USS Franklin

NX-326

Comedor y cuarteles oficiales

Posiblemente el sitio más espaciado es el comedor del personal, situado en el nivel inferior, donde la cocina y el comedor comparten una única sala para todo tipo de recreación. Acorde al diseño espartano de la nave la intención del comedor es aprovechar el máximo el generoso espacio con todas las posibilidades para la tripulación.

Los cuarteles oficiales se encuentran justo detrás del nivel superior de Ingeniería y se accede a ellos desde sendos pasillos situados a estribor y babor respectivamente. Tan solo seis camarotes bastan para repartir a los dieciséis tripulantes de la nave clase Freedom, originalmente diseñada como un carguero de uso militar. Cabe destacar su reducido espacio, solo superado en el camarote del capitán y los oficiales de alto rango.

Las comidas sencillas están disponibles en el resecuenciador de proteínas de la pared, mientras que los platos más elaborados se preparan en la cocina. Los brebajes disponibles también se obtienen junto al resecuenciador, desde un dispensador de bebidas. En el menú de bebidas se encuentra disponible café, té, leche chocolatada caliente, gaseosa cola, soda, varios jugos naturales y agua. Esto es igual que en la novedosa clase NX, siendo una mejoría de los últimos tiempos.

Dispensador de bebidas y menú de bebidas

Al salir de la pequeña enfermería los tres son escoltados un breve trayecto por la nave hasta acabar en el salón comedor que también alberga la cocina y un espacio de entretenimiento.

El espacio fue preparado para recibir quince, o más, personas con las comodidades basicas. Hay bolsas de dormir, ropa y utiles para el aseo. En los estantes de la cocina hay todo tipo de alimentos instantáneos que se pueden acompañar con el dispensador de bebidas que se parece al de la Excalibur.

- Nos encontramos en alerta roja. Por lo tanto tienen prohibido salir de aquí hasta que el capitán lo ordene. Si necesitan ir al baño los escoltaré hasta los camarotes. -

Las palabras con disgusto disimulado de Crosby dejan en claro que los recién llegados no pueden salir de allí, siendo el cambio de una “prisión” por otra. El tripulante de la Franklin regresa hasta la entrada y monta guardia allí.

La sorpresa es de todos cuando al llegar ven que algunas bolsas de dormir están ocupadas, siendo un total de seis personas, todos tripulantes de la Excalibur. Allí están Francois Picard, Takeshi Sulu, Hannah Lightman, Naun Jenifer y dos tripulantes más.

Ellos al ver a Mukherjee y a los demás van a su encuentro.

- ¡Capitana! ¡Comandante! - saludan todos afectivamente a los recién llegados, dejando a Daniel para lo ultimo. Winwood tampoco reacciona oportunamente por el “sedante ligero”. Un efecto narcótico similar a la embriaguez lo invade empujándolo a dormir tarde o temprano.

Aakesh durante su breve paseo hacia el comedor se fijó en el interior de la Franklin. Era una nave más antigua que la Excalibur pero aún así tenían puntos en común que saltaban a la vista.

Al llegar al comedor el tripulante Crosby, en su acostumbrado tono de amargado, les dió varias instrucciones, Aakesh se limitó a asentir con la cabeza ligeramente. No trabaja al tripulante debido a sus modales.

Hasta la vista gilipollas

Observó el comedor y a la gente que allí había. Se llevó una gran sorpresa ya que allí se encontraba una parte de la tripulación, incluyendo a Naun y a Lightman, lo que hizo que Aakesh sonriese de oreja a oreja y albergase esperanzas de que las tripulantes femeninas de la Excalibur hubiesen sido rescatadas con éxito. Tras saludar a todos se dirigió a las dos mujeres.

-¡No saben lo que me alegra encontrarlas aquí! ¡Pensabamos que con la destrucción de la nave Orión...!

Guardó silencio unos segundos

-Pues eso, pensábamos que no las volveríamos a ver. ¿Como están?, ¿que ha pasado? ¿y las demás?, bueno, el resto de la tripulación, ¿donde están los demás?

Aakesh estaba contento de verlas, pero una sombra de incertidumbre y miendo ante la posible respuesta de sus compañeras apareció en su interior. ¿Rescataron a todo el mundo o no?

Me pasé todo el camino hacia lo que sería nuestro dormitorio común, siendo arrastrado por alguien mientras que mis ojos decidían por si mismos que querían cerrarse. - ¿Qué droga me inyectó esa loca? ¿Capitán? ¿Hola? ¿Por qué no me contesta? - Nos detuvimos en seco y pronto comencé a escuchar gritos de alegría. Fuese lo que fuese lo que me habían puesto, me había dejado el cuerpo para pocas fiestas y, mientras la multitud se dedicaba a acosar a los demás, me moví hacia un rincón donde quedarme tranquilo y aislado.

Apoyado en la pared, me dejé caer hacia el suelo. Hubiese dado cualquier cosa por una ducha y al menos un buen acertijo que me hiciese pensar, pero mi cuerpo estaba cansado y mi mente parecía quedarse dormida a cada segundo que pasaba. Me acomodé en aquel rincón lo mejor que pude y cerré los ojos, deseando que todo esto no fuese más que un sueño causado por la inhalación de algún producto químico en mi laboratorio... en la NX Excalibur.

- Un escolta para mear... que nivel...- le susurró a su primero con ironía cuando el tripulante de la Frankling les dijo lo de la escolta, se debía de comer fatal en aquella nave para que la mayoría de sus hombres tuviesen esa cara de vinagre...

- ¡Capitana! ¡Comandante! - saludan todos afectivamente a los recién llegados, dejando a Daniel para lo ultimo. Winwood tampoco reacciona oportunamente por el “sedante ligero”. Un efecto narcótico similar a la embriaguez lo invade empujándolo a dormir tarde o temprano.

Al ver a sus hombres y mujeres Cristina abrió la boca por la sorpresa para después sonreir, antes de ir a su encuentro y al comprobar que los narcóticos de la doctora había hecho efecto en Daniel se aseguró de dejarlo durmiendo en un asiento del comedor, donde el científico comenzó a roncar casi de inmediato y se dirigió hacia ellos pasando de rangos y contemplaciones, radiante por verlos a salvo.

- "Mis niños"- dijo en español incapaz de contenerse yendo hacia a ellos para abrazarlos- Eso- corroboró las palabras de su primero ¿Cómo han sobrevivido? ¿Donde están los demás?

-¡No saben lo que me alegra encontrarlas aquí! ¡Pensabamos que con la destrucción de la nave Orión...!

- Señor. Fue horrible pero sirvió para que lográsemos escapar durante un ataque. Alguien atacó la nave Orion, y cuando se dañó el sistema de seguridad escapamos hacia las capsulas. Luego nos rescataron. -

Naun al responder al primero muestra sus muñecas, donde la marca de los grilletes aun perdura y se resiste a desaparecer. Aakesh se da cuenta que el también lleva las mismas marcas, solo que en menor grado.

-Pues eso, pensábamos que no las volveríamos a ver. ¿Como están?, ¿que ha pasado? ¿y las demás?, bueno, el resto de la tripulación, ¿donde están los demás?

Con lagrimas escapando por sus mejillas Hanna toma las manos del primer oficial, al cual respeta y considera como un padre.

- ¿Mm...mi hermano? ¿Lo han visto? Desde que nos separaron no supe nada de él… los demás estaban en otra celda… -

En su momento Mukherjee renegó por la asignación, en principio por concebir la mala idea de que tripulantes con lazos de sangre compartan el servicio en una misma nave, solo que en aquella ocasión la Tierra contaba con pocos reemplazos.

¿Cómo han sobrevivido? ¿Donde están los demás?

- Es un placer verlos sanos y salvos. A nosotros – señala a él, a Sulu y a los otros dos tripulantes masculinos – nos apartaron del grupo que era destinado a la Arena y nos pusieron a trabajar en el mercado de esclavos. No supimos de las mujeres hasta que los Orionitas huyeron del mercado con todos nosotros. Creo que iban a vendernos a otro comprador sumamente interesado. Por eso nos trataban un poco mejor que a los demás esclavos de otras especies. ¿Y ustedes como llegaron aquí? -

Pese a todo lo sufrido Francois mantiene la compostura de los días a bordo de la Excalibur. Porque hay costumbres que jamas se pierden.

Aakesh sonrió, pudo ver el padecimiento en los ojos de sus compañeros, el mismo que el sentía en su interior. Las lágrimas asomaron, pero Aakesh se contuvo. Multitud de sentimientos le vinieron de golpe.

-¡Entonces el resto estará por este sistema en las cápsulas! ¿Informaron a la gente de la Franklin?, ¡hemos de encontrarlos!

Aakesh miró a Picard

-Vinieron a rescatarnos, justo a tiempo, porque estábamos luchando en al Arena con una bestia mezcla de Hydra y dragón. Algunos no lo consiguieron

Aakesh calló

-Su hermano sigue vivo Hannah, al menos hasta donde yo sé. Acompañó al grupo que iba a la nave Orión para intentar rescatarles. Desde entonces no hemos vuelto a saber nada de él.

Guardó silencio, miró a la capitán y habló

-Descansemos, no sé que será de nosotros. Parece que el servicio de la nave deja algo que desear y que nos consideran poco más que una molestia.

Se acercó a Picard

-¿Un comprador?, ¿escuchó quien podría ser?

- A sus órdenes Señora Comandante. Diana, siempre atenta a las antiguas costumbres llamó por su cargo a la española. Venía resoplando por el esfuerzo, ya que venía corriendo como una gacela, dando todo lo que sus piernas permitían. - He de hacer que lleguen tanto el Primer Oficial como usted al Puente. Tenemos heridos que precisan atención ROLE4 urgente, y si no regresamos a nuestro espacio morirán.

No le confesó que tenía órdenes de hacerles llegar incluso por la fuerza, pero ... sólo porque esperaba que atendiera a las razones de la urgencia.

Aakesh miró a la capitán y asintió

-Picard, luego seguiremos hablando

Se acercó a Diana

-Muy bien, todo suyo, ¿que es lo que pasa?, ¿o hemos de esperar a llegar al puente para ser informados?

El semblante de Aakesh era serio. Estaba cansado, cansado de luchar por su vida, por la vida de sus camaradas, de verlos caer, de no saber si era siguiente y encima de que sus salvadores fuesen tan prepotentes y arrogantes como para tratarlos como polizontes y basura.

- ¿Y quién le ha dicho a este de que esperen a ser informados? Miró al tipo con cara de asco. - La primera torta ya se ha rifado y se a quién se la voy a dar. Pues ahora por chulo no te lo digo.

Estaba claramente enfadada y le espetó: - Ya ha sido informado ¿Va a ir por cuenta propia o tendré que usar mis medios? Su voz estaba cargada de ira, y aprovechó para cerrar los puños abiertamente, con letitud, mientras estos crujían y estallaban en los ruidos que imitan a huesos rotos. Quienes saben de medicina saben que son burbujas de aire entre los tejidos, pero aún así, impresiona. Tras eso miró a la Comandante Naval a la espera de su respuesta. - Caerá bajo su responsabilidad la muerte de compañeros, por no actuar, y eso si es punible. No pensaba dejar que un compañero muriera precisamente por eso, así que ya no le quedaban más papeletas para la rifa de unas cuantas ostias.

¿Pero esta de que va?

Aakesh lanzó un bufido

-Cuidado con ese tono, que yo sepa sigo siengo comandante y por lo tanto tengo rango superior al suyo, y aunque no le vaya a dar órdenes directamente, me merezco un respeto por mi rango, ¿entendido?

El rostro de Aakesh refleja enfado

-Segunda cuestión ¿en que momento me he negado acompañarla al puente?. Se lo vuelvo a repetir, todo suyo, ¿entiende?, eso significa que perfecto, que le acompaño, es más, le pregunto que es lo que pasa por si usted me va a informar ahora o he de esperar a llegar al puente. ¿Le ha quedado más claro? Dado que desde que estamos aquí no sabemos nada de lo que está pasando es normal que pregunte que coño está pasando, así que no me venga con que he sido informado porque lo que usted nos ha informado está en la línea divisoria entre poco y nada.

Aakesh se dirige hacia la salida

-Déjelo, ya nos informará el capitán con detalle, ¿he de esperar a que nos acompañe o nos dirigimos hacia el puente solitos? Lo pregunto porque ya nos dejaron bien claro que no somos bien recibidos y que necesitamos acompañantes. No quiero que luego digan que desobedecemos las órdenes del capitán.

Saco una de mis armas con lentitud. Luego la otra.

- Y yo soy un centinela que tiene una misión y da igual el rango que tenga quien se enfrente a ellas. Las cumpliré, y si tiene algún problema sólo ha de dirigirse a quién me ha realizado la encomienda. Pongo el filo cerca de mi cara, delante de esta, para que pudiera verla bien y continúo con su mismo gesto: - ¿Entendido? No le dejó hablar más allá de su pregunta.

Se sentía no solo poderosa, sino además respaldada por las ordenanzas, así que sabía que no solo tenía la sartén por el mango, sino que además empuñaba dos falcatas muy afiladas que tenía muchas ganas de usar.

Sin dejar de controlar al tipejo estaba encarada hacia la Señora Comandante. Esperaba su respuesta. Ignoraba al tio, pero sus pensamientos seguían presentes. - Si sabe llegar puede caminar. Les acompañaré. Estaba claro que iría con ambos. - Y no es una amenaza, es una predicción de futuro.

Aakesh la miró con furia

-¿¡Pero quien coño se cree que es!?, ¡le vamos a acompañar, no nos negamos y encima nos amenaza!

Se acerca

-Hemos superado cosas peores que una "centinela" del tres al cuarto con aires de grandeza que falta el respeto a un superior y encima intenta intimidarlos con sus armas. Espero que las sepa usar contra los klingon si llega el caso, ya que al menos para presumir de ellas es la número uno.

Aakesh caminó hacia la puerta

-No nos haga perder más el tiempo, vamos hacia el puente. Si va a acompañarnos conviene que se de prisa.

Vamos si hablaré con la autoridad competente. Esta se va a enterar de lo que significa la cadena de mando, aquí o en la Flota, pero se va a enterar.

- Señora Comandante ¿Tengo que aguantar insultos de un mando? Preguntó directamente a la mujer que miraba.

Aakesh se gira

-¿Insultar? -suelta una carcajada muy sonora - estoy siendo amable, muy amable, teniendo en cuenta su falta de respeto a un mando superior y sus amenazas con sus armas. En otra nave ya estaría presa pendiente de juicio.

Pone los brazos en jarra

-¿Nos acompaña de una vez o nos sigue haciendo perder el tiempo? El tiempo corre

La alegría inicial de Cristina por ver a aquella parte de su tripulación a salvo se fue apagando a medida que iban hablando, pero sobretodo le intrigo mucho el tema del comprador interesado, que sus cabezas tuvieran un precio elevado era algo que le desagradaba tanto como le intrigaba, la capitana guardó silencio sumisa en sus propios pensamientos mientras su primero iba respondiendo y haciendo las preguntas.

Entonces apareció Diana informándoles de que debían ir al puente, algo que De Alba, en el fondo estaba deseándolo para poder estar al tanto de todo lo que estaba pasando y justo cuando la capitana fue a abrir la boca para asentir, la cosa se lió entre Muk y Artemisa para mayor desconcierto de la capitana que se quedó anonadada mirando a uno y a otra como si de un partido de tenis se tratara, aguardando al oportunidad de poder decir algo.

- ¡Suficiente!- exclamó enfadada, molesta porque no la hubieran dejado hablar a ella- No hay tiempo para esto- dijo muy seria- a usted no se le ha insultado, tan sólo se le ha pedido un adelanto- miró a Artemisa con calma para después mirar a Muk- y a usted le recomiendo calma- no había reproche pero si cansancio, cada vez era más reacia a las discusiones sin sentido- Vamos- zanjó el asunto poniéndose en marcha- Señor Picard, hablaremos después... mientras tanto queda al mando de sus compañeros- miró a Daniel que dormía plácidamente en una parte del comedor- especialmente del señor Windwood, ya sabe usted lo fácilmente que se desorienta- después se volvió a dirigir al hindú y a la MACO- sé llegar al puente, este modelo de nave es más antiguo que la Excalibur pero no tiene perdida ¿Es por aquí, verdad?- le dijo a Kendra dejando que los escoltara