Partida Rol por web

Alzo otra vez la mano, para volver asentarle otro golpe, pero se paro en seco. Y observo su alrededor como intentando recuperar algo, quizás paz o quizás cordura.

Guardo la pistola ensangrentada en su cartuchera, sin limpiarla, sabia que luego se arrepentiría pues la sangre reseca crearían costras y la ensuciaría, pero ahora eso no era lo importante. Pensó en tirar la bolsa de Xec-T, y desperdigarlo por el suelo pero podría utilizarlo para el dolor, y así dar los analgésicos a su compañero. La moralidad de la togruta no se ceñía a lo que estaba bien o mal, no le importaba hacer cosas malas si la finalidad era bueno. No le importaba maltratar, secuestrar o matar siempre que tuviera repercusión positiva para ella o para su entorno.

La violencia por la violencia no la satisfacía, pero golpear el pico del shatari no le iba a quitar el sueño,al fin y al cabo intentaba robarle y suponía que ese ser no era trigo limpio, y quizás él hubiera estado compinchado con los droides pero no la sabia, no había llegado tan lejos tomando decisiones precipitadas. Lo dejo tirado en el suelo, y tras ver encontrado un poco de cordura avanzo hacia la nave, ese asqueroso porg ya no era útil, como si se moría de abstinencía.

—Debes de tener frio, Ébano—dijo ofreciendo su mano buena para que se apoyará—vamonos dentro, ponte los dos analgesicos, estas peor que yo, descansemos. Luego recogeremos esto.

El sathari se queda en el suelo, ya casi sin moverse. Probablemente se quede a la intemperie.

Krewst se deja ayudar y entráis a la nave. Nada más sentarse en el primer sitio cómodi que pilla, se nota que el reptil se encuentra bastante resentido físicamente: aunque el láser ha sellado la herida al instante, su piel escamada presenta una herida algo profunda. Es difícil perforar la epidermis de un trandoshano, por lo que deduces que la potencia del arma de ese droide era exagerada. Quizá una modificación. De lo que estás segura es que has tenido suerte de no haber sido su blanco.

—Esta mierda... —el lagarto se acomoda como puede y se prepara su primer chute— Esta mierda en la que estamosssss, Escarlata... No sé si hemossss hecho bien en venir.

Se enchufa el calmante en un brazo y deja escapar un leve siseo, espera unos instantes, prepara el siguiente y parece empezar a notar los efectos. Deja el inyectador a un lado, listo para cuando vuelva el dolor.

—Ya sabessss que estaré donde me digas, pero necesito saber antesssss cuál es la idea. Yo tampoco me quiero quedar sin cobrarrrr, e iría a por esos desgraciados con o sin guía. —Se dedica a buscar alguna ampolla de bacta que tengáis sobrante para intentar regenerar más rápido la herida.

Tras un breve descanso hacéis el esfuerzo y colocáis los cajones y todos los trastos dentro de la nave; cerráis la rampa de la nave para controlar la temperatura. Por suerte no utilizaron ningún soplete para entrar, por lo que está intacta.

Desde luego todo esto ha sido un varapalo para el equipo. Los contrabandistas no aparecen, unos droides extraños asaltan e inspeccionan la nave, tú y tu compañero estáis heridos y el único guía capaz de conduciros por el terreno es una piltrafa descerebrada a la que no le debe quedar mucho tiempo en esta galaxia.
Y aún así, sabes que ese dinero tiene que llegar, de una u otra forma. Pero... ¿qué hacer?

Agradeció mucho que Vikar interceptase el mensaje por que si estaban hablando de ellos, vendría con una fuerza de asalto.

Por otra parte el escaneado mostraba algo así como una mina, lo que era un enigma y estaba dudoso de cómo proceder.

-Deberiamos irnos de aquí, nos han detectado, podemos seguir observando desde otro punto.

Altra tenía razón... pero había algo en el mensaje que no le cerraba - Creo que no hablan de nosotros, es mas... pidieron refuerzos. - Quizás ir al sur era lo adecuado, había otros que como ellos no eran de aqui y estaban teniendo problemas con los droides. Podrían ir al menos para observar qué sucedía.

- Si van a mandar refuerzos quizás tengamos la base con menos vigiancia y tal vez podamos infiltrarnos o... podríamos ir al la explanada de la que hablaron los Droides y ver qué está pasando. - 

Creo que lo mas sensato ir a aquella explanada y averiguar que sucede, si, cuanta mas información tengamos menos probabilidad de que nos maten por un paso en falso.

[Música recomendada]

Sin perder tiempo, retrocedéis con cautela hasta que parece ser seguro comenzar a correr. Los sathari se quedan extrañados por la aparente impulsividad de la acción, pero deciden seguiros a cierta distancia, aunque sin esconderse de vosotros.

Al principio el camino parece poco claro, hasta que captáis el rastro que habrían dejado los droides en su carrera hasta su base. Lo seguís mientras atendéis a los giros bruscos, propios de mentes mecánicas, hasta que por fin llegáis a un pequeño claro donde reposa una nave desconocida para vosotros.
Por el ambiente cargado de olor a quemado y las marcas en la flora y el casco de la nave, se puede deducir que no hace mucho que ha sucedido un combate aquí. Al aproximaros un poco también se hace todavía más evidente ese hecho, debido a la presencia del cuerpo inmóvil de un droide, tirado a los pies de la nave con un tiro de bláster en la cabeza. A pocos metros de distancia también podéis ver un sathari de apariencia maltrecha y más desplumada, que tampoco parece moverse.

Una vez lo suficientemente cerca, es posible escuchar el leve susurro de una conversación que proviene del interior de la nave, pero nada que podáis escuchar de forma normal sin que entréis.

Nellen escucha atentamente a su compañero, y sopesa mientras se sienta a su lado. Sabía que debía pensar en el dinero, lo sabía, sabía que tenía que mantener el imperio que años y salud le había arrebatado. Sin embargo la palpitación de su hombro exigía una recompensa, más allá del intercambio monetario, a la mujer de piel bermellón le había picado la curiosidad y ahora debía satisfacerla.

Cerro los ojos e inspiro.

Demandaba un plan. Un plan elaborado. Entonces él se le paso por la cabeza. ÉL lo sabría todo, ¿Quienes son?¿Donde encontrarlos? Él podría darles armas, y material para hacerlos frente, desmantelarlos y venderlos, siempre que a él le interesara y siempre que el se llevara una gran parte.

Nellen sabía que su compañero lo odiaba, en general odiaba a los Rishii, pero a Gial, el mayor contrabandista de información, era visceral porque no tenía lealtad alguna hacía nadie, si Gial tenía corazón Kwerts se lo arrancaría y lo pisotearía hasta verlo reducido a una masa viscosa. Nellen no quería pero debía ofrecer aquel maletín como cambio por información era un trato más que beneficioso para Gial, pero que le diera el equipo necesario o incluso personal, dependería de su lengua y del interés del extravagante Rishii.

–Voy a ir a por esos droides, Kwerts-- Dijo expirando y abriendo los ojos enfocando su vista en la mirada de su compañero – Ha sido un error, tienes razón, me vi nublada por la necesidad del dinero, guiándome por un puto adicto. Pero no pienso regresar con las manos vacías, esos droides eran de alguien, alguien con suficiente dinero para tener eso tipo de pelotón, mira tu pecho Kwerts – Dijo bajando la mirada hacia la herida-- Si hubiera sido yo, estaría muerta, si tú hubieras sido más joven y tu escamas no hubieran endurecido estarías muerto. Esas armas son caras, esos droides no son baratos. Nuestras cicatrices tiene precio – Volvió a respirar-- Voy a llamarle, voy a cambiar el maletín por información exacta, ¿Dónde están? ¿Quiénes son? ¿Cuántos son?, voy a ofrecerle el 10 % de lo que hallemos, si tengo suerte no se llevara ni el 30% a cambio de pelotón y armas. Vamos, nos llevamos todo, nos largamos. Ese es el plan.

Puso el sople de Xec-T en la mesa, aún estaba cerrado, quedaba ese 0,8 aprox. Sé lo pegaría a la piel, 0,1 gramo cada 3 horas, evitando el dolor, pero no dejándola fuera de servicio. Lo haría después de la llamada.

Krewst se dedica simplemente a escuchar, y en cuanto mencionas a Gial abre sus fauces y muestra sus dientes mientras gruñe. Desde luego es una idea que no ve con buenos ojos, pero no dice nada, ni a favor ni en contra.

Te colocas en el asiento del piloto para iniciar la holollamada, utilizando el canal privado que alguna vez habríais acordado Gial y tú en caso de necesidad.
Para establecer contacto desde este lado de la galaxia iba a ser necesaria una señal fuerte, estable y que respetase la discreción que buscas. Las dichosas nebulosas y los campos electromagnéticos siempre han sido un auténtico obstáculo para estas cosas. Te lleva un rato, pero por fin consigues establecer conexión.

—¿Hmm? ¿Quién e--s? —No hay imagen holográfica, pero ese tono condescendiente solo puede ser el suyo. El audio tampoco es el mejor, pero la mayor parte de la información llega, aunque sea con cierto retraso— Ah, sí, por sup--uesto... ¿qué se t--e ofrece, querida? ¿Es a--cerca de algo que no pue--das maneja--r?

El soldado realiza un chequeo rápido sobre el Sathari y hace señas a los suyos para que vengan a verlo, da un vitazo sobre el droide en busca de armas o munición y luego encara a Altra. - Bien, el Sathari aqui me hace pensar que lo que sea que esté ahí adentro tal vez no es aliado, pero seguramente no será enemigo. Y los droides deberían venir aqui en poco tiempo - Quería anunciarse y advertir a quienes estuvieran dentro que pronto iban a estar rodeados. - Tenemos que advertirles, Altra. -

Tantas cosas podían salir mal... podían ser criminales, piratas, escoria espacial... o solamente gente con muy mala suerte para caer aqui. Intentó buscar respuestas en el casco de la nave.

Sin pararse mucho en el análisis médico, Vikar comprueba que el nativo parece seguir vivo aunque inconsciente. Los tres guerreros se aproximan desde la espesura y aceleran el paso una vez ven a uno de los suyos tan malogrado tirado en el suelo. Se encargarán de él.

La nave es de todo menos nueva. Una antigualla para transportes reconvertida en algo intermedio: un par de cañones donde no debería ir nada y una torreta trasera para quitarse de encima a los perseguidores. Nada excepcional, además de haber vivido días mejores, pero por lo que parece sigue aguantando. 

Puedes sentir un cosquilleo en uno de tus montral, que comienza suave, y que poco a poco se vuelve más intenso. Una bandada de aves pasa repentinamente demasiado cerca del cristal del puente, echas un vistazo rápido por el sobresalto, pero no hay nada que proviniese de esa dirección. El rishii insiste en su pregunta, esperando respuesta.

Frunció el ceño, no podían dejar a uno de esos seres malherido ahí en medio sin hacer nada al respecto. Tomó en su mano el sable laser pero sin activarlo. Hizo señas a los tres soldados plumiferos para que les siguiesen para recogerlo, les portegería de cualquier ataque en lo que tarda el rescate.

-Vamos, ayudemos a que se lo lleven y averiguamos quien hay en esa nave, igual tienen respuestas. 

Dicho eso se encaminó hacia la nave en alerta máxima.

Nellen ya esta acostumbradas a las reacciones de su camarada, son puras e instintivas y eso a Nellen le da cierto margen, aun así sabe que Kwerts no diría nada, sabe cual es su posición la nave, sabe que ella es la líder y sabe perfectamente que puede irse. Eso era lo único que Nellen ofrecía, libertad. Simple libertad. 

-- No tienes porque estar cuando hable, descansa--Dijo la Togruta-- En cuanto sepa algo, te lo diré. Subió por las escaleras como buenamente pudo, fue difícil ya que comenzaba a entumecerse su brazo, cuando por fin logro llegar al asiento del copiloto, sé hecho una bata por encima de la herida. Sintonizo la frecuencia y la longitud solar.  El sonido en blanco perforo su oído, dibujándola un mueca de disgusto. Sin embargo, entre las interferencias y la estática se podía distinguir la voz de Gial. 

--¿Hmm? ¿Quién e--s?-- Dijo

-- Solo una fea Togruta--Añadío Nellen.   

--Ah, sí, por sup--uesto... ¿qué set--e ofrece, querida? ¿Esa--cerca de algo que no pue--das maneja--r?-- La extravagancia de Gial se podia sentir desde el trasmisor

-- Más bien, Te estoy ayud-- Una bandada de pájaros autóctonos choca contra el cristal brindado, a Nellen se le dilata la pupila de la adrenalina, lo había presentido como una corriente que recorría su espina dorsal.

--¿Que---rida, que has dicho?--insistió el Rishii 

--Perdona-- La imagen del holograma iba y venia por lo que podía ver, el Rishii estaba sentado en un sofá, estaba interesado pues su postura era inclinada.-- Me he distraído-- Dijo admitiéndolo. Y volvió a recostarse en el sofá, dejando un pose relajada, contrariándose a su estado mental.-- Te estoy ayudando, todo el mundo que el dinero es lo que más te gusta en este mundo, y yo voy a ayudarte a conseguir un poquito más, veras...-- Hizo una pausa-- Tengo a alguien con pasta, escondido en un planeta que no lo conoce nadie, con tantos creditos que es capaz de tener droides de nivel superior como perritos falderos, por cosas de azar estoy cerca de allí, te ofrezco el cinco por cierto de lo que consiga de ese cabronazo si me mandas algún grupo que te sobre, armas y medicinas. 

El tiempo apremiaba y Vikar estaba comenzando a temer que los droides llegaran en cuálquier momento. Esperaba que Altra tuviera una idea de cómo encarar la comunicación pero los nervios le ganaron de mano. - Ey! Están todos bien ahí? Parece que la batalla fue dura. - golpeó la nave con las manos - No se quienes son, pero los droides fueron a buscar refuerzos y les está por caer encima una pesadilla en forma de blasters -

Esperaba no haber cometido un error...

El rishii se reclina y juega con una especie de orbe holográfico que tira hacia arriba y recoge; que en caso de fallar simplemente desaparece y reaparece en su mano.

—A ver si lo entiendo... Después de llevar un contingente equipado hasta arriba en una de mis naves a un planeta, supongo, muy alejado del núcleo, ¿mi único pago sería un mísero cinco por ciento? —Le da vueltas al orbe con un dedo sobre su otra mano— Cuarenta o no hay trato.

Justo en el momento, un ruido y una voz se proyectan desde el exterior

"Ey! Están todos bien ahí? Parece que la batalla fue dura. —Golpea el casco de la nave— No se quienes son, pero los droides fueron a buscar refuerzos y les está por caer encima una pesadilla en forma de blasters". Suena a humano, o como poco a algún tipo de humanoide muy parecido.

Krewst aparece justo detrás tuya poniendo caras de no saber qué hacer. Eso sí, no se separa de su bláster.

—A ver si lo entiendo... Después de llevar un contingente equipado hasta arriba en una de mis naves a un planeta, supongo, muy alejado del núcleo, ¿mi único pago sería un mísero cinco por ciento? —Le da vueltas al orbe con un dedo sobre su otra mano— Cuarenta o no hay trato.

—El trei...—Nellen se le derramo una gota de sudor frio por su frente blanqui-roja " ¿Quién cojones era ahora?" pensó.— No son los Boga los animales mas bonitos del mundo. —Era una frase con significado oculto. Nellen estaba revelando al rishii que el canal de comunicación había sido descubierto, debían colgar para que ninguno de ellos se quemara. 

Nellen miro al Kwerts, la mujer juraría que si su piloto pudiera gesticular con la cara demostraría que estaba hasta su tercer testículo de todo lo que había pasado en un par de horas. 

—Me cago en todas las plantas del planeta Shili—Maldijo la chica de piel bermellón.—Prende las cámaras vamos a ver quien es nuestro "salvador".

El piloto del nave se acerco de manera lenta a un lateral de la cabina, empujo una palanca de color amarilla y encendío la cámara de la nave ubicada de la rampa, pero la visión estaba oculta tras una capa de pintura. 

—Intenta con otra—Dijo Nellen. 

Kwerts, acciono una tras otra aquellas pequeñas palancas de colores con el resultado siempre el mismo, las cámaras estaban pintadas. 

Nellen volvio a maldecir, en su lengua materna, con cierto acento peculiar del sur de su pais de origen. Respiro hondo, le dolía a horrores el brazo, lo sentía cada vez peor, somo si su extremidad estuviera siendo pinchada por millones de agujas. —Enténderas que no nos fiemos, después de lo ocurrido ¿Quién eres? Identifícate.

Nellen no parece oir nada que venga de fuera durante unos instantes, pero a través del cristal del puente se puede ver a un sathari, mucho más sano y físicamente dispuesto que el contacto, mirando hacia arriba e intentando identificar algo. También le es posible ver de refilón a otras dos figuras humanoides desplumadas con atuendos que ya ha visto bastante por Coruscant.

Tanto Altra como Vikar pueden escuchar una voz femenina que les habla a través del intercomunicador de la nave.

—Enténderas que no nos fiemos, después de lo ocurrido ¿Quién eres? Identifícate.

A Vikar le es fácil captar la frecuencia del comunicador interno de la nave para poder hablar directamente a través de su aparato de muñeca, y evitar tener que dar berridos para entenderse con la desconocida.

Eso no le gustaba nada pero ya que estaba ahí tendrían ir con todas, la prudencia tiene un limite.

-Embajadores de la República. -Se limitó a contestar en un principio y luego añadió: Me llamo Altra Koth y el es Vikar. ¿Y tu?

Se sentía aliviado de poder captar la frecuencia fácilmente y hasta de la desconfianza de la mujer que parecía estar dentro de la nave. Asintió a las palabras del Jedi y esperó respuestas.