Partida Rol por web

Cristina encabezando la comitiva sólo tenía en mente una cosa, llegar hasta los vampiros... Según el escáner sólo eran cinco, si actuaban con rapidez podrían con ellos, sólo tenían que llegar sin ser detectados y todo ellos antes de que el paraguas de Utna se plegara.

- No hagáis ruido ya casi estamos, recordad que los xhauars no son invencibles, sus cuerpos son débiles, debemos atacar sin dejarles opción a controlarnos con sus mentes, es muy probable que un disparo de nuestros phasers en modo matar los elimine.  Vamos

Dijo la capitana sacando su arma y poniéndola en modo mortal mientras con paso decidido se fundía con las tinieblas.

Aakesh contempló las señales del escáner e hizo señas a sus compañeros. Eran sólo cinco formas de vida, asumibles en condiciones normales para ellos.

Pero no son condiciones normales

Asintió ante las indicaciones de la capitán. Si se daban prisa tal vez podrían pillarlos desprevenidos antes de quedarse sin la protección de Utnapishtim y finalizar todo esto de una vez.

Aakesh se movió rápidamente pero tropezó cayendo al suelo, aunque se levantó rápidamente. En su cara se reflejaba miedo por ser causa de que les descubriesen.

El grupo siguió avanzando con la tranquilidad que las lecturas de los escaner les proporcionaban, al parecer había solo cinco individuos en el interior de aquel edificio, eso resultaba prometedor sin tener en cuenta que uno solo de ellos se bastaba para paralizarlos a todos.

Un oscuro pasadizo daba acceso hasta el lugar donde las criaturas se encontraban, el grupo avanzó con el menor ruido posible a través del camino que les conducía a lo que podía ser el destino de toda la propia dimensión.

Jankowsky mantenía su posición, moviéndose entre las sombras y minimizando el ruido de sus pasos. Confiaba que la proteccion que les brindaba el marciano seguía ejerciendo su función pero intentó dejar su mente en blanco, centrándose únicamente el caminar y vigilar.

Al ver tropezar al hindú su corazón dió un vuelco. -"Bueno, a la mierda el factor sorpresa"- Iba a ser difícil que los Xhauar no lo hubieran oído, pero aún no sabían cuantos eran.

Le hizo una seña a la capitana para que se adelantara, al fin y al cabo la querían a ella ellos podrían cubrirla y emboscarlos tenían que aprovechar hasta el final la ocultación de  Utnapishtim. No deseaba exponer a Cristina de esa manera pero no veía otra salida, estaban dentro de la boca del lobo, no tardarían en sentir su dentellada.

Cristina sabía que estaba yendo por el buen camino, era como si alguien le estuviese diciendo por dónde donde debía ir o simplemente, lo sabia... ¿Sería cosa de la semilla que portaba? El caso es que en aquel silencio sepulcral cualquier alteración era significativa, por ello escuchó el traspiés de Mukherjee, que le pareció tan escandalosa como si un elefante estuviese a punto de entrar en una chatarrería... Debía de evitar aquel escándalo antes de que fuese tarde, por ello dando unos pasos atrás salió de las sombras para mirar al comandante y hacerle señas con la mano para que la siguiera.

Aakesh observó a Jankoswky y a la capitán, tras un segundo de duda les sonrió agradeciéndoles el gesto y lamentando su torpeza.

Emulando a su capitana, coge su pistola faser y a prepara en modo mortal. Con este calibre de enemigos no podían andarse con chiquitas y debían asegurarse de eliminar cualquier amenaza.

Todo el grupo empezó a andar con el mayor sigilo posible, la discreción era lo más importante para lograr el éxito en su misión. Estaban cerca, muy cerca y aunque solo tuvieran una posibilidad, por ínfima que fuera, tenían que intentarlo.

De repente, Muk dio un traspiés provocando una estrepitosa caída con tanta mala suerte que Johnny también tropezó con el primer oficial.

- No creo que este sea el mejor momento para enseñarme pases de Bollywood, señor.

Pese a los garrafales momentos de Aakesh y Johnny en sus movimientos nada malo sucede. No suena ninguna alarma ni tampoco ningún guardia, monstruo o Xhaguar sale de entre las sombras para terminar con sus vidas.

En cambio el silencio sepulcral continua hasta que más adelante el largo pasillo de roca y metal se abre para dar paso a una amplia sala cuyo techo se encuentra cubierto de niebla apenas luminiscente, tiñendo todo de un color verdoso.

La enorme sala contiene un sinfín de escaleras y accesos que llevan a todas las áreas de la necrópolis y mas allá. Incluso las escaleras en algunas secciones parecen desafiar la gravedad por sus extraños ángulos, hasta parecer que la gravedad no existiera aquí dentro en determinadas zonas.

Entonces el grupo, oculto detrás de enormes pilares, pudo observar la reunión de los Xhaguar. Cientos de ellos se amontonaban en el centro, de pie, estáticos y de aspecto terrorífico con la mirada perdida en el horizonte. Solo sus cabezas se movían, observando frenéticamente en todas direcciones sin mirar realmente a nada.

-¡Es imposible! – dijo uno de ellos, con notable frustración en su tono gutural.

-¡Tiene que estar en algún lado! ¡Hay que seguir buscando! – respondió otro, mostrando sus filosos dientes.

Obviamente estas criaturas psíquicas estaban realizando algún tipo de búsqueda y al no dar con su presa se sentían confundidos y coléricos por igual manera. Tal vez el único punto importante era el número de ellos, que no coincide en lo más mínimo con el escaneo previo.

También el tiempo se agotó para el Marciano, porque su inocua presencia en las mentes de Cristina y los demás acababa de esfumarse. Ahora estaban solos entre los dientes del demonio…

Cristina sintió como la protección del marciano los dejaba, ya era mucho lo que había hecho por ellos ahora debían terminar el trabajo. Al ver aquella ingente concentración de xhauars la española lo tuvo claro, sus hombres no debían ser localizados antes de tiempo, de modo que les susurró

- No son reales, son proyecciones, sólo hay cinco Xhauars que son los detectados por el escaner. Recordad también que Uthna dijo algo sobre unas especies de serpientes, estad atentos y no vaciléis. Me buscan sólo a mí.

Con aquellas palabras la capitán de la Excalibur decidió salir de su escondite  poniendo distancia de sus oficiales si permacía demasiado tiempo oculta iban a descubrir a sus hombres y debía darles tiempo.

- ¿Me buscaban, caballeros?

Por un momento Johhny se vio abrumado por la cantidad de Xhaguar en la sala, pero las palabras de la capitana refiriéndose a que son imágenes generadas de algún modo le tranquilizó. Aunque ahora el problema era concretar la ubicación de los Xhaguar reales, tal vez con los escáners lograrían precisar su situación.

No le gustó la idea de que Cristina se expusiera tanto, pero tal vez fuera la mejor manera, ella los distraería.

Cristina se adelantó antes de que el resto pudiera reaccionar, su acción trataba de ocultar al resto y aunque a James no le gustaba la idea de que se espusiera de aquella manera ya no había marcha atrás.

James se deslizó suavemente al otro lado del grupo, con los precedentes anteriores en grupo eran demasiado ruidosas y el comandante trato de tomar una posición ventajosa al otro lado mientras observaba la reacción de los xaguar.

Aakesh aún no se podía creer que no los habían descubierto, pero esta primera sorpresa dio paso a una mayor cuando contempló la gran cantidad de Xhaguar que había. Volvió a mirar su escáner, de nuevo a la sala, y de nuevo a su escáner dándole varios golpecitos

Debe funcionar mal

Las palabras de la capitán por un momento le calmaron, pero luego pensó si no habría otra posibilidad

-¿Seguro que solo hay cinco?, ¿y si el resto no son detectados porque están en fase o algo así?

Pero habían llegado hasta allí, no podían hacer nada más. La protección de su aliado marciano había terminado. La hora había llegado. Puso su arma en posición letal y se parapetó lo mejor que pudo para cubrir a su capitán, en un lado.

Una granada nos vendría muy bien en este momento, así podríamos determinar que es real o no

De nuevo se concentró en el miedo, miedo al fracaso, miedo a la esclavitud, miedo a la muerte. Sentimientos de miedo para camuflar otros pensamientos más comprometedores para las criaturas que estaban allí. Tenían que vencer o perecer en el intento.

Jankowsky hizo un gesto de desaprobación ante el estrépito formado por sus compañeros, inexplicablemente los Xhaguar no parecían haberlos descubierto. Eran muchos, pero no parecían armados, quizá su unica defensa era su poder telepático, si lograban atacarles antes de perder la protección del marciano... Mientras sopesaba la situación notó, de alguna manera, como si la presencia protectora de Utnapishtim desapareciera. Maldijo para sus adentros, podrían descubrirles en cualquier momento, a no ser que centraran su atención en Cristina.

Ella misma se adelantó y saludó con su particular elegancia, demostrando además una gran sangre fría, así era la Capitana.

Miró a James que se hacía a un lado e hizo lo propio hacia el lado contrario, con un gesto le indicó que quizá fuera buena idea rodearlos. Al moverse se expuso más de la cuenta, maldijo de nuevo para si mismo "Joder, parezco un cadete". Debían abrir fuego antes de que se percataran de su presencia, antes de que se metieran en sus cabezas y los convirtieran en títeres.

Todos, con excepción de Johnny, se movieron. Sea para distraer a los Xhaguars, como en el caso de Cristina, o simplemente para tomar posiciones de ataque como el resto del grupo.

El sobresalto de las desagradables criaturas psíquicas es evidente. Al descubrir a Cristina, quien se presenta despreocupada ante ellos, reaccionan de una forma que prácticamente habían olvidado milenios atrás. La sorpresa y el descubrir que no dominan todo a su alrededor les llenó las mentes de antiguas dudas y semillas de algo mucho peor…del olvidado temor que actualmente solo les causa la ira de sus amos los Primigenios.

-¡Shhhhggg….! ¡Esta aquí! ¡El Colmillo está aquí! – exclaman los mismos que antes intercambiaban palabras sobre su paradero.

-Finalmente el artefacto ha dominado al huésped y ha venido por su propia voluntad. ¡Es momento de que despierte! – añade un tercer Xhaguar, ubicado en las filas de atrás.

Y los tres, al unísono, señalaron a Cristina con sus garras para proyectar su poder mental sobre el Colmillo primigenio, intentando activar la consciencia del legendario artefacto.

Mil agujas psíquicas se clavaron sobre el cuerpo de la española, llenando su mente de dolor, el mismo sustento que comenzaba a alimentar su brazo artificial y todo aquello que se había diseminado por su cuerpo y había permanecido aletargado hasta ahora. Era el momento que la capitana sacara a relucir su voluntad de una vez por todas para no sucumbir y echar a perder todo lo logrado hasta ahora.

-¡Es una trampa! ¡Hay otros con ella! – aúlla un cuarto vampiro, avanzando por entre la multitud. Y de inmediato inicia su ataque psíquico sobre James y Aakesh, a quienes descubrió instantes atrás. Jankoswky, que también había cambiado su posición, tuvo la suerte de no ser descubierto hasta ahora.

Garras invisibles comenzaron a estrujar los cuellos de las nuevas víctimas del Xhaguar. Poco a poco comenzaban a perder el aire y energía vital por igual.

Pero lo peor no había comenzado. El timonel desde su escáner personal observaba como varias formas de vida se aproximaban rápidamente al interior del lúgubre castillo y se dirigían hacia ellos. Al menos cinco señales desde distintas direcciones.

El temor a que sus hombres fuesen descubiertos antes de tiempo fue lo que impulsó a Cristina a exponerse de manera tan temeraria, en un intento de descolocar y atraer sólo sobre ella la atención de los xhauars, el problema es que más allá de aquello no tenía otro plan que el de llevarse por delante a cuanto nosferatu se le pusiese de por medio... En resumen era un plan desesperado para una situación desesperada y odbiamente tenía sus puntos flacos, como que los xhauars se diesen cuenta de todo y actuasen en consecuencia.

El dolor que sintió la española cuando los vampiros descargaron sobre ella su poder psíquico fue expantoso, jamás había sentido tanto dolor, tanta angustia, tanta desesperanza. Cristina gritó, gritó de una forma desgarradora pues al fin y al cabo era como si le estuviesen desgarrando el alma, no podía resistir... Cayó al suelo retorciéndose de dolor... Pero en medio de aquella debacle algo en su interior se reveló.

"¿Vas a permitir que ellos ganen? ¿Después de todo lo que has padecido para llegar hasta aquí?, ¡Eres la Duquesa de Alba y la Capitán de la Excalibur! ¡A por ellos coño!"

- ¡HASTA AQUI HABÉIS LLEGADO!- rugió furiosa la capitán levantándose del suelo con un fino hilo de sangre resbalando por la comisura de los labios mientras apretaba los dientes y miraba a aquellas bestias pálidas con férrea determinación- ¡SOY YO QUIEN MANDA!- le dijo a su brazo de ébano al tiempo que este obedecía las órdenes de Cristina sin resistencia, la voluntad de la española era fuerte y estaba muy cabreada, razón de más para no contrariarla- ¿Queréis el Colmillo? ¡Pues os lo vais a comer? ¡¡Aaaaaaaahhh!!-​​​​​​ Exclamó al tiempo que con el puño apretado se formó una bola de energía que bribó y creció en intensidad hasta convertirse en la bomba expansiva que descargó sobre los xhauars y su infesto mundo al extender el brazo con movimiento brusco como si lanzara un puñetazo y abriera la mano, liberando el poderoso rayo.

El movimiento de James no fue lo suficientemente silencioso los xhauars pareciron darse cuenta de la presencia del grupo y de la amenaza que suponía.  El factor sorpresa se desvanecería pronto por lo que apenas tenían unos segundos.

James pudo notar el asalto psiquico de aquellos seres, recordaba bien la sensación de su primer encuentro, quizá fue su determinación o quizá solo pura suerte pero James consiguió crear una barrera en su mente dejando a aquellos seres tras su consciencia.

Cristina alzó su brazo desatando lo que era un poder impropio de un artefacto tan pequeño, no sabían si aquello tendría efecto o no y si lo hacía que efecto tendría pero sin duda era el clavo ardiendo al que podían agarrarse.

Por su parte James aprovecho el desconcierto para lanzar la batería de Napoleon que había traido consigo al centro de la estancia, donde el escaner de mano concentraba las únicas señales de vida de la habitación.

A pesar de intentar actuar con rápidez los xhaguar los detectaron. Aakesh notó un pinchazo en la cabeza mientras una de esas viles criaturas se dirigía hacia él y Stevenson. Escuchó las palabras de la capitán, que parecían venir de muy lejos, mientras por el rabillo del ojo aparecía un imponente fogonazo de luz.

Aakesh se centró en Moho, en el odio hacia él por esclavizarlos, por hacerles luchar a muerte, por ver morir a sus compañeros impotente. Le odiaba, y odiaba todo aquello que podría parecérsele, como los Xhaguar.

El pinchazo en la cabeza creció, pero el odio de Aakesh hacia los Xhaguar también, estando durante por un segundo equilibrados, pero al final Aakesh lanzó un grito y se impuso. Durante unos segundos dudó, hasta que al final alzó su arma y disparó a muerte al Xhaguar que les había atacado.

-¡Vete a la mierda bicharrajo!

Parecía que su inanición le había permitido escapar al ataque de los xhaguar, al no moverse no habían notado su presencia, lo que le daba cierta ventaja para actuar.

Cogió el escaner y pudo comprobar que otras cinco formas de vida se aproximaban a la estancia donde estaban ellos. ¿Serían más xhaguars?

Mientras, observó que en la habitación la batalla se había desatado. Pese a todo, tanto Cristina como Muk y James no parecían haber sucumbido a los poderes mentales de sus enemigos, y daban rienda suelta a su ataque. Por otro lado aun tenían la baza de Jan, que permanecía oculto lo que les daba cierta ventaja en el ataque.

Volvió a mirar el escaner, y decidió que era mejor ir a hacer frente a esos refuerzos, eso daría más tiempo a los otros para su ataque. Cogió la pistola y salió de la estancia, mirando con el escáner cual forma estaba más próxima.