Un segundo después del encuentro de la comodoro y el oficial científico algo ocurre. Algo ciertamente impensado, dado el sitio donde se encuentran.

Algo que dará que pensar a todos los presentes…

Cuatro agentes de seguridad terrestre cruzan el pasillo por donde se encuentran la mujer y el Vulcano. En el andar de los agentes algo extraño llama la atención de ellos.

Quizás es la forma de caminar, como si fueran habitantes de Marte de visita en la tierra, no acostumbrados a la gravedad terrestre. La cuestión que los cuatro, casi de forma mecánica y sincronizada, desenfundan sus pistolas y disparan a un grupo de altos oficiales de la flota que pasaban por allí.

Erika dio un salto en su sitio, horrorizada por el acto sinsentido. Sirril actuó de inmediato dirigiéndose al próximo pasillo y arrastrando a la mujer consigo.

Lamentablemente dos de los agentes se dieron cuenta de la treta y regresaron para dar caza a Erika y Sirril…

Mukherjee y De Alba esperaron en la habitación poco más de cuarenta minutos hasta que la puerta se abre de golpe. Casi parece que los habían olvidado allí…

Para sorpresa de ellos quienes ingresan son Sirril, el oficial científico de la Excalibur y la Comodoro Schmidt. La confusión empeora aun más cuando ellos cierran la puerta y traban el picaporte con una de las sillas.

El Vulcano hace una seña de silencio a Cristina y Aakesh, porque segundos después alguien intenta abrir la puerta girando el picaporte inútilmente.

Al no poder entrar, quien se encuentra afuera suelta algunas palabras casi en susurros para alguien más – Dhat krenn rjudhe – y lo siguiente que los cuatro escuchan son pasos de botas alejándose por el pasillo.

El rostro de la comodoro era de preocupación. En cambio el de Sirril no había cambiado en lo más mínimo.

La espera se hacía eterna cuando la puerta se abrió. Aakesh se puso firme enseguida, cambiando su porte marcial a una expresión de sorpresa. Sirril y la Comodoro acaban de entrar y rápidamente cierran la puerta.

Aakesh se disponía a hablar cuando les hacen señas de estar en silencio. Mira a la capitán y se queda quieto, esperando.

Alguien intenta entrar pero al encontrar la puerta cerrada prosigue su camino. A la vez se escucha una voz que habla en una lengua desconocida.

Cuando los pasos se alejan, Aakesh se acerca y susurra

-¿Qué está pasando?, ¿a que viene todo esto?

Suena a idioma Vulcano, perooooo..... No lo es.
¿Sera un dialecto?. ;)

La situación se había vuelto caótica en apenas unos instantes. El vulcano podía escuchar el rápido latido de la comodoro mientras se escondían en silencio. Sin duda no estaba acostumbrada al combate cuerpo a cuerpo. Apenas conocía aquella mujer hacía una hora, una hora en una montaña rusas sin duda.

Las voces se apagaron conforme los pasos se alejaban.

Capitan, primero saludo Sirril Me temo que las instalaciones están siendo atacadas, no estoy seguro pero esa lengua no me resultaba extraña. Podrían tratarse de Romulanos, lo que es seguro es que no son humanos. Han matado a 4 oficiales, parecía darles igual los objetivos creo que su pretensión era hacer el mayor número de bajas sensibles posible.

Fueron unos minutos que aletargados en el tiempo solo hicieron que por un instante todo se detenga en el interior de Erika. Hasta que de repente la inminente presencia de aquellos sujetos no hicieron más que alarmar a la Comodoro que tras haber vivido todos sus años dentro de la Academia, jamás se expuso al riesgo de esa forma. Por ella pasaron miles de simulaciones, pero nada real y esto si que lo era. 

Tras dejarse arrastrar por Sirril y mantenerse escondidos, fue cuando Erika reaccionó examinando la forma en que caminan y como disparan a todo el mundo.  Su corazón latía con fuerza, al punto de ensordecer al vulcano si fuese necesario. Su mirada permanecía atenta a los objetivos, no tenían armas y no quedaba otra que salir de allí rápidamente.

Por esa razón, arrastrada de nuevo por la iniciativa del Vulcano, ingresan a la sala de interrogatorio donde estaba la Capitán y el Primer Oficial.  Momento en el cual ya tomando decisiones en medio del caos, traba la puerta con una silla mientras Sirril pone al tanto a los presentes. 

Ahora adoptando una actitud más tensa, racional y propia de ella, escucha con atención las suposiciones del Vulcano mientras en su mente no puede creer que hayan accedido tan libremente en un lugar que está lleno de reclutas, donde la seguridad no es menor. El enemigo los conocía demasiado bien, eso no dejaba margen de dudas y por esa razón, quedaba analizar los pasos a seguir. 

- Tenemos que pensar en salir cuando estemos seguro de que se han alejado,  a unos pasos de este lugar está la Sala de Control de Vigilancia. Posiblemente algunas pistolas encontraremos allí, además estamos en el primer subsuelo, lo que significa es que debe estar todo invadido en los otros niveles de arriba. - afirma analizando la situación, lo único bueno que te tenía era que conocía el lugar como la palma de su mano. 

Cuarteles generales de la Flota Estelar

San Francisco

Fecha terrestre 20 de noviembre de 2159.

La Sede de la Flota Estelar es el centro administrativo del Comando de la Flota Estelar ubicado en California, en la Tierra. Comparte terrenos con la Academia de la Flota Estelar, que abarcaba el territorio adyacente a la ciudad de San Francisco, a ambos lados del paso del puente Golden Gate a la Bahía de San Francisco.

Para la mayoría de los presentes la noche anterior estuvo cargada de emociones y algo más, siendo el día de hoy una resaca interminable o simplemente un día demasiado largo.

Luego del evento en Saturno, la noticia se volvió oficial. La Excalibur tiene fecha de salida.

A tal motivo se designó una sala de conferencias para la tripulación de la NX-10 en la sede de la Flota de la Tierra Unida. Específicamente en los Cuarteles de la Flota, en San francisco.

Un par de lanzaderas se encargaron de llevar a la tripulación, realizando varios viajes desde el complejo Warp 5 hasta los cuarteles en San francisco.

El evento tiene lugar el primer piso del edificio principal, específicamente en un aula magna dedicada a los exámenes de los académicos.

Y de a poco los tripulantes fueron llegando, desde las lanzaderas del complejo Warp 5, y tomando asiento a medida que se registraban con un oficial en el pasillo junto a la sala.

Siendo más de veinte tripulantes –y faltando muchos más por llegar -  la iluminación falla y deja a todos a oscuras, siendo apenas iluminados por alguna ventana del pasillo exterior.

Segundos después el sonido de disparos y posteriores gritos alerta a todos los presentes, que jamás esperaban algo semejante en el sitio más seguro de la Tierra unida.

Casi de forma automática varios de los tripulantes bloquean la puerta de acceso con sillas y buscan un sitio donde ocultarse a espera de que las fuerzas de seguridad acudan al rescate.

La noche anterior había sido de fiesta y jolgorio para muchos; no para mí. La noticia de la inminente partida de la Excalibur me tomaba en la haciendo las últimas revisiones de las modificaciones aplicadas a la nave. Era un trabajo tedioso, pero si quería que todo saliera perfecto, debía continuar conociendo la Excalibur hasta la última tuerca.

El veinte de noviembre inició con una llamada en el Cuartel General, la Excalibur volvía a la acción y nos darían las buenas nuevas. Tras algunos días sin verlos, me reencontré con mis compañeros en aquella Sala de Conferencias. Apenas si pudimos intercambiar saludos, bromas y escuetas palabras cuando súbitamente se desató un tiroteo.

-¿Pero qué mierda está pasando? -alcancé a soltar justo antes de instintivamente agachar la cabeza. Tripulantes rápidamente bloquearon la entrada, que casualmente también era la salida- ¡¿Qué hacen?! ¡Tenemos que averiguar que sucede! ¿No se dan cuenta que nos encierran en una trampa?

Corro en dirección a la puerta, quería saber si podía vislumbrar algo más.

Cristina de buena gana se hubiera tirado por la escotilla del muelle 31 si le hubieran dicho que después de la resaca por culpa del estúpido concurso de chupitos, al que la comodor la metió... hubiera tenido que estar cuarenta minutos viéndole la cara al hindú... algún dios primigenio, muy aburrido con su vida debía de estar pasándoselo pipa a su costa. Era la única explicación lógica que se le ocurría... pues a pesar de que había firmado una tregua de paz con Mukherjee, no terminaba de caerle bien... especialmente porque su actitud durante la encerrona en la que se convirtió el interrogatorio, les acababa de suponer el despido y eso era algo de lo que Cristina estaba totalmente convencida, a pesar de las palabras del hindú... un convencimiento que no hizo más que agudizarse a medida que transcurría el tiempo y nadie venía para decir nada, cosa que empezó a desesperar a De Alba. Desesperación que se convirtió en sorpresa cuando vio aparecer al vulcano y a Erika y cerraron la puerta colocando una silla.

- ¿Romulanos?- definitivamente el dios primitivo estaba realmente aburrido- esta gente no se handa con bromas- comentó Cristina poniéndose de pie para hacerse cargo de la situación, había que actuar con rapidez- Comodoro usted conoce mejor que nosotros las instalaciones, tendríamos que saber cuales son los accesos que conducen a la primera planta, pero para ello debemos armarnos como bien ha sugerido y ver si hay algún oficial con vida en este nível. ¿En que dirección se encuentra la sala?- dijo mientras ponía un oído en la puerta para tratar de captar algún sonido y procedía a abrirla tímidamente para echar un ojo.
 

Aakesh se quedó pensativo, analizando la extraña lengua, no estaba seguro de que pudiesen ser romulanos, pero tampoco descartarlo.

Escuchó todas las opciones y asintió.

-Estoy con la capitán, aunque quisiera recalcar un detalle interesante, no suenan las alarmas......o han acabado con todo el mundo antes de que sonasen, o es una infiltración y aún nadie los ha detectado. Sugiero que las hagamos sonar. Si hay alguien en el edificio, o fuera, quedarán alertados y podremos recibir ayuda.

Aakesh miró a la comodoro

-Bien Erika....digo, comodoro, ¿podría indicarnos a dónde ir para armarnos?

El silencio desde el otro lado de la puerta es sepulcral, lo cual no trae buenos augurios para los cuatro presentes. Para males los únicos objetos de la habitación (305c) son dos sillas de metal y una mesa de igual material.

Todo esto empuja a los uniformados a ir a la Sala de control de vigilancia (317), ubicada en la otra esquina del inmueble, a casi cuarenta metros de pasillo y áreas abiertas. La posibilidad de ser sorprendidos en una emboscada es elevada aunque existen vías alternativas para llegar.

Por ejemplo el conocimiento de Erika sobre el edificio le indica que los conductos de ventilación pueden ser una posibilidad ante el peligro de los pasillos.

Del otro lado del vidrio que separa ambas (305c y 305b) salas de interrogación se encuentra una ventila por la cual los cuatro pueden arrastrarse hasta las escaleras del sur (z301). Es un plan alternativo que puede costar treinta o cuarenta minutos de arrastrarse por los conductos, superponiendo el tiempo de respuesta por encima del riesgo pero ganando seguridad.

Una tercera opción consiste en retroceder cinco metros hasta una sala de mantenimiento (305e) y desde allí forzar una ventana tragaluz que los llevaría a la superficie tras trepar por un pozo de un metro y medio inclinado en 45 grados.

Las opciones son variadas, y de distinta peligrosidad y velocidad de acción. Ahora, en base a la información suministrada por la Comodoro, les toca al cuarteto decidir como actuar.

Aakesh le estaba dando vueltas a las palabras que había escuchado

-Señor Sirril, tal vez mis orejas de humano me confundan pero ese idioma me recordaba vagamente al suyo, ¿podría tratarse de algún dialecto vulcano o algo similar?

Tras las explicaciones de Erika Aakesh negó con la cabeza

-Ninguna de las opciones para salir de aquí me convence. Ir por los conductos nos llevaría mucho tiempo y para entonces incluso podrían haber hecho volar por los aires el cuartel. Salir a los pasillos desarmados tampoco es una buena opción, pero tal vez no tengamos otra posibilidad. Si hemos de salir de aquí ha de ser de forma rápida, silenciosa y lo antes posible para dar la alarma.

El silencio volvió a cubrir el lugar nuevamente, parecía que el peligro inminente había pasado o eso les querían hacer pensar. El grupo valoraba las distintas opciones, cuya prioridad era llegar a la superficie.

El Romulano es un dialecto vulcaniano y esta forma de actuar es propia de una civilización belicista. Si no se trata de un hecho aislado sino de un ataque a gran escala sin duda han tenido que contar con ayuda interna para pasar desapercibidos.

Deberíamos separarnos eso nos proporcionará mayor probabilidad de éxito.

Cristina sopesó las posibilidades en silencio mientras escuchaba al vulcano y al hindú.

- Creo que debemos separarnos como ha indicado el señor Sirril y probar ambas opciones. Señor Mukherjee baja usted con la señor Schmidt- miró a la comodoro cayendo en la cuenta de que era su superior- si no tiene usted incoveniente- así podría librarse de Mukherjee durante un rato, que falta le hacía... además no era conveniente que capturasen a capitán y comodoro al mismo tiempo o a capitán y primer oficial... aunque fuesen a despedirlos y no llevasen los galones- en ir por los conductos de ventilación, dado que es usted quien mejor conoce el edificio, creo que sería lo más conveniente además es la opción que representa menos peligro- su obligación como miembro de la flota era proteger en la medida de lo posible a sus superiores- el señor Sirril y yo trataremos de llegar al exterior- era la opción más peligrosa y que a la vez requería cierto nociones de ataque y defensa, Cristina se las arreglaba bien en una lucha cuerpo a cuerpo y sabía utilizar las armas  mientras que Sirril era vulcano y sus destrezas físicas superaban a la de los humanos, sin embargo tenía sus dudas acerca de Muk y Erika, a ojos de De Alba era la mejor elección para todos- si no hay incoveniente, pongámonos a trabajar- añadió aguardando unos segundos por si alguien quería decir algo