Partida Rol por web

Rápidamente todos se mezclan con las huestes de esclavos hambreados y mugrientos. Entonces se percatan que sus apariencias, demasiado llamativas, pronto darían cuenta al ojo avizor de los guardias y sus látigos sedientos de dolor.

Por suerte algunos despojos de prendas estaban apilados más adelante, en el sendero que penetraba en el interior de una de las cavernas improvisadas. Un poco más lejos había una pira de cadáveres cuyo fuego iluminaba lúgubremente la escena. Tal vez podrían disfrazarse burdamente y seguir antes que tentar a la suerte.

Llegando a la gigantesca entrada en la roca es cuando la mayoría acierta en sus ideas. El interior del planeta era un sinfín de niveles colosales, excavados hasta lo imposible para fomentar la maquinaria bélica de los Primigenios. Fundiciones autónomas del tamaño de una montaña eran alimentadas sin cesar por la fila interminable de trabajadores sin mente. Y si alguno moría, sin importar la causa, era apartado y posteriormente arrojado a uno de los muchos precipicios que decoran la escena subterránea.

A causa de las fundiciones y del todavía núcleo activo del planeta el calor allí abajo era prácticamente insoportable por momentos. Corrientes de aire caliente ascendían desde los infernales niveles inferiores, principalmente de aquellos que se encontraban a medio camino al núcleo del planeta-cadáver.

Incluso los signos de derrumbes antiguos demostraban que el mundo no estaba preparado para semejante explotación subterránea, siendo un claro signo de implosión no muy lejana. De ahí tal vez surge la necesidad de los Xhaguar y los Primigenios de mudar sus cuarteles.

Faltando poco para llegar a la pila de ropajes andrajosos una pequeña nave no tripulada se aproxima y comienza a iluminar con poderosos reflectores a la fila de esclavos donde todos se encuentran. Quizás está buscando algo o simplemente es un control rutinario. Como sea es un problema inmediato a superar…

Aakesh continuaba su camino intentando pasar desapercibido. Procuraba no perder de vista a sus compañeros, algo difícil dada la cantidad de gente que había. Pero en un momento dado se percató de que podía llamar la atención.

Rápidamente buscó algo para camuflarse. Se fijó en un montón de ropa abandonada, por lo que rápidamente se dirigió hacia ella para usarla e intentar pasar desapercibidos, pero tuvo que desistir. Una nave se situó encima de ellos y comenzó a iluminar la zona con potentes focos. Aakesh en ese momento comenzó a pensar en el miedo , algo no muy difícil porque dadas las circunstancias Aakesh comenzaba a rememorar los recuerdos de su esclavitud incluso sin querer hacerlo, de forma espontánea.

Parece ser que surtió efecto, por lo que en cuanto la nave se centró en otra zona, se dirigió hacia el montón de ropa y comenzó a vestirse con los ropajes andrajosos, buscando con la mirada a sus compañeros. Tenía la esperanza de que hubiesen pasado desapercibidos y pudiesen seguir su camino.

Cristina se vistió rápidamente con varios harapos poniéndoselos encima olían mal muy mal y no estaba cómoda, su lado aristócrata, aquel que parecía haber quedado enterrado salió a la luz en el momento más inoportuno en forma de guiño en la nariz y no sólo eso... Su espalda se le puso recta y estaba bien peinada, con uno de sus moños mejor elaborados, así... Tan de duquesa tuneada no iba a pasar desapercibida, fue lo que pensó en el momento que atisbó a los guardias alumbrando las filas de los esclavos donde estaban ellos tratando de mimetizarse y fue en ese preciso momento que su lado de capitán se impuso actuando con rapidez, primero se alborotó el cabello con una mano mientras que con la otra se restregó un poco de tierra por la cara y mantuvo la cabeza gacha al tiempo que se ponía a imitar el caminar de uno de los zombies que había visto en una de esas películas antiguas que había visto. De camino se puso a rezar para sí todas las oraciones habidas y por haber que se sabía.

Johnny fue avanzando aunque el calor reinante le empezaba a agobiar y le dificultaba seguir. El sudor le caía por la frente y le entraba en los ojos.

- ¿Cómo hará esta gente para trabajar en estas condiciones? - se pregunta mientras intenta avanzar sin chocar con nadie.

Se fijó en Muk, el cual a su vez se había fijado en un montón de ropa que les podía ir bien para pasar mejor desapercibidos entre la multitud, pero justo en ese momento hizo aparición una nave patrulla, que con un potente foco va iluminando el suelo. Johhny se cegó con esa luz, al mirar hacia arriba, por lo que no supo hacía dónde ir, quedándose momentáneamente como clavado en el suelo.

Ocultarse entre los esclavos no era suficiente, si no querían llamar demasiado la atención tendrían que disfrazarse otra vez. Jankowsky imitó a su amigo y tomó unos ropajes del montón para improvisar su disfraz.

A él también le sorprendió aquel foco, si les veía el "efecto sorpresa" se iría al traste amén de otras  terribles consecuencias en las que no se paró a pensar demasiado.

Buscó un lugar donde hubiera un grupo de esclavos que le podría ayudar a esconderse hasta que pasara aquella especie de dron de vigilancia, rezó para que los propios esclavos no fueran quienes les delataran.

Las instalaciones eran impresionantes, una enorme mina que profundizaba en las mismísimas entrañas del planeta, como si estuvieran extrayendo su propia esencia.

Pasar desapercibido no era problema para James, había sido bien entrenado en las artes de infiltración.  El pequeño dron sobrevoló la columna de esclavos donde se encontraban.  El comandante se mimetizo con el ambiente mientras no perdía de vista el pequeño robot.

El centinela pareció pasar de largo pero en un instante pareció detenerse a la altura de Johnny, James no estaba seguro de si lo habia localizado o no, rápidamente el comandante empujó a uno de los esclavos haciéndole caer fuera de la fila mientras se escabullia discretamente... Aquel era un intento de distraer el dron y darle una oportunidad a su compañero.

Todos habiendo logrado obtener el camuflaje necesario casi logran su objetivo. Todos con la mínima excepción de Lightman, quien por centésimas de segundo captura la atención del pequeño robot volador. El robot, de pequeño tamaño, cambia su curso rápidamente para llegar a las proximidades del timonel e iluminarlo brevemente con sus potentes rayos lumínicos.

Entonces un esclavo es prácticamente lanzado fuera de la columna, cayendo por una breve y no muy alta pendiente. En su accidente, provocado por James, el ser pierde su cesto con los preciados cristales.

-¡Alto! – exclama la voz artificial del dron volador, que al parecer tiene una limitada inteligencia.

Pero el esclavo, ligeramente despertado de su estado, intenta huir presa del pánico al trotar colina debajo de manera torpe. Su especie, del tipo reptiloide, es lenta en tierra firme. Y nada logra en los pocos metros de carrera.

Entonces es detenido en el momento por el robot volador, disparando con su rayo desintegrador y vaporizando al instante al pobre esclavo reptiloide.

La breve treta del teniente comandante le da otra oportunidad al timonel, quien ahora puede nuevamente intentar escabullirse entre el millar de esclavos que temerosamente mantienen el paso frente al espectáculo mortal que se desarrolla frente a todos.

Cristina emitió un suave suspiro de alivio cuando vio pasar de largo al robot, sin atreverse a girar la cabeza comprobó que el resto de sus hombres también lo estaban consiguiendo sin embargo algo falló en el caso de Johnny... Hubiera soltado una retahíla de insultos en castellano, pero hubiera llamado la atención y no era cuestión, afortunadamente James había estado rápido y le había echado un buen capote haciendo que la atención de aquella especie de Daleks se centrase en un infeliz al que liquidaron sin contemplaciones, pero parecía que el puñetero bicho no se daba por vencido, de manera que la capitán decidió tomar cartas en el asunto y con su paso de zombie llegó hasta Lightman a quien en un abrir y cerrar de ojos le propinó una colleja para que el piloto mirara al suelo.

Aakesh suspiró de alivio cuando contempló como el dron pasaba de largo, pero se quedó petrificado y pálido cuando observó como el dron se detenía sobre Jonnhy. Afortunadamente Stevenson reaccionó y desvió la atención del dron sobre un pobre esclavo. El hindú lamentó la suerte del pobre desdichado, pero era él o su compañero.

Rápidamente cogió algunas ropas del montón y se acercó lo más rápidamente posible, pero disimuladamente al lado de Jonhy. Durante su trayecto observó como la capitán le metía una buena colleja, ante la cual Aakesh sonrió

No ha cambiado para nada

Al llegar a la altura de Jonhy le puso las ropas encimas y se alejó de la misma manera en que había llegado, procurando volver a su antigua posición.

Espero que sirva de algo y pase desapercibido, y nosotros también

Johnny maldijo por lo bajo al ver que había llamado la atención del droide vigilante. Parezco un novato pensó ensimismado hasta que el golpe de la capitana le hizo reaccionar.

Lamentó profundamente que un esclavo tuviera que morir para distraer al dron.

- Eso no era necesario - dijo mirando a James - Nadie tiene que morir por mi culpa.

Rápidamente se acomodó el ropaje que le trajo Muk, lo que le permitió difuminarse más entre la multitud y parecer un esclavo más.

- Espero que esto despiste de una vez a esa chatarra.

James sitió una punzada en su interior cuando el esclavo fue literalmente vaporizado, estaba acostumbrado a ver la muerte en combate, ver los inertes ojos de enemigos y compañeros pero aquello era diferente aquella gente parecían inocentes, privados de la propia libertad de sus cuerpos y sus mentes.

El comandante había tomado una decisión, la de entregar una vida a cambio de otra con la esperanza de que pudieran salvar muchas más.  James ya no esperaba la redención para si mismo tan solo tenía la esperanza de que aquellas muertes no fueran en vano.

El dron pareción finalmente perder de vista al piloto y pasar de largo por la columna, había estado cerca quizá no tuvieran otra oportunidad.

-Mierda Johnny.- Por un momento Eduard temió por su compañero, pero por suerte logró despistar al dron. La reacción de la capitana le resultó curiosa, incluso simpática, como una madre dándole un toque de atención a uno de sus vástagos. 

Al ver el fulminante ataque del dron al esclavo se convenció de que si se despistaban lo más mínimo corrían la misma suerte. Solo esperaba la ocultación de Utnapishtim les diera tiempo suficiente.

Se arropó el improvisado disfraz y siguió su camino, en la retaguardia guardando las espaldas de sus amigos.

Una vida inocente sesgada a cambio de otra. Por muchas excusas que brotaran de la cabeza de Lightman no había realmente una diferencia significativa entre el esclavo desintegrado y él. ¿Después de todo  donde habían ido a parar los principios que lo convertían en un ser humano ejemplar? ¿O acaso el uniforme de la Flota Estelar también había perdido su color en este mundo despiadado?

Una cosa estaba muy clara, y esa era la iniciativa humana. Algo que los Primigenios y los Xhaguar desconocían por completo. Y era algo que pronto lamentarían si nuevos problemas no surgían de cada rincón oscuro en ese planeta cadáver.

Eventualmente el dron se fue, porque al escanear donde antes estaba Johnny nada halló. Por lo tanto siguió su camino programado en búsqueda de esclavos en falta que matar.

De este modo los seis bajaron al interior del planeta, por los senderos de los trabajadores y guiados por Utnapishtim y su manto protector. Aunque por no mucho tiempo.

Pronto quedarían expuestos a los barridos psíquicos de los Xhaguar, a menos que dieran con ellos antes…

Y así bajaron incontables niveles, utilizando senderos abandonados, enormes elevadores industriales y toda clase de accesos olvidados hasta que la marea de trabajadores se redujo a algunos puñados trabajando aquí y allá la roca del moribundo planeta.

Allí abajo el aire viciado y el agobiante calor por momentos complicaba la marcha, pero el saber que estaban a la vuelta de la esquina del refugio de los inmundos vampiros psíquicos les devolvía la energía necesaria para continuar.

Finalmente, al doblar por un recodo estrecho, dieron con otro espacio abierto de dimensiones imposibles de calcular. El altísimo techo abovedado reflejaba el fulgor verdoso de una ciudad de roca y metal de tiempos inmemoriales. Esa era la necrópolis Xhaguar. El ultimo bastión de las sanguijuelas espaciales… Y el centro de mando de toda la hueste que los Primigenios ostentan.

Sin guardias a la vista y sin movimiento el único acceso aguardaba por los visitantes a poco menos de cien metros…

- Parece que vamos llegando - dijo - Es curioso que no haya guardias. Supongo que no deben creer que haya ningún peligro, los esclavos son demasiado dóciles y no los considerarán una amenaza.

Aun así, no pudo evitar realizar una buena mirada a su alrededor.

- Tal vez haya algún mecanismo o resorte de alguna trampa. Me parece demasiado fácil poder entrar como si nada.

Fue avanzando poco a poco, aguardando en casa paso si podía oír cualquier ruido que implicara el activar un engranaje o rampa o lo que fuera.

El camino parecía no acabar nunca, el grupo se adentraba más y más en las entrañas de aquel enfermo planeta.  Tras largos minutos en los que parecieron perder la cuenta de los niveles que habían descendido, aquello parecía un laberinto de túneles y pasadizos y al fin tras dejar atrás a los esclavos y centinelas pudieron ver lo que parecía el bastión que andaban buscando.

Su silueta era impresionante, sin duda resaltaba contra cualquier otra cosa en el lugar, si habían llegado hasta allí sin duda era por la dificultad de que nadie pudiera llegar a un lugar así. 

Esta bien Lightman, toda precaución es poca.  Será mejor que nos separemos un poco e intentemos ir en fila a fin de ir por el mismo sitio.

James saco su escaner para hacer un barrido sobre el lugar a fin de poder descubrir si había algo extraño

El descenso a los infiernos se le hizo a la capitana interminable, temía que en cualquier momento, en cualquier esquina uno de esos vampiros o guardianes apareciese y los reconociese echando al traste todo el plan, en aquel punto su vida en sí ya le importaba poco pero resistía a que todo el esfuerzo para llegar a ese punto hubiese sido en vano. 

Cuando por fin llegaron al bastión de los chupasangre aquello se le antojo una especie de castillo híbrido entre Drácula y Sauron, el villano del Señor de los Anillos, solo que el que se extendía ante ellos era si cabe más siniestro... Sobretodo porque no había ningún Frodo Bolsón llevando el anillo a otro lado, ni tenían a ningún Gandalf bajo la manga... Eran ellos y solo ellos los que tenían que hacerlo todo y además la ayuda de Utna no tardaría en desvanecerse. 

- No tiene que haber ningún guardia, los xhauars lo controlan todo mediante sus poderes psíquicos si hemos llegado hasta aquí es porque Utna nos está ocultado, entremos rápido antes de que perdamos nuestra invisibilidad... En fila india si queréis pero vamos

Dijo Cristina poniéndose rápidamente en camino, el tiempo era crucial.

Ahora ya no tenían esclavos que les ayudaran a ocultarse y la protección de Utnapishtim podría cesar en cualquier momento.

-Te esperan a ti, no cuentan con nosotros, será mejor que guardemos las distancias antes de perder el efecto sorpresa.- Dijo a Cristina. 

Esta bien Lightman, toda precaución es poca.  Será mejor que nos separemos un poco e intentemos ir en fila a fin de ir por el mismo sitio

-Si. Yo os cubro las espaldas.- Aunque Jankowsky se mantenía en la retaguardia, desconfiaba más de lo que podrían encontrarse por delante.

- Tal vez haya algún mecanismo o resorte de alguna trampa. Me parece demasiado fácil poder entrar como si nada.

-La capitana tiene razon, si parece fácil es gracias a Utnapishtim. En fin, sigamos a Cristina, ligeros.- Como había dicho De Alba, tenían que apresurarse antes de perder el escudo telepático. Comprobó su armamento, lo llevaba listo para ser utilizado en cualquier momento.

Aakesh suspiró aliviado cuando contempló como el dron se alejaba. Siguieron su camino adentrándose en el interior del planeta. Aakesh contemplaba todo embobado. Por mucho que le preparasen en la Flota, esto le superaba de nuevo.

Lástima no poder examinar todo esto con más tiempo, pero lo primero es lo primero.

Por fin llegaron a un punto que parecía ser la recta final de su viaje. Pero Aakesh desconfiaba, no se veía a nadie. Sus compañeros mencionaron lo mismo y el hindú asintió.

-Démonos prisa, pero con cautela. Yo también haré lo mismo que Stevenson, tal vez entre los dos saquemos algo en claro. Además, lo que registremos puede ser información útil si salimos de esta.

Aakesh se puso por detrás de la capitán, pero no muy lejos de ella mientras analizaba todo lo que podía. Buscaba señales de vida, si es que esos seres estaban vivos, así como cualquier cosa parecida a una trampa.

-Me cuesta creer que esto está desprotegido, pero tal vez la capitán su control mental les baste

  Las conjeturas son muchas; y no es para menos, considerando todo lo experimentado hasta ahora desde que pisaron por primera vez las cubiertas de la Excalibur. Siempre un peligro los esperó a la vuelta de la esquina listo para saltar sobre ellos y arrebatarles unas cuantas vidas de sus compañeros.

En esta ocasión la capitana acierta, porque nadie en su sano juicio podría vivir allí, en esa tumba de piedra y metal. Tal vez sean los primeros seres de libre voluntad que pisan la entrada de la necrópolis de pesadilla.

Aakesh confirma la opinión de la española al realizar un profundo escaneo de la zona, revelando que tan solo cinco formas de vida se encuentran en el interior del tenebroso castillo. En su corazón pétreo cinco posibles Xhaguars se hallan reunidos, formando un semi circulo en una amplia sala.

Hay diversos pasillos que conducen al centro de la estructura aunque el más directo es aquel frente a ellos, el de la entrada principal.

Tampoco hay firmas significativas de energía, lo que significa que esos seres no necesitan nada más allá de su poderío mental. Un poder que por el momento es evitado por la protección del Marciano. ¿Pero por cuánto tiempo?

Y con paso decidido todos emprenden la marcha, en fila, separados unos de otros y con De Alba en la cabeza del grupo algunos metros por delante.