Partida Rol por web

El arranque de Cristina estremeció al mismo Jankowsky, maravillado con la fuerza que la capitana desprendida y dejándose llevar por la inyección de adrenalina que esto le provocó, buscó la mejor posición y disparó su rifle.

Apuntaba a uno de los Xhaguar, no estaba seguro si el ataque psíquico solo lo estaba realizando uno de ellos o lo hacian varios por lo que optó por disparar a uno de los aparentes líderes.

Advirtió que Johnny se dirigía a atacar a los refuerzos enemigos que se acercaban, deseó que fuera prudente y tuviera suerte:

-Ten cuidado chaval, los que se acercan podrían estar armados.- Le dijo a su amigo.

Lightman apenas anticipo la acción de su capitana se alejó en busca de cobertura porque sabía lo que podría suceder. La última vez que la mujer utilizó el guantelete destruyó varios sectores de la estación Ultimate Arena…entre otras cosas perjudiciales.

La fugaz escapatoria del timonel dejaba en claro el destino de los Xhaguars que intentaban dominar a la mujer colérica. No tendrían ninguna oportunidad…

Y en efecto así fue, porque la descarga de energía del guantelete, ahora convertido en un brazo ortopédico, se asemejó al torpedo de plasma más poderoso que jamás hubieran visto los presentes. El peligro de utilizar un objeto prácticamente impredecible a tan corta distancia no tuvo nombre ni definición alguna. Simplemente volatilizó todo lo que se encontró en su camino hasta impactar con alguna estructura en el fondo de la amplia sala y sacudir con fuerza todo el nivel subterráneo, amenazando su integridad estructural y sucumbiendo en algunos puntos lejanos a la fortaleza y la necrópolis circundante.

En las proximidades la detonación los supervivientes de la explosión se recuperan luego de un tiempo indeterminado, descubriendo heridas de alguna seriedad y tardando en salir del aturdimiento y posible sordera. Podría haber sido peor…

El calor lo domina todo, por el fuego resultante de la explosión y los ríos de metal derretido por la acción del plasma incontrolable. Los tres Xhaguars, al igual que todo lo demás, se evaporaron y ahora son un recuerdo…

El cuarto vampiro, que antes atacaba a James y Aakesh, fue muerto por los disparos y luego aplastado por rocas desprendidas del altísimo techo abovedado.

Cabe destacar que los aparatos de medición y comunicaciones han quedado inutilizados por la cercanía al pequeño epicentro y la radiación seguramente ha pasado factura a los supervivientes. Desde luego eso será algo de qué preocuparse más tarde si es que logran salir con vida del planeta.

De cualquier forma todo el sigilo empleado hasta ahora acaba de irse al retrete, de igual manera la guardia Xhaguar ahora es un montón de escombros humeantes que no muy tarde será una tumba cuando el techo colapse.

Por lo tanto es difícil saber si hay enemigos en las cercanías ni tampoco conocer el posible revuelo que exista en los niveles superiores…

Aakesh a duras penas había acabado de disparar y alcanzar a su objetivo cuando un brillante fogonazo le cegó, para casi al instante recibir un fuerte golpe producido por una honda expansiva, acompañado de un súbito aumento de la temperatura. Daba la sensación que un gran sol acababa de nacer en medio de la sala. A consecuencia de la honda expansiva, salió disparado unos metros, golpeándose contra el suelo.

Segundos, minutos después...quien sabe, porque el hindú era incapaz de saber cuanto tiempo había transcurrido desde que pasó todo aquello, Aakesh se levantó, lentamente, a consecuencia de las heridas. Gran parte de su ropa estaba chamuscada, y en algunas zonas notaba dolor en la piel, como consecuencia de las heridas. El cuerpo le dolía como consecuencia del impacto, y notó como la sangre emanaba de aquellas zonas que habían impactado contra el suelo, como consecuencia del choque con piedras y gravillas que había en ese punto. Aún así estaba vivo.

Tardó unos segundos en concetrarse. No escuchaba nada, estaba sordo, aunque poco a poco los sonidos fueron regresando de forma gradual. Lanzó voces llamando a sus compañeros, pero calló enseguida que se percató de que no se escuchaba a si mismo, y de que ignoraba que había pasado con sus enemigos.

Los ojos le picaban y a duras penas veía debido al súbito fogonazo de luz, aunque también, poco a poco, fue recobrando la vista. Cuando pudo ver mejor, contempló la consecuencia de la destrucción a su alrededor. Era brutal y a la mente le vino  cuando la capitán usó el brazalete en el planeta de Mohjo.

Por Visnhú

Activó el escáner, pero no funcionaba, tampoco las comunicaciones. Permaneció agazapado intentando reparar el escáner y el comunicador pero sin éxito. Por lo tanto decidió centrarse en los posibles enemigos que quedasen en pie, y especialmente en sus compañeros, para poder asistirles. Preparó su arma y comenzó a moverse, lentamente por sus heridas, dispuesto a auxiliar a sus compañeros y a rematar a sus enemigos.

Nada más salir de la estancia a la caza de los enemigos, una fuerte detonación lo sacudió todo, similar a un terremoto, haciendo caer cascotes y piedras y otros objetos de las paredes y del techo. Una fuerte deflagración salió por la puerta, dejando una ola de calor acompañado de un estruendoso ruido que dejaría sordo incluso a una serpiente.

Por fortuna para Johnny, sufrió pocos daños, debido a que había salido y no fue victima colateral del poderoso disparo que había hecho la capitana con su guantelete.

- Espero que los demás estén bien - musitó mientras se quitaba el polvo que se iba posando en la ropa - Esa capitana sí que sabe montar una fiesta.

Alzó el escáner, pero no daba señal, así como el intercomunicador. Intentó recalibrar a ambos, pero sin resultado favorable. Estaba ciego y sordo. Guardó los aparatos y cogió bien la pistola. Igualmente iría en busca de los enemigos que se iban acercando, eso permitiría a los demás recuperarse y reagruparse.

La explosión habia empujado hacia atrás y arrojado al suelo a Jankowsky que se levantaba con un zumbido en los oídos. Ya habían visto a Cristina utilizar el guantelete y sabían que de lo que era capaz. "¡Cristina!", una enorme preocupación por el estado de la capitana se despertó en el MACO que, aunque no estaba recuperado del todo del impacto causado por la explosión, sacó fuerzas para socorrer a la capitana.

Cristina había terminado semisepultada por cascotes y polvo, en su afán por acabar con los vampiros y aquel infesto mundo antes de que llegaran a Abzu había usado el colmillo sin pensar en las consecuencias, al abrir los ojos pensó que había muerto por las oscuridad que la envolvía pero el dolor de su cuerpo le hizo darse cuenta de que aún estaba viva.

Con la cabeza dándole vueltas y presión en el pecho, la capitana consiguió moverse haciendo fuerza con los brazos para quitarse de encima el cascote que la aprisionaba, al hacerlo pudo incorporarse fue entonces cuando observó el resultado de su acción, la honda expansiva había sido mayor que la que liberó en la arena... ¿A cuantos inocentes se había llevado en aquella ocasión? ¿Se juntarían sus fantasmas con los nuevos para atormentarla? En aquel punto estaba empezando a darle igual... Serian muchos más los fantasmas que la acosarían si no terminaba su trabajo. Revisó entonces su escaner... Los siguientes en eliminar eran los primigenios, pero el escáner no pudo ofrecerle datos la honda expansiva los había dañado, trató de arreglarlo pero le temblaban mucho las manos por lo que terminó por guardarlo y levantarse con dificultad al hacerlo le sobrevino una bocanada de sangre, la cual arrojó al suelo, se limpió la comisura de los labios con el dorso de la mano y observó durante unos segundos el líquido carmesí sobre si nívea piel, le sobrevino un mareo pero no cedió, el espectáculo debía continuar.

Los oidos de James le dieron la bienvenida con un gran zumbido mientras se levantaba del suelo,  había acabado allí tras la explosión provocada por el ancestral artilujio.  El comandante se incorporó, pudo ver algunos restos de sangre en sus manos y trataba de comprobar si estaba herido.

Se incorporó tomando su rifle y pudo contastar que al menos no estaba herido de gravedad por lo que se dispuso a asegurar la zona como buen MACO que era.  Tomo posición hacía el centro de la sala para tener una visión total del espacio, apuntando con su rifle atento a cualquier movimiento que pudiera detectar por si alguno de aquellos bichos había sobrevivido.

¿ESTÁIS TODOS BIEN?

grito con una voz más alta de lo normal ya que seguramente todos estarían algo aturdidos, la mirada de James no se desviaba de su mirilla.

Mientras buscaba a Cristina entre el polvo y los cascotes notó humedad en su oreja izquierda, al llevar la mano descubrió que la explosión le había destrozado el tímpano y provocado una hemorragia: -"Al menos Dios tuvo a bien dotarme con dos oídos"- Pensó cínico centrándose en localizar a la capitana.

Todos, tarde o temprano, se recuperaron  de la explosión, tomando acción antes que el fuego u otro derrumbe volviera a herirlos. Del enemigo no había señales. Tampoco de las señales que se aproximaban poco antes.

De igual manera los aparatos electrónicos de todos habían dejado de funcionar por la explosión, con la única diferencia de las armas cuya protección contra radiaciones había servido para mantener sus mecanismos intactos.

Y mientras se organizaban de repente un sonidillo comenzó a llenar los silencios. Era el escáner personal de Lightman, que al parecer había decidido cooperar y ahora funcionaba.

Pero las sorpresas no acabaron allí. Porque desde la izquierda, por donde habían llegado todos, el último Xhaguar salía de las sombras, escudado por insectos semejantes a gigantescas mantis.

Cuatro insectos de casi dos metros y medio de alto pobremente escudaban al vampiro cuyas heridas eran notables, posiblemente por la tremenda explosión de poco antes.

-¡Mátenlos a todos! ¡Vamos! ¡Ahora! – murmuraba la horrible criatura, mientras un hilo sanguinolento bajaba por las comisuras de su boca.

En cambio las criaturas dudaban en atacar, como si estas lucharan contra algo invisible…

James, Aakesh y Johnny estaban más cerca del enemigo. Y el teniente comandante estaba vigilando esa área poco antes. No tendría el tiro tan libre como lo esperaba pero la situación ameritaba un segundo de estrategia.

Aakesh iba aclarando los pensamientos y estaba siendo consciente cada vez más de lo que había a su alrededor. Si bien aún no oía bien, al menos podía escuchar los ruidos más cercanos o aquellos más fuertes. Sonrió al escuchar el ruido familiar de un escáner, cosa que le alivió, ya que así no estarían tan desprotegidos.

Localizó a parte de sus compañeros, pero su vista se centró en un movimiento. Era uno de los xhaguar, que si bien estaba herido, aparecía junto a cuatro criaturas parecidas a las mantis de la Tierra. Aakesh las observó atónito, no le gustaban los insectos y dio un paso atrás al verlos con gesto de horror.

Escuchó las palabras del xhaguar y la actitud dubitativa de las criaturas. Parecía que no querían luchar pero estaban obligadas a hacerlo, por lo que pronto les atacarían, pero comprendió que debían de estar bajo control mental del xhaguar. Le observó detenidamente y alzó el arma apretando el gatillo en cuanto lo tuvo a tiro.

Johnny iba a proseguir su camino cuando oyó un sonido. Sorprendido, comprobó que venía del escaner. Al parecer sí que lo había reparado, aunque había necesitado de algo de tiempo para reiniciarse y volver a ser operativo. Lo cogió y pudo comprobar que aun quedaba uno de esos seres vivos, o medio vivos.

Con sus compañeros pudo ver cómo uno de los xhaguar aun estaba en pie, escoltado por dos insectoides de aspecto gigantesco y amenazante. Sin dudarlo, y dado que aun estaba cerca de sus compañeros, decidió sumarse al ataque y disparar al moribundo xhaguar. Tenían que aprovechar que su control mental parecía desfallecer y acabar con él antes de que los insectoides hicieran caso a sus órdenes.

Cristina estaba débil, la cabeza le daba vueltas... sentía como aquel artefacto infernal iba a terminar con ella... ¿se había equivocado? ¿Había utilizada su baza antes de tiempo? ¿pero por qué era tan idiota? ¿por qué no hacía nada bien? una nueva bocana sanguiñolenta acudió a sus labios escupiendo al suelo, al tiempo que mientras se sostenía a duras penas de pié, con la espalda encorvada sujetándose el estómago con la mano sana, como si hubiera recibido un puñetazo en él, miró al xhauar con asco para después mirar a las mantis espaciales... se dio cuenta de que algo les impedía atacarlos... ¿Y si era por ella? Se debían a unos seres superiores a los vampiros... pensó en el faraón galáctico.

- Matadlo a él- ordenó sin pensar a los insectos refiriéndose al xhauar- no ha sido capaz de cumplir su cometido

Comprobó rápidamente que Cristina seguía bien dentro de su mal. Cuando vió al Xhaguar que parecía ser el líder buscó una no se lo pensó dos veces, aprovechó que sus guardaespaldas insectoides estaban "entretenidos" para encañonarlo con su rifle no quería darle al enemigo ni la mínima ventana de oportunidad.

Cristina lanzó una orden a los insectos como si fuera capaz de controlarlos pero Jankowsky no esperó a ver si funcionaba, disparó su rifle.

-Si eso ya miro de ir matándolo yo...- Pronunció las palabras mientras disparaba con su mira puesta en la desagradable frente del vampiro espacial.

Quien primero reaccionó fue James, al oprimir el gatillo segundos después que el Xhaguar amenazará a todos y los insectoides dudaran.

Inmediatamente después le siguieron los ataques de los demás, quienes reaccionaron al unísono para dejar al vampiro como un colador. Los débiles cuerpos de los Xhaguars evolucionaron en habilidades mentales dejando de lado todo lo físico. Y eso ahora les pasó una cuenta difícil de pagar contra un grupo decidido a realizar proezas que ningún otro oponente jamás hizo.

En apenas un manojo de segundos el Xhaguar, el ultimo de su estirpe maldita, caía de bruces, fulminado. Y con ello daba fin una era de esclavitud sin precedentes.

Casi al mismo tiempo todos los sonidos de los niveles superiores llegaban a su fin. Las maquinas infernales de excavación se detenían junto a un millar de otras cosas que el grupo desde su posición actual no llegaban a conocer.

En cambio sí notaron la reacción de las “mantis espaciales”, que de inmediato se lanzaron sobre el fresco cadáver Xhaguar para despedazarlo con sus temibles armas naturales. Tan solo dedicaron un segundo de atención a Cristina y a los demás. En ese momento percibieron una ligera sensación de alivio, emanada de los insectoides.

Los disparos contra el xhauar se sucedieron en apenas unos instantes terminando así con todo un legado de crueldad y maldades, aquel ser era el último de su especie, una especie que nadie echaría en falta por ello Cristina suspiró, al menos eso si que habían podido hacerlo... ahora quedaba el pez gordo, no sabía si tendría fuerzas para resistir pero lo haría mientras siguiera respirando, aún así no pudo evitar un ligero desvanecimiento, para evitar caer al suelo se apoyó en el brazo más cercano tomándose unos segundos para reunir fuerzas, a pesar del brazalete el colmillo la estaba consumiendo... no tenía apenas tiempo.

- Tenemos que salir de aquí, aún no hemos ganado y esto está a punto de desmoronarse- apremió poniéndose en marcha- ¡Vamos!

Al ver que lograban acabar con los Xhaguar Jankowsky comenzó a notar el cansancio acumulado pero aún no estaban a salvo. Vió que Cristina acusaba también el mismo cansancio y no solo eso, parecía múy débil, desgastada. Se acercó a ella y quiso ayudarla a incorporarse, actuó como lo haría un caballero ante una dama que se tropieza en la calle, con cierta galantería que no pudo evitar.

-Parece que solo nos queda la recta final.- Dijo para animarla.

Aunque sus sentidos estaban alerta, desconfiaba de aquellos Xhaguar, ¿había sido demasiado fácil? ¿o es que prefería haber muerto en aquella batalla?. Comprobó el estado de sus compañeros y, mientras ellos avanzaban, se fue quedando en la retaguardia de nuevo, comprobando que no habría sorpresas. Al menos aquellos insectoides estaban entretenidos dándose un banquete, si quedaba alguno agonizante ellos rematarían la faena.

Los disparos alcanzaron al xhaguar y en unos segundos quedó convertido en un cuerpo maltrecho y sin vida, presa de los insectoides que estaban controlados por él. De inmediato todo quedó en silencio, la increíble maquinaria alienígena se había detenido. Aakesh observó a su alrededor sorprendido por el silencio.

No puso pegas a la orden de la capitán, tenían que salir de allí cuanto antes. Todos estaban heridos y cansados, por lo que sería difícil poder llegar a la superficie.

-Tenemos que avisar a la Princesa para que nos venga a rescatar, pero sin comunicadores será difícil. Sugiero que Stevenson y yo vayamos a la vanguardia. Jonnhy en el centro con la capitán monitorizando los alrededores y Jankoswky cubriendo la retaguardia. No queremos sorpresas, no sabemos si hay más xhaguar o como reaccionarán los esclavos ahora que están libres.

- Me parece que este ya poco tiene que decir - dijo mirando al Xhaguar como era pasto de los enorme insectos- Justicia poética, puede decirse.

Habían conseguido una victoria, aunque casi sucumben con ello. El arma de la capitana tenía un enorme potencial y aun no sabía como controlarlo. Al menos podían contarlo, pese al destrozo ocasionado.

- Aprovechemos que aun funciona el escáner, no sea que le de por dejar de recibir señales y tengamos que ir a ciegas. - respondió ante el la sugerencia del primer oficial.

El dedo de James respondió instintivamente cuando apareció el último enemigo, su rifle se hizo pasto entre las criaturas que la mente del oscuro dominaba para pactar en su endeble cuerpo.

Con la última amenaza en la sala neutralizada había que salir de allí.  James intento concentrarse en su pensamiento como si tratará de proyectar su voz a traves de su mente en busca de sus poderosos aliados.

Nuestros anfitriones deberían ser capaces de contactar con nuestra mente en cuanto volvamos a la superficie o incluso antes si los xhaguar ya no están.

Debemos tener cuidado todos esos esclavos puede ser que hayan sido liberados de su yugo mental y es posible que estén haciendo cuenta de los pocos guardias o de cualquiera que no sea de su especie, no debemos parecer una amenaza.

Toda la guarida malévola colapsó lentamente, pudiendo todos encontrar el camino de regreso a la superficie por la ayuda inesperada de los seres insectoides.

Cuando  un sendero derrumbado les bloqueo el paso y detrás de ellos el sendero se hallaba sellado por rocas entonces una pared lateral se abrió y las “mantis” les mostraron una salida oculta.  Y por medio de su ligera habilidad telepática los insectoides dejaron en claro a Eduard y los demás que los llevarían a la superficie, cerca de la morada de los Primigenios. Las habilidades de estas criaturas permiten transmitir ideas, acciones e intensiones sin uso de la palabra ya que la diferencia entre ambas especies es abismal. De igual manera es un nivel de comunicación eficiente pese a la extrañeza.

De este modo subieron lentamente por una infinidad de niveles, túneles y enormes áreas abiertas en donde cada sitio se hallaba en el más absoluto caos. Innumerables batallas campales se libraban por doquier. Siempre entre los pocos guardias y grupos de esclavos de distintas especies. Otros muchos sin embargo aun permanecen atrapados en una especie de letargo sin escapatoria. Son grupos minoritarios de una amplia diversidad de criaturas, que posiblemente tengan daños irreversibles en sus mentes por los años de esclavitud mental.

Al llegar a la superficie el caos es mayor, con un puñado de naves disponibles y una infinidad de esclavos luchando por conseguir un asiento en ellas. Incluso alguna que otra nave logra despegar para solo estrellarse algunos kilómetros más lejos.  Todo esto indica que el grupo podría continuar sin dificultades si no se involucra con las multitudes que frenéticamente tratan de huir de un planeta a punto de implosionar.

En la distancia una cadena de montañas literalmente es engullida por el horizonte y a cambio una columna de fuego la reemplaza. También en el sendero que les espera por adelante a todos hay cuantiosas grietas y pequeños socavones que aparecen cuando el suelo colapsa y termina por hundirse.

Adelante, serpenteado por ríos de lava, se alza una serie de volcanes activos, en los cuales se encuentra una fortaleza excavada en ellos, en donde sus proporciones son titánicas. Solamente los ventanales y las puertas superiores así como la entrada principal indican que sus moradores son seres de enorme tamaño, cual sendos gigantes mitológicos.