Partida Rol por web

Los soldados de asalto guían a los dos nuevos presos por un pasillo anexo a la sala del Moff. La decoración es austera hasta lo extremo. Metal sin pulir sobre roca viva. La mínima expresión de una estructura para cubrir las necesidades básicas del soporte vital. El pasillo se abre a una gran cámara central. De ella surgen nuevas ramificaciones: Al frente, el gran elevador de carga, donde reposan las naves de carga cuando llegan a llenar sus bodegas. Es la única comunicación con la superfíe. La protege una doble puerta acorazada que permanece cerrada. A la derecha, el acceso al tren container para escender a los puntos de extracción. A la izquierda, hay dos accesos juntos. Uno lleva a los almacenes, dependencias del personal y demás estancias útiles. El otro acceso, es la sección de presidiarios, allí les encaminan.

El sector de presidiarios es una gran cámara de varios niveles donde se disponen un enorme número de celdas para unas cinco personas de capacidad. Excavadas en la roca y con una tosca reja de hierro como vía de entrada, uno de los soldados pasa una tarjeta que libera el cierre. La puerta de barrotes se desliza lateralmente con el metal chirriando por falta de lubricante. Con malos modales les retiran los grillletes, para alivio de los reos y les empujan dentro para volver a cerrar la puerta.

La celda, de unos 20 metros cuadrados, tiene por el suelo varias mantas, sucias y desgastadas, que hacen de lecho para sus ocupantes. Con el ruido de vuestra llegada, se incorporan los cinco "anfitriones" con desgana. Parecen cansados, han debido trabajar duro. Tres de ellos son humanos, los otros dos son un rodiano y un wookie. Uno de los humanos rompe el silencio: - Tenemos nuevos compañeros... - Da un paso hacia vosotros. - Soy thanik y os enseñaré ésto. Se visita rápido, ahí la letrina. Cuidado, acaba de visitarla el bicho peludo ése - Dice señalando con un gesto de su cabeza al wookie, que se recuesta sin prestaos atención. - Tiene mal genio así que no durmáis cerca de él - Buscaos vuestro sitio. Zornet ha muerto esta noche en la mina. Tenéis su manta ahí para que durmais unas horas. El otro tendrá que dormir en el suelo, aunque, casi no hay diferencia. - Otro de los humanos, con expresión de pocos amigos interviene. - Que el twilek duerma en la manta. Ella dormirá conmigo -  Y se acerca hacia la cazarecompensas con intención de cogerle del brazo.

De camino a la celda y sin mediar palabra, la cazarrecompensas observa sosegada y detenidamente su entorno, tratando de memorizar todos y cada uno de los pasillos recorridos, accesos y estancias que atraviesan y que su vista puede alcanzar, así como las armas y demás utensilios que portan los soldados de asalto que les custodian.

Tras quedar liberada de sus grilletes y ser empujada hacia el interior de la celda, la chica intenta no perder el equilibrio. Una vez recompuesta del envite, se frota sus doloridas muñecas mientras ve alejarse a los soldados a través de los barrotes.

Alertada por unos ruidos provenientes de su espalda, la cazarrecompensas tensa sus músculos y gira rápidamente su cabeza haciendo que parte de su pelirroja melena acabe tapando la mitad de su rostro. Su expresión facial denota cautela. Sus ojos se entornan aún más al conocer a sus nuevos compañeros de celda.

- Tenemos nuevos compañeros... -dice uno de ellos-. Soy Thanik y os enseñaré esto. Se visita rápido, ahí la letrina. Cuidado, acaba de visitarla el bicho peludo ése -dice señalando con un gesto de su cabeza al wookie, que se recuesta sin prestar atención-. Tiene mal genio, así que no durmáis cerca de él. Buscaos vuestro sitio. Zornet ha muerto esta noche en la mina. Tenéis su manta ahí para que durmáis unas horas. El otro tendrá que dormir en el suelo, aunque casi no hay diferencia.

Otro de los humanos, con expresión de pocos amigos interviene.

- Que el twilek duerma en la manta. Ella dormirá conmigo -dice acercándose hacia la cazarecompensas con intención de cogerle del brazo-.

- Quédate donde estás, si quieres volver a levantarte mañana por la mañana -susurra la cazarrecompensas al tiempo que hace un ademán de parada con su mano-. Me quedaré con la manta de vuestro amigo. El twilek y tú podéis dormir juntos -concluye tajantemente mientras recoge la manta del suelo y se aproxima hacia la zona menos concurrida de la celda, todo ello sin apartar en ningún momento la mirada de su interlocutor-.

Un repiqueteo metálico y repetitivo, posiblemente causado por el choque de algún metal con los barrotes de las celdas, se intensifica paulatinamente en los sueños de la cazarecompensas hasta finalmente hacerla despertar de forma repentina. De reojo, la chica ve pasar a un grupo de soldados por delante de la celda haciendo chocar sus armas con los barrotes. Dos de ellos se paran delante de la celda y, sin mediar palabra, abren su puerta para seguidamente invitar a los reos a salir al pasillo.

Tras desperezarse a marchas forzadas, la cazarecompensas lanza un bufido y se incorpora ligeramente sin llegar a levantarse. Cabizbaja, pasa ambas manos por su cara para terminar desplazando su melena pelirroja tras sus orejas. Suspira. Un par de segundos más tarde se pone en pie y, tras sacudir enérgicamente sus ropajes, echa un vistazo a sus compañeros de celda. Tras asegurarse de que Porthos se encuentra bien, camina decidida hacia la puerta siguiendo las indicaciones de los soldados. Desde allí puede ver cómo, según abandonan sus respectivas celdas, los reos se van colocando en fila a uno y otro lado del pasillo anexo. Tras colocarse donde corresponde, extiende resignada sus brazos hacia adelante y deja que uno de los soldados le coloque unos grilletes.

Minutos más tarde y custodiados en todo momento por soldados imperiales, todos los presos se encaminan desganados hacia la gran cámara central y, desde allí, hacia el acceso al tren contenedor. Durante el trayecto, Thanik aprovecha para aproximarse a la cazarecompensas y al twilek:

- Uno de nosotros no volverá a la celda -dice casi sin girar el rostro-. Vamos al nivel inferior. Es un infierno de oscuridad. Los soldados no os protegerán, tan sólo se limitan a vigilar para no ser ellos la presa. No importa cómo nos llevemos aquí, pero ahí abajo nos protegemos unos a otros. ¿Hay acuerdo o iréis por libre?

Solo había oído rumores, pero de lo que sí estaba segura la cazarecompensas es de que Thanik no mentía.

- Cuatro ojos ven más que dos -responde sin apartar su mirada del frente-. De acuerdo. Gracias... por avisar... Thanik, ¿verdad? -dice con ritmo pausado mientras gira ligeramente la cabeza hacia Thanik-. Parece que aquí no vamos a tener tiempo de aburrirnos... -susurra dirigiéndose ahora a Porthos-. Mantén los ojos bien abiertos, compañero.

Satisfecho con la respuesta de la cazarecompensas, Thanik calla para concentrarse en la tarea que tiene por delante. La larga hilera de presos alcanza el tren y los soldados van distribuyendo a éstos en vagones. A nuestros protagonistas les toca el último vagón pues éste está destinado al nivel inferior. Una vez las puertas se cierran se presuriza el vagón y uno de los soldados pasa una tarjeta en un lector. Parece un comprobante de que todo está correcto en el vagón y pueden iniciar el trayecto. Los imperiales retiran los grilletes a todos y señalan unos trajes calefactantes para que los presos se los pongan. Los veteranos ya saben que serán necesarios para protegerse del frío. También es necesaria una máscara que provee oxígeno, pues la atmósfera es muy pobre.

Ataviados, todos los reos esperan a que uno a uno, se van alcanzando todos los puntos de extracción. Finalmente, el tren se detiene en su destino y el vagón, tras la despresurización, abre sus compuertas. Una ola de frío invade la estancia, pero los soldados no dan tiempo de quejas y van empujando a los trabajadores forzosos. Kendra y Portos descubren al salir un ancho pasillo que serpentea unos metros hasta que es fagocitado por la oscuridad. Unos portalámparas están colgados aleatoriamente en la pared. Un soldado se queda en la entrada del vagón y otros tres se juntan dando una sensación de protección mutua. Casi parece que se olvidan de los presos y en efecto, no hay lugar a dónde escapar. Un soldado jalea a los trabajadores: - En marcha! Quiero los malditos contenedores lleno de esos huevos. Cuanto antes lo llenéis, antes volveréis a la celda. Tú, pon al día a los novatos - Le dicen a Thanik.

Thanik se acerca para mostrar cómo funcionan las cosas. - Recogemos huevos y de éstos se obtiene la especia escarcha. Seguro que habéis oído hablar de ella. En los niveles anteriores extraen mineral, pero aquí abajo han encontrado algo mas productivo, aunque también más difícil de conseguir. Los huevos son difíciles de localizar pues parecen cristalizaciones. Mirad, ahí hay unos cuantos... - Señala con su mano enguantada. - Coged uno de los bastones para extraerlos - Los bastones son unas herramientas alargadas terminadas en unos punzones que permiten extraer los huevos que están fijados en la roca. - Concentraos al cogerlos para no romperlos y perder la sustancia del interior. Pero lo más importante es tener un ojo en la nuca. Hay quién vigila sus nidos... -

Podeis notar como en la oscuridad aparecen y desaparecen numerosos ojos rojos. Vigilandoos, esperando el momento. Por el tamaño de los huevos, los progenitores deben ser bastante mas grandes que un humano. Lo que os hiela la sangre es el sonido ocasional de algo desplazándose en las sombras a gran velocidad.

- Coged uno de los bastones para extraerlos - Los bastones son unas herramientas alargadas terminadas en unos punzones que permiten extraer los huevos que están fijados en la roca. - Concentraos al cogerlos para no romperlos y perder la sustancia del interior. Pero lo más importante es tener un ojo en la nuca. Hay quién vigila sus nidos... 

Me acerco a Thanik y cojo uno de los bastones buscando el equilibrio del arma. Tras realizar un par de movimientos oscilantes con la misma, rompo el silencio y le pregunto:

- Y bien ... ¿por dónde se puede uno escapar de este agujero? -miro hacia el vagón- y espero que no sea ese el único camino, no me agradaría tener que matar a tanta gente ...

La cazarecompensas escucha atentamente las indicaciones de Thanik acerca de cómo hacer uso de los bastones de extracción de huevos, así como las precauciones a tomar para evitar ser emboscados por sus progenitores.

Acto seguido, su mirada se desvía de la de Thanik para centrarse en Porthos y en cómo éste coge uno de esos bastones buscando su equilibrio y blandiéndolo un par de veces.

- Y bien ... ¿por dónde se puede uno escapar de este agujero? -Porthos mira hacia el vagón- y espero que no sea ese el único camino, no me agradaría tener que matar a tanta gente ...

Sin mediar palabra, la cazarecompensas se hace con otro bastón y, tras comprobar que cuenta con la robustez suficiente como para usarlo de arma, vuelve a dirigir su mirada hacia Thanik, interesada en la respuesta de éste a la pregunta realizada por su compañero.

Tras las palabras del pirata, Thanik responde: - Shhhhhh! No hables de fugas muy alto muchacho. O te dejarán aquí depués del trabajo. Créeme he visto hacerlo antes. Sugiero que empecemos a trabajar o tendremos problemas - La cazarecompensas no se queda atrás y se hace con uno de las herramientas.

El trabajo comienza. Vuestros ojos no se detienen mucho tiempo en el preciado bien y rápido los orientáis hacia distintos puntos de la oscuridad. Poco a poco, os vais familiarizando con los bastones. Cómo taladran la sustancia que fija los huevos a la roca... Su retroceso... Siendo cuidadosos de no romper el botín. Al poco rato, tras depositar varios huevos en el contenedor, Thanik, con voz baja se dirige hacia vosotros.

- Sí... -  Le miráis con desconcierto. El Reo prosigue tras secarse el sudor de su frente. - No confío en vosotros, pero no quiero que echeis nuestro plan por tierra. Parece que sois afortunados, pues tendrá que ser esta noche - Sin dejar de trabajar, continúa hablando - LLevamos una semana trabajando y extrayendo. Ayer llegó la nave de carga, poco después de vosotros. Así que nuestro plan es secuestrarla. Si se nos da bien, escaparemos infiltrados, si se da mal la abordaremos. Pero tenemos que esperar a terminar la jornada de hoy -  Respira y prosigue. - No podemos atacar a los guardias ahora, cada poco confirman que no hay problemas con el centro de seguridad, así que debe ser justo antes de que nos pongan los grilletes. También hay que tener en cuenta la tarjeta de seguridad o el tren no se pondrá en marcha - El reo continúa como si nada se hubiera conversado. Os miráis conscientes de si queréis participar en la fuga tendrá que ser en unas horas.

Y el tiempo pasa sin grandes acontecimientos. Cuando sólo queda una media hora para comenzar la retirada se oye un grito:

- Noooo!! Ayudaaaa, Aquíiiii!!!! - Miráis hacia la columna donde el resto de presos trabaja. El foco de luz produce un cono luminoso donde en el perímetro exterior, en la penumbra, algo parece tirar de un reo hacia la oscuridad. Es el preso que hace unas horas molestaba a Kendra. De los cuatro soldados, dos se adelantan unos pasos con el rifle apuntando, los otros dos parecen asustados y se protegen en el vagón, buscando cobertura.

Tras escuchar los planes de fuga de Thanik y de estar trabajando unas cuantas horas extrayendo los huevos de la roca, la jornada parece llegar a su fin cuando, de repente, un grito desgarrador inunda la estancia:

- Noooo!! Ayudaaaa, Aquíiiii!!!! -Miráis hacia la columna donde el resto de presos trabaja. El foco de luz produce un cono luminoso donde en el perímetro exterior, en la penumbra, algo parece tirar de un reo hacia la oscuridad. Es el preso que hace unas horas molestaba a Kendra. De los cuatro soldados, dos se adelantan unos pasos con el rifle apuntando, los otros dos parecen asustados y se protegen en el vagón, buscando cobertura-.

Estupefacta ante lo que contemplan sus ojos, en un acto reflejo la cazarecompensas agarra con más fuerza si cabe su bastón de extracción, tensando sus músculos y preparándose por lo que pudiera acontecer a continuación.

- ¡Atentos! -exclama al tiempo que echa un vistazo rápido en derredor por si pudieran estar acechándoles más de esos bichos-.

La silueta de un ser arácnido se recorta en la oscuridad. Parece tirar del preso que en un abrir y cerrar de ojos es llevado a la penumbra desapareciendo de vuestro campo de visión. Los soldados de asalto disparan mientras tratan de recular en dirección al vagón. Saben que toda acción es en vano una vez salen de la luz y piensan en salvar sus propias vidas. Todo ha sucedido muy rápido. El wookie ruge mezcla de furia y miedo, pero su sonido aumentado por el eco de la caverna impide que oigáis más allá del perímetro luminoso. Es entonces cuando se produce otro ataque. 

Thanik avisa mientras se tira a un lado, pues un grueso cuerpo con numerosas patas trata de derribaros, tal como le ha sucedido al desdichado preso. Pero no así con Kendra y Porthos, que a pesar de mirar en dirección a la que señala Thanik, su reacción es tardía. Reciben el impacto de la criatura y caen al suelo irremediablemente. Es momento de luchar por la vida. Ser cazador o presa.

El forajido se levanta tan rápido como puede y empuñando su arma se avalanza sobre la araña:

 -¡Ayudaaaa! -grito en dirección a los imperiales, para ver si se dignan a echarnos una mano.

Nota: Si no recuerdo mal, se podía declarar sólo atacar y el esquivar era automático con 1D menos por cada ataque, ¿no?

En un abrir y cerrar de ojos, fruto del ataque arácnido, la cazarecompensas pierde el equilibrio y cae irremediablemente al suelo, aunque sin llegar a soltar el bastón con el que extraían los huevos.

- ¡Maldita sea! Esto no lo me lo esperaba -exclama con parte de su pelirroja melena enmarañada por toda su cara, lo que le dificultaba la visión-.

Sin tiempo que perder, la cabeza de Kendra se centra en su siguiente movimiento. Con un potente soplido aparta el pelo de su cara y, ayudándose del bastón, se incorpora de la forma más rápida que su aturdimiento le permite.

- Vamos allá -murmura para animarse y autoconvencerse de una posible victoria, ahora sí lista para el inminente combate-. Veamos si eres tan peligroso como dicen.

Acto seguido, la cazarecompensas se abalanza contra su atacante e intenta propinarle un bastonazo.

La bestia se alza sobre sus patas traseras para tratar de atacar de nuevo, pero nuestros protagonistas no se quedan atrás. 

Thanik trata de atacar con el bastón perforador pero su ataque es demasiado lento para la araña. No así los de Kendra y Porthos que hacen hundir las hojas afiladas en el abdomen de su enemigo.

La herida de Kendra parece menos grave que la de su compañero, pero ambas consiguen que el depredador se resienta sensiblemente. La Araña grita y emana una pegajosa sustancia fosforescente de su abdomen. Aunque no ha sido derrotada y sus ojos brillan de furia.

También un soldado de asalto parece querer disparar al animal, aunque no tiene un buen ángulo de disparo. Titubea si debe realizar su acción y arriesgar a alcanzar a uno de vosotros.

El chirriante grito de dolor de la criatura inunda la estancia. Salpicada con pequeños restos de una pegajosa sustancia fosforescente, la cazarecompensas esboza en su rostro una nerviosa sonrisa al ver cómo el arácnido se resiente ante los ataques recibidos.

Sin embargo, lejos de ser aún derrotada, los ojos de la criatura brillan de furia dejando entrever una nueva e inminente ofensiva. En un acto reflejo, el rostro de la cazarecompensas se torna en una expresión oscura y preocupante.

- ¡Esto no ha acabado todavía! ¡Cuidado! -grita mientras dobla ligeramente sus piernas y sujeta con firmeza el bastón, preparándose así para la embestida de la criatura-.

En esos escasos segundos de espera, en la cabeza de la cazarecompensas se dibujan muy claramente sus intenciones: primero, evitar o bloquear como pueda el ataque y, segundo, asestar un nuevo golpe a la criatura. Otra cosa muy distinta es cómo se desencadenen finalmente los hechos...

Porthos se lanza con todas sus fuerzas, descuidado un posible contraataque de la bestia. Y consigue alcanzarla, pero por desgracia, ha sacrificado mucho para dar un mal golpe. La herida apenas es un rasguño en una de sus patas. Ahora queda al descubierto.

Kendra también se suma realizando un ataque mas previsor y también consigue su objetivo. Si embargo, parece que el exoesqueleto parece ser más duro que el abdomen, y tampoco daña al arácnido.

Thanik, que actúa el último de los tres es quién parece aprovechar su oportunidad para hundir el bastón en el abdomen de la criatura, que emite un siseo gutural de dolor. La ha vuelto a herir.

Malherida, la araña centra sus ojos en sus presas y...

La bestia malherida emite sus guturales gruñidos, pero su instinto depredador no desaparece a pesar de las graves heridas. Se lanza al ataque fijando sus múltiples ojos en nuestros protagonistas. Con un chillido de otro mundo, lanza una punzada de una de sus patas clavando ligeramente en el suelo la punta. La rapidez de la cazarrecompensas consigue interponer el bastón en el golpe evitando sufrir un empalamiento. Fruto del movimiento fallido, la araña pierde la estabilidad y su segundo ataque golpea contra la columna rocosa y una nube de fragmentos se despersa violentamente.

Un grito se oye cerca del tren. De la oscuridad del techo, uno de los soldados de asalto desaparece. Algo se lo ha llevado. Los otros soldados comienzan una lluvia de descargas láser hacia el cielo negro de la cueva, haciendo que descuiden el entorno. No tarda en desparacer un segundo soldado por un ataque por su espalda. Los presos de la otra zona, se lanzan a la carrera contra la entrada del tren con el fin de ponerse a salvo, pero para ello tendrán que cruzar una zona de penumbra.

Nuestros protagonistas aprovechan la situación para contraatacar. Kendra asesta un poderoso bastonazo, pero la herida no es grave, aunque atonta a la bestia. No así el pirata, que clava la herramienta haciendo que el vientre esparza sus visceras por el suelo. La criatura cae pesadamente incosciente. Habéis salvado la vida. Al menos de momento.

Los sonidos de las criaturas acechando en la oscuridad al ver a su hermana caída se suceden cada vez con más furia. Parece que la discreción ya ha pasado a un segundo plano y el ataque en masa será inminente. Es momento de salir de ahí.

Tras un rápido intercambio de golpes, el arácnido cae finalmente incapacitado delante de la cazarecompensas y sus compañeros. Parcialmente aliviada y entre gritos y descargas blaster, Kendra descubre en un rápido vistazo en derredor que de los tres soldados imperiales que había inicialmente junto al tren ahora solo queda uno, todo ello fruto de diversos ataques de los que ni siquiera ha sido consciente.

Con su mirada ahora fija en el tren que les trajo aquí, la cazarecompensas insta a Thanik y a Porthos a abandonar la estancia y dirigirse hacia el tren para intentar salir de ahí lo antes posible.

- Solo hay un soldado -dice señalando hacia el tren-. Es nuestra oportunidad de salir de aquí. No creo que aguantemos mucho más aquí abajo. ¡Vamos! -exclama con un ademán de su mano al tiempo que toma impulso para correr, al igual que el resto de reclusos, hacia el tren-. ¡No perdamos más tiempo!

Porthos examina la zona donde han desaparecido los dos soldados de asalto, intentando localizar alguno de sus blasters.

Si los descubre, coge uno en su huida.

Si no visulumbra nada, se lanza a la carrera hacia el soldado que queda (esquiva completa).