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Venga, campeones. Vamos por él!!!!

SALÓN DEL CONSEJO KLINGON

Hacía mucho ciclos que se llevaba preparando aquella reunión a la que habían sido convocadas las máximas autoridades de las cuatro principales civilizaciones que colonizaban el universo. El tema a tratar, era una paz duradera, en la que la diplomacia y el comercio fueran el estandarte de una nueva era en la que la guerra fuera sólo una cosa del pasado. ¿De quién había surgido la idea? Todos los líderes pensaban que la idea había surgido de ellos mismos, no obstante, habían sido sus ministros y consejeros, los que poco a poco habían ido conveciéndoles de que se trataba de una cumbre necesaria para las aspiraciones de cada uno de los imperios.

Todo estaba preparado para la hora acordada. Los principales representantes de cada imperio y los líderes llevaban tiempo ensayando los discursos que debían pronunciar y las respuestas a las posibles preguntas que iban a formularse desde cada lado del comunicador holográfico. Líderes, ministros y consejeros vestían las mejores galas, así como, la sala donde iba a tener lugar la reunión, también había sido decorada acorde con la importancia del acto.

En el Salón del Consejo Klingon, todos estaban bastante nerviosos, aunque por diferentes razones. El Canciller del Alto Consejo, no deseaba ceder a las exigencias de ninguno de los otros Imperios. A decir verdad, nunca le había gustado la diplomacia y la relación que la ministra 'Illioth había trazado con la Federación, le molestaba bastante, aunque la soportaba por motivos obvios. Ya tenían suficiente enemigo en los romulanos, como para tener que enfrentarse también a la Federación.

Por otro lado, el almirante Mok'tha, llevaba poco tiempo al frente de la armada Klingon. Únicamente le había dado tiempo a organizar la flota y a planear los siguientes pasos en la carrera por la conquista del espacio, pero todavía no había podido demostrar su valía. Si finalmente se obtenía una paz duradera, las amenazas de su raza serían cosa del pasado y si se fragauaba una alianza, su posición en el Alto Consejo quedaría muy debilitada.

- Romulanos, Cardasianos, Miembros de la Federación, Klingons... - Habló en primer lugar la ministra de asuntos exteriores klingon, Kali'Illioth. - Me complace estar presente en un hito histórico como el que representa el día de hoy. Por primera vez en la historia del universo, se celebra una cumbre a cuatro bandas, en las que están representadas las cuatro civilizaciones más poderosas del universo. - Hizo una breve pausa. - ¡Hoy debemos sembrar las bases de una nueva política en la que la paz y el comercio, sean la base de la convivencia entre civilizaciones! ¡Hoy amigos, es el día que nuestras futuras generaciones recordarán como el glorioso día en que se acordó que era más importante vivir en paz, que morir en guerra! - Miró en todas direcciones, visualizando los hologramas de todos los presentes. - Y ahora cedo la palabra a quien la pida...

La reunión había generado muchas espectativas en el universo y sin duda muchas razas menores estaban pendientes de aquella reunión.  Los klingon habían vuelto a sorprender con aquella cumbre, pero ya lo habían hecho anteriormente aliandose con la Federación y firmando la tregua con los Romulanos.

El impero romulano estaba en el centro de todas las miradas pues tenían frentes abiertos con varias de las civilizaciones, habían hecho fama a su beligerancia y sin duda no eran una raza de tratar.

El pretor del senado se presento en la mesa de reuniones, rodeado por distintos consejeros y asistentes.

El gran imperio romulano ha venido a escuchar lo que las demás razas tengan que decir.  LLevamos largo tiempo en conflicto con la Federación, Klingons y borg, nada tenemos contra los cardasianos.

Las miradas de desconfianza entre los diferentes delegados no les pasaban desapercibidas a nadie. Los klingons, que albergaban aquella conferencia de paz, eran conscientes de que en cualquier momento podían saltar sobre ellos. ¡Aquellos malditos traidores! Pero tanto los federales como los romulanos habían insistido en la necesidad de dejar sus diferencias a un lado y buscar la paz en la galaxia.

Nadie quiere la paz tanto como los klingons, había dicho el Canciller, ante la mirada incrédula del resto.

Los romulanos habían mandando a sus más respetados dignatarios y la Federación, a los hombres y las mujeres más capacitadas para negociar, tras años de diplomacia y de anexionar pacíficamente a numerosos pueblos.

El tablero estaba dispuesto; las piezas, colocadas. Solo quedaba, efectuar los movimientos más adecuados.

Para ello, en la pantalla apareció un mapa de la galaxia conocida, junto con información relativa a los mundos que cada potencia poseía y sus recursos. Era el mejor punto de partida.

Estimado pueblo Cardassiano, ha llegado el momento de presentarnos como una unidad.   Lo que hemos venido negociando desde hace tiempo ha de rendir frutos, presentándonos con mayor fuerza y claridad ante los demás.  La paz es nuestro interés mayor, y lo saben.   El respeto a las culturas, en democracia y libertad. 

Con gusto nos presentamos ante todos, La Federación, y sus nuevos miembros.  Dio paso a una persona junto a ella. 

Estimado pueblo Cardassiano, ha llegado el momento de presentarnos como una unidad.   Lo que hemos venido negociando desde hace tiempo ha de rendir frutos, presentándonos con mayor fuerza y claridad ante los demás.  La paz es nuestro interés mayor, y lo saben.   El respeto a las culturas, en democracia y libertad. 

¿No cree que antes deberíamos oír lo que el resto de fuerzas de la galaxia y este cuadrante tienen que ofrecernos? Es una presunción por su parte, dar por hecho que solo nos interesa la Federación, y no el resto de potencias. ¿Quizás... es que tienen miedo de que unamos nuestras fuerzas?

Veo que el pueblo romulsnos no es el único en darse cuenta de la prepotencia de la federación.  Es una plaga que pretender ejercer su voluntad en todo planeta.  

Los romulanos no compartimos la expansión sin freno de la federación atentando contra el equilibrio de la galaxia.

La federación parece no saber que sus miembros tienen entidad propia, y sin duda los romulanos nada tienen en contra de los csrdasianos.

Romulo respeta a los fuertes ,da  oportunidada los débiles y combate las amenazas.

- La Federación siempre se ha mostrado amistosa con los Klingon. - Dijo entonces el Alto Canciller del Imperio. - Y casi siempre han cumplido su palabra. ¡Y digo casi...! - Realizó una pausa dramática. - ¡Porque no siempre ha sido así! Habiendo programado un ataque conjunto, nos dejaron en la estacada y perdimos una flota...

- Señor Canciller, le recuerdo que ya zanjamos ese asunto en su día. - Intervino la ministra 'Illioth rápidamente, antes de que su líder dinamitara aquella cumbre. Le conocía bien y sabía se lo que era capaz. - Todo fue un error. Falta de comunicación. Le recuerdo que volvimos a firmar acuerdos de colabora...

- ¡Tsch, tsch, tsch! - Cortó de inmediato a la ministra. - ¡Estoy cansado de palabrería, señora ministra! ¡Muy cansado! - Hizo una breve pausa. - Me dirijo a usted presidenta Zh'irin. ¿Cómo fiarnos de una persona que dio su palabra una vez y traicionó la confianza de sus aliados?

Claro que si, Canciller.  Pueden confiar.   -su mirada era clara, transparente, las antenas y los ojos en perfecta calma. 

Inclusive cuando las astutas argucias romulanas no pudieron ser desmentidas a tiempo través de efectiva comunicación entre nosotros, no los atacamos.  El beneficio de la duda siempre estuvo con ustedes.  No hubo ni una sola escaramuza entre nuestras civilizaciones, inclusive desde el momento en que tuvimos primer contacto. 

Cuando ustedes concentraban sus flotas en defender a Gorn, nosotros sólo pedíamos comunicación y aseguranzas, nunca enfilamos hacia sus colonias, nunca cargamos torpedos o bancos de phasers contra sus naves.   

Romulus se expandía agresivamente, y mantuvimos la paz lo más posible con ellos.  Aseguramos fronteras, si, pero cuidando la reubicación de los colonos romulanos, con dignidad y buen cuidado de su salud, alimento y bienes.  

Esa es la oferta que traemos ahora.   Si Romulus devuelve los sistemas invadidos, y se estabilizan las fronteras, podremos tener paz y comercio, para bien y prosperidad de todos.

Miró a todas las potencias ahí reunidas.  La claridad de sus palabras estaba respaldada por una pantalla con todas y cada una de las 26+ razas que voluntariamente los conformaban. 

Asi que este es el objetivo de la federación para esta cumbre, expansión y colonización es lo único que le importa a estos traicioneros.

Si fuera klingon no se qué me preocuparía más si la falta de su palabra o la ineptitud en combate de sus naves la cual ha sido más que demostrada.

A la federación le viene bien poner a todos contra Rómulo, para sus interés de expansión.

Rómulo no tiene la menor intención de devolver nada a la federación que se cree que el universo es suyo.

Respetamos al imperio klingon, hemos respetado el pacto de tregua sin fisuras e incluso nuestras naves orbitan su planeta natal sin incidentes. 

La federación deberá abandonar sus colonias y Rómulo hablara con cada uno de sus mundos miembros ofreciendo verdadera protección, lo que una federación incapaz no sabe hacer.

- ¿Qué decir de los romulanos? - Intervino de nuevo el Canciller. - ¡Han invadido muchos de nuestros planetas! ¡Principalmente Gorn! - Dio un golpe sobre la mesa. - Suerte que llegó la tregua antes de que fuera invadido nuevamente... - Dijo más tranquilo. - Recuerdo los insultos que me dedicó pretor... - Negó con la cabeza. - ¿Cómo olvidarlos? Es usted una sabandija insufrible... - Le dijo sin titubeo alguno. - Si mantenemos el acuerdo de paz es porque...

- ¡Señor Canciller! - Intervino a tiempo la ministra de asuntos exteriores. - ¿Debo recordarle que no estamos aquí para ganar enemigos, sino para forjar una alianza de la que todos saldremos beneficiados? 

El Canciller se sentó guardando silencio.

- Señores, señoras... - 'Illioth se mostraba preocupada. - Creo que necesitamos un receso para tratar de ordenar las ideas y calmar los...

- ¡No pactaré nada con Romulus! - Cortó nuevamente la conversación el Canciller. - ¡He dicho!

Justo en ese instante su holograma desapareció. Acababa de cortar la comunicación con el resto de representantes del resto de civilizaciones presentes en aquel sínodo y lo había hecho de forma deliberada.