de un barullo del cual la Excalibur saldrá manchada. - aconsejó, advirtiendo por si a Cristina algo se le escapaba. 

Cristina se preguntó durante cuanto tiempo sería capaz de soportar a Erika sin mandarla a paseo... Le disgustaba enormemente su presencia, pero lo disimuló dando un sorbo al te... Se había dado cuenta de que la relajaba, por eso había sido lo primero que se había preparado para hablar con ella.

-Gracias por el recordatorio Erika... - Cristina estaba perfectamente al tanto de todos los detalles de la visita del vice ministro, por eso estaba de tan mal humor, olía a muchas cosas y ninguna de ellas buenas, pero estaba convencida de que la información contenida en el chip de datos podría aclarar muchas cosas- Vayamos por partes si usted tiene la bondad- Le tendió el chip de información y se levantó del asiento con su taza de té en la mano, para permitir a la comodoro que utilizara su ordenadorHe tratado de acceder a su contenido utilizando mi clave como capitana, al hacerlo conseguí averiguar un nombre "La Torre de Babel", pero al tratar de pasar el siguiente nivel de encriptación sólo he podido constatar que el dispositivo contiene un mecanismo de protección de autodestrucción a los siguientes dos intentos.

- Todo sea para que la Excalibur no se convierta en una feria americana, llena de visitantes de lo más inusuales. - replicó ante las primeras palabras. 

Luego cuando le alcanzó el mensaje encriptado, simplemente se centró en ello tras sentarse frente al ordenador. Rápidamente se la veía teclear con total libertad, como si no fuese la primera vez que realiza tal tarea. ¿Acaso Erika solía hacer este procedimiento a diario?

- Ya ingresé el código, veremos qué aparece. - respondió atenta a la pantalla..

Superando la ultima protección del archivo protegido bajo el nombre de “La Torre de Babel”, un mensaje automático inició su reproducción.

El mensaje de vídeo fue grabado por el almirante Daniel leonard desde su despacho personal. El semblante del hombre era firme, de notable preocupación sobre lo que estaba por grabar en el mensaje.

- Capitana De Alba. Si esta viendo este mensaje significa que la comandante Erika, mi mano derecha en el cuartel general, se encuentra con usted. Entonces iré al grano porque vuestro tiempo a partir de ahora es sumamente vital.

Lo que diré a continuación es secreto máximo y su divulgación lleva la pena máxima. No podrán hablar de esto con nadie. ¿Entendido?

Tienen cinco días a partir de ahora para llegar al sistema Wolf 424 y allí usar el llamado estándar de la flota estelar por el canal de seguridad C-714. Mediante ese canal un contratista privado les entregara un mapa estelar bajo la forma de una inigualable joya. Bastará que su médico en jefe utilice la cámara de imágenes para encontrar una ruta trazable hacia el interior del territorio Romulano.

¿Porque dentro del Imperio Romulano? Porque nuestros aliados Andorianos y su red de espías nos alertaron de un peligro que se gesta en uno de los sistemas fronterizos Romulanos. Creemos que es el punto de partida para algo grande, que desde La batalla del sistema Sol no hemos visto.

En la bahía de carga Uno, bajo la etiqueta “Bobinas Warp”, se ocultan torpedos de Tricobalto* y ojivas nucleares con la capacidad de arrasar un pequeño planeta.

Capitana, deseo que entienda la gravedad de esta misión y la gran posibilidad de tener que realizar enormes sacrificios. A tal motivo envié a la Comodoro para que le ayude a tomar las decisiones mas difíciles que ningún capitán debería tomar jamas.

A partir de ahora, y desde el momento que abandone el sistema Solar, la Excalibur se encontrará por su cuenta y sin posibilidad de asistencia ni ayuda. Incluso los canales de comunicaciones a tan larga distancia han sido anulados por el enemigo.

Por ultimo debe saber usted que nuestro enlace Anodriano se encuentra oculto en su bahía de carga tres, dentro de una cápsula de hipersueño. Su habilidad mental le será de gran utilidad para hallar aquello que nos preocupa a todos.

De superar esta misión imposible tendrá el derecho de limpiar su expediente así como de cualquier tripulante bajo su mandato. Le deseo a usted la mejor de las suertes; y recuerde quien tiene a su lado es una integrante de gran valor así como una excelente consejera y superior.

Por ultimo debo advertirle sobre un posible espía a bordo de su nave. La información de la Excalibur fue y es filtrada desde la primer misión. Tenga mucho cuidado. Por eso este mensaje y su contenido* es de alto secreto.

Buena suerte.

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El destino se encuentra a catorce años luz, o tan solo diez días de viaje a máxima velocidad, en un sistema binario conocido como Wolf 424. Las estrellas de Wolf 424 son enanas rojas del tamaño equivalente a 1/8 del Sol.

El sistema también posee otro nombre. Uno más emblemático y problemático al mismo tiempo.

Se le conoce como Babel. Sitio neutral para las negociaciones entre la Coalición unida de planetas y las demás potencias del cuadrante.

 El mensaje termina para luego autoeliminarse, dejando archivos sueltos de un solo uso con información complementaria.**

Cristina prestó toda la atención al mensaje. Mientras el almirante más avanzaba en la explicación de su misión, más seria se iba poniendo. Aquella era una operación de alto riesgo... como era habitual desde que fue nombrada capitana de la Excalibur... Cuando el mensaje llegó a su fin miró a Erika, seguía sin gustarle, tenía pinta de sabelotodo infumable, pero al menos ahora si entendía el motivo real de su estancia en la nave, por lo que decidió volver a empezar con ella... y eso ya era una gran concesión por su parte, teniendo en cuenta el carácter de De Alba.

-Parece que vamos a tener que trabajar codo con codo y confiar la una en la otra... Le voy a ser franca...usted no me gusta y yo a usted tampoco, pero soy leal a la Flota y soy consciente de lo que se nos avecina, por lo que voy a seguir las recomendación del almirante Leonard con respecto a usted y todo lo demás, por lo que no voy a informar a Mukherjee... y con respecto a los Walkers... mi opinión es que Dianne debe permanecer con nosotros- intervino dejando que Erika hablase

Era Leonard, aquel hombre que tanto aprecio Erika le tenía y quién en parte la ayudó a escalar dentro de la Flota. Muchos recuerdos, dudas e incertidumbre inundó el interior de la Comodoro mientras se logró abstraerse durante unos minutos. 

Pero fue justo la voz de Cristina, la que en parte le devolvió la atención a ella y a la situación en si. No obstante, aún manteniendo la seriedad en su rostro, se limitó a responder. 

- No me disgusta en absoluto, creo que es una mala percepción que tiene de mi. Al margen de ello, puedo estar en desacuerdo miles de veces con usted, pero eso no quita que la defienda a la hora de la verdad. Es la Capitán, soy consciente de ello y la tripulación de Excalibur depende de sus decisiones, no se olvide de que esas vidas luchan por usted y se arriesgan de la misma forma. - respondió a lo primero y prosiguió.

- Son tiempos de guerras, conspiraciones y situaciones extrañas. Ya la flota no es lo que era, pero antes que nada debe encontrar la manzana podrida dentro de este lugar, para que no se siga filtrando más información de la flota y caiga en manos del enemigo. - hizo una pausa, analizando algunas cuestiones. - Las habilidades de la Andoriana pueden ayudarle, al menos a buscar justamente al traidor. - agregó convencida. 

Luego asintió con el tema de no informarle al hindú, considerando una acción que es necesaria para mantener el secretismo. No obstante, alzó una ceja ante la misiva de Diane, seguía sin ver lo que estaba en juego. 

- Vamos a someternos en una misión peligrosa, que posiblemente ni salgamos con vida. Los vulcanos nos ofrecen apoyo. ¿Va a rechazarlo por una Oficial? ¿Está pensando de forma racional? - cuestionó mientras se incorpora de la silla. 

Erika fue contestando a Cristina las cuestiones que le había lanzado, la capitana alzó una ceja cuando dijo que a ella no le disgustaba, puede que fuera una mala apreciación pero nada cambiaba, al menos de momento lo que Cristina sentía por Erika, se parecía a Muk pero en mujer y ya tenía bastante con él.

Es la Capitán, soy consciente de ello y la tripulación de Excalibur depende de sus decisiones, no se olvide de que esas vidas luchan por usted y se arriesgan de la misma forma. 

- Tiene usted la fea costumbre de recordarme cosas que se de sobra, cuando tomo decisiones no las tomo por que sí, en todo lo que hago están presentes todas las vidas que dependen de mí y le ruego- su mirada se volvió muy fría- que no vuelva a dudarlo- las muertes de los oficiales caídos en la primera misión pesaba sobre sus hombros y aquel peso era algo que aún no sabía si llegaría a superar del todo... si la señora Schmitd pretendía que le cayera bien... así iba a ser que no.

- Son tiempos de guerras, conspiraciones y situaciones extrañas. Ya la flota no es lo que era, pero antes que nada debe encontrar la manzana podrida dentro de este lugar, para que no se siga filtrando más información de la flota y caiga en manos del enemigo. - hizo una pausa, analizando algunas cuestiones. - Las habilidades de la Andoriana pueden ayudarle, al menos a buscar justamente al traidor.

Para no ahondar en la herida y centrarse en lo que debían decidió no incidir en el tema e ir trabajando.

- Sí, debemos encontrar al traidor...- asintió- el señor Sirril se ha puesto en comunicación conmigo para informarme de que han encontrado a la andoriana, tanto él como ella se encuentran en el comedor, le he pedido que la atienda hasta que me reuna con ellos.

Vamos a someternos en una misión peligrosa, que posiblemente ni salgamos con vida. Los vulcanos nos ofrecen apoyo. ¿Va a rechazarlo por una Oficial? ¿Está pensando de forma racional? - cuestionó mientras se incorpora de la silla. 

- El problema es que no es una oficial, es MI oficial médico- Dianne le gustaba y era muy competente... ¿por qué tenían que quitársela? todo el mundo estaba obsesionado con quedarse con ella y encima en contra de su voluntad, fallarle a ella le molestaba y le hacía sentirse mal, terriblemente mal- ella no desea irse y confía en mí... es de las pocas oficiales de la Excalibur que lo hacen, de verdad no entiendo la obsesión de todo el mundo por llevarse a Dianne- la molestia estaba cerca de un serio enfado- aún así me estoy comportando de manera extraordinariamente racional, puesto que mi primer impulso fue mandar de vuelta al Viceministro a la Archon, sin embargo le he dado vía libre para que hable con su hija y la convenza de que debe irse a cambio de un vulcano al que los humanos le provocamos asco. No pueden pedirme más- la española sostuvo la mirada a la pelirroja estaba muy disgustada con todo aquello, nadie tenía derecho a meterse en los asuntos de la Excalibur ni obligarla a deshacerse de sus oficiales- Y aún así cumpliré con mi deber- los ojos de Cristina tenían una virtud, eran capaces de expresar todo lo que pensaba y lo que sentía y lo que Erika vio reflejados en ella, era impotencia, la impotencia de alguien que va a hacer algo en contra de su voluntad y que se maldecirá mil veces por ello.

Negando con la cabeza, Erika se planteó la cuestión de refutar o no aquellas palabras porque brotaban desde la emociones y no desde la racionalidad que debe obstentar un oficial de la flota.

- De acuerdo, no acepta la negociación esto será simple. Prefiere un oficial que aprecia antes que su tripulación, nos dirigimos a una misión de alto riesgo con un resultado posiblemente funesto y usted decide declinar el apoyo con tal de tener a su amiga al lado. ¿Acaso eso no es un acto emocional? - preguntó determinante. - Su deber está con la tripulación completa, le caiga bien o no. 

La Comodoro sonaba hostil, pero más que nada por la sagacidad de su intelecto y lo estratega que podía ser, no para imponer su poder sobre De Alba.

- No debería decirle que hacer, aunque sea mi obligación, pero si usted apela a la altanería y a las emociones, se encontrará con una pared y esa pared soy yo. Tenga cuidado, estoy aquí para que trabajemos en conjunto así puede velar por su tripulación. Demuestre que tiene valentía, honre a sus oficiales y defienda a todos por igual. Así ellos... Le devolverán con creces esa dedicación, es parte de nuestra formación como miembros de la Flota Estelar. - terminó por decir, ya con la intención de irse rápidamente de allí.

¿Pero De Alba como hablaba, en chino? Le acababa de decir que iba a hacer algo en contra de su voluntad y le saltaba con un discurso de moral... Tal y como Muk hacía... Por eso eran tan amigos y por eso Cristina no podía ni verlos.

-¿Cuando usted habla conmigo me escucha o su cabeza está pensando en otra cosa?¿Quién le ha dicho que Walker sea mi amiga? ¿Quién le ha dicho que antepongo mis deseos a mi misión? Le acabo de mostrar mi disconformidad por mis propios motivos. No me gustan los vulcanos, y estoy segura que ese ofrecimiento, a parte de costarme a mi oficial médico... Va a tener otro precio. Los vulcanos no son almas de la caridad y se mueven por su propia lógica que no es otro que su interés. Con respecto a mi deber... No vuelva a darme discursos sobre mi moralidad o mis prioridades, no se lo consiento - la desgracia de Cristina iba en aumento tenía dos Muk a bordo, sólo que encima su versión femenina tenía un rango superior al suyo... ¡Puta vida! ¿Qué parte de cumpliré con mi deber no ha entendido? Si estamos condenadas a trabajar juntas debería usted de tratar de conocerme y sobretodo, escucharme.

- Las palabras se las lleva el viento, con hechos debe hacerlo. Use ese carácter para mantener su tripulación a raya, no para discutir conmigo. Vamos a la boca del lobo, podemos ir con una mano delante y la otra atrás, o... Con el apoyo de la gente que usted detesta. Apelo a su sentido común, ya que el juicio lo pierde por sus emociones. - aseveró seria. 

- Nunca olvide, siempre hay un precio a pagar... Todos tenemos uno, pero depende de nosotros que tan alto puede ser.  No necesito que me aprecie, aquí no hay emociones, sino oficiales. Por esa razón, trabajamos como profesionales que somos, no como humanos vulnerables. - aclaró mordaz, ya reflejando cierto cinismo en el tono.

- Mi objetivo no es entenderla sino chequear que su labor no sea perjudicial para la flota o su tripulación. No voy a consentir acciones incoherentes, no conmigo aqui. Puedo escucharla, todo lo que quiera... Si hay algo que me sobra es paciencia. - afirmó sin perder los estribos, se la notaba tranquila. 

Dicho todo esto, abrió la puerta del Camarote y salió del mismo, dando por terminada la conversación.

No había cosa que más jodiera a Cristina que la prepotencia, esa niñata se creía superior a ella, y lo que era peor se regodeaba de su puesto. No necesitaba a ninguna puñetera niñera que revisarse sus decisiones ni mucho menos a alguien que tuviera la poca vergüenza de dejarla con la palabra en la boca. La capitana era temperamental pero era capaz de dejar de lado sus sentimientos para cumplir con su deber ¡Y no hacía más que demostrarlo! ¿Qué más querían esos chupatintas? Echa una furia arrojó con fuerza la taza de té hacia la puerta por donde había salido Erika, destrozando el recipiente con ello al tiempo que el te salpicaba la habitación. De buena gana hubiera ido detrás de la mujer para asestarle un derechazo, pero se contentó con la taza y se obligó a relajarse no sin antes dedicarle varios "zorra" en su lengua materna, a la pelirroja. Cuando consiguió recuperarse, se a decent órdenes un poco para ir hacia su siguiente conflicto... La embajadora, con la terrible sensación de estar aún más sola que nunca.

- Sirril. Aquí Schmidt, por favor repórtese en cuánto pueda conmigo, es urgente. Indique lugar de encuentro privado en lo posible. 

Tengo ordenes de esperar a la capitana en su comedor, acudiré tan pronto como sea prescindible aquí.

- Entendido. En mi camarote. 

Tras haber finalizado la conversación con Sirril, tomó asiento frente a la computadora y la enciende mientras contempla las paredes aún perdida entre pensamientos. Debía informar a la sección 31 sobre este incidente y las decisiones de la Flota Estelar al enviar esta tripulación a una misión suicida hacia el corazón Romulano. 

Por esa razón, una vez que encendió tecleó rápidamente un mensaje bastante conciso. 

La situación ha empeorado en la Excalibur debido al compromiso emocional de la Capitán De Alba al denegar el apoyo Vulcano tras haber estado al tanto de la Misión suicida que la misma Flota Estelar dictaminó.

Se ha enviado a una Andoriana para que sirva de apoyo con sus habilidades, no obstante, se sabe que hay espías dentro de la tripulación y pocos saben que en este preciso instante se debe viajar Wolf 424 recibir indicaciones ahí por parte de un tercero (codificado) para dirigirnos a pleno corazón Romulano. Declarando así, la calidad de la misión y el riesgo de todos los que en la misma viajan. 

Solicito directivas para mis futuras acciones. 

Erika Schmidt.

Al final te acabas acostumbrando respondió por fin Sirril cuando ya estuvieron solos en los corredores camino de la enfermería. ¿Esta herido debido al ataque? las palabras de Sirril era tan frías como cabían de esperar en un vulcano, pero algo le decía que la presencia de Turak no era buena señal.

La enfermería esta al final de ese corredor, la doctora Walker le atendera.